JUAN
CARLOS GONZALEZ LEIVA'S WEBSITE/ SITIO WEB:
www.jcgl-cfhr.info
(ESPAÑOL ABAJO)
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In New York, Joanne Mariner: +1-212-216-1218
CUBA: TRIAL VIOLATES DISSIDENTS' RIGHT TO FREE EXPRESSION
http://hrw.org/english/docs/2004/04/22/cuba8480.htm
(New York, April 22, 2004) – Cuba’s planned trial of a blind human rights
lawyer, along with nine other dissidents and independent journalists, on charges
of “disrespect for authority” demonstrates a continuing pattern of political
repression, Human Rights Watch said today. Human Rights Watch has learned that
the trial of the 10 defendants is scheduled to be held on Tuesday, April 27.
Juan Carlos González Leiva, a blind lawyer, is the president of the Cuban
Foundation for Human Rights (Fundación Cubana de Derechos Humanos). He and most
of the other defendants have been held in pretrial detention in eastern Holguín
province for more than two years.
“The upcoming trial is a travesty,” said Joanne Mariner, deputy director of
Human Rights Watch’s Americas Division. “The defendants face criminal charges
that clearly violate their basic rights to freedom of expression.”
The defendants were arrested on March 4, 2002 at Antonio Luaces Iraola
Provincial Hospital in Ciego de Ávila (a town in central Cuba), and held without
formal charges for six months. They are now reportedly being prosecuted for the
crimes of disrespect to the President (desacato al Presidente), disrespect to
the police, public disorder and resistance.
Among the defendants are seven political activists (Lázaro Iglesias Estrada,
Enrique García Morejón, Antonio Marcelino García Morejón, Delio Laureano Requejo
Rodríguez, Virgilio Mantilla Arango, Odalmis Hernández Márquez, and Ana Peláez
García) and at least two independent journalists (Léxter Téllez Castro and
Carlos Brizuela Yera).
González Leiva, the blind lawyer, reportedly faces a six-year sentence, while
the other defendants face sentences ranging from two and a half to seven years.
The criminal indictment against González Leiva, which Human Rights Watch has
reviewed, notes critically that “he was not integrated into mass organizations
and was not involved in any socially useful activities.”
The defendants were arrested when they visited the hospital to see an
independent journalist who had reportedly been attacked by the police earlier in
the day while he was traveling to a meeting of the Cuban Foundation for Human
Rights. At the hospital, members of the group shouted statements such as “Long
live human rights.” Reacting with disproportional severity to this minor
disruption, state security police arrested the group. The police reportedly beat
González Leiva when they arrested him, leaving him with a cut on his forehead
that required four stitches.
The denial of basic civil and political rights is written into Cuban law. A
number of criminal law provisions grant the state extraordinary power to
prosecute people who attempt to exercise basic rights to free expression,
opinion, association, and assembly. The country’s courts also deny defendants
internationally-recognized guarantees of due process, including the right to a
public hearing by an independent and impartial tribunal.
Under Cuban law, the crime of disrespect for authority (desacato) covers anyone
who “threatens, libels or slanders, defames, affronts or in any other way
insults or offends, with the spoken word or in writing, the dignity or decorum
of an authority, public functionary, or his agents or auxiliaries.” Such actions
are punishable by three months to one year in prison. If the person shows
disrespect to the president the sanction is deprivation of liberty for one to
three years.
In March 2003, police detained scores of political dissidents and others viewed
as "counter-revolutionary" in their thinking. By early April, the Cuban courts
had sentenced 75 defendants—including such prominent figures as Raúl Rivero, the
poet and journalist, and Héctor Palacios, a leader in the pro-democracy
movement—to prison terms ranging from six to 28 years.
Last week, on April 15, the U.N. Human Rights Commission in Geneva passed a
resolution criticizing Cuba’s human rights practices. The resolution stated that
the Commission “deplores the events which occurred last year in Cuba,” a
reference to the trials and sentencing of the 75 dissidents.
“The impending trial continues the repressive trend that was so glaringly
evident last year in Cuba,” Mariner said.
For more information on human rights in Cuba:
http://hrw.org/americas/cuba.php
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En New York, Joanne Mariner: +1-212-216-1218
CUBA: JUICIO VIOLA EL DERECHO DE LOS DISIDENTES A LA LIBERTAD DE EXPRESION
http://hrw.org/spanish/press/2004/cuba_juicio.html
(New York, 22 de abril de 2004) – El juicio previsto en Cuba contra un
invidente abogado de derechos humanos, junto con otros nueve disidentes y
periodistas independientes, acusados de desacato a la autoridad, demuestra un
patrón continuo de represión política, señaló hoy Human Rights Watch. Human
Rights Watch ha sabido que la celebración del juicio de los 10 acusados está
prevista para el martes 27 de abril.
Juan Carlos González Leiva, un abogado invidente, es el presidente de la
Fundación Cubana de Derechos Humanos. Tanto él como la mayoría de los acusados
llevan más de dos años en prisión provisional en la provincia oriental de
Holguín.
“El próximo juicio es una farsa”, señaló Joanne Mariner, subdirectora de la
División de las Américas de Human Rights Watch. “Los acusados se enfrentan a
cargos penales que violan claramente su derecho fundamental a la libertad de
expresión”.
Los acusados fueron detenidos el 4 de marzo de 2002 en el Hospital Provincial
Antonio Luaces Iraola de Ciego de Ávila (una ciudad del centro de Cuba), y
detenidos sin cargos formales durante seis meses. Según se ha informado, ahora
están siendo enjuiciados por desacato al Presidente, desacato a la policía,
desorden público y resistencia a la autoridad.
Entre los acusados hay siete activistas políticos (Lázaro Iglesias Estrada,
Enrique García Morejón, Antonio Marcelino García Morejón, Delio Laureano Requejo
Rodríguez, Virgilio Mantilla Arango, Odalmis Hernández Márquez y Ana Peláez
García) y dos periodistas independientes (Léxter Téllez Castro y Carlos Brizuela
Yera).
González Leiva, al parecer se enfrenta a una sentencia de seis años, mientras
que el resto de los acusados pueden ser condenados a penas que oscilan entre dos
y medio y siete años de prisión. El auto de procesamiento contra González Leiva,
que ha conocido Human Rights Watch, señala que “no se encuentra integrado a
las organizaciones de masas ni realiza ninguna actividad socialmente útil”.
Los acusados fueron detenidos cuando visitaban a un periodista independiente que
ingresó en el hospital al parecer por ataques de la policía ese mismo día,
cuando se dirigía a una reunión de la Fundación Cubana de Derechos Humanos. En
el hospital, los miembros del grupo gritaron consignas como “Viva los derechos
humanos”. La policía de seguridad del Estado reaccionó con una dureza
desproporcionada y arrestó al grupo. Según se informó, la policía golpeó a
González Leiva en el momento del arresto, provocándole una cortada en la frente
que requirió cuatro puntos de sutura.
La negación de los derechos civiles y políticos fundamentales está recogida en
la legislación cubana. Una serie de disposiciones penales conceden al Estado
poderes extraordinarios para enjuiciar a las personas que intenten ejercer sus
derechos fundamentales a la libertad de expresión, opinión, asociación y
asamblea. Los tribunales nacionales también niegan a los acusados garantías
procesales internacionalmente reconocidas, como el derecho a un juicio público
por parte de un tribunal independiente e imparcial.
De acuerdo con el derecho cubano, el delito de desacato penaliza al que
“amenace, calumnie, difame, insulte, injurie o de cualquier modo ultraje u
ofenda, de palabra o por escrito, en su dignidad o decoro a una autoridad,
funcionario público, o a sus agentes auxiliares.” Dichas acciones son
sancionables con tres meses a un año de prisión. Si la persona comete un
desacato al Presidente, la sanción es de uno a tres años de privación de la
libertad.
En marzo de 2003, la policía detuvo a numerosos disidentes políticos y otras
personas cuyas ideas se consideraban “contrarrevolucionarias”. A principios de
abril, los tribunales cubanos habían sentenciado a 75 acusados—entre ellos
personalidades destacadas como el poeta y periodista Raúl Rivero y Héctor
Palacios, líder del movimiento pro democracia—a condenas de prisión de 6 a 28
años.
El 15 de abril, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra aprobó una
resolución criticando las prácticas de Cuba en materia de derechos humanos. La
resolución declara que la Comisión “lamenta los hechos ocurridos el año pasado
en Cuba”.
“Este inminente juicio continúa la tendencia represiva que estuvo de
manifiesto durante el año pasado en Cuba”, señaló Mariner.
Para obtener más información sobre los derechos humanos en Cuba:
http://hrw.org/spanish/cuba.html