A través del follaje perenne
que oír deja rumores extraños,
y entre un mar de ondulante verdura,
amorosa mansión de los pájaros,
desde mis ventanas veo
el templo que quise tanto.
El templo que tanto quise...,
pues no sé decir ya si le quiero,
que en el rudo vaivén que sin tregua
se agitan mis pensamientos,
dudo si el rencor adusto
vive unido al amor en mi pecho.
A orillas del Sar
(Rosalía de Castro)
.
ya no es tu canto
triste y amargo
en cada inspiración
palabra, alma y aliento,
tu ventana es mi ventana
tu templo ya es mi templo,
se hace primavera en mi pecho
maná del cielo,
el canto del pájaro
el aroma del níspero
la flor del ciruelo
amo y siento.