Pude percibir esos aromas que solo se desprenden de lo bueno, cuando se funden la pasión y el tiempo o cuando el roció acaricia el pelo.
Eran dos almas, dos, o tan solo una fundidas en un abrazo etéreo, huyendo del hastió cotidiano, del ruido de maquinas y hierros.
Las vi bailar vibrando entretenidas en llevar el compás de la canción, mientras las ramas se agitaban locas salpicando con gotas esas bocas sueltas o unidas en el mismo son.
Cuanta nostalgia que me despertaba ese vaivén del amor vivido, con la intensidad que se apreciaba, con esa música que lo envolvía, con el perfume que se desprendía ,yo deseaba bailar también, si, lo deseaba.