Hay lugares y cosas que se nos ofrecen para una buena reflexión
que están ausentes de miedos demostrado por la cercanía
aunque terminen por seguir buscando aquello que hasta el momento no encontraban...
Hay movimiento en el acuario y hay que llevarse un recuerdo del caballito de mar
y de la hora de la merienda de las focas,
es obligado contemplar nuestro mar bravío
atentos a su empuje contra las rocas...
En el interior
las imágenes son espectaculares
cuadros variados en movimiento y en color
de seres mágicos
llenos de un magnetismo
que nos invitan a soñar...
En cualquier parte del recinto
se palpa y se saborea la reflexión que buscábamos al entrar
y que se encuentra en forma de PAZ..., ¡que nos llevamos...!
Abrazos.