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mayo 23, 2013

La influencia de la Luna

Sí, es el siglo XXI, y sin embargo muchas personas tienen una visión mágica de las influencias que tienen sobre nosotros los cuerpos celestes que nos rodean. La astrología sigue siendo una superstición popular pese a un problema grave: no funciona. Es decir, no puede predecir nada ni puede describir la "personalidad" ni cualquier otro rasgo de nadie nacido bajo una u otra influencia astrológica.

La Luna durante un eclipse.
(Foto CC de Oliver Stein vía Wikimedia Commons)
El otro problema grave es que no tiene mecanismos de funcionamiento plausibles (y hoy que sabemos que sólo vemos el 4,9% del universo, es decir, la materia ordinaria, mientras que el universo está mayoritariamente compuesto por lo que se calcula es un 26,8% de materia oscura y un 68,3% de energía oscura que los científicos están tratando de identificar con todos sus recursos. Los astrólogos quieren hacerle creer a usted que las poquitas estrellas (unas 149) de las constelaciones del zodiaco determinan toda la vida de los humanos en la Tierra, descontando las más de

300.000.000.000.000.000.000.000

de estrellas que sabemos que hay, cuando menos (y podrían ser tres o cuatro veces más, y todas sumadas son, de nuevo, sólo el 4,9% del total de la masa y energía del universo). Esos trillones de estrellas no nos afectan, dicen los vendedores de magia astrológica.

Sí.

Claro.

Por supuesto.

Le creemos, oh sí, le creemos (como diría Carlos Monsiváis).

Si bien ya hemos hablado de la astrología aquí, la Luna sigue siendo motivo de sus propias supersticiones. Reproduzco y amplío bastante una respuesta que di hace poco en la plataforma Ask.fm sobre la influencia de la Luna. La pregunta era:
Hola Mauricio. Conozco gente que aseguran no creer en la astrología como tal ni en el zodiaco pero si en la influencia de la luna sobre nuestras vidas. Sus argumentos suelen ser que la luna influye en las mareas y que durante la luna llena ocurren más partos. ¿Qué opinas de esto?
Es una interesante forma de pensamiento mágico.

La luna afecta a los océanos, ciertamente, y de modo bastante impresionante como podemos ver si nos detenemos a disfrutar el ascenso o descenso de las mareas, así que lógicamente nos afecta a nosotros. Pues estamos hechos de agua, ¿no?

Pues no.

La Luna no afecta a los océanos por estar hechos de agua, sino porque tienen una gran masa. La gravedad es la medida de la interacción entre dos masas, y a gran distancia los objetos con menos masa, como los lagos pequeños o los estanques, no son preceptiblemente afectados por la masa de la Luna o del Sol (que también interviene en las mareas).

De hecho, las fuerzas de marea también afectan a los gases y a los sólidos, incluso pueden hacerlo de modo espectacular, como se calcula que ocurriría al aproximarse un objeto a un agujero negro: la diferencia de atracción gravitacional en sus distintos puntos lo estiraría en un proceso conocido como "espaguetificación".

Una persona de 80 kilos está formada por unos 48 litros de agua. ¿Si ponemos 48 litros de agua en una bañera (unos 7 cm de agua en una bañera de 125 cm de largo por 55 de ancho) veremos que tiene mareas? Pues no. El efecto de la atracción de la Luna sobre esa masa de agua es infinitesimalmente pequeño.

La atracción gravitacional de la Luna sobre una persona normal (con la Luna en el cenit) es de .00239 newtons. Menos de la cuarta parte de un gramo.

Pero esa misma persona está sujeta a la atracción gravitacional de la tierra, de la atmósfera, de los autobuses, de los edificios, de las demás personas a su alrededor, de los árboles y de todo, lo que anula esa minúscula atracción de la Luna. Si uno se pone de pie junto a la Torre Eiffel en París, ésta puede ejercer una atracción incluso mayor que la Luna. Pero las mujeres embarazadas no tienden a entrar en trabajo de parto al visitar la Torre Eiffel o edificios más masivos.

El argumento es falso porque sus premisas son erróneas. El único efecto de la Luna que provoca las mareas es el gravitacional.

Sin contar con que, claro, ¿cómo sería que esa minúscula atracción anulada y compensada por la atracción de todo cuanto nos rodea provocaría que las mujeres tendieran a entrar en trabajo de parto?

Se puede jugar  con esta calculadora en línea usando distintas masas y distintas distancias para ver cómo se comporta realmente la atracción gravitacional. Es divertido e instructivo.

Y, por cierto, no hay más partos en luna llena. Ni más accidentes. Ni más suicidios. Ni más asesinatos. Son leyendas urbanas producto en parte de que la gente se percata cuando pasa algo de esto en luna llena, pero lo pasa por alto cuando no es luna llena. Como te acuerdas de la vez que pensabas en alguien y te llamó por teléfono, pero olvidas las miles y miles de veces que te llamó alguien en quien no estabas pensando.

mayo 22, 2012

Total, qué más da (astrología e ignorancia)

Los que no se creen cualquier especulación sin preguntarse si será verdad o no y cómo se podría evaluar si es verdad o no (a los que les llaman escépticos, por cierto), suelen plantearse cosas que el verdadero creyente ni siquiera se atreve a pensar, no vaya a poner en solfa sus creencias, o arriesgarse a que el gurú, brujo, mago, chamán, investigador, millonario de la televisión del embuste o embustero genérico se moleste con él.

El zodíaco y una astróloga en una ilustración del siglo XV
(modernísimo para los estándares de los astrólogos)
(Imagen D.P. vía Wikimedia Commons)
En el caso de la astrología, y siguiendo con el tema que tocábamos ayer sobre cómo los que se creen astrólogos se entrampan solos, se hicieron varios comentarios porque no explicamos muy bien el nivel de tontería de la astrología en relación con lo que sí sabemos acerca del universo.

Lo intento.

Dice el astrólogo: "como es arriba es abajo", que no quiere decir que cuando tiene mal aliento le hiedan los pies, o quizá sí, pero también que la posición de los cuerpos celestes produce efectos concretos sobre el ser humano, su destino, sus asuntos y sus meneos y devaneos. Bueno, no de todos los cuerpos celestes, sólo de algunos, seleccionados a ojo hace miles de años por señores que eran, para su desgracia, muchísimo más ignorantes que nosotros (que como especie seguimos ignorando más de lo que sabemos). Pero los astrólogos se quedan viviendo en el pasado ignorante, creyendo que arriba sólo hay algunas cositas que para remate giran alrededor de nuestro planeta. Total, qué más da.

Si usted ha oído hablar del universo, sabrá que es grande. Que es MUY grande. Que es TREMENDAMENTE GRANDE. Y que está lleno de estrellas.

¿Qué tan grande?

Se cree que unos 93 mil millones de años luz. Cada año luz es la distancia que recorre la luz en el vacío durante un año. Y como recorre algo menos de 300 mil kilómetros en un segundo, nos damos una idea de un tamaño que realmente no cabe en nuestra imaginación, sólo en nuestro conocimiento.

¿Cuántas estrellas hay en ese universo enorme?

mayo 21, 2012

La astrología returns

Como usted sabe, un astrólogo es una especie de brujo medieval que dice que la posición de los planetas afecta lo que nos pasa.

Anuncio de astrólogo de Boston en
1863. Todos los astrólogos
reconocen que hay charlatanes
en su oficio. Pero todos ellos
afirman ser la excepción.
(imagen D.P. vía
Wikimedia Commons)
Como usted debería saber, todos los estudios que se han hecho para tratar de demostrar la veracidad de esta curiosísima afirmación sólo han conseguido demostrar que no tiene ningún efecto en su vida que usted haya nacido en Virgo o con Marte en la cuarta casa o durante una conjunción tal o cual, y esas delirantes supercherías de damas, caballeros y patanes que creen que el universo gira alrededor de la Tierra.

Por supuesto, ni empezaremos a señalar que no existe ni siquiera una propuesta medianamente racional de cuál sería el medio mediante el que se realizaría esa supuesta influencia, qué arte mágica, qué abracadabrante sistema utilizaría un planeta para afectar a alguien simplemente por su posición y no por su masa, digamos. Por ejemplo, si tomamos en consideración una fuerza tan obvia como la gravedad, al momento del parto el médico o la comadrona ejercen mayor atracción gravitacional sobre el recién nacido que la Luna, por no decir las estrellas de la constelación de Capricornio, que sólo parecen estar juntas desde nuestro punto de vista pero están a distancias enormemente variables desde nuestro modesto planeta.

Pero la magia es refractaria a la razón.

Y además, no es necesario explicar los fenómenos astrológicos... porque no existen. Es como tratar de explicar cómo vuelan los pegasos.

Ahora ha resurgido algún astrólogo que se hizo mínimamente conocido hace unos años no por acertar en ninguna de sus predicciones, que no lo ha hecho nunca, sino por padecer una forma de coprolalia, de modo que a la mitad de un diálogo más o menos normal suele prorrumpir en una serie de descalificaciones, palabras soeces, agresiones homofóbicas y ginofóbicas, diatribas de todo tipo y, dicen quienes han asistido a uno de estos tristes ataques, que no me consta, espumeo en la boca, ojos en blanco y convulsiones incontrolables (algo así como una posesión de las que lo exorciza José Antonio Fortea Cucurull si hay periodistas en los alrededores, pero que se trata en realidad de un síntoma neurológico que amerita atención especializada). Los que no comprendían que lo suyo era un desarreglo patológico, lo llamaron cruelmente "boquita de retrete". Ahora se arrepienten y le recomiendan que se atienda antes de que las reformas a la sanidad lo condenen al ostracismo social para siempre.

septiembre 09, 2011

Los logros de la investigación paranormal

"Sacando cuentas no me alcanza con la vida", decía una vieja canción del genial Sergio Esquivel. Y es que de cuando en cuando vale la pena sacar cuentas y hacer un resumen sumatorio de los logros obtenidos por alguna disciplina hasta el momento. Por ejemplo, la ingeniería aeronáutica partió de las observaciones históricas sobre el vuelo, como las de Leonardo Da Vinci, se consolidó con los trabajos, entre otros, de un rico heredero diletante de la ciencia (Alberto Santos Dumont) y dos mecánicos de bicicletas (los hermanos Wilbur y Orville Wright) y hoy mueve a millones de personas diariamente por todo el mundo con una asombrosa seguridad. No está mal.

La llamada "investigación paranormal" tiene ya algunos años de trabajo serio. Y por trabajo serio me refiero al intento de científicos más o menos rigurosos que pretenden desentrañar los que, dicen, son algunos misterios que ameritan atención, aunque también tiene muchísimos años de trabajo chapucero, mal hecho e insostenible pero que entusiasma muchísimo a los "aficionados al misterio". Quizá comenzó con Michel Faraday, cuando en 1853 publicó una carta en The Times en Londres explicando un dispositivo que le permitió demostrar que las "mesas bailarinas" no eran movidas por espíritus, sino por quienes les ponían las manos encima, ya fuera voluntariamente o mediante el efecto ideomotor. Más o menos por entonces, Michel Chevreul hizo experimentos sobre péndulos adivinatorios, zahorismo (encontrar agua con una varita) y mesas bailarinas demostrando que no había "fuerzas externas" misteriosas y asombrosas, sino movimientos inconscientes. Otros consideran que la investigación paranormal comenzó en 1882 con la fundación de la Sociedad para la Investigación Psíquica en Londres, por varios científicos.

Sin importar cuándo haya comenzado con precisión, y sin siquiera tratar de definir qué es "lo paranormal", pues ningún autoproclamado "experto en lo paranormal" ha podido explicar nunca qué diferencia a un hecho "normal" de uno "paranormal", nos quedaremos con algunas disciplinas que están dentro de ese gran saco llamado "lo paranormal".

Espiritismo
El principio de la paranormalidad moderna está en las mesas bailarinas y los distintos médiums que decían comunicarse con los muertos. El objetivo del estudio del espiritismo es, por supuesto demostrar que cuando las personas mueren su personalidad sobrevive de algún modo no físico pero pueden comunicarse con los vivos mediante medios físicos (visuales, auditivos, moviendo cosas, en fin, una asombrosa variedad de actividades). Ya si demostraran eso, podrían tratar de descubrir cómo se llevan a cabo esas asombrosas comunicaciones.

Desde los primeros estudios en médiums a mediados del siglo XIX hasta hoy, el espiritismo nos ha dejado los siguientes conocimientos sobre el tema, pruebas de la comunicación con muertos, demostraciones de la supervivencia de la personalidad, hipótesis verificadas y logros reproducibles:


Percepción extrasensorial (PES)
La "percepción extrasensorial", PES (o ESP por sus siglas en inglés, que a muchos les entusiasman enormemente) es un concepto que engloba la telepatía, la precognición, la visión o audición a distancia y la telekinesis, y que fue estudiado a fondo desde 1920 aunque su más famoso científico haya sido J.B. Rhine, que en la década de 1930 hizo experimentos en la Universidad de Duke en Estados Unidos que entusiasmaron mucho a los creyentes, aunque después nadie haya podido obtener resultados similares y la revisión de sus experimentos ha demostrado poco rigor metodológico y malas matemáticas en la interpretación de los resultados.

Más allá de demostraciones de cabaret como las de Uri Geller y trucos de ilusionismo asombrosos, el estudio de la PES nos ha dejado los siguientes conocimientos sobre el tema, pruebas de la existencia de telepatía, precognición, etc.; demostraciones de la percepción extrasensorial, hipótesis verificadas y logros reproducibles:


Criptozoología
La criptozoología es uno de los más divertidos espacios de la paranormalidad, porque se dedica al estudio de animales cuya existencia no ha sido probada y a los que llama "críptidos". Por supuesto, estudiar un animal que no se ha demostrado que exista es un poco raro, pero según los criptozoólogos, el mundo está lleno de animales que la ciencia desconoce. Y no se refieren, digamos, a las especies que los biólogos creen que hay además de las más de un millón setecientas mil ya descritas. Los biólogos dicen que debe haber entre 5 y 30 millones de especies de seres vivos en nuestro planeta, pero lo que entusiasma a los criptozoólogos son más bien los seres de leyenda, como el pie grande o bigfoot, el yeti, el monstruo del lago Ness, el hombre polilla, el chupacabras o el mokèlé-mbèmbé un supuesto dinosaurio que vive en el Congo.

Desde la década de 1950 en la que nació, la criptozoología y sus entusiastas practicantes han probado la existencia de la siguiente asombrosa cantidad de críptidos:


Ufología
Desde que en 1947 Kenneth Arnold describió haber visto unos objetos en forma de bumerán (o búmeran) que se movían como platillos lanzados sobre la superficie del agua (y que un reportero inepto convirtió en "platillos volantes", a partir de lo cual los objetos que la gente veía pasaron a ser circulares en su vasta mayoría), muchísimas personas se han dedicado al estudio de la ufología, del inglés UFO que son las siglas de objeto volador no identificado (en América Latina se habla también de ovnilogía), con objeto de estudiar esos avistamientos, generalmente bajo la creencia de que son naves extraterrestres tripuladas por seres inteligentes que nos visitan para algo.

Desde entonces, la ufología ha descubierto la siguiente cantidad de fenómenos aéreos no alienígenas que causan los avistamientos, además de recopilar los siguientes conocimientos sobre el tema, esta cantidad de pruebas de la existencia de los alienígenas, de sus visitas y de sus civilizaciones maravillosas, los contactos con seres humanos, demostraciones del funcionamiento de sus naves que desafían las leyes del universo, y logros reproducibles:


Podríamos seguir con la astroarqueología de Erich Von Däniken, las historias del "triángulo de las Bermudas", diversas formas de la adivinación como el tarot, los logros (inexistentes) de gurús como Osho® o Jodorowsky, pseudomedicinas o muchos otros asuntos que en este blog hemos lavado, secado y planchado con primor y dedicación durante más de siete años, pero la idea es más o menos ésa: que en todos los años de venta del misterio, de investigaciones serias o no, de toneladas de libros vendidos a cambio de dinero bueno y duramente ganado, de programas de radio cansinos, de programas de televisión que transfunden dinero público a las arcas de unos encantadores de serpientes, de sesiones de videncia y mediumnidad, y de miles de actividades adicionales de esquilma del prójimo, el mundo de "lo paranormal" no le ha servido a la humanidad para nada. Para absolutamente nada.

Por supuesto, el truco de ellos es que usted no se entere, y el truco nuestro debería ser precisamente el difundir que de todo eso que nos han contado, tan emocionante y maravilloso que sería, a la hora de sacar cuentas el resultado es, simplemente,

septiembre 29, 2010

Astrología en la universidad

Actualización el 1º de octubre: La Universidad de Alicante afirma que no puede impedir la reunión de brujos porque cumplieron los requisitos para solicitar el local donde mañana 2 de octubre celebrarán su aquelarre. Sin embargo, el diario Público ha descubierto que la Sociedad Astrológica Española al hacer su solicitud ante Extensión Universitaria de la UA ocultó que era una función de cobro: 20 euros para los ingenuos sin patente, 10 euros para los miembros de dicha sociedad astrológica y 5 euros para los estudiantes, futuros clientes de los agoreros que organizan el sarao. ¿Y aún así tiene que permitirse el desfiguro de mañana?
Actualización el 30 de septiembre: Luis Alfonso Gámez, en su blog Magonia informa de que los astrónomos de la Universidad de Alicante, un total de 10 profesores, investigadores, catedráticos y doctorandos, han expresado públicamente en una carta al rector su rechazo a la presencia de brujos en la Universidad. ¿Podría estar en riesgo la habitual impunidad de los ocultistas cuando toman por asalto los espacios de la ciencia a la que denigran? Veremos.
Una asociación de adivinos ha conseguido, a saber cómo, hacerse del uso de las instalaciones de la Universidad de Alicante para una jornada de "Divulgación astrológica" destinada a promover la superstición y aumentar la clientela de estos augures.

No repetiré lo que ya han dicho otros blogueros, así que recomiendo tanto la visita a Magonia, de Luis Alfonso Gámez, como a la tristemente creciente Lista de la vergüenza.

Esta actividad, que tiene tanto lugar en una universidad como la podría tener una celebración de sacrificios de corderos a Baal, ha provocado que el Presidente de la Sociedad Española de Astronomía, Emilio J. Alfaro, remita una carta al rector de la Universidad de Alicante que puede usted leer en los blogs de Javier Armentia y de  José María Mateos, y supongo que estará en otros lugares.

Este blog le propone a usted que no se quede callado si considera igualmente escandaloso que los espacios de la inteligencia y el conocimiento sean ocupados por videntes y brujos, y a su vez le haga llegar su inquietud al señor rector, que muy probablemente apenas se está enterando de que alguien ha metido la pata con entusiasmo.

Si se hace camino al andar, hace unos minutos hemos remitido el siguiente mensaje al señor rector de la Universidad de Alicante, a su dirección pública rector@ua.es, y le invitamos a hacer lo propio, con esta redacción o con una mejor, por supuesto.
Estimado Sr. Rector, 
Quiero hacerme eco de la carta que le ha remitido don Emilio J. Alfaro, Presidente de la Sociedad Española de Astronomía respecto de la muy lamentable acogida que la Universidad de Alicante hará de una actividad relacionada con la magia representativa, la superstición y la antiinteligencia, a cargo de un grupo de astrólogos. 
Secundo la petición de que las instalaciones de la Universidad de Alicante, como verdadero templo de la actitud inteligente y de investigación científica del universo, no se cedan a la magia, la superchería y el embuste. 
Por contra, sugeriría que se planteara la posibilidad de realizar más jornadas abiertas de astronomía divulgativa para la población en general, en seguimiento de las actividades de la Noche de los Investigadores que se celebró hace pocos días. 
Respetuosamente, 
    Mauricio-José Schwarz 
    Periodista y divulgador científico

marzo 31, 2004

Devaneos astro(i)lógicos

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Una de las supersticiones más antiguas que sobreviven en nuestra época es la de la astrología, disciplina iniciada por los antiguos habitantes de Babilonia.

Es de suponerse que, si pudiera usted elegir entre ser atendido por un médico con los conocimientos que se tenían en la Babilonia de hace 4 mil años o un especialista en Rochester, elegiría usted al segundo. No por despreciar al primero, pero todos sabemos que el conocimiento ha avanzado un poco desde aquél entonces, y que le meta cuchillo un tipo que desconoce las normas elementales de la higiene y la teoría de la enfermedad producida por agentes patógenos microscópicos (por no contar que en lugar de anestesia le daban a usted una flecha para que la mordiera mientras lo operaban) no parece una opción inteligente.

El nivel del conocimiento del universo de los babilonios era más o menos el mismo que su nivel de conocimiento de la medicina.

Y sin embargo, hay toda una subespecie de para anormalistas que se dedica a forrarse los bolsillos con el cuento de la astrología.

¿Qué dice la astrología?

Fundamentalmente, que ciertas colecciones de estrellas y los planetas de nuestro sistema solar pueden afectar mágicamente nuestras vidas dependiendo del momento de nuestro nacimiento según sus posiciones.

Las tonterías que subyacen a esta afirmación son muchísimas, anotamos solamente las más bastas y groseras.

Los astrólogos afirman que una constelación formada por estrellas que pueden estar a millones de años unas de otras puede afectarnos en su totalidad, sin importar la distancia a la que cada estrella esté de nosotros ni su tamaño tanto aparente como real (desde la Tierra se puede ver muy pequeña una estrella cientos de veces más grande que el sol y muy grande una que sea la mitad del sol pero que esté más cerca), porque la magia estelar no sabe de distancias, tiempos y tamaños.

Lo que nunca explican es por qué sólo esas estrellas y no los trillones y trillones de estrellas adicionales del universo (muchas de ellas metidas en el mágico cinturón del "Zodiaco") nos afectan. ¿Por qué son especiales esas estrellas y las constelaciones que forman si uno las mira con ánimo fantasioso y abandonado?

¿Cómo efectúan su mágica labor las estrellas y planetas? Pues no lo dicen. Suelen salirse por la tangente diciendo que es obvio que el sol y la luna afectan a la tierra, produciendo las mareas. Pero las mareas son resultado de la gravedad, una fuerza elemental bastante bien explicada. Tan bien explicada que sabemos que la influencia que puede tener la gravedad de una estrella que esté a algunos miles de años luz sobre nosotros es minúscula y se ve compensada, claro, por fuerzas gravitacionales más inmediatas. Porque, y de esto no se han enterado estos papanatas, la fuerza de la gravedad disminuye exponencialmente con la distancia.

Pero, se apresuran a intervenir, la fuerza mágica que ejercen las estrellas seleccionadas por los astrólogos no es la de la gravedad, qué va, eso de la gravedad resulta que era sólo un ejemplo, que en realidad la fuerza que ejercen las estrellas es... ah, pues no lo dicen.

Como explicábamos en otra entrada de este irreverente blog, las energías místicas no existen y éstos embaucadores no pueden ni siquiera definir tales energías.

En realidad, todas las interpretaciones astrológicas se basan en la poesía mítica antigua que decía que si el planeta Marte corresponde al dios de la guerra, cuando una víctima esté bajo la influencia de Marte estará expuesta a violencia, mientras que si la dominante es Venus, mejorará su vida amorosa.

Paparruchas a tutiplén, pues.

Y luego, para desgracia de estos petisuís, llegan los científicos que realmente estudian el universo y les anuncian con ensordecedoras fanfarrias que se ha descubierto otro planeta en el Sistema Solar.

¿Volverán a rehacer sus cálculos estos desvergonzados tomando ahora en consideración a Sedna como influencia astrológica? Porque fíjese usted que la pamplina astro(i)lógica vivió durante milenios asegurando que servía para prever el futuro (y cobrando por cartas astrales y otras mamadas sin base alguna) considerando sólo a los planetas visibles a simple vista.

En 1930 los astrónomos serios informaron que existía Plutón (en versión anterior decíamos que Urano, varios lectores y hasta el tal Manuel Capella nos señalaron el error, que se corrige y punto), planeta no visible a simple vista, lo cual debería haber bastado para que todos los astrólogos, en un ejercicio colectivo de la decencia, dejaran atrás sus cuentos chinos y se dedicaran a las labores del campo u otras ocupaciones honradas. Pero no, medio explicaron algo y siguieron cobrando.

Y lo mismo pasará con Sedna. Los que tienen visión de negocios empezarán a vender "cartas astrales mejoradas incluyendo la influencia de Sedna", otros dirán que Sedna no importa por ser tan pequeño (aunque originalmente decían que el tamaño importaba un rábano) o se sacarán de la manga alguna explicación por la cual la influencia de Sedna es secundaria por alguna causa.

Y luego, para remate, los astrónomos descubren una seudoluna, un asteroide que gira alrededor del sol en la misma órbita que nosotros.

La astrología no pasa de ser un espectáculo de salón empleado para separar a los inocentes de su dinero.

¿O usted no se dio cuenta que de entre todos los astrólogos (y otros videntes de España entera) ninguno advirtió que iba a ocurrir una desgracia el 11 de marzo?

Ahora a ver si no le echan la culpa a Sedna.