Del románico al renacimiento, de ser devorada por do más pecado había, a cantar la eterna belleza femenina.
Cuatro siglos en recorrer despacio el camino, del XII al XVI en el mismo páramo castellano, de Frómista a Zorita, en la misma provincia de Palencia.
Qué difícil se hace el alabar la belleza de la vida y cuantos pasos atrás en la historia del hombre.
Qué suerte haber superado los años negros de la juventud y adolescencia, cuando a la represión franquista, se unían aquellos misioneros que recorrían los pueblos asustando con la llegada del fin del mundo y la pena de fuego eterno para los pecadores inconfesos.
Qué dicha vivir el presente, sin temor al futuro, ni al más allá. Vivir en paz con la conciencia y disfrutar de la belleza, sea en una flor, en un atardecer, en el vuelo del cernícalo o en la calma del pacer de los corzos.
Fotografías de Piedra.