1. Aprender a aceptarnos, tal como somos.
Erradicar el juez interno. Estas voces de nuestro “juez” están aquí para asegurarse que sigamos los estándares, lineamientos, reglas de nuestros condicionamientos. La energía del juez llega en forma de voces que nos recuerdan constantemente que no somos suficientes, de muchas maneras (no somos suficientemente inteligentes, bonitas, espirituales, valientes, sensibles, etc.). Nos dice constantemente qué hacer, qué no hacer.
2. No pretender manejar y controlar a los demás.
Reaccionamos para satisfacer nuestras necesidades, cuando no nos sentimos seguros, amados y/o apreciados. Y desde allí compulsivamente intentamos controlar a los demás. Y lo que sigue es el conflicto, expectativas no cumplidas, mala comunicación, juegos de poder y dolor. Cuando soltamos el intento de cambiar a las personas de nuestro alrededor nos forzamos a sentir nuestro propio dolor de abandono y del rechazo. Empezamos a amarlos y aceptarlos con sus imperfecciones
3. Aprender a pararnos en nuestros pies.
Dejar a un lado la fantasía que alguien tiene que cuidarnos, como niños. Hoy como adultos, es imperativo soltar ese pensamiento fantasioso y aprender a hacernos cargo de nosotros. En todos los sentidos, emocional, física y económicamente.
4. Salirnos del estado de complacencia:.
Aprender a poner límites. Conocer y validar mis propias necesidades. Aprender a escoger la dignidad sobre “el amor”.
5. Aprender a manejar las emociones y situaciones dolorosas.
Una de los retos más grandes en la sanación de nuestra parte infantil dañada, de nuestro ser codependiente es aprender a manejar estados de emociones dolorosas cuando estas llegan. Es una cosa conocer nuestra historia de cómo fuimos lastimados, avergonzados y traumatizados, pero es otra el poder permanecer presente y consiente cuando todo esto se estimula en la vida diaria. Como hacernos responsables de nuestras propias reacciones.
Erradicar el juez interno. Estas voces de nuestro “juez” están aquí para asegurarse que sigamos los estándares, lineamientos, reglas de nuestros condicionamientos. La energía del juez llega en forma de voces que nos recuerdan constantemente que no somos suficientes, de muchas maneras (no somos suficientemente inteligentes, bonitas, espirituales, valientes, sensibles, etc.). Nos dice constantemente qué hacer, qué no hacer.
2. No pretender manejar y controlar a los demás.
Reaccionamos para satisfacer nuestras necesidades, cuando no nos sentimos seguros, amados y/o apreciados. Y desde allí compulsivamente intentamos controlar a los demás. Y lo que sigue es el conflicto, expectativas no cumplidas, mala comunicación, juegos de poder y dolor. Cuando soltamos el intento de cambiar a las personas de nuestro alrededor nos forzamos a sentir nuestro propio dolor de abandono y del rechazo. Empezamos a amarlos y aceptarlos con sus imperfecciones
3. Aprender a pararnos en nuestros pies.
Dejar a un lado la fantasía que alguien tiene que cuidarnos, como niños. Hoy como adultos, es imperativo soltar ese pensamiento fantasioso y aprender a hacernos cargo de nosotros. En todos los sentidos, emocional, física y económicamente.
4. Salirnos del estado de complacencia:.
Aprender a poner límites. Conocer y validar mis propias necesidades. Aprender a escoger la dignidad sobre “el amor”.
5. Aprender a manejar las emociones y situaciones dolorosas.
Una de los retos más grandes en la sanación de nuestra parte infantil dañada, de nuestro ser codependiente es aprender a manejar estados de emociones dolorosas cuando estas llegan. Es una cosa conocer nuestra historia de cómo fuimos lastimados, avergonzados y traumatizados, pero es otra el poder permanecer presente y consiente cuando todo esto se estimula en la vida diaria. Como hacernos responsables de nuestras propias reacciones.
Según yo esto es lo que más nos une a la tristeza, tal vez si tratamos de superar poco a poco lo que más nos conflictua y nos confrontamos a nosotros mismos podamos liberarnos y SER MÁS FELICES que al final es a lo que venimos a este mundo que es solo pasajero..... A VIVIR¡¡¡ cuesta pero al lograrlo seguro que nos sentiremos mejor.¡¡¡