Mapa reciente de Numeria (año pitagórico 2592 = Era Cristiana + 580), según coordenadas sextolucéricas y vista de satélite de Numer-Earth, obra del gran aventurero y cartógrafo Christopher Galvis, gran maestre de la Congregación del Guarismo y miembro de número de la Figural Geographic Society (Sociedad Geográfica Cifral). La fértil región circular, más chula que un ocho, situada en la desembocadura del río Cuentapiedras es la famosa Pilandia.
Espacio para la fantasía y la creación
La locura cuenta
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Érase una vez un matemático farmacéutico que daba vida a los números escritos en un folio especial; pero, si la operación no estaba acabada, a la semana se volvían locos.
En cierta ocasión, escribió unas cifras para hacer una cuenta y crear una medicina contra el cáncer, pero tenía cosas que hacer y no la acabó. Pasó una semana y, justo cuando estaba terminando la cuenta, el resultado le dio un número aparentemente correcto, pero que era erróneo.
Estaba tan seguro de la medicina que la puso a la venta, lo cual hizo enfermar a muchas personas. Cuando se lo dijeron se fue derechito a su casa. Los números estaban haciendo el loco y se dio cuenta del defecto. Cogió su calculadora e inventó, allí mismo, de un tirón, una vacuna contra el cáncer.
Desde entonces en Numeria está muy mal visto dejar las operaciones sin hacer o no terminarlas a tiempo, no llevar bien las cuentas y no hacer todos los deberes de Matemáticas. ¡No trae cuenta!
En cierta ocasión, escribió unas cifras para hacer una cuenta y crear una medicina contra el cáncer, pero tenía cosas que hacer y no la acabó. Pasó una semana y, justo cuando estaba terminando la cuenta, el resultado le dio un número aparentemente correcto, pero que era erróneo.
Estaba tan seguro de la medicina que la puso a la venta, lo cual hizo enfermar a muchas personas. Cuando se lo dijeron se fue derechito a su casa. Los números estaban haciendo el loco y se dio cuenta del defecto. Cogió su calculadora e inventó, allí mismo, de un tirón, una vacuna contra el cáncer.
Desde entonces en Numeria está muy mal visto dejar las operaciones sin hacer o no terminarlas a tiempo, no llevar bien las cuentas y no hacer todos los deberes de Matemáticas. ¡No trae cuenta!
Texto: Carlos
La Liga de Numeria
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Dicen que la Liga de Numeria es olímpica, porque cada cuatro años se realiza un partido de fútbol. El equipo 11 juega contra el equipo 10 (¡no hay más equipos!). Casi siempre gana el 10, pero un día empataron, uno a uno. Primero marcó Ronaldos, del equipo 11, en el minuto once. ¡Qué golazo... y qué coincidencia!
Hubo que esperar mucho tiempo hasta que marcara el equipo 10 por mediación de Tressi. Fue un gol olímpico: ¡por toda la escuadra y casi sin ángulo! El portero se hundió, pero los defensas le animaban: "Nada, nada... no ha sido nada". El árbitro pitó el final del partido y se abrazaron todos. "¡Hasta dentro de cuatro años!", decían. ¡Qué gran afición!
Hubo que esperar mucho tiempo hasta que marcara el equipo 10 por mediación de Tressi. Fue un gol olímpico: ¡por toda la escuadra y casi sin ángulo! El portero se hundió, pero los defensas le animaban: "Nada, nada... no ha sido nada". El árbitro pitó el final del partido y se abrazaron todos. "¡Hasta dentro de cuatro años!", decían. ¡Qué gran afición!
Texto: Nabil y Álvaro
Ilustraciones: Christopher
Ilustraciones: Christopher
¡Qué número!
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—¡Auxilio, auxilio, S.O.S., que alguien me ayude!
¡El número 10 se estaba muriendo! Entonces acudieron en su ayuda el 8 y el 2. Pasó por allí una ambulancia. No paró. Pasó otra; tampoco paró. Después de ver nueve ambulancias, pasó otra, la que hacía el número diez; esa sí que paró. Llevaron al pobre 10 al HOSPITAL NUMÉRICO. Llevarlo fue todo un numerito.
Después llegaron los amigos que faltaban: el 1, el 3 ,el 4, el 5, el 6, el 7 y el 9. Los médicos le revisaron y diagnosticaron que tenía una enfermedad de difícil curación: la de la risa. Se debía a que era el número que más bromas hacía; por ejemplo:
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—¿Qué le dice el 1 al 10?
—Para ser como yo tienes que ser sincero.
Con chistes como ese todos se partían de risa. Él empezaba a reírse y no paraba. Así que le llevaron a urgencias y le hicieron una operación (al principio nadie tenía claro si una resta o una multiplicación, pero al final se trataba de una división: es que era una enfermedad para partirse).
.
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Después de dos horas largas, todos sus amigos estaban esperando noticias. La operación salió perfecta (el resto daba cero) y el número 10 pudo irse a casa, porque no tenía décimas; pero sus amigos se habían ido antes para prepararle una fiesta con la que celebrar el éxito de la intervención. Cuando llegó, todos fueron felices y él exclamó: "¡Bieeeeen, ya puedo contar chistes y reírme a gusto... del consumidor!".
¡El número 10 se estaba muriendo! Entonces acudieron en su ayuda el 8 y el 2. Pasó por allí una ambulancia. No paró. Pasó otra; tampoco paró. Después de ver nueve ambulancias, pasó otra, la que hacía el número diez; esa sí que paró. Llevaron al pobre 10 al HOSPITAL NUMÉRICO. Llevarlo fue todo un numerito.
Después llegaron los amigos que faltaban: el 1, el 3 ,el 4, el 5, el 6, el 7 y el 9. Los médicos le revisaron y diagnosticaron que tenía una enfermedad de difícil curación: la de la risa. Se debía a que era el número que más bromas hacía; por ejemplo:
—¿Qué le dice el 1 al 10?
—Para ser como yo tienes que ser sincero.
Con chistes como ese todos se partían de risa. Él empezaba a reírse y no paraba. Así que le llevaron a urgencias y le hicieron una operación (al principio nadie tenía claro si una resta o una multiplicación, pero al final se trataba de una división: es que era una enfermedad para partirse).
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Después de dos horas largas, todos sus amigos estaban esperando noticias. La operación salió perfecta (el resto daba cero) y el número 10 pudo irse a casa, porque no tenía décimas; pero sus amigos se habían ido antes para prepararle una fiesta con la que celebrar el éxito de la intervención. Cuando llegó, todos fueron felices y él exclamó: "¡Bieeeeen, ya puedo contar chistes y reírme a gusto... del consumidor!".
Texto: Nuria
Ilustraciones: Paula
Ilustraciones: Paula
Un viaje histórico
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Tenía un amigo que se llamaba Seis.
Un día los seres centimillonarios se fragmentaron y todo el mundo empezó a llorar. Al final por toda Numeria se hicieron estatuas de los seres de nueve cifras.
Texto: Nacho
Ilustradora: Victoria
Los numetopianos
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Hubo un tiempo en que los humanos utilizaban reglas métricas, pero un buen día a un ingeniero que estaba construyendo una central nuclear se le cayó la suya en un bidón con sustancias nucleares y, como tenía miedo de quemarse la mano, se fue a comprar otra.
Al día siguiente, el ingeniero volvió y vio a unos seres llamados numetopianos. Pero solo vio a diez: el 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9 y el 10. Esos numetopianos se parecían a los números y eran muy listos y formales. Ayudaron mientras se reproducían ellos. Los humanos aceptaron y recibieron la ayuda de los numetopianos hasta el final de los tiempos.
Al día siguiente, el ingeniero volvió y vio a unos seres llamados numetopianos. Pero solo vio a diez: el 1, el 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8, el 9 y el 10. Esos numetopianos se parecían a los números y eran muy listos y formales. Ayudaron mientras se reproducían ellos. Los humanos aceptaron y recibieron la ayuda de los numetopianos hasta el final de los tiempos.
Pablo
La fiesta de los números
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Estaba un día el número 9 muy triste
; pero, como tenía muchos amigos, vinieron a ayudarle. Primero vino el número 8
y jugó con él a un juego de mesa. Después, vino el número 10
y le intentó animar
. Al final, el número 5, que era muy listo
, le dijo que cerrara los ojos durante 1 minuto. Muy rápido, el número 5
llamó a todos sus amigos y le prepararon una fiesta. Hicieron sumas +, restas –, multiplicaciones ×, divisiones ÷ y hasta raíces cuadradas √. Al final no volvió a estar triste
el número 9.
Texto e ilustración: Clara
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