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16.11.10

El poema fúnebre de Adriano

Canopo
Animula, vagula, blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc abibis in loca
Pallidula, rigida, nudula,
Nec, ut soles, dabis iocos...
Pequeña alma, blanda y errante,
huésped y compañera de mi cuerpo,
que partirás para lugares
pálidos, rígidos, desnudos,
y ya no bromearás como acostumbrabas
Traducción por cortesía de Darío Sánchez Vendramini
+ info sobre el Poema Fúnebre de Adriano en la Wikipedia
Artículos relacionados: Publio Elio Adriano  en 7 posts

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17.9.08

Estatua de Adriano (Museo arqueológico de Estambul)

PS: Sebastià, qué envidia nos das a todos con tus múltiples viajes!!

15.9.08

Adriano: Imperio y conflicto

Del 15 al 30 de Septiembre repasaremos en este blog la vida y obra de este poliedrico emperador romano.

¿Reformador del Imperio?

¿Riguroso administrador?

¿Militar despiadado?

¿Promotor de las artes?

¿Amante incondicional?


En breve podrás descubrir las claves para entender a este personaje único.


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Adriano y la divinización de Trajano

Paco Zuleta, lector infatigable de este blog, me hace llegar un interesante texto que narra las exequias, triunfo póstumo, y proceso de divinización del emperador Trajano, realizados bajo la atenta mirada de su sucesor, Publio Elio Adriano. Como resultado de los mismos, ha quedado para la posteridad uno de los monumentos {fúnebres} más visitados de la capital romana: La Columna Trajana.

Extracto de "Adriano: La biografía de un emperador que cambió la historia", de Anthony Birley, de Ed´Península/ Atalaya


En otoño se le ofreció a Adriano un triunfo por las victorias sobre los partos, que fue rechazado de manera muy oportuna; además, él mismo había propuesto la divinización de Trajano. En ese momento, al hallarse Adriano de vuelta, se pudo llevar a cabo el rito de la apoteosis. No se han conservado detalles, a excepción de la noticia de que las cenizas del difunto emperador fueron depositadas en la base de su gran Columna, una distinción inusitada y contraria a la práctica romana. La tumba de Augusto en el Campo de Marte estaba ya, en cualquier caso, ocupada (se había hallado en ella espacio para los restos de Nerva).

En cuanto al triunfo, se decidió celebrar uno póstumo-lo cual parece un tanto extravagante-en honor del propio Trajano (el tercero de los suyos). El Senado y el ejército desfilaron a lo largo de la vía triunfal portando una estatua del conquistador divinizado. ¿Se suponía que aquello mitigaría el resentimiento generado por la cesión de las conquistas de Trajano? La verdad era que la expedición contra los partos había tenido resultados catastróficos bastante antes del fallecimiento de Trajano. De todos modos, se celebraron juegos que se repetirían anualmente, los ludi Parthici, cuya presidencia se asignaría regularmente a uno de los pretores. Las ceremonias del verano del año 118 debieron de ser la ocasión en que Adriano «ordenó que se vertiera bálsamo y azafrán por las gradas del teatro en honor de Trajano». También fue, sin duda, entonces cuando se llevó a efecto la decisión de erigir un templo al deificado Trajano. Y solo en ese momento pudo haberse resuelto adornar la Columna con un friso continuo conmemorativo de las guerras de Dacia, la decisión la habría tomado el propio Adriano."





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Adriano: La carrera de éxito de un privatus

Desde que en el año 91 dC fuera llamado a Roma por Trajano, para iniciarse en el cursus honorum, hasta que sucediera a este en el 117, Adriano desempeñó una larga serie de responsabilidades tanto civiles como militares, tanto en el mando de tropas como en la administración del Imperio.

Fueron estas:
decemvir stlitibus iudicandis
sevir turmae equitum Romanorum
praefectus urbi feriarum Latinarum
trib. militum legionis II Adiutricis Piae Fidelis (95, in Pannonia inferior)
trib. militum legionis V Macedonicae (96, in Moesia inferior)
trib. militum legionis XXII Primigeniae Piae Fidelis (97, in Germania superior)
quaestor (101)
ab actis senatus
tribunus plebis (105)
praetor (106)
legatus legionis I Minerviae Piae Fidelis (106, in Germania inferior)
legatus Augusti pro praetore Pannoniae inferioris (107)
consul suffectus (108)
septemvir epulonum (before 112)
sodalis Augustalis (before 112)
archon Athenis (112/13)
legatus Syriae (117)





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8.9.08

Hadrian, Empire & Conflict

Una de las cosas que más me impresiona de los grandes museos tipo British Museum o Louvre es su extrema profesionalidad y acercamiento al visitante. No sé si a vosotros os parece lo mismo pero a mí cada vez que voy a uno de estos museos me dan ganas de hacerme socio, contribuyente o lo que haga falta. Las exposiciones temporales son atractivas, pero sin perder su fundamento científico; están bien organizadas, con materiales didácticos de calidad y abundantes recreaciones informáticas, que te permiten entender y asimilar lo que estás viendo. Además, y esto supongo que tiene que ver con los patronatos de los museos (multinacionales con amplios presupuestos de márketing), cuando hacen una de estas exposiciones, la promocionan a lo bestia.

Para muestra un botón. Os adjunto el video de promoción de la exposición que actualmente ofrece el British Museum: "Hadrian, Empire & Conflict", sobre nuestro ilustre emperador. ¿No os dan ganas de comprar un billete de esos baratillos y escaparos a verla?





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17.7.08

Adriano conquista el British Museum

Visto en elPais.es



Animula vagula blandula...Así empieza el célebre poemita del emperador Adriano, su adiós a la vida. "Almita inquieta y melosa", quizá, pero por fuera un militar de los pies a la cabeza, un cachas sumamente diestro con las armas que podía ser brutal. Thorsten Opper, el comisario de la nueva, espectacular exposición sobre el emperador Adriano en el British Museum de Londres consagrada a revisar su poliédrica figura y analizar su legado, señala, empequeñecido por la mole de mármol, una escultura colosal del emperador como comandante supremo y con todos los atributos, militares por supuesto. "Éste es el Adriano real", establece en una visita con EL PAÍS por la exposición. El emperador impresiona. No se le ve nada blandulo. Ni recuerda al personaje pacífico, filósofo, introspectivo y cercano, buen tipo, que creó en 1951 Marguerite Yourcenar en su bella y tan famosa novela Memorias de Adriano (Edhasa, 1982), de la que se han vendido en España un millón de ejemplares. Luce coraza, su expresión es despiadada y con el pie izquierdo está aplastando a un pobre tipo, un enemigo bárbaro. "La cara nazi de Roma", sugiere el comisario.

Junto a la estatua hay otra del emperador igualmente contundente: Adriano como Marte, un desnudo heroico con yelmo, escudo y tahalí. "Son las imágenes de un emperador poderoso, marcial, que se veía como un segundo Augusto, no de alguien dedicado a la vida contemplativa y que dócilmente cede territorio romano", apunta el comisario. Lo cual no quita, por supuesto, que Adriano (Roma, 76-Tívoli, 138) fuera un admirador de lo griego (probablemente en parte por estrategia), un entusiasta aficionado a la arquitectura, un gran viajero (para controlar el imperio, no por turismo), un gastrónomo (su plato preferido era la torta de ubres de cerda con faisán y jamón: murió de arteriosclerosis) y, establece Opper sin ambages, "gay".

Ahí queda la palabra, que nunca se había usado tan rotundamente en ámbito académico para un gran césar romano. Una parte maravillosa de la exposición está dedicada, precisamente, al amante de Adriano, el bellísimo -hay unas estatuas de una mórbida sensualidad- efebo bitinio Antínoo, ahogado en el Nilo en circunstancias misteriosas e incluso sospechosas. Se ha hablado de asesinato, sacrificio o suicidio. Una teoría es que Antínoo, tras años de relación y pasada la flos aetatis (la flor de la juventud), había llegado a la madurez, y el hecho de ser penetrado (cevere) le supusiera una humillación intolerable en el curioso código sexual romano en el que la homosexualidad masculina no era nada particular mientras fuera el sujeto activo o joven (véase Roman homosexuality, de Craig A. Williams, Oxford, 1999, el mejor estudio sobre el tema). Antínoo se habría quitado del medio para no estropear una relación, incluso una bonita historia de amor, que debía acabarse. Probablemente eso explicaría la devoción póstuma de Adriano, que fundó una ciudad con su nombre, Antinoopolis, y lo deificó. "Todo eso sugiere una emoción real", anota Opper. Una interesantísima novela reciente, Conspiratio (Seix Barral, 2007), de Ben Pastor, trata el enigma de la muerte de Antínoo y la búsqueda de su tumba, uno de los grandes misterios de la antigüedad.

Opper, como Anthony Birley, el mejor biógrafo del emperador (véase su tan ameno Adriano, Península, 1997), considera que Yourcenar creó con su novela -de la que John Boorman prepara un filme con Antonio Banderas- un arquetipo popular del personaje que condiciona la aproximación del público y no se ajusta a la realidad. Muy deportivamente, sin embargo, y consciente del impacto de Memorias de Adriano en la gente, el comisario ha hecho que al inicio de la exposición el visitante se encuentre con el manuscrito de la novela. "Mucha gente sólo conoce a Adriano por la novela, es buena y nos lo aproxima, sí, pero es nuestro deber explicar que no es el Adriano real, el de la historia, mucho más complejo y polifacético".

Para el comisario, Adriano, que se ve obligado a estabilizar el Imperio tras la desaforada etapa de conquistas de Trajano, "tiene algo de Obama, pero es también McCain". No en balde era un veterano combatiente que había sido tribuno en tres legiones y legado de la I Minerva. La deconstrucción del Adriano yourceriano se explicita perfectamente en la exposición con una pieza, una enorme escultura del emperador con aspecto de filósofo griego fondón que parece, éste sí, el mismísimo personaje de la novela. De hecho Yourcenar se inspiró en la estatua. Resulta que esa escultura, que se tenía por icónica del emperador, era, según se ha descubierto, un montaje de época victoriana y en realidad se compone de una cabeza de Adriano ¡montada sobre un cuerpo ajeno! La exhibición permite ver la chapuza.

La percepción de Adriano ha ido cambiando, dice el comisario; la antigüedad no lo presenta con rasgos precisamente positivos: destacaba su ambición, su deseo de sobresalir, el hecho de que empezó y acabó su carrera con crímenes de Estado, y que murió odiado por todos (invisus omnibus). "Tras las guerras mundiales se le vio positivamente en la creencia de que apostó por la paz, y ésa es la idea de Yourcenar. Cada generación tiene su Adriano".

Opper continúa guiando en este privilegiado recorrido por la exposición, unos días antes de que se abra al público. Adriano, dice, es el primer emperador con barba. Opper cree que por costumbre militar. Señala una curiosa característica que presentan todas las esculturas del personaje: un doblez en el lóbulo de la oreja. "Nos hace pensar que las representaciones de Adriano no eran sólo propaganda imperial: tenían una base retratística real; por otro lado, los que presentan este rasgo son propensos a las enfermedades coronarias...".

La exhibición es asombrosa. Reúne 170 objetos de una treintena de museos seleccionados con enorme inteligencia y un gusto exquisito, entre ellos piezas jamás mostradas o inéditas en Europa. El caso paradigmático es el de los fragmentos de una estatua colosal de Adriano, de mármol, hallados el pasado agosto en la excavación de Sagalassos (suroeste de Turquía), antigua capital de la provincia de Pisidia. Los restos, que hace un año aún estaban bajo tierra, incluyen la extraordinaria cabeza, un pie calzado con sandalia y un brazo. Otros hallazgos arqueológicos recientes que recoge la exposición son los interesantísimos de la excavación (2007) del Antinoeion, el templo consagrado por Adriano a su amante en su inmensa villa de Tibur (Tívoli).

La exposición incluye esculturas (entre ellas dos de los tres únicos retratos en bronce que se conocen de Adriano, el del campo legionario de Tel Shalem, en Judea, y el célebre de Britania, sacado del Támesis), camafeos, inscripciones, monedas, armamento (como el maravilloso yelmo Ribchester, el ornamentado casco de parada de un jinete auxiliar), elementos arquitectónicos, pinturas, la estimulante Copa Warren, con escenas de sexo gay, y otras cosas que parecen sencillitas ante tanta magnificencia, pero que producen un estremecimiento inenarrable de emoción porque en ellas se revela el pasado especialmente vívido: un fragmento de papiro del poeta Pankrates con el texto del poema sobre la cacería del león en que participaron en su viaje a Egipto Adriano y su amante Antínoo, otro fragmento con unas líneas de lo que se cree es el único trozo de la perdida autobiografía del emperador y una baldosa en la que quedó impresa ¡la huella de la sandalia de un legionario!

La exposición recalca los orígenes hispanos de Adriano y el auge de la dinámica élite colonial bética en la capital del Imperio merced, sobre todo, al comercio de aceite. Se muestran retratos de Trajano, con el que la relación de Adriano no fue siempre muy fluida -especialmente tras tener éste un lío con los queridos pajecillos de su predecesor- y la esposa de nuestro emperador, Sabina (un matrimonio de conveniencia quizá incluso ni siquiera consumado; se dice que la emperatriz tuvo una relación lésbica con su amiga Julia Balbilla: ¡olé Roma!).

La faceta arquitectónica de Adriano -la restauración del Panteón, su villa, su mausoleo- es central en el discurso de esta irrepetible exhibición, que no viajará




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13.5.08

Baños de Adriano en Leptis Magna


Libya, originally uploaded by mcmanus.richard.

4.5.08

Villa Adriana


Tibur : Villa Adriana, originally uploaded by Romanus_too.

Extracto de la wikipedia

La villa de Adriano , conocida comúnmente como Villa Adriana es uno de los más famosos complejos arqueológicos romanos. Está situada a 23 kilómetros de Roma, en las afueras de Tívoli. Fue construida en el siglo II por el emperador Adriano y en ella pasó los últimos años de su vida. En ella se reúnen distintas construcciones que representan diferentes lugares y monumentos del mundo romano.



La Villa es como una pequeña ciudad con fuentes, termas, bibliotecas, teatros, y templos. Los edificios más importantes son:

* La Piazza d`Oro, grandioso peristilo.
* El Teatro Marítimo que es una villa romana en miniatura construida en una isla.
* El Pecicle que representa un pórtico griego con una gran piscina en su interior.
* El Canopo canal que imita al situado en Alejandría .
* Edificio con tres Exedras.
* El teatro griego.
* Las Termas Pequeñas, destinadas a las mujeres
* Las Termas Grandes, destinadas a los hombres
* Templete circular de Venus.
* Los cien cuartitos, destinados al personal de servicio.

26.3.08

Antinoo, de amante del emperador a icono artístico


Antinous / 1, originally uploaded by KCA.


Extracto del artículo sobre Antinoo que puedes encontrar completo en la wikipedia

Antínoo o Antinoo (en griego Ἀντίνοος, latinizado como Antinous; Bitinio-Claudiópolis, Bitinia, 27 de noviembre de entre 110 y 115 - río Nilo, junto a Besa, 30 de octubre de 130, o poco antes) fue un joven de gran belleza, favorito y amante del emperador romano Adriano. Tras su muerte fue deificado y adorado. Muchos de los retratos que se hicieron de él se han conservado hasta nuestros días. Desde el Renacimiento hasta la actualidad, Antínoo ha sido muy representado en el arte, especialmente en la escultura, y su enigmática figura ha captado la atención de numerosos artistas.

Casi en paralelo al redescubrimiento del arte antiguo, durante el Renacimiento se dio también un redescubrimiento de Antínoo. Al comienzo la atención estuvo centrada solo en su representación en el arte, y no en la persona o la leyenda del joven bitinio. Para este redescubrimiento fue decisivo que existiesen numerosas obras de arte en los dominios de la escultura y la numismática, justamente los ámbitos en que comenzó la investigación del arte antiguo. Además, se averiguó también muy pronto que el tipo de Antínoo representaba una muestra particularmente clásica de la escultura de la Antigüedad. Con el tiempo llegarían incluso a ser tomadas por retratos de Antínoo algunas estatuas que en realidad representaban a alguna otra divinidad. Dos de los más importantes retratos de Antínoo, que tuvieron una gran importancia en la recepción posterior de su imagen, son los conocidos como Antínoo del Belvedere, de los Museos Vaticanos, y Antínoo Capitolino, en el Museo Capitolino de Roma.

13.3.08

Busto del emperador Adriano, en el Museo de Cirene (Libia)

16.1.08

Mausoleo di Adriano, Roma


Mausoleo di Adriano, originally uploaded by Maximus1978.

El Castillo de Sant'Angelo o Castel Sant' Angelo (también conocido como el Mausoleo de Adriano) es un monumento romano situado en la orilla derecha del río Tíber, en frente del pons Aelius (actual puente de Sant'Angelo), a poca distancia de la Ciudad del Vaticano.

Iniciado por el emperador Adriano en el año 135 para ser su mausoleo personal y familiar, fue acabado por Antonino Pío en el 139. El monumento, en travertino, estaba engalanado por una cuádriga en bronce guiada por el emperador Adriano. Muy pronto el edificio cambió de uso y se convirtió en un edificio militar. Se integró a la Muralla Aureliana en el 403.

El actual nombre del castillo proviene del 590, durante una gran epidemia de peste que golpeó la ciudad de Roma. El papa de la época, Gregorio I, vio al Arcángel San Miguel, sobre la cima del castillo que envainaba su espada significando el fin de la epidemia. Para conmemorar la aparición, una estatua de un ángel corona el edificio (primero una estatua en mármol de Raffaello da Montelupo, y desde 1753, una de bronce de Pierre van Verschaffelt sobre un dibujo de Bernini).

19.6.07

Busto de Adriano


hadrian, originally uploaded by mym.


Magnífica foto del busto de Adriano, del Museo Británico de Londres.

9.2.07

La muralla de Adriano


La muralla de Hadriano, por cortesía de Walt Jabsco

La Muralla de Hadriano fue construida tras una visita de este Emperador a la zona, en el 122 dC. En un período de crecientes problemas en el Limes del Imperio, no sólo en esta zona, sino también en Egipto, Judea, Libia, Mauritania y otras zonas conquistadas por su antecesor Trajano, Hadriano inauguró una política de reimponer el orden en la frontera. Obviamente, una muralla de tamañas proporciones debía ayudar a cumplir este objetivo, al mismo tiempo que suponía un símbolo claro del poderío del Imperio.

La muralla de Hadriano tenía unos 120 kilómetros de largo, y su altura y anchura originales podían variar según el tramo, según los materiales constructivos utilizados. Al Este del río Irthing la Muralla, construida en piedra, tenía 3 metros de ancho por 5 o 6 de alto; al Oeste del mismo río, al haberse usado turba de la zona, la anchura de la misma crecía hasta los 6 metros, reduciéndose la altura hasta los 3. La Muralla tenía guarniciones de tropas auxiliares (no legionarios) cuyo número rondaba los 9.000 efectivos, tanto de caballería como de infantería.

Tras la muerte de Hadriano en el 138, la muralla perdió temporalmente sus funciones ya que el nuevo emperador, Antonino Pío, trasladó la frontera 160 kilómetros al Norte, y construyó una nueva muralla en la actual Escocia. Esta, la muralla Antonina, tenía 61 kilómetros de largo y estaba construida con turba. A pesar de los importantes recursos militares asignados a esta nueva muralla, Antonino Pío fue incapaz de domesticar a las tribus del Norte, y su sucesor Marco Aurelio se vió obligado a abandonarla, volviendo a situar el limes en la muralla de Hadriano.

A finales del siglo IV, las invasiones bárbaras, la crisis económica del Imperio, y la inestabilidad política y militar, debilitaron irreversiblemente la presencia romana en Britania. Hacia el año 410 dC tanto la administración como las legiones romanas pertenecían ya al recuerdo, y Britania quedó a su propia merced. Las guarniciones, originariamente foráneas, estaban ya integradas por personal britano local, con lo que su papel militar fue difuminándose con el tiempo. Excavaciones arquelógicas actuales nos revelan que ciertas partes de la muralla estuvieron habitadas hasta bien entrado el siglo V, pero posteriormente estos asentamientos fueron abandonados y la muralla quedó desprotegida, reduciéndose poco a poco a su estado ruinoso actual.

Historia Clásica