..."Siempre quise ser aprendiz de otoño,
ser pariente pequeño del laborioso mecánico de altura,
galopar por la tierra repartiendo oro,
inútil oro.
Pero, mañana, otoño,
te ayudaré a que cobren hojas de oro los pobres del camino.
Otoño, buen jinete,
galopemos,
antes que nos ataje el negro invierno.
Es duro nuestro largo trabajo.
Vamos a preparar la tierra
y a enseñarla a ser madre,
a guardar las semillas que en su vientre van a dormir cuidadas
por dos jinetes rojos que corren por el mundo:
el aprendiz de otoño y el otoño.
Así de las raíces oscuras y escondidas
podrán salir bailando la fragancia
y el velo verde de la primavera."
Fragmento de "Oda al Otoño", Pablo Neruda.