Diálogo pedagógico y autonomía del profesorado

"Te confieso que cuando tengo ocasión de participar en un claustro donde podemos dialogar sobre temas de marcado carácter pedagógico recibo una inyección de optimismo que me empuja a valorar más mi profesión. Dejar de discutir temas como las obras del patio, la agobiante burocracia, las huelgas, las luchas, etc. es maravilloso"

Fragmento de carta de Jaume Cela en Con voz de maestro. Un epistolario sobre la experiencia docente de J. Cela y J. Palou (Celeste, 1994)

Grupo de personas reunidas dialogando
Sugerente párrafo. No soy maestra, por lo que no comparto esa misma experiencia, exactamente la misma, pero sí muchas experiencias cercanas, relacionadas.

Hace muuuchos años –entonces estaba embarazada de mi primer hijo– mi cuñada, que es profesora, me propuso asistir a una interesante conferencia sobre pedagogía, impartida por la pedagoga argentina Myriam Nemirovsky. Me encantó y pensé que con la llegada de mi criatura al mundo tendría la oportunidad no solo de asistir a muchas conferencias de ese nivel, sino que tendríamos espacios para reflexionar y compartir juntos con docentes y otros padres y madres sobre temas pedagógicos. No creáis que he esperado con los brazos cruzados, he participado en la Asociación de Madres y Padres, en el Consejo Escolar, en Talleres para padres y madres... y la verdad es que por esa vía he podido disfrutar de muy poquito debate pedagógico. A veces las repuestas por parte de quienes podrían jugar un mayor papel en generar esos contextos han sido que en su creencia a los padres y madres los temas pedagógicos no interesan, o bien que a quienes interesa es a quienes menos falta hace y el 'problema' está en quienes no asistirían... Al margen de este tipo de racionalizaciones, que no voy a detenerme a comentar, y en línea con el párrafo, creo que es muy bueno reivindicar que se hable más de pedagogía en las reuniones de docentes y en las reuniones entre docentes y familias. Hace unos meses escribía en este mismo sentido sobre activar comunidades educativas (en euskara).

Conectándola con mi experiencia como consultora en el mundo educativo, también he encontrado mucha verdad en esa frase. Cuando juntamos a docentes, equipo directivo, madres y padres de un centro y nos ponemos a hablar (y también a soñar) sobre la educación que queremos, comprobamos que es mucho más lo que nos acerca que lo que nos separa y que juntos podemos realmente construir la educación que queremos, se trata de hablarlo, dialogarlo y ponernos a trabajar.

Y, por último, como idea genérica, esta frase conecta con el concepto de trabajo cognitivo sobre el que he reflexionado en otros textos. En resumen se trata de trabajo con significado para quien lo ejerce, ejercido con libertad y autonomía para diseñar el propio trabajo, trabajo del que se aprende y en el que se aplica lo aprendido y todo el conocimiento que se tenga. Porque ¿cómo aprende un docente? Evidentemente, aprende, primero, reflexionando sobre su práctica y, mejor, si esta reflexión es compartida y pueden aprender l*s unos de l*s otr*s –el proceso de aprendizaje humano es eminentemente social–; y, desde ahí, aplicando sus hallazgos en su propia práctica. Los espacios para dialogar sobre temas de marcado carácter pedagógico son fundamentales para encontrar esos momentos en los que pararnos a pensar sobre nuestra práctica, y son también una buena dinámica para difundir buenas experiencias y sembrar semillas.

La profesión de la docencia ejercida con altos grados de autonomía y con mucho trabajo cooperativo o colaborativo es la mejor vía para una educación de calidad y unos profesores y profesoras que disfruten de su trabajo.
   

Mila esker, M. Carmen liburua uzteagatik!


La imagen la he sacado de aquí (http://gaztekintzaile.wordpress.com/2013/06/13/gazexpress-hitzez-eta-irudiz/) y la he manipulado

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

Publicar un comentario