Busco su mirada en los párrafos de un libro.
El prólogo dice “Una mirada desnuda al alma”.
Mi lectura cobra vida mientras percibo su presencia.
Entre líneas me susurra.
Diálogo con ella.
Su lenguaje me interpela y cuestiona mi actitud.
Escurridiza huye hasta la siguiente página.
Y la descubro
nuevamente tímida.
Juega conmigo y yo con ella.
Me resisto a pensar qué en unas horas éste deseo terminará.
Se materializa en mi mente, es creíble, verosímil.
Para mi ella es real.