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sábado

Gracias por los niños

Hoy mis vecinos nos contaban una anécdota relativa a una compañera de clase de su hija.
La niña tiene 6 años y el otro día acudía entusiasmada a contarle a su madre, a la salida del colegio, la suerte que tenía y lo contenta que estaba.
- ¿Y eso por qué hija? - inquirió la madre encantada ante la desbordante alegría de la niña.
- Es que la hija de los Reyes Magos es mi compañera de clase -explicaba la niña con una sonrisa de oreja a oreja-.
- ¿La hija de los Reyes Magos? preguntó asombrada la madre, pensando en una niña disfrazada de Paje Real o algo similar.
- Sí, mamá, insistió la niña feliz. ¡Me ha dicho mi compañera que Los Reyes Magos son sus padres! ¡Que suerte, ¿verdad?!
La madre se quedó pasmada. Y en seguida se sintió también feliz de la interpretación que había hecho su hija de las palabras de su compañera y pensó que, quizás, la ilusión duraría una año más.
- Sí cariño, que suerte tenemos...

Y la verdad es que en este mundo y en estos días en los que si no eres desconfiado, eres receloso y desconfiado y aún así te timan, engañan y roban, comprobar el candor, la inocencia y la ilusión de los niños te anima a seguir marchando.
La bienintencionada interpretación que hace la niña de las palabras de su compañera valen un mundo.
Y aunque no fuese verdad, que fuese simplemente una historia, daría igual.

jueves

Del cristal con que se mire...

Dos señoras se encuentran después de un largo tiempo sin verse y una le pregunta a la otra:

- ¿Y cómo están tus hijos, Rosa y Francisco?

- ¡Ay querida!, Rosa se casó muy bien. Tiene un esposo maravilloso. Él se levanta de madrugada para cambiar los pañales de mi nieto, prepara el café por la mañana, lava los platos y ayuda en la cocina. Después de todo esto se va a trabajar. Un amor de yerno, gracias a Dios.

- ¡Que bien, querida amiga! Y tu hijo Francisco, ¿también se casó?

- También se casó, pero tuvo mala suerte. Su matrimonio anda muy mal... Imagínate que él tiene que levantarse de madrugada para cambiar los pañales de mi nieto, hacer el café por la mañana, lavar los platos y ¡tiene que ayudar en la cocina! Y después de todo esto, sale a trabajar para conseguir el sustento para la vaga de mi nuera, ¡¡ es una sinvergüenza!!