Hace una semana tuvo lugar uno de los hechos más curiosos y sorprendentes y a la vez uno de los hechos con más repercusión mediática de los últimos tiempos. Hace una semana saltaba a la luz pública a través de los medios de comunicación de todo el país la curiosa noticia de la restauración, o más bien intento de restauración, de una de las obras más emblemáticas de la iglesia del santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Borja, situada en la provincia de Zaragoza. Hablamos como no del Ecce Homo, una obra que quizás para muchos de nosotros fuera desconocida pero que desde hace unos días se ha convertido no en menos que en una parte de nuestra vida cotidiana.
Al parecer, esta curiosa y polémica restauración fue lelvada a cabo por Cecilia Jiménez, una anciana de 80 años que reside en la localidad de Borja y que según ella contaba con los permisos necesarios para esta restauración aunque las autoridades eclesiásticas de la localidad se empeñasen en mostrar lo contrario.
Con permiso o sin él, la curiosa forma de restaurar de doña Cecilia ha despertado la curiosidad de medio mundo que ha localizado la localidad de Borja en el mapa durante unos días. Y es que aunque al principio todo el mundo se indignó por el aparente estropicio que la anciana había realizado en el fresco, lo cierto es que pronto se dieron cuenta de que esta metedura de pata inicial sirvió para dar publicidad al pueblo, y es que el Ecce Homo ya se ha convertido en toda una atracción turística en la localidad. El propio alcalde de Borja, Francisco Miguel Arilla, ha confirmado que aún no sabe qué hará con el cuadro ya que aunque al principio se afirmó que se restauraría para que volviera a su estado original, el éxito final de la fallida restauración les ha hecho reconsiderar las cosas.