de rodillas entre estas dos paredes,
atando el crepúsculo y en silencio
cantar la isla de tus ojos que cercan
el encaje de un sostén de hilo negro.
La brisa de tus dedos quema mi mano
e invento las palabras para esconder
los temblores de mi cuerpo en el acorde
de tu cadera, que sueño hembra sumisa
al color de ambos sexos,
y quiero hacerte el amor esta noche,
y todas las que quedan por vivir,
quemando el sol que tiembla imaginando
los dedos-pulseras en tus tobillos,
son enredadas llaves
de tus muslos, camino, ofrenda y vino.
De la lámpara verde, color blanco
de tu ausencia, tal vez queda un amargo,
que arranca hipnotizado, Rachmaninoff,
y bocabajo escucho pensar las rocas
en un estrepito de astillas laberinto
suave -a veces grave- y gira intermitente
un callejón sin salida que me dice :
escribir es sin sentido, si no es para ti.
Esto no es un verso,
es perla de sudor en la nuca de tu beso.
A todos os deseo un feliz año.