Cuando Vivi me consultó por el sillón, me contó que lo había mandado a retapizar hacía un año atrás, pero que se le había hundido el asiento y uno de los laterales se había descosido. Me contó que el sillón era de su papá y le tenía muchísimo cariño.
A los días coordinamos para comenzar el trabajo; estaba tapizado en un chenille rayado en la gama de los anaranjados; a simple vista se veía bien, por lo que pensé que quizás necesitaba un ajuste a las cinchas y listo; ya que hace un año se lo había renovado.
Al destapizarlo me encontré con una sorpresa; el relleno era el original; hace un año sólo le habían cambiado la tela, no lo podía creer; y claro estaba todo vencido, las cinchas estiradas y los resortes sueltos, por eso se hundía al sentarse.
Así que saqué todo el relleno compuesto de arpillera, estopa y poliester viejo; lo dejé casi pelado.
Ajusté los resortes y cinchas del asiento; eliminé el resorte y armé una trama de cinchas para el respaldo y lo volví a armar. Tres capas de poliester en el asiento, dos en el respaldo y una cobertura de guata en todo el sillón.
Para el retapizado, Vivi eligió un lino color gris piedra divino, elegante y súper moderno; y yo me tomé el atrevimiento de terminarlo con tachas color oxido grandes, que le otorgan el toque final que le sientan genial!!!
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Gracias Vivi por confiarme tu sillón repleto de recuerdos y cariño; para mi siempre es un placer transformar muebles con historia!!!
"y justo cuando la oruga pensó que era su final se convirtió en mariposa"
Buen viernes y hermoso fin de semana!!!
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