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sábado, 18 de noviembre de 2023

Infancia y pensamiento

Por Daniel Link para Perfil

Nos convocan a una reunión universitaria en la que se discutirán políticas de investigación y mecanismos para estimular y fortalecer el desarrollo de proyectos. No se entiende muy bien por qué estamos en un salón con mesas modulares y sillas de colores, como de kindergarten, hasta que nos dividen en grupos de cuatro personas y nos hacen mover los módulos para crear células autónomas de razonamiento. Nos someten a una serie de preguntas estrambóticas que curiosamente, en mi equipo respondemos todos con la misma respuesta: necesitamos dinero, infraestructura, espacios (físicos y virtuales).

Cuando llega el momento de la puesta en común, el “consultor externo” contratado para la ocasión queda pasmado: en todos los grupos la respuesta ha sido la misma, para todas las preguntas. Le explicamos que los proyectos de investigación financiados por la universidad otorgan un subsidio que, al cambio de hoy, equivale a 30 (en el peor de los casos) o 90 (en el mejor) dólares anuales para todo el equipo que integra el proyecto (la inscripción a un solo congreso baratito ronda los 30 dólares).

Le contamos que en algunos centros ya nadie se presenta a esos proyectos por lo insustancial del subsidio y porque luego hay que enfrentarse con una burocracia que exige la devolución de algunas sumas porque un comprobante se perdió o estaba mal hecho.

Un geógrafo cuenta el caso de una geóloga (ah, la canción de la tierra) que, estando en el medio de una excavación, recibió un llamado pidiéndole cuentas por unos tres mil pesos (3 dólares) que no había rendido correctamente.

¿Se puede investigar sin inversión? Se nos preguntó cómo se puede aumentar la capacidad de captura de fondos. Lo sabemos perfectamente: presentándonos a convocatorias internacionales. Pero para eso también hacen falta recursos, porque cada una de esas presentaciones, que podrían traer cientos de miles de dólares o millones de euros a la universidad requieren de tiempo, precisión, talento. Agregamos a la lista de lo que hace falta: plata, espacios (físicos y virtuales), infraestructura, nombramientos.

Nos retiramos con la satisfacción de que las autoridades transmitirán al futuro gobierno nuestras necesidades, que serán escuchadas y resueltas.


sábado, 4 de febrero de 2023

Matar al robot

por Daniel Link para Perfil

 

                       Imagen generada por la aplicación DALL·E (¡Dalí!) de OpenAI a partir de una descripción en lenguaje natural.
 

UNTREF acaba de abrir la inscripción para una Maestría en humanidades digitales (la primera en su género en Argentina y una de las poquísimas en toda América latina) en la que darán clases expertos en diferentes campos de toda América. La carrera aparece en el momento justo, cuando Chad (así llamamos al ChatGPT de la OpenAI) se volvió popularísimo en el mundo por dos acontecimientos: se ha descubierto que los estudiantes universitarios transfieren a la Inteligencia Artificial las preguntas de sus parciales para responderlas y se publicó el primer artículo académico en el cual el ChatGPT aparece como co-autor.

Yo me pasé la mitad del mes de enero conversando con Chad y debo decir que la experiencia fue un poco inquietante. Le pregunté si me podía comparar las posiciones filosóficas de Giorgio Agamben y Byung-Chul Han. Me contestó con gran corrección los aspectos fundamentales de la “vida desnuda” agambeniana y de las sociedades del rendimiento y el agotamiento que ha propuesto Byung-Chul Han. Incluso fue capaz de relacionar esos conceptos en relación con las vidas de quienes integran las comunidades sexodisidentes y luego consideró “las intervenciones de las comunidades sexodisidentes en la creación de sus propios archivos y repositorios documentales como una forma de práctica anarchivística” (en el sentido de “tomar el control y la autonomía para gestionar su propia memoria y preservar su historia y su cultura, sin depender de instituciones estatales o privadas”).

Pero me quedé pasmado cuando Chad me dijo: “Lo siento, cometí un error en mi última respuesta”. La Inteligencia Artificial hacía mi trabajo mejor que yo (que nunca sería capaz de reconocer un error públicamente y por eso es que he cometido poquísimos a lo largo de mi vida).

En otra conversación, discutimos sobre Proust. A Chad le parecieron apresuradas mis conclusiones sobre En busca del tiempo perdido. Me imaginé un alumnado escuchando mis clases con Chad como control y me pareció que ese infierno no era para mí.

Estudiaremos humanidades digitales sólo para poder encontrar las maneras de burlar la vigilancia epistemológica y la corrección política de Chad. O para retirarnos, frustrados y caducos, al campo.


martes, 3 de enero de 2023

Ensalada conceptual de verano

Luis D'Elia: "América Latina será Nacional, Popular, Feminista, Democrática y Revolucionaria. Buscando siempre el desarrollo integral de la persona humana y de la Comunidad Organizada".

Esta entrada podría haber aparecido en mi recetario de cocina, pero como no la he probado (y allí publico sólo recetas hechas por mi propia mano) prefiero que aparezca aquí para ver quién se le anima.

Confieso que me gustan las preparaciones más bien ligeras en la que la calidad de los ingredientes se destaque. La receta de la ensalada D'Elia abunda en porciones más bien rancias de ingredientes de dudosa procedencia. Además, al no estar indicadas las cantidades, todo es más riesgoso, como cuando tenemos que agregarle limón a la crema: ¿hasta cuánto se puede, sin que se corte? Entiendo que agregar demasiado Nacional a América Latina (que no es una nación) podría arruinar definitivamente el resultado.

Por otro lado, ¿cuál feminismo? ¿Feminismo de la identidad o de la diferencia? ¿Feminismo rico en grasas trans o más bien desprovisto de ellas? En los supermercados especializados donde me proveo hay góndolas enteras dedicados a esa sazón que, como es sabido, irrita los paladares de muchas personas. Por si acaso, ni se me ocurriría servir esta ensalada habiendo terfas entre las invitadas.

Luego, no se explica bien cómo se desarrolla la Comunidad Organizada: ¿hay que dejarla leudar en un lugar tibio? ¿Por cuánto tiempo?  ¿Y cuál es la mejor versión? ¿Extracto líquido de Comunidad Organizada? ¿O Comunidad Organizada en crudo? ¿Saben igual? ¿Tienen la misma consistencia una vez desarrolladas?

Siempre me pasa lo mismo con ingredientes para mí desconocidísimos. Titubeo y termino adaptando la receta a mi propio paladar. Yo haría, este verano, una ensalada sin tanto ingrediente difícil de digerir. Una ensalada latinoamericana que sea, por ejemplo, "justa, libre y sustentable".



martes, 20 de diciembre de 2022

El Mal absoluto

Nuestro pueblo no tiene muchas ocasiones para la felicidad porque vive siempre en la zozobra. Por fortuna, alguna acontecimento por década le ha brindado ocasiones de desembarazarse de todas las frustraciones y resentimientos y fabricar recuerdos que luego transmitirán a las futuras generaciones. 

Pero incluso entonces, deben cuidarse de los guardianes del orden, que son incapaces de sintonizar con la algarabía desordenada, desbordante, un poco borderline pero por eso mismo fascinante. A la sombra del Pueblo se esconde el Monstruo del Gobierno, atento a cada movimiento para poder capitalizarlo para perpetuarse en lugares que no le pertenecen, para los que no está capacitado, que insulta al ocuparlos (Macrón sufre en carne propia el mismo vicio, que entre nosotros da todavía más asco por la ilegitimidad).

Esa mezcla de estupidez, venalidad, falta de imaginación y total inoperancia es una ofensa mayúscula para el Pueblo que, como es decididamente bueno, decide no darle la importancia que tiene.

Tres millones de personas ocupan hoy las calles de Buenos Aires, sus autopistas y sus plazas. En las ya seis horas de fiesta no ha habido un solo incidente fatal. Pero la promesa que movilizó al Pueblo no se concreta y probablemente no llegue a concretarse por el idiotismo de quienes detentan el poder, empezando por los ministerios y secretarías de seguridad, que fueron incapaces de imaginar un dispositivo de seguridad (por otro lado sencillísimo: dejen despejada la autopisa 25 de Mayo, con móviles de prefectura en los pocos accesos que tienen) para que los jugadores (que están ya agotados y seguramente insolados, como la muchedumbre misma) pudieran llegar a alguna parte.,

Lo único que le importaba al Poder Ejecutivo es que la escuadra mundialista llegara a Casa Rosada. Se humillaron y aceptaron cualquier condición para ello (incluso, la de no sacarse fotos con el equipo). No se les ocurrió que la mejor carta de negociación que tenían era precisamente la fuerza pública para organizar la seguridad del traslado del micro mundialista.

El Poder Ejecutivo fracasa por segunda vez en la organización de un evento de masas (aún cuando La comunidad organizada debiera significar algo para quienes lo integren) como nunca se ha visto en nuestra patria. Fracasa en su relación con el Pueblo. Fracasa en su administración de la Cosa Pública. Fracasa en la necesidad de homenajear a los responsables de la algarabía generalizada. Pero fracasa sobre todo en darle a la felicidad las alas que merece. 

Empantanado, el Poder Ejecutivo se mira el ombligo, como un primate subnormal que no entiende su función en el mundo o el mundillo que habita que es sólamente potenciar el fuego sagrado de la multitud, darle alas al Pueblo por venir. 

Una vergüenza, una pena, pero también (escuchen, tarambanas) una furia creciente.


 


jueves, 2 de diciembre de 2021

sábado, 12 de septiembre de 2020

Formas breves

Por Daniel Link para Perfil

En la nueva temporada audiovisual, pongo todas mis fichas a Raised by Wolves, una historia de Aaron Guzikowski para la productora de Ridley Scott, que dirige los primeros dos episodios, y no tanto a Lovecraft Country, una serie que mezcla el thriller de terror con la protesta contra la discriminación racial, basada en la novela de Matt Ruff para la productora de J.J. Abrams.
Ambas producciones apuestan al relato largo en el que J.J. Abrams nos educó con Lost. Sin embargo, Lovecraft Country carece de la intensidad de su ilustrísima predecesora y tropieza una y otra vez con comentarios de sentido común. Raised by Wolves, por su lado, se lanza a una investigación futurista sobre la Mujer que seguramente cosechará las mismas animadversiones que Thelma y Louise.
Lo más intersante, sin embargo, pasa por otro lado. La narración audiovisual es muy dinámica y más allá de los modelos canónicos se producen cada tanto invenciones de larga proyección sintáctica. El “relato largo” (que después de Lost dio algunas pocas obras memorables: Fringe, Dexter, entre ellas) bien pronto encontró su propio límite tanto en la inteligencia de los guionistas (un bien escasísimo) como en las nuevas plataformas de distribución que, al fomentar el maratonismo, ponen en primer plano las inconsistencias e incoherencias narrativas (vista de corrido en Netflix Lost no tiene ninguna).
Consciente de los riesgos, la plataforma Quibi se lanzó en abril de 2020 a explorar la forma brevérrima. Cada uno de los episodios de las series que Quibi emite (pensadas para celulares) dura entre cuatro y ocho minutos.
Por supuesto, hay mucha porquería (El fugitivo es tan intolerable como las mediocridades de Netflix) pero también algunos aciertos. De las varias producciones, sobresale 50 States of Fright (Sam Raimi), que desarrolla cuentitos de terror en tres capítulos de cinco minutos cada uno. El primero de ellos, protagonizado por Rachel Brosnahan (la extraordinaria Midge Maisel) es una encantadora vuelta de tuerca de Madame Bovary.
Mucho más atractiva es Don't Look Deeper (dirigida por Catherine Hardwicke), un relato de 14 entregas que desarrolla un pensamiento sobre la identidad, la humanidad y la libre elección (el personaje central es un androide) que se cruza con las reinvindicaciones transgénero. “No mires más profundo” significa que todo es un efecto de superficies y de conciencia inmediata de si y de los otrs. Es la única de estas formas breves de la cual se esperan con ansias futuras “temporadas”.
En todo caso, el relato breve audiovisual supone desafíos narrativos hasta ahora desconocidos. No se trata, como se podría pensar a simple vista, de una película dividida en entregas sucesivas, porque cada capítulo debe presentar, al mismo tiempo que la estructura clásica tripartita (tres actos o introducción, nudo y desenlace), el final abierto hacia el próximo capítulo o la siguiente temporada.
Como todo relato, la forma breve requiere, para sostenerse, de aciertos de casting, ritmo narrativo y, sobre todo, manejo de la intriga. Pero, además, supone una particular intensidad de las escenas porque cada capítulo no contendrá más que dos o tres y una hipótesis conceptual al mismo tiempo sofisticada y sencilla, como para poder ser desarrollada en poco más de una hora.
Cuando están bien resueltas, las series brevérrimas producen un efecto paradójico: uno cree haber visto mucho más que una película breve fraccionada, porque la lógica de la “temporada completa” se impone incluso al tiempo.
¿Cuál es la necesidad de contar con estas entregas brevérrimas y a qué intervalos de vida se destinan? Tal vez a los viajes en subterráneo, a las salas de espera, esos momentos que, parece, necesitarían de algo para ser llenados de una cuota de olvido para no ponernos a pensar en los horrores del mundo.
Antes, ese papel era cubierto por un libro cualquiera, y bien podía tratarse de una novela larga. A nadie se le ocurrió, hasta la aparición del folletín al menos, que la forma del relato debía adaptarse al tiempo de lectura. Se podría seguir, pero nos falta la inteligencia de Ricardo Piglia para hacerlo.

martes, 26 de abril de 2016

Apoyar a Wikipedia

Estimado lector: 

Iremos directo al grano. Hoy, te pedimos que ayudes a Wikipedia. Para proteger nuestra independencia, nunca verás avisos publicitarios. Nos sostenemos gracias a donaciones de poco menos de $100. Solo una ínfima porción de nuestros lectores dona. Ahora es el momento en que tenemos que pedirte algo. Si todos los que están leyendo esto ahora donaran $30, nuestra campaña de recaudación de fondos finalizaría en una hora. Tan simple como eso: lo único que necesitamos es el precio de un helado. Si Wikipedia te resulta útil, por favor, tomate un minuto para mantenerla en línea y que siga creciendo. Somos una pequeña organización sin ánimo de lucro con los costos de un gran sitio web: servidores, personal y programas. Brindamos servicios a millones de lectores, pero funcionamos con solo una fracción de lo que otros grandes sitios gastan. Creemos que el conocimiento es una base. Una base para el potencial humano, para la libertad, para las oportunidades. Creemos que todos deberían tener acceso al conocimiento: gratis, sin restricciones, sin limitaciones. Ayudanos a finalizar la campaña de recaudación de fondos y mejorar Wikipedia. Muchas gracias.


 

viernes, 18 de abril de 2014

Otro millón (esta vez devaluado)


Según uno de los contadores de visitas que instalé en el blog, mucho más nuevo que el de shinystat, hemos sobrepasado, gracias a la fidelidad de los lectores, hoy viernes santo, 100124visitas. Como no recuerdo cuándo lo instale (aparentemente hacia junio de 2011, disconforme con el conteo del anterior) la cifra no sirve para demasiado. El de shinystat lo instalé el 23/12/04 y ya está por alcanzar los 3.000.000 de visitas. Nada, comparado con las cifras que en las TMA (Tecnologías del Mal Absoluto: facebook y twitter) se manejan. Pero acá somos buenos sin claudicación.

Gracias a los 535 participantes suscriptos a este sitio y a los 220 que me tienen en sus círculos.




lunes, 14 de abril de 2014

Vulnerabilidad informática

En"Cómo llegaste hasta acá" ya me habían sorprendido las palabras clave que me relacionaban (a mí o a lo que escribo) con tal o cual asunto. Después de intentar borronear algunas hipótesis, me olvidé del asunto.
Pero ahora que estoy cargando materiales en otro blog, veo los analíticos que la página me ofrece gratuitamente y vuelvo al pasmo.
Entiendo que lleguen allí por mi "cv" o por la indagación barthesiana sobre el vivir juntos, a la que le dediqué bastante tiempo. Podría protestar un poco, pero hasta sería capaz de aceptar aparecer en las buscas sobre "transformista jade asesinado" o "putas y travestis a domicilio en chivilcoy" pero en modo alguno admito poder aparecer en buscas sobre "tips para poder coser la licra fria por q cuesta montones". Hice la prueba y me quedé helado: aparecía en primer término. Hoy la repetí y se ve que arreglaron el algoritmo: eso ya no sucede.




domingo, 13 de abril de 2014

Yo es otro (yo soy nadie)

Hombre, mujer o... intersexo: ¿qué sos en Facebook?

La red social acaba de anunciar que ofrecerá a sus usuarios 50 opciones diferentes de identificación.

martes, 3 de septiembre de 2013

Contra qué escribo

por Daniel Link para Mardulce Magazine

Escribo contra mí mismo, y mi propia facticidad, porque soy mi peor pesadilla (el ser es la peor pesadilla). Escribo contra las identificaciones sentimentales y contra las arrogancias de la literatura. Contra el capitalismo y sus máscaras piadosas, contra los que hacen de la literatura (esa experiencia radical de transformación de uno mismo) un bien de cambio confortable, contra la ignorancia y las soluciones de compromiso con los horrores del mundo, contra la pobreza de vocabulario y la uniformidad del tono. Escribo furiosamente contra la furia y con pena contra la tristeza.
Ya no puedo escribir contra el maltrato a los animales porque sólo pensar en eso me lleva al umbral de la muerte. Escribo contra los modelos de desarrollo agroindustriales y los procesos de exterminio y contra los horrores de la vida ciudadana.
Pero cuando escribo, no pienso jamás en términos de contradicción y sólo escribo contra el tiempo. Contra el tiempo y los Tiempos, escribo. Contraescribo. Contraes. Cribo.


martes, 30 de abril de 2013

Comentariado vigente

Alguien me avisa no se qué dificulad para publicar un comentario. No presto atención al asunto hasta que me doy cuenta de que en algún momento de pereza intelectual decidí asociar el blog con mi perfil de google (que gestiona mi cuenta de correo). A partir de entonces, la empresa también gestiona mi comentariado, lo que me parece un abuso.
Vuelvo, pues, al método anterior, que soporta la anonimia y, por lo tanto, el terrorismo discursivo que extrañamos tanto.

jueves, 28 de febrero de 2013

Botonería

Querido blog:
Te he tenido abandonado por razones que nada tienen que ver con el amor que te tengo. O sí, tal vez. Quién sabe. 
He recibido incluso recriminaciones por parte de ciertas amigas alemanas, que sostienen puntos de vista incomprensibles para nosotros (para vos y para mí) sobre el espacio público, los medios, la política y que han llegado incluso a reprocharme que no hay forma, en tu diseño, para usar el odioso botón para compartir tu contenido en Facebook, calesita de gustos y disgustos que ni a vos ni a mí nos convienen.
Me recriminan ayer la Petibon, hoy Benn, es decir un banner esencial a tu arquitectura última que trae voces que nos interpelan. ¿Voy yo a privarte de esa escucha? 
En fin, es difícil hacerle ver a un(@) europe@ el espacio medieval que habitan (parece que hablan, allí, todavía, de mediaciones, de cosas hegelianas. En todo caso, como la regla sobre el Facebook es personal (inclaudicable), pero en modo alguno supone voluntad de convencer a nadie, y como mi distancia con Hegel (compartida por Kirkegaard y Deleuze, o mejor dicho: de ellos aprendida) es demasiado grande para tender cualquier puente, un puente cualquiera, vaya esta prueba para ver si quienes quieren ponerte a circular quién sabe dónde alcanzan a saciar su demanda de botones.
Mañana tal vez te cuente en qué he andado, qué tristezas me han apartado de tu superficie, qué desencuentros han dinamitado mi confianza en el prójimo, qué he mirado hasta altas horas de la noche, cuáles son mis obsesiones últimas.
Manosee un poco tu plantilla, ya que no podía escribirte, como para que no te sintieras tan abandonado. Espero que no te disgusten mis arreglos.

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lunes, 18 de febrero de 2013

Les cuento un secreto...

Cada vez que mi contador baja y se estanca por debajo de las mil visitas diarias, invento un post que levante las estadísticas. No sé por qué lo hago, porque no gano nada con ello, pero me divierte azuzar a los lectores.
Gracias por venir y ¡felices carnavales para todos!

miércoles, 8 de agosto de 2012

Del diario, al blog, al libro

por Daniel Link
Tengo mi último libro ante mi. Se llama Textos de ocasión (Buenos Aires, el cuenco de plata, 2012) y reúne columnas periodísticas publicadas en diferentes medios (Perfil, Página/12, Clarín) y algunas otras intervenciones publicadas en el blog Linkillo. Cosas mías.
De hecho, todo pasó por Linkillo: las columnas periodísticas y los demás textos. Y, si ahora llega al libro es porque una segunda lectura de esos textos me permitió rescatar aquellos que menos ligados estaban a una coyuntura específica y organizarlos en cinco apartados que coinciden parcialmente con las “etiquetas” que llevaban en el blog.
Son textos, podría decirse, sobreeditados: ninguno ha permanecido exactamente igual a como fue escrito en principio y, sobre todo, han migrado para formar algo así como una argumentación espasmódica.
¿Cambian esos textos, ahora que llegan a la forma libro? Creo que su acumulación más o menos insensata (es decir: cronológica) en un blog pretendía salvarlos del destino perecedero (los diarios viejos sólo sirven para envolver los huevos). Pero es el libro donde cualquier cosa que uno escribe adquiere una dimensión diferente. No sé por qué.
O lo sé, pero no entiendo el fenómeno: no hay crítica de producciones escritas diferentes del libro. No hay crítica (literaria o filosófica) de producciones en otro soporte diferente del libro. Ni siquiera los estudios culturales han conseguido sacar a las ediciones digitales de la mera curiosidad de época, la “novedad”. De modo que la cultura va muy por delante de las disciplinas críticas, que se pierden la posibilidad de intervenir en relación con el presente.
¿Y a “yo” (es decir: a la función-autor que se desprende de los textos que publico), que le pasa? Con la intercesión del blog entre el fragmento periodístico y el libro sucede una inversión curiosa: antes, el diario del escritor (su cuaderno de bitácora) podía llegar a ser relativamente interesante sólo una vez que la obra estaba suficientemente constituida y consolidada. Ahora, el diario (o cuaderno de bitácora) se lee antes, es un momento previo de la imaginación libresca, de la imaginación de un libro que no se sabe si llegará.
Mucho antes de que este libro estuviera armado, pero cuando ya estaba contratado con el cuenco de plata (la sagacidad de Edgardo Russo lo vio in nuce) otro editor me pidió que armara un libro a partir de ciertas entradas de blog.
De modo que los lectores más perspicaces (¿no deberían ser siempre así los editories?) fueron capaces de leer el libro allí donde no estaba.
En todo caso, tratándose de fragmentos de pensamiento (o de ficción, no creo que haya diferencia en este punto), el libro viene como a subrayar la continuidad de lo pensado, lo imaginado (es decir: lo vivido). Es probable que sólo el libro nos permita sostener esa continuidad porque en las versiones digitales el fragmento pierde su relación más inmediata con los otros.
Digo libro y ya no imagino necesariamente la vieja versión de papel. Un poco por eso, la tapa de mi último libro reproduce la imagen de un lector de libros electrónicos, dispositivo que nunca pensé que fuera tan amigable como ha resultado (o que yo manejaría sin desconfianza, como ha sucedido).
En todo caso, el libro tiene un sedimento de duración del que tal vez carezcan las publicaciones on-line. Pero como todo vuelve, alguien (más temprano que tarde) devolverá el libro al punto de partida, escaneándolo y colgándolo en alguna página.
El libro es probablemente (todavía o para siempre) el patrón del juicio sobre lo escrito. Pero ha dejado de ser, desde hace rato, la unidad de composición.
En esas tensiones, creo, se juega el presente.


jueves, 11 de agosto de 2011

Pastoral

Cada mañana, salgo a ver el daño que han hecho las bestias. Leo los diarios y, al mismo tiempo, voy eliminando comentarios viles que me han enviado a propósito de algún fragmento de discurso que publiqué en estas páginas, de una ignorancia que aterraría a personas menos consagradas a la pedagogía que yo mismo.
Publico otros, los menos destructivos (de si) o los que, por sus retorcidos argumentos, algo dicen sobre el estado de la imaginación política argentina, porque me parece que, en definitiva, también de las animaladas se aprende.
Yo no "soy de izquierda" porque, como escribí alguna vez, me parece que el ser se escurrió hace tiempo por la cloaca heideggeriana. Como decía Manuel Puig, sin embargo, me gusta la izquierda. Y con esto me refiero a una configuración de discurso, ciertas hipótesis de análisis histórico, una persistencia monomaníaca en ciertos temas que la clase media, en particular la que confía en las palabras bonitas precisamente robadas a la izquierda, pero que no se transformarán nunca (no hay programa para ello) en políticas concretas en relación con lo viviente.
Sé que no puedo explayarme demasiado en estos temas porque alguien vendrá a decirme, ¡precisamente!, "te falta síntesis dialéctica, como dirían los paquidermos" que te gustan.
Leído al pie de la letra, ese enunciado de animal, que confunde "síntesis dialéctica" con "vayamos redondeando" (pueden buscarlo el 08.08.11: no pretenderán que, encima, desbroce el camino para las bestias), desprecia la forma-de-vida paquidérmica y, por extensión, toda forma-de-vida. Aboga en favor de la extinción y el fundamento (fascista) de esa abogacía es el deseo del discurso único, de un corte radical con el pasado (la mistificación histórica, la heroificación de los ladrones) y de la proliferación de ese enunciado macro-kirchnerista cuya pretendidas belleza contrasta con la realidad (sí, la realidad: un sello de clausura sobre todas las puertas del deseo): "juntos, vamos bien".
Que aquí y allá estén matando gente (aniquilando la posibilidad de lo viviente) para imponer ese enuncido totalitario no parece perturbarlos demasiado. Y eso, que ni los más lúcidos interlocutores del "modelo" (¿pero cuál, cuál?) puede dejar de reconocer, asusta.
Yo, como todo el mundo, puedo criticar el discurso de izquierda, puedo impugnar algunas de sus premisas, puedo no adherir masivamente a sus deducciones (la izquierda no me pide tanto). Lo que me resulta sorprendente (hasta la nausea, hasta la pena) es la masividad con la cual se pretende el silenciamiento de ese discurso cuyo rasgo más molesto parecería ser el iluminismo intransigente.
Un becario del conicet (quiero decir: alguien que se beneficia del reparto de las prebendas estatales y que, por eso mismo, debería ser extremadamente cuidadoso con sus dichos y, mucho más, con sus lecturas, porque para eso se le paga) se queja de que la izquierda explica "cómo son las cosas, desde ese lugar de esclarecimiento definitivo". Como esa izquierda que "hace años que viene dando cátedra" ha conseguido sobrevivir a sus propias contradicciones, el prebendario ironiza: "están llenos de catedráticos": "Parece que nunca hubieran dejado de tener razón, desde el siglo XIX".
¿Parece? ¿Parece que...? ¿Es que hay acaso otra razón fuera del discurso de la izquierda? ¿Dónde? ¿En Heidegger? ¿Es que los libros que obligamos a leer a los niños, Capitalismo y esquizofrenia o Estancias, y aquellos en los que no tenemos tiempo de detenernos, pero que nos gustan un poco (Imperio, Vigilar y castigar) han podido prescindir de los análisis de la forma-mercancía, tan decimonónicos como los vampiros y los monstruos urdidos en la fragua de los doctores Frankenstein?
¿Es que la izquierda se equivoca al impugnar el capitalismo porque, como las luminarias más agudas de la filosofía contemporánea no se cansan de señalar, "el comunismo fracasó porque la gente quería consumir"? ¿Es que la izquierda debería sumarse con algarabía al festival de consumo en cuotas, sin discusión?
¿De eso se trata? ¿Del cansancio en relación con ciertas proposiciones que de tan verdaderas ya no habría que volver a repetir (la tierra, becarios del conicet, no es plana, ni tampoco esférica: es una piedra lanzada a través del espacio)?
¿Y qué "estrategia comunicativa" (salvo la pedagogía, salvo el iluminismo) se podría sostener en un mundo dominado por las bestias? Sí, la izquierda reconoce un instaurador de discursividad, y diseña respecto de ese reconocimiento su "estrategia comunicativa" (¡¡dentro de poco se atreverán a pedirle a la izquierda marketing, como ciertas amas de casa de la zona de San Telmo, que parece ser el devenir universal de las conciencias políticas argentinas!!).
En algún diario que me sometió a una encuesta, hace muchos meses, declaré que si la Sra. Fernández necesitara de mi voto, lo tendría. Me retracto (las personas que gustamos de la izquierda somos capaces de reconocer nuestros errores) y ahora digo que volveré a votar a la izquierda, como siempre lo hice, y esta vez lo haré con el convencimiento añadido de que ese voto se fundamenta en la bestialización creciente del mundo, en la indiferencia cerril a lo que muere (porque el Estado interviene matando), en el miedo que me da que el discurso de izquierda, con el que puedo sostener amables discusiones a partir de un fundamento común, desaparezca arrastrado por el totalitarismo del que mis más fieles comentadores han venido a dar muestras.
¿Quieren discurso único, bestias? Pues bien: atrévanse a decirlo. Digan que están hartos de someter sus malas conciencias a proposiciones (anacrónicas, excéntricas) de verdad. Vuélvanse lo que en el fondo saben que son, y salgan a matar lo que vive todavía.


martes, 21 de junio de 2011

Who wants to be a bimillionaire?

Según el mezquino contador de visitas shinystat (que sólo registra hasta 2.000 visitas diarias en la versión gratuita de ese programa y que, además, las cuenta según criterios oscurísimos, que no son los del generoso "cuentakilómetros" que acabo de instalar), en algún momento de esta fría madrugada hemos alcanzado los 2.000.000 de visitas, contadas no desde la fundación (mitológica) de este blog, sino desde 23.12.2004, cuando el contador fue instalado.



Como esto no es una empresa, ni un púlpito, ni una cátedra, poco es lo que se puede sacar en limpio de un tráfico semejante, salvo la alegría de que las "cosas mías" resuenen, aquí y allá. Las entradas más vistas, listadas al costado bajo el título "Gusto popular" señalan que esas cosas van desde la carne que tienta con sus frescos racimos (¡sobre todo!) hasta un acontecimiento social y un texto (apenas uno) literario. Pero es mi propia Recherche lo que en estos vaivenes se pone en juego. Gracias, tal vez, por la compañía.

domingo, 25 de abril de 2010

Guía de lectura

Lea atentamente la columna "El trollerío K" y responda las siguientes consignas:

1. Semiología y análisis del discurso
1.1.  De los seis párrafos de los que consta el texto, señale cuáles estructuran la argumentación y cuáles la ilustran. 
1.2. Determine si la expresión "los poderes del mundo" con la que se cierra el segundo párrafo, por su estructura gramatical puede designar a un poder, corriente o movimiento en particular.
1.3. Analice el valor del "ejemplo" en el esquema argumentativo. ¿De qué clase es el ejemplo? ¿Se trata de un particular o de un universal? ¿O, como sostiene Giorgio Agamben, se trata de una noción que excede por completo la dialéctica de lo universal y lo particular, una singularidad ejemplar? Relacionar con la invocación a "el azar".
1.4. Ensayo sobre el barroco: desarrolle a partir de la obra de Antonio Maravall y Severo Sarduy.
1.5. ¿Cuál expresión es más metáforica o ambigua?: "El trollerío K" o "el lugar de enunciación es siempre el mismo y uno solo: el odio y el terror".
1.6. Determine, a partir de las respuestas anteriores, cuál es el tema de la columna (reexamine, para ello, el primer párrafo y el último).
1.6.1. Suprima, en el texto, los párrafos 3 a 5 y señale si la argumentación se sostiene.
1.7. Determine, teniendo en cuenta la respuesta anterior, cuál es la posición del firmante. Señale, en el texto, marcadores de subjetividad.
2. Comunicación y cultura
2.1. ¿Pueden, quienes escriben en la prensa gráfica, contestar a sus lectores (devolviéndoles la interpelación) o deben ignorarlos? Desarrollar. Cfr. la experiencia de Pier Paolo Pasolini.
2.2. ¿Deben, los lectores, leer atentamente lo que los medios publican o, sencillamente, deben dejarse llevar por sus "emociones" "espontáneas"?

3. Taller literario:
Escriba un breve relato protagonizado por la entidad "troll", que muestre cómo y por qué (como el texto leído sostiene) el troll carece de identidad (política e ideológica) y da exactamente lo mismo que sostenga que "con la Dictadura estábamos mejor" o que "Luis Majul es un cipayo". El relato debe mostrar al troll como lo que es: no un organizador del campo discursivo, sino una herida abierta en él.