![](http://library.vu.edu.pk/cgi-bin/nph-proxy.cgi/000100A/https/blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKglSMTcc9ccepZ5nPWi5IFAfQkT_ze8cuVwgpm09keTR64Cc1_h8H6p_0w4-JyRbU9W8-KMe-o2FBwULljBb3NqpnHgYZSU-uB6WmOC6JH8heCPSVzldh-CbV3AZkgf1fPqt5MhXH9N0S/s400/Cristo.jpg)
El Monasterio de Las Claras de Palencia es un edificio religioso de estilo gótico habitado por una comunidad de monjas Clarisas y abierto al culto de cuantos devotos desean visitarlo diariamente. En el yace el famoso Santísimo Cristo de las Claras, de enorme expresividad, y cuya existencia ha dado lugar a un cúmulo de leyendas milagrosas.
Viajo cada año para visitarlo con mi madre, devota fanática e incondicional del Cristo. Ella siempre pide por todos, familiares o amigos que pudieran necesitar de su atención, y lo hace de todo corazón, con toda su fe, mucha más de la que yo mismo quisiera poder tener, incluso estando a su lado. La semana pasada, mi madre sufrió un infarto agudo de miocardio y el susto que pasamos aún lo tenemos en el cuerpo, pero era imposible que el Cristo -tan acostumbrado a escuchar siempre las plegarias de mi santa madre por todos sus seres queridos- no tuviese en cuenta que quien más le ha pedido por los demás, pudiese estar ahora desamparada.
Así que mi madre está ahora como una rosa, recuperándose, tranquilamente, presta de nuevo a darnos todo, a todos, tal y como nos tiene mal acostumbrados. Una excelente oportunidad para valorar las cosas buenas de la vida…