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jueves, 20 de octubre de 2016


             El tren de cometas es el pincel del piloto. Con él pinta en el aire arcoiris, lazos y montañas de mil colores sobre un lienzo azul infinito.


TREN DE COMETAS

Cada rombo se suma en esa hilera
que conforma un tren de ilusiones,
con sus cometas en lugar de vagones:
un juguete al alcance de cualquiera.

Se frena el arco iris a la espera
de que sus colas se avengan a razones
llevando a cabo un vuelo en condiciones
para subir más alto en escalera.

La última se eleva la primera,
cara al viento, abriéndole su paso
a las que van delante en caravana.

Noventa grados hasta la frontera:
no cabe aplazamiento ni retraso.
Y a echarle un pulso al viento en su ventana.

Y luego, de repente,
el viento ganó el pulso entusiasmado:
dejando de soplar me ha derrotado.





domingo, 2 de octubre de 2016

LA CASA WINTER



La casa Winter perteneció a un rico hacendado alemán (se rumorea que era espía nazi) asentado en Fuerteventura. Sobre ella se cuentan numerosas leyendas de todo tipo.


LA CASA WINTER

El señor invierno construyó, con guasa,
para recrearse una extraña casa,
En la isla del verano la puso orgulloso
para hacerse rico con tanto curioso.

La familia Winter es una invención
del señor invierno que es un pensador,
marketing de lujo, multinacionales,
franquicias detrás de empresas locales.

Todos los turistas, en sus vacaciones,
quieren pasar miedo con sus atracciones
y les pica tanto la curiosidad
que aceptan con gusto pagar por entrar.

Por un donativo te abre una señora
y te guía en la casa durante dos horas,
te cuenta leyendas de cada rincón
a la vez que frena cualquier corazón.

La visitas empieza en las caballerizas
y allí ya se intuyen gemidos y risas.
La anciana, tranquila, le quita importancia
mientras que nos ruega pasar a otra estancia.

- Miren el retrato sobre la pared.
Su cara se tensa, la nuestra también;
arremolinados en un pelotón,
cada visitante se abraza al montón.

- Silencio, tranquilos, que no pasa nada.
Pero el grupo corre, pasa a la otra sala.
- ¿Quieren explicarme? Nos grita de nuevo;
el grupo se escapa porque se abre el suelo.

Las sombras se mueven sobre carcajadas,
los cuadros despiertan con cada pisada.
La anciana se marcha, dice que no aguanta
y en su lugar deja a una ayudanta.

Joven y despierta nos hace callar
con muecas serenas y un sólo ademán.
- Detrás de vosotros el fantasma está;
no os mováis que alguno le puede pisar.
Nadie se decide a volverse y ver
que a gatas avanza igual que un bebé.

La joven le coge le besa y le deja.
- Y ahora, queridos, salid por la reja,
que otros esperan que empiece otra vez
a mostrar la casa del señor marqués.

Y desde el tejado, todos los actores
nos lanzan refrescos de muchos sabores:
saliva de ardilla, sangre de termita,
leche de lagarto, jugo de boñiga.
- Saluden, saluden, que hemos terminado;
regresen cuanto antes, traigan invitados,
que nuevas funciones hemos preparado.