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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

Actualmente hay 269 películas comentadas

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lunes, noviembre 15, 2010

La Colina de la Hamburguesa (Hamburger Hill)






"La Colina de la Hamburguesa" llegó a las pantallas dos meses después de "La chaqueta metálica" y ocho meses desde el estreno de "Platoon". Es la más histórica, y la que menos éxito tuvo, de esta Triada del Vietnam.

Esa falta de éxito puede explicarse parcialmente por una cierta saturación del público con respecto al tema de Vietnam. Pero la cinta tiene sus defectos propios. John Irvin es un director del montón y eso se nota. La película es una sucesión de secuencias de tiros, explosiones de napalm y americanos muriendo. No están mal hechas y son bastante realistas, pero el guión es tan manido y visto que llega a aburrir en algunos momentos. Añadamos que los actores son los típicos secundarios cuya interpretación es tan plana que consiguen que no tengas ninguna empatía hacia ellos. Cuando cuentan lo que les pasa en su vuelta a casa de permiso, o reciben cartas del estilo "Querido John..." es que casi te dan ganas de reír en lugar de sentir pena por ellos. Lo único que me pareció destacable fue la banda sonora compuesta por Philip Glass.


La historia base daba de sobra para haber realizado una gran película bélica. Tras parar la ofensiva del Tet, los norteamericanos se dispusieron a devolver el golpe. Además, a la Casa Blanca había llegado Nixon prometiendo "acabar la guerra y ganar la paz". Se pensó en una estrategia ofensiva al estilo de Verdún. Los norteamericanos debían de clavar al NVA en posiciones fijas y provocar el mayor número de bajas posibles entre sus fuerzas gracias a su inmensa potencia de fuego. En medio de la Operación Nieve Apache se le ordenó al 187º Regimiento de la 101ª División Aerotransportada que tomará la colina 937, fuertemente defendida por tropas vietnamitas. Durante 10 días, del 10 al 20 de mayo, la colina sufrió una serie de masivos bombardeos y de asalto por parte de las tropas norteamericanas hasta que finalmente tomaron la posición. Los estadounidenses reconocieron 72 muertos y 372 heridos. Los vietnamitas nunca dijeron sus bajas, pero los estadounidenses, además de tomar a tres prisioneros, las estimaron en 630 muertos y un número desconocido de heridos. La lucha fue tan cruenta que quedó bautizada como la Batalla de la Colina de la Hamburguesa. Quince días después, el 5 de junio, la colina era abandonada por su poco valor estratégico. La prensa se hizo eco de la chapuza y publicó una serie de artículos (hay una secuencia en la película que hace referencia a ellos). El 27 de junio, la revista Life publicó un reportaje sobre 241 soldados norteamericanos que habían muerto en Vietnam en tan sólo una semana. La opinión pública creyó erróneamente que todos habían caído en la Colina de la Hamburguesa, lo que fue aprovechado por los demócratas provocando agrios debates en el Congreso. Para algunos historiadores esta batalla supuso el auténtico punto de inflexión en el conflicto del Vietnam, porque supuso el abandonó de la estrategia ofensiva y el presidente Nixon anunció el retiro de los primeros contingentes de tropas.


Volviendo a la película. Creo que el director desaprovechó una faceta de esta historia que le habría permitido hacer algo diferente sobre el Vietnam. Esta es una película sobre un asedio, y generalmente el público muestra simpatía hacia el asediado y no hacia el asediador, sobre todo si éste tiene un poder militar apabullante. Irvin debería haber recordado "El Alamo" y debería haberse atrevido a mostrar algo de la vida de los vietnamitas asediados y de cómo fue posible que aguantaran durante 10 días de bombardeos continuos de artillería pesada y de napalm. Pero lo único que vemos es un par de rápidos planos de unas sombras disparando desde unos túneles y poco más.


Recomendable sólo para aquellos que les guste lo del Vietnam o las películas bélicas en general.




viernes, septiembre 03, 2010

Diên Biên Phú




"Diên Biên Phú" relata con bastante detalle el famoso asedio que culminó con la perdida de la colonia de Indochina por Francia, poniendo fin a la Guerra de Indochina y dando nacimiento a dos naciones que continuaron luchando en una nueva guerra mucho más cruenta.

Pierre Schoendoerffer volvió nuevamente a retomar el tema que tanto le había marcado como vimos en "Sangre en Indochina", pero esta vez dispuso de muchos más medios. Y en mi opinión los aprovechó bastante bien. La ambientación de la Indochina francesa, en una mezcla de decadencia y romanticismo, es sobresaliente. Además, logró realizar la filmación en el mismo lugar donde sucedió la batalla y contó con la colaboración del gobierno de Vietnam para su realización. El nivel de compromiso personal de Pierre viene reflejado por el hecho de que su hijo Ludovic le llega a interpretar en la pantalla como el cámara del ejército francés que es enviado a cubrir la batalla de Dien Bien Phu.

Al final he tenido que ver esta película en francés, porque no ha habido manera de encontrarla ni en español o inglés, ni con subtítulos (ni siquiera en francés). Así que probablemente habré perdido el sentido del 90% de los diálogos, pero la historia se sigue bastante bien. Mi consejo es tener al lado una guía cronológica de los acontecimientos que sucedieron durante la batalla, porque Pierre Schoendoerffer, que hace de narrador, dice en todo momento las fechas, y hasta las horas, de los eventos reflejados en la pantalla.

La película está estructurada como si fuera una trenza de dos líneas argumentales. Una nos describe lo que está sucediendo con las tropas francesas acantonadas en Diên Biên Phú y la otra lo que ocurre en la sociedad colonial francesa que vive en la ciudad de Hanoi. El contraste es realmente llamativo porque la población de la ciudad vive en un mundo completamente distinto. Pero evidentemente los hechos bélicos afectaran de manera irreversible a esa sociedad.

En el reparto sorprende la presencia de Donald Pleasance (su francés es bastante bueno), en el papel de periodista americano Howard Simpson destinado a cubrir el conflicto y que acabó escribiendo el libro "Dien Bien Phu: The epic battle America forgot". Simpson será el nexo de unión entre los distintos personajes que aparecen: la alta sociedad colonial, los contrabandistas del mercado negro, la prostitución, los militares, los vietnamitas que confiaban en el gobierno francés, etc... Es llamativo comprobar como los mandos intermedios saben que la batalla está perdida pero a pesar de ello, consideran que es una cuestión de honor y están dispuestos a cumplir con su deber cuando son enviados como refuerzos a Dien Bien Phu. Muy pocos de ellos regresarían.

También me gustaría destacar que las escenas de batallas son bastante realistas, a pesar de que carecen de la espectacularidad o los fuegos de artificio de otras producciones similares realizadas por los norteamericanos. Supongo que no tendrían suficiente presupuesto para recrear los ataques a la bayoneta del Viet Minh contra las posiciones fortificadas francesas. Así que Schoendoerffer prefierió dotar a su película de un tono marcadamente documental e histórico. Los uniformes, equipos y diversidad de las tropas es buenísima: paracaidistas, legionarios, tropas coloniales vietnamitas, incluso marroquíes y subsaharianos. También se nos muestra los intentos de suministrar desde el aire a los sitiados. A tener en cuenta la aparición de las tropas del Viet Minh al final del asedio en una secuencia bastante maja e ilustrativa de lo que significó esa lucha para ellos. Los combates están contados desde el punto de vista del soldado de a pie. En más de una ocasión se nos muestra una panorámica general de algún monte o posición fortificada. Pero no se ven combates cuerpo a cuerpo, sino marchas y retiradas, chapoteos en el fango o descansos en las trincheras. Se suele decir que la vida de un soldado es un 90% de espera y un 10% de desesperanza. Y creo que eso es lo que Schoendoerffer ha tratado de transmitir.

El principal handicap de esta cinta, y por lo que supongo que es tan desconocida fuera del país galo, es que tiene demasiado tono a documental. Los personajes no están desarrollados en absoluto y el espectador no puede sentir ninguna empatía hacia ellos. Es decir, si te interesa el tema de Vietnam o de las guerras coloniales del siglo XX, entonces la disfrutas. De lo contrario, sus dos horas de duración se pueden hacer muy largas.



Vídeos relacionados:

domingo, febrero 14, 2010

Popioly (Cenizas)



Conocí la existencia de "Popioly" (Cenizas) cuando estaba preparando el comentario de "Pan Tadeusz", otra obra de Andrzej Wajda, y sinceramente no puedo entender porque no es más conocida. Es cierto que no está a la altura de otras de sus obras, pero tampoco me parece que merezca el estatus de obra olvidada que actualmente tiene.


La película está basada en la novela homónima del escritor polaco Stefan Zeromski. Publicada en 1902, fue censurada por los rusos que en esa época ocupaban Polonia. La novela parece tocar varios temas, un canto a la independencia de Polonia, una crítica hacia la burguesía polaca y una muestra de como las guerras pueden acabar no solo con las personas, sino también corromper los más nobles ideales. Wajda decidió llevarla al cine en lo que sería su primera superproducción épica. Según sus propias palabras, la película fue bastante difícil de realizar. La guerra mundial por un lado y la reforma agraria comunista después, habían destruido el paisaje de los terratenientes polacos por lo que todo tuvo que ser recreado. En ese aspecto, la película es sobresaliente. Según su ficha técnica, está rodada en Polonia y en Bulgaria, por lo que sorprende que la recreación del paisaje español, incluyendo la ciudad de Zaragoza, sea tan buena. Pero no todo son parabienes. Con respecto a los actores, en opinión de Wajda, sólo Daniel Olbrychski fue la excepción dentro de un reparto carente de brillantez. Desde mi punto de vista, una gran parte de ellos sobreactúan a la soviética, es decir, ponen cara hierática de héroe de la revolución mientras se enfrentan a su fatídico destino. Pero eso era algo común en las producciones de la época.


Ahí no se acabaron los problemas de la cinta. Las autoridades comunistas acusaron a Wajda de haber realizado una cinta revisionista de la "gloriosa" historia polaca y de haber pervertido la novela original. Y es que había determinadas secuencias que desmontaban el mito de los galantes soldados polacos. Incluso hay una escena de una violación por parte de unos procritos/libertadores. Eso parece que no gustó mucho al público polaco. Wajda se defendió mostrando que los diálogos estaban calcados de la novela pero le sirvió de poco. A pesar de ello también hubo críticas elogiosas en las que se reconocía su valentía por realizar un film en el que sus compatriotas eran mostrados como unos jóvenes "crueles y necios, pero también fieles".


En la secuencia inicial nos trasladamos al año 1798 en plena Campaña de Italia. Al parecer el origen del himno nacional polaco está en una de las canciones de la llamada Legión Polaca, que luchaba junto a los franceses. Son muchos los nobles polacos que para luchar contra la partición de su país se alistaron en los ejércitos de Napoleón, y entre ellos se encontrará Raphael Olbromski (Daniel Olbrychski). A través de sus diversas vivencias realizaremos un recorrido por los diversos acontecimientos de las Guerras Napoleónicas y de los cambios sociales que provocaron en la sociedad rural polaca como fue la desaparición paulatina de los grandes terratenientes, la aparición de una burguesía urbana, e incluso la influencia de la masonería.


Son varios los acontecimientos bélicos recreados en la película. Inicialmente asistiremos a la rendición francesa de Mantua durante la cual el general francés Foisac-Latour llegó a un acuerdo con los austriacos que significó el abandono del contingente polaco para ser tratados por desertores por el ejército austriaco. Napoleón castigó a Foisac-Latour degradándole y expulsándolo del ejército. Las tropas polacas eran conocidas por su espíritu combativo y lucharon junto a los franceses contra las naciones que ocupaban Polonia, sobre todo durante la Guerra de la Quinta Coalición, pero Napoleón decidió usarlas mayoritariamente en acciones y en territorios distintos a su lugar de origen. Así fueron empleadas durante la represión de la rebelión de Haití o en la Guerra de la Independencia Española. Rafael terminará enfrentándose finalmente a una paradoja. Para conseguir satisfacer sus deseos por la independencia de Polonia se ha pasado varios años luchando en tierras extranjeras sojuzgando y reprimiendo esos mismos deseos de independencia de los habitantes de esas tierras. Se ha convertido en aquello contra lo que luchaba: un invasor cruel y despiadado.


Volviendo al tema de las recreaciones bélicas de esta película. Son realmente destacables y merece la pena verlas por el gran despliegue de extras usados. Otra cosa son los planos cortos de lucha cuerpo a cuerpo, que se notan demasiado chapuceros. En lo que respecta a la Guerra de la Quinta coalición, veremos una recreación de la Batalla de Raszyn, en la cual el ejército polaco consiguió detener a un ejército austriaco el doble de grande. En la cinta se nos muestra el momento en el cual los austriacos consiguieron romper el centro de la línea polaca y como estos consiguen estabilizar la situación. Los polacos se vieron obligados a evacuar el campo de batalla, pero los austriacos sufrieron un gran número de bajas. Tres meses después, en junio, los austriacos derrotan al ejército polaco que defendía Sandomierz y es allí donde nos traslada Wajda (un inciso para los frikis de la IIGM, es en esa localidad donde los rusos capturaron un Königstiger). Sin embargo el destino de Austria fue sellado tras su derrota en Wagram.


Pero son las secuencias de episodios de la Guerra de Independencia los más espectaculares. No sólo los figurantes que hacen de españoles hablan español (aunque con acento), es que las construcciones y paisajes parecen españoles. Wajda debió de inspirarse en "La carga de la Brigada Ligera" para recrear la carga de la caballería ligera polaca contra los cañones españoles en Somosierra. De manera correcta, esta vez los jinetes llevan sables en lugar de lanzas y son casi masacrados. Sin embargo comete dos gruesos errores. No se ve un sólo soldado español, todos los españoles son guerrilleros, y la carga se realiza en terreno llano en lugar de cuesta arriba. Pero donde realmente destaca el director polaco es en las escenas del asalto y saqueo durante el Asedio de Zaragoza. No le duelen prendas a Wadja en mostrar con todo detalle las atrocidades cometidas por los soldados polacos, como los fusilamientos de civiles o las violaciones de monjas, ante la indiferencia de sus oficiales. En una determinada secuencia podemos ver a un grupo de soldados polacos realizando una profanación en un altar mientras simultáneamente otro de ellos está rezando a una imagen de la Virgen.


Cuando Raphael vuelve a su Polonia natal está completamente desencantado de sus sueños de gloria, sin embargo volverán a llamarle esta vez para la campaña de Rusia. En un plano bastante similar al que aparece en "Pan Tadeusz" contemplaremos a todo el poderío de los ejércitos napoleónicos marchando hacia Rusia, y tras una elipsis, acabaremos en una secuencia final en la que un Napoleón acomodado en un trineo y escoltado por sus fieles polacos atraviesa a toda prisa la estepa rusa colmada con los restos congelados de su Grande Armée.


Imprescindible para todo aquél que le guste la época napoleónica.



Videos relacionados.

A partir de cualquiera de ellos pueden seguirse los 23 enlaces para ver la película completa, en polaco

viernes, enero 29, 2010

Goya



Los finales de los 70 y el principio de los 80 fue sin duda la época de oro de las series de la televisión española. Se adaptaron un gran número de clásicos o se llevaron a la pantalla las biografías de varios de nuestros genios. Una de esas biografías televisadas fue "Goya".


Fue una de las series más caras producidas por TVE. Costó 330 millones de pesetas, lo que al cambio actual y considerando la inflación y el cambio de moneda, serían unos 7 millones de euros. Y estuvieron bien gastados. El elenco era de 80 actores de primera fila, gran parte del rodaje se llevó a cabo en los escenarios naturales y la labor de ambientación e investigación histórica fue de calidad. Es uno de los mejores retratos de los sucesos que acontecieron en España entre el final del XVIII y el comienzo del XIX. El único "pero" que tiene esta serie es que el actor que encarna a Francisco de Goya no está a la altura esperada. En mi opinión el nivel de expresividad facial de Enric Majó está por debajo del de Chuck Norris.


Los seis capítulos de una hora de duración recogen bastante bien las distintas etapas de su vida: "La cucaña", "Pintor de Corte", "Cayetana", "La familia de Carlos IV", "Yo lo ví" y "La Quinta del Sordo". Es en los episodios 4º y 5º donde se plasmará la experiencia vivida por Goya durante la Guerra de Independencia. A través de sus ojos veremos el Levantamiento del Dos de Mayo, los efectos del Primer Asedio de Zaragoza, las represalias francesas contra la población civil, los afrancesados, la llegada de Wellington a Madrid y las purgas tras el regreso del Rey Felón.


Como era de esperar la parte más impactante es la dedicada a los terribles acontecimientos que le tocó presenciar y que dieron lugar a la serie de grabados conocidos como "Los desastres de la guerra". Goya plasmó con un realismo como nunca antes se había visto, todas las desgracias y miserias causadas por la guerra y que puede ser trasladado a cualquier otro conflicto de cualquier época. Tal y como se expresa en la serie, las victimas somos todos, sin importar el bando en el que estemos.


Parece mentira que hace veinte años se realizaran series de esa calidad y que ahora se emitan subproductos como "Águila Roja".



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martes, noviembre 24, 2009

Enrique V (Henry V)





Dirigida e interpretada por Kenneth Branagh, "Enrique V" está considerada por muchos como la mejor adaptación cinematográfica de una obra de Shakespeare. Es cierto que supera a la versión dirigida por Laurence Olivier en 1944, pues no tuvo que sufrir restricciones propagandísticas. Otra cosa es compararla con el resto de las numerosas adaptaciones que existen sobre obras shakesperianas. Supongo que ahí cada uno tendrá su favorita.

Lo mejor que se puede decir de esta película es que Kenneth supo mezclar magistralmente la interpretación teatral con el realismo más crudo. Fue bastante fiel a la obra escrita y así veremos el triste destino de Falstaff o de otros amigos de francachela, tras el cambio que supuso para la personalidad de Enrique el ser coronado y la responsabilidad que conllevaba. Y como guinda del pastel contó con un elenco de actores de primer nivel. Derek Jacobi ejerce de coro que nos introduce en la obra, Brian Blessed interpreta al duque de Exeter, Ian Holm es el capitán Fluellen, Judi Dench hace de mesonera y un jovencísimo Christian Bale da vida a un paje. Todo un mérito de Branagh el disponer de esos ingredientes y de mezclarlos tan bien.

Nuevamente volveremos a ver reflejados los dos eventos bélicos principales de la campaña de Enrique V durante la Guerra de los Cien Años. Por un lado el asedio de Harfleur, pero al contrario que la última vez, aquí veremos como Enrique conmina al burgomaestre a la rendición del puerto. Después de la misma, Enrique se dirige con su maltrecho ejército hacia Calais - sin buscar la batalla pero tampoco rehuyéndola - siendo interceptado por el ejército francés tras el cruce del Somme.

El famoso discurso de San Crispín es uno de los momentos cruciales de la película. El montaje es muy bueno y de alguna manera consigue que unas palabras tan teatrales parezcan adecuadas para la situación e incluso verídicas. De ese discurso viene la expresión "Band of borthers" que da titulo a la famosa serie de Spielberg.

Es entonces cuando se desarrolla la Batalla de Agincourt. De nuevo se vuelve a poner énfasis en la carga de caballería desbandada por la efectividad del arco inglés y en las luchas cuerpo a cuerpo entre nobles franceses y británicos. Aunque en el momento de producirse la película se conocía que el desarrollo de dicha batalla no fue así, pues primero cargaron los caballeros a pie seguidos de la caballería, Branagh prefirió ser fiel a como se consideraba que se había desarrollado la batalla cuando se escribió la obra. De todas formas, esta vez veremos el resultado de lo que se conoció como la masacre de los pajes, aunque no veremos la ejecución de los nobles franceses prisioneros pues no está presente en la obra de Shakespeare.

Es justo reconocer que las escenas de la batalla son bastante buenas incluso para los estándares de hoy en día. Personalmente creo que sirvieron de inspiración para la exitosa "Braveheart". Es cierto que tienen algunos fallos, como por ejemplo que un muerto se mueva o que haya más de una escena que se repite en diferentes momentos como la del infante francés muriendo. Sin embargo, lo mejor de dicha secuencia bélica no es la lucha sino su resultado. Tras la victoria y en un emotivo travelling de más de tres minutos vemos como el ejército inglés marcha en procesión por el desolado campo de batalla cantando el himno religioso Non Nobis para dar las gracias a Dios por la victoria. Creo que es una de las mejores secuencias filmadas en la que se hace realidad el dicho de Wellington de que sólo hay una cosa más terrible que una batalla ganada y es una batalla perdida.

El final de la película puede descolocar. Cinco años después de la batalla se firmó el tratado de Troyes, aunque dicha parte se centra en el diálogo romántico entre Enrique y la princesa Catalina de Francia y no parece estar en consonancia con los horrores que acaba de contemplar el espectador. Pero no hay que olvidar que la obra es un drama de 1599 y que cuando se escribió los efectos especiales del teatro no eran tan realistas. Además, Catalina representa el dulce fruto de la victoria y la posibilidad del hermanamiento de dos reinos. Una posibilidad que se desvaneció con Enrique VI tal y como nos recuerda Derek Jacobi en las ominosas últimas frases de la obra.


Imprescindible y emocionante.




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  • Prólogo de Derek Jacobi
  • Entra el rey
  • Bolas de tenis
  • Los franceses, avisados
  • Traición de los nobles ingleses
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  • Capitulación de Harfleur
  • Lección de inglés de Catalina
  • Ultimatum al rey de Francia
  • Ejecutando a Bardolph
  • Noche antes de la batalla
  • Discurso de San Crispin
  • "Dios mío, dispón del día según Tú voluntad"
  • "El día es vuestro"
  • Non Nobis
  • Tratado de Troyes
  • Enrique y Catalina-1
  • Enrique y Catalina-2
    • viernes, septiembre 18, 2009

      El Hundimiento (Der Untergang)



      "El Hundimiento" es famosa por dos cosas. La primera, porque de todas las películas dedicadas a los momentos finales del nazismo, es la más fiel a los hechos históricos. El director Oliver Hirschbiegel y el productor Bernd Eichinger se basaron en diversos trabajos para la elaboración del guión, pero sobre todo en el libro homónimo de Joachim Fest y en las memorias de Traudl Junge, una de las secretarias de Hitler. La segunda razón, por la interpretación de Bruno Ganz.


      Bruno Ganz realizó un trabajo previo de cuatro meses para meterse en la piel de Hitler. La piedra angular de su interpretación se basó en una grabación de una conversación privada de Hitler con Mannerhein. Era el 4 de junio de 1942 y se celebraba el 75º cumpleaños del finés por lo que Hitler realizó una visita de cortesía. Un técnico de la radio finlandesa llamado Thor Damen, grabó 11 minutos de conversación sin que Hitler se diera cuanta. Según palabras de Ganz, Hitler tenía un característico acento austriaco y una voz suave y atractiva, de un barítono tranquilo. Intenté capturar eso. Sin embargo, otros definen su tono y expresiones como las pertenecientes a alguien de la clase trabajadora y al que le gusta dar monólogos sin esperar ninguna respuesta. Incluso llega a pronunciar incorrectamente el nombre de la capital finlandesa (dice Helsinski en lugar de Helsinki). Lo que más le fascinó a Ganz no era que Hitler fuera apoyado por el pueblo alemán, es que era amado por dicho pueblo. A pesar de sus esfuerzos al final acabó reconociendo que como actor no podía llegar al corazón de Hitler, porque no lo tenía.


      Esta no es la primera película alemana que trató el tema del final de Adolf Hitler. Ese honor le corresponde a la película "Der letzle Akt" ("El último acto") dirigida en 1955 por G.W. Pabst ,el director de "Cuatro de infantería". Tan sólo he visto el pequeño corte que hay en Youtube, pero si tenemos en cuenta que fue realizada diez años después de la muerte del dictador y aún así no es famosa, no parece que tenga mucho que ofrecer. Según la crítica, el principal problema es que el Hitler representado era muy poco creíble por el carácter psicopático que le dio el actor Albin Skoda. Adicionalmente, el personaje de Hitler es un secundario, no el personaje central de la trama. Hay una anécdota curiosa sobre esta película. Traudl Junge accedió a ser entrevistada como parte de la labor de documentación previo pago de 1.500 marcos y con la condición de que su persona no apareciera en la película. De hecho, su personaje aparece por primera vez en el cine en la película "Hitler: los últimos diez días".


      Volviendo a la película que nos ocupa, lo que la distingue de las demás producciones es que no sólo cuenta lo que sucede en el interior del führerbunker, sino que da una visión mucho más general de lo que debió ser la Batalla de Berlín. Así aparecen personajes cuya relación con Hitler es casi anecdótica, como el doctor Schenk o la del hitlerjugen Peter Granz, pero cuyas historias particulares reflejan las miserias del pueblo alemán en aquellas terribles horas. Los otros dos personajes, además de Hitler, sobre los que gira la película son dos mujeres: Traudl Junge y Magda Goebels. Las entrevistas a una anciana Traudl Junge que se ven al principio y al final son las que sirven al espectador de enlace con aquel período histórico y como una forma de evitar que dicho espectador sienta alguna simpatía por Hitler. Junge confiesa que ella llegó a sentir devoción por Adolf Hitler en su juventud pero que el tiempo le había permitido ver el horror que había significado su gobierno. Magda Goebels representa precisamente lo contrario. Alguien con una capacidad de devoción/autodestrucción tan grande que no duda en inmolar a su descendencia cuando ve que todo se ha perdido. La secuencia en la que asesina a sus hijos es sin duda una de las más turbadoras de la película. El espectador sabe que lo que está viendo ya ha pasado, pero aún así espera que suceda algo que lo evite.


      Pero sin duda la película es famosa por la polémica que generó. La interpretación de Ganz fue sobresaliente, equiparable a la de Alec Guinnes, y nos muestra un Hitler que no era el típico loco megalómano chillón de otras producciones. Al igual que el representado por Guinnes, el Hitler de Ganz también muestra un lado humano e íntimo, aunque a diferencia del actor británico, en esta ocasión no hay mezquindad ni maldad encubierta. Se muestra amable con el servicio y atento con sus amigos como los Goebels. Incluso es capaz de perdonar errores sin importancia. Estamos frente a un personaje enfermo y patético, del que probablemente sentiríamos lástima si no supiéramos que es el responsable de tanta destrucción y miseria. Y esto fue precisamente la causa de la polémica. El periódico sensacionalista Bild llegó a preguntarse si ¿Debemos permitir representar al monstruo como un ser humano? temiendo que la película animase a los neo-nazis. El director Wim Wenders incluso llegó a afirmar que se glorificaba a Hitler. Personalmente opino que la polémica tenía algo de artificial. Hitler era un ser humano, y lo que demuestra su historia es lo bajo que pueden llegar algunos miembros de nuestra especie.


      De todas formas la película no deja de tener un cierto tono apologético. Además de la declaración de Traud Junge en la línea - Yo no sabía nada, aunque reconozco que eso no es excusa- eso tono también se ve en el tratamiento de algunos de los personajes secundarios como el doctor Schenk. En la película es un médico de las SS que intenta ayudar a los heridos, obviándose cualquier referencia a sus experimentos con prisioneros de guerra. También es bastante curioso el que no se muestre lo que les pasó a las mujeres una vez dejaron el bunker. Traudl Junge por ejemplo fue violada por un grupo de soldados soviéticos y luego fue hecha prisionera e interrogada.

      A mí me gusta más la interpretación de Guinnes en "Hitler: los últimos diez días", pero reconozco que en su conjunto, "El Hundimiento" es mejor película.



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      sábado, septiembre 12, 2009

      El Bunker (The Bunker)





      "El Bunker" es una producción de la CBS para la televisión y está basada en la obra homónima del periodista James O'Donnell. Desde el punto de vista cinematográfico lo más interesante de la misma es que el actor Anthony Hopkins es el encargado de dar vida a Adolf Hitler. Sin embargo el nivel de esta producción no es tan bueno como uno esperaría.

      Lo mejor que tiene es que en términos históricos es bastante correcta y detallada. La acción transcurre desde que Hitler tomó la decisión de bajar al bunker en enero de 1945 hasta el abandono de sus instalaciones el primero de mayo de ese año. O'Donnell se basó en entrevistas personales para realizar su obra. Y lo interesante es que no sólo entrevistó a las personas más cercanas a Hitler, como sus secretarias o los jerarcas como Speer. También entrevistó a otros miembros del personal del llamado führerbunker. Así conoceremos los puntos de vista del ingeniero Johannes Hentschel encargado de las instalaciones o del suboficial Rochus Misch encargado de las comunicaciones. Eso nos permite conocer algunos detalles interesantes de dichas instalaciones y hacernos una idea de lo que debió significar el vivir allí durante tanto tiempo. Sin embargo, la mayor parte del guión se basó en el punto de vista de Albert Speer, por lo que dicho personaje tiene un protagonismo excesivo (se llega a incluir su supuesto intento de atentado con gas nervioso). También tiene su cuota de licencias artísticas: en un determinado momento vemos un flashback de la cocinera Constanze Manziarly sobre tiempos más felices. Es difícil que esos recuerdos provengan de una entrevista con dicha persona pues Constanze fue vista por última vez con dos soldados rusos que se la llevaban al interior una estación de metro para "comprobar sus papeles".


      En cuanto a la recreación del bunker y de la cancillería podemos decir que llega a pasable, pues el cartón-piedra se nota demasiado, aunque no hay que olvidar que es una producción de TV. Pero es en el nivel interpretativo donde la película tiene su lado más débil. El peso de la producción recae en dos actores, el ya mencionado Anthony Hopkins y Richard Jordan en su papel de Albert Speer. Y en mi opinión ambos no lo hacen todo lo bien que uno espera. El Speer de Jordan es demasido blando, parece más un buen chico en uniforme que el arquitecto del III Reich. En cuanto a Hopkins, ganó un Emmy por su actuación y se cuenta que los extras que hacían de guardía personal se cuadraban cuando el entraba en una habitación, aunque no fuera caracterizado de Hitler. Pero a mi su interpretación me parece demasiado forzada. Se nota que Hopkins se pasó varias horas viendo el mismo discurso de Hitler y aprendiendo a imitar sus gestos y gritos (por cierto, en inglés Hopkins es ininteligible, ver el video). Además por si no nos queda claro, al final nos lo ponen otra vez repitiendo ese discurso. Pero imitar no es interpretar, porque siempre tienes la sensación de que no es Hitler, sino que es un actor haciendo de Hitler. El único que en mi opinión se salva es Michael Lonsdale en su papel de Martin Bormann. No hace el típico personaje de aspecto porcino que parece tonto, sino alguien más astuto y peligroso.


      En resumen, para los muy aficionados a ese período de la historia.


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      domingo, septiembre 06, 2009

      Hitler, los diez últimos días (Hitler: the last ten days)



      origen de la imagen



      Lo mejor de "Hitler, los últimos diez días", y el motivo principal por el que merece la pena verla, es la interpretación que realiza Alec Guinnes de Adolf Hitler. Aunque esta recreación no es la más fiel a la historia como la reciente “El hundimiento”, si está considerada por muchos como la mejor interpretación dramática del funesto personaje.

      Esta co-producción italo-británica proclama en sus títulos de crédito que es una reconstrucción fiel de los hechos que acontecieron dentro del führerbunker entre el 20 de abril, cumpleaños del tío Adolfo, y el 30, fecha en la que se suicidó, tal y como fueron recogidos en las memorias del Rittmeister Gerhard Boldt. Curiosamente, el personaje de Boldt se mantiene en la película pero sus actos son realizados por el ficticio capitán Hoffman (Simon Ward). Se nota que se trata de una producción de bajo presupuesto, con actores británicos e italianos de segunda fila en su mayor parte, siendo el más conocido de ellos Adolfo Celi (el malo de “Operación Trueno”) dando vida al general Krebs. Pero hay que reconocer que la reconstrucción del bunker es muy buena, aunque no parezca muy difícil simular unas paredes de hormigón, y la historia está contada de manera eficaz y convincente.

      Guinnes estaba muy orgulloso de su interpretación. En esos años su carrera no estaba pasando por un buen momento y el trabajo escaseaba, así que este papel protagonista le vino como llovido del cielo. Históricamente, Hitler pasó sus últimos días completamente deprimido y sedado, con algunos ataques de ira. El Hitler de Guinnes en cambio es mucho más activo y despierto de lo que debería esperarse. Está acorralado, pero sin embargo vemos que aún mantiene esperanzas en la victoria y es capaz de explotar en una serie de rabietas incontrolables cuando la realidad no coincide con sus deseos. Guinnes nos muestra al Hitler que todos esperamos ver. Un tirano que se cree un genio militar dando órdenes sobre los mapas mientras abronca a sus generales, y un genio artístico planeando edificios de la futura capital del Reich de los mil años dispuesto a que se haga verdad el dicho “después de mí, el diluvio”. Guinness fue el primer actor que se arriesgó en mostrar un lado humano e íntimo del dictador, aunque por supuesto ese aspecto incrementa la mezquindad del personaje. Es magistral la escena en la que Guinnes pide que le cuenten como van a morir los demás cuando él se haya suicidado como si estuviera discutiendo sobre las preferencias de una comida o de otra. O la cicateria mostrada al decir que él ya se ha reservado gasolina para su cremación y que los demás deberían darse prisa para hacer lo mismo. O aquella en la que juega con las maquetas de los edificios del Berlin soñado como capital del Reich de los mil años.

      Al igual que en la película “Liberación”, volvemos a ver escenas en blanco y negro, mezcladas con escenas en color. Pero esta vez es para realzar el contraste entre lo que sucede fuera del fuhrerbunker con lo que sucede dentro de sus paredes. La “realidad” del fuhrerbunker está rodada en color, para acercar al espectador las fantasías de Hitler sobre una Alemania que aún podía triunfar. Sueños que terminan bruscamente con el blanco y negro de lo que sucede de verdad en el exterior del bunker.

      Como ya he dicho, la película reclama una exactitud histórica que mantiene bastante bien en general. Es de destacar la introducción inicial a base de imágenes de documentales y los títulos de crédito con un mapa de Europa y la música de Wagner sonando, para poner en situación al espectador y así llegar al 20 de abril de 1945. Las recreaciones de los acontecimientos más conocidos están bastante bien realizadas. Así veremos el famoso ataque de nervios del día 22 de abril (en la película es el 23) tras echar la bronca a Jodl, Keitel, Bormann, Krebs y Burgdorf. Otros momentos históricos son el intento de tomar el poder por parte de Goering y la llegada del mariscal del aire von Greim y su amante Hanna Reitsch. Y por supuesto el fusilamiento del cuñado de Eva Braun. Aunque en otras situaciones dicha exactitud histórica no se respeta. Por ejemplo, no aparecen ni Himmler, ni Goering, a pesar de que ambos asistieron al cumpleaños de Hitler. Tampoco sale ninguna de las numerosas conversaciones entre Hitler y Albert Speer, porque este personaje tampoco aparece, aunque si se discute la orden de destruir las infraestructuras ya que Hitler opinaba que el pueblo alemán no merecía sobrevivir a su muerte (La Naturaleza es cruel, así que yo también debo ser cruel). Finalmente tiene algunas “chapucillas” que si se hubieran corregido habrían dado un toque de mayor calidad a la película. Una de esas “chapucillas” es que las canciones que se cantan son en inglés y no en alemán. Llama mucho la atención ese detalle en la escena en la que los hijos de Goebels cantan a Hitler el tema “El pequeño Hans”, la canción que se escucha en “La cruz de Hierro”. Ahora, lo peor en mi opinión es el personaje de Eva Braun. La actriz Doris Kunstmann le da un aire tan frívolo y estúpido que es difícilmente creíble. Pero en líneas generales, la recreación de los últimos días es bastante notable.

      Hay una escena que me gustó bastante y en la que no interviene Alec Guinnes. Es aquella en que Hanna Reitsch pregunta a una de las secretarias “Esa fraulein Braun, ¿ella y el Fuhrer son...?”. Y tras asentir la secretaria, comenta escandalizada “Si es una burguesa, no parece una nacional-socialista”. Tras enterarse de que además llevan diez años juntos, desilusionada dice: “Y pensar que yo creía que estaba por encima de esas cosas. Sexo.” En tan sólo una secuencia de 30 segundos hemos visto como una persona alienada que apoya a un régimen totalitario y que a deificado a su líder supremo, se da cuenta de que éste es como cualquier otro ser humano al que le van las faldas.

      Una nota curiosa. En uno de los diálogos de la película, Hitler dice que Alemania será grande cuando Wagner pueda ser interpretado por un reparto de actores alemanes completamente desnudos. Desconozco si la cita es histórica, pero si observamos las últimas tendencias de la ópera, dichas palabras suenan extrañamente proféticas.

      Una película esencial para aquellos que les guste Alec Guinnes y una pequeña joya para los aficionados al cine bélico.


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      martes, septiembre 01, 2009

      Liberación (Osvobozhdenie, Освобождение)




      Supongo que no soy el único que aprovecha el verano para realizar actividades lúdicas que no ha podido hacer durante el año, generalmente por falta de tiempo libre. Una de esas actividades que tenía reservada era ver la película rusa "Liberación" (y realizar posteriormente su largo comentario ;-). Como todas las cosas, tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos. Y en mi opinión hay más de lo primero que de lo segundo, por lo que creo que ha merecido la pena verla. Además, me parece el post adecuado para el día en el que se cumple el 70 aniversario del comienzo de la IIGM.

      Esta mega-hiper-superproducción es una saga de 5 películas realizadas entre 1968 y 1971 con una duración total de siete horas y media. Hay quien la considera como la producción más cara de la historia superando a “Voyna i Mir”, aunque no hay cifras oficiales para confirmarlo. En teoría es una coproducción de varios países, entre ellos Italia, Polonia, y la extinta RDA, pero en la práctica es una obra exclusivamente soviética. Fue un encargo expreso del Comité Central del PCUS, al parecer mosqueados por la repercusión de la película "El día más largo". Se puso como condición que la historia debería comenzar con la Batalla de Kursk, obviándose los dos primeros años de guerra. Yuri Ozerov fue el director encargado de plasmar el proyecto e insistió en que el grado de autenticidad fuera el más elevado posible. No se escatimaron medios y recursos. Como es lógico los rusos eran interpretados por actores rusos, pero es que los personajes alemanes estarían interpretados por alemanes, y los italianos por italianos. Los personajes anglosajones como Churchill y Roosevelt fueron interpretados por rusos, pero hablando en inglés, no en ruso. Se requirió la participación de 3.000 soldados de los antiguos ejércitos del Pacto de Varsovia y se utilizaron más de 150 tanques para las destacables recreaciones de las acciones bélicas.

      Liberación” adolece del mismo defecto que otras producciones bélicas soviéticas. Es muy lenta. Pero al mismo tiempo es distinta a éstas. En “La balada de un soldado” o en “La infancia de Ivan” los protagonistas son personajes anónimos con los que el público puede simpatizar o sentirse identificado. En “Liberación” los protagonistas son las grandes figuras históricas como Stalin, Zhukov o Koniev y están representados de una forma tan ideal y heroica que es muy difícil sentir alguna empatía hacia ellos. Hay también héroes anónimos del proletariado pero son personajes totalmente anodinos para el espectador, que realizan su intervención dramática y desaparecen generalmente debido a una muerte heroica. No falta la historia romántica pero es tan sosa que se agradece que sea tan breve en relación a la duración total de la cinta. Otro de los aspectos que menos me gustaron de esta producción es la banda sonora de Yuri Lewitin, una composición a lo Shostakovich pero sin una gota de genialidad, por lo que es cansina y repetitiva.

      Uno no puede evitar compararla con producciones occidentales similares, sobre todo con el serial televisivo estadounidense “Vientos de guerra”. En éstas se sigue el canon típico de que los protagonistas principales son personajes anónimos desde el punto de vista histórico pero con los cuales el espectador puede fácilmente identificarse gracias a alguna historia melodramática. Mientras, las grandes figuras como Hitler, Stalin, Churchill o Roosevelt, son personajes secundarios que sirven como atrezzo histórico a dicho melodrama. Adicionalmente, cuando en una producción occidental son los personajes históricos los protagonistas principales, tal es el caso de “Patton” o “Ike”, lo que vemos son sus flaquezas además de sus grandezas para demostrarnos que son humanos. “Liberación” hace precisamente lo contrario. Stalin, Zhukov, e incluso Hitler, no son representados como unos simples humanos, sino como semidioses. El tono es el de un documental dramatizado de propaganda y no el de una saga dramática.

      Ese es uno de los principales defectos del film. Es pura propaganda soviética, demasiado descarada incluso para los estándares de los años 70. De nuevo no puedo evitar compararla con producciones occidentales contemporáneas. El nivel de propaganda es incluso mayor al reflejado en “Los boinas verdes”, pero con peores interpretaciones y de forma mucho más chapucera. Es entendible que quiera transmitir la importancia del esfuerzo bélico soviético y que de a entender que si no llega a ser por la URSS no se hubiera ganado la guerra a la Alemania nazi. Sin embargo, las repetidas quejas sobre la falta de participación de los aliados, y de los norteamericanos en particular, con frases como -El último que entra en la pelea es el que más alardea- o llamando a las latas de carne norteamericana “Segundo Frente”, hace que el tema sea cansino. Comentaré otros ejemplos más adelante.

      Sin embargo el principal handicap de la película son las interpretaciones. Y esto es bastante paradójico dado los esfuerzos de Ozerov por la autenticidad. Se dio preferencia al hecho de que los actores tuvieran un gran parecido con los personajes históricos y no a sus dotes interpretativas, salvo excepciones. Luego les hizo interpretar a dichos personajes tal y como les vemos en los documentales históricos. Los actores en lugar de “interpretar” se limitan a “imitar” a dichos personajes. Para acentuar el efecto documental, no sólo hablaban en el idioma que correspondía al personaje, sino que todas las secuencias en las que salen Stalin, Hitler, Roosevelt o Churchill están grabadas en blanco y negro. Es al contemplar las actuaciones que corresponden a los héroes proletarios anónimos; como el tanquista Tvstayev, la enfermera Zoya o el artillero Shaska; cuando comprobamos el pésimo nivel de los actores. Hay momentos que tienes que frotarte los ojos para estar seguro de que no has visto una interpretación tan nefasta. Y una cosa bastante llamativa de esta saga. Todos los escasísimos personajes femeninos rusos que aparecen son de dos tipos: o atractiva enfermera, o atractiva secretaria. Ni una sola hace de combatiente, y las hubo. Curioso homenaje a la igualdad de la mujer por parte de la extinta URSS.

      La excepción en la cuestión interpretativa es el actor Fritz Diez (o Fritz Dietz) en su papel de Hitler. Diez era un actor comunista que tuvo que exiliarse a Suiza tras la llegada de Hitler al poder. Tras la derrota del nazismo volvió a la extinta RDA donde se hizo líder del sindicato de actores. Cuando Ozerov le ofreció el papel, Diez se negó por su aversión al personaje. El propio Honnecker tuvo que intervenir para convencerle. Probablemente es la interpretación más completa que existe del siniestro personaje. No digo que sea la mejor, ni la más realista, aunque Diez hace un Hitler bastante bueno en mi opinión. Me refiero a que en “Liberación” veremos la evolución del personaje de Adolf Hitler desde antes de la batalla de Kursk hasta su suicidio en el bunker. Y en esa evolución están incluidos hechos tales como la orden de liberar a Mussolini, sus discusiones con el Alto Mando alemán y por supuesto el famoso atentado del 20 de julio de 1944. El principal problema de la actuación de Diez es que está obligado a representar a Hitler como la contrapartida maligna del bondadoso Stalin, que está interpretado en el estilo “santo padrecito de los pueblos”. En el capítulo final, Diez comienza a tener tintes histriónicos que desmerecen su interpretación.

      Como ya he indicado, uno de los principales méritos de esta megaproducción es que las interpretaciones de los distintos personajes históricos están realizadas por actores que hablan en la misma lengua que dicho personaje idioma y así aumentar la autenticidad. Un esfuerzo que se ve completamente malogrado por culpa de una peculiar costumbre del cine ruso. En lugar de usar subtítulos cuando Hitler, Roosevelt o Churchill hablan, lo que utilizan es un narrador que realiza una traducción simultánea al ruso. Así que, en el caso de Hitler, oímos simultáneamente el idioma alemán del actor y el idioma ruso del narrador. Algo realmente molesto, sobre todo cuando Diez interpreta alguna de las rabietas de Hitler y le oímos gritar a sus generales mientras que la voz del narrador apenas cambia de tono. Para empeorar las cosas, es el mismo narrador el que traduce a todos los personajes de una escena, incluyendo a los personajes femeninos como Eleanor Roosevelt o Eva Braun.

      El principal mérito de la película es la variedad de eventos históricos reflejados y el nivel de detalle de los mismos. No sólo por el hecho de que se recojan aspectos del llamado Frente Oriental que no suelen contemplarse en las producciones de Occidente, o por su tono de documental. Es por el ingente esfuerzo material realizado en aras de conseguir esa sensación de autenticidad que se nota en los aspectos como el armamento o los uniformes. La pena es que estas magníficas recreaciones históricas sean echadas a perder por la manía propagandística de demostrar que los soldados rusos son los angeles encarnados del paraíso socialista. Como es de imaginar no hubo problemas con respecto a la recreación de los uniformes y al equipamiento soviético, pero si con los blindados alemanes. Finalmente se recurrió al “maquillaje” de T-34s para convertirlos en “Tigers” y en “Panthers”, aunque en estos últimos el maquillaje es nefasto. Los tanques y vehículos soviéticos de la época están representados por los T-34/85 (no salen los T-34/76) y los cañones autopropulsados del tipo SU-122, aunque en algunas de las gigantescas batallas de tanques se pueden ver anacronismos como los JS-III o incluso T-55 modernos. La omisión más curiosa es que no sale ni un sólo camión con los “órganos de Stalin” en acción. Donde realmente no estuvieron nada finos, mejor dicho, realizaron auténticas chapuzas, es en el aspecto de la recreación de los aviones. No es que no pudieran recrear a los Me-109 o a los FW-190. Es que tampoco recrearon a los aviones soviéticos como los Yak-3 o los IL-2 Sturmovich. En su lugar utilizaron aviones de entrenamiento Yak-11 para los aviones soviéticos y otro modelo similar para los alemanes. Unos aviones que se parecen a los cazas tanto como un huevo a una castaña.

      Como ya he indicado la saga está compuesta por cinco películas. Son estas:




      1.- El arco de fuego.

      Dedicada por completo a la Batalla de Kursk. La primera escena transcurre en un campo de pruebas alemán, donde Hitler contempla como un tanque “Tiger” es destruido por un pepinazo de un T-34. En el primer minuto ya no nos queda duda del tono de la producción. Hay que mostrar que el material soviético era mejor que el alemán. Claro que enseguida te imaginas lo que hubieran durado los alemanes si los “Tiger” hubieran sido destruidos con tanta facilidad.

      Ozerov intentó filmar esta parte en los mismos lugares donde sucedió la batalla pero fue totalmente imposible porque el lugar estaba lleno de proyectiles sin explotar (aún están sacándolos). Así que se decidió filmar en lugares cercanos y en la misma época del año en la que sucedió la batalla. Y es aquí donde se ven a esos 3.000 soldados y esos 150 tanques. Hay numerosas tomas aéreas al estilo de Bordanchuck, para mostrar al espectador el carácter gigantesco de esa lucha de titanes. Desgraciadamente son bastante confusas pues lo único que se ven son explosiones, trincheras, tanques y estepa, todo ello sazonado con la horrorosa y machacona banda sonora. Sin embargo, las recreaciones de los combates de tanques como el de Projorovka son realmente notables, si exceptuamos algunas chapuzas interpretativas (ver sección de videos abajo). Para los aficionados a la historia bélica veremos entre otros a Manstein, Zhukov, Rokossovski, Kluge, Model, ... Y un aspecto curioso, se representa al renegado Vlasov intentando convencer al hijo de Stalin que se pase al bando alemán. También veremos las reuniones de la Stavka con Stalin al mando ejerciendo de sabio-timonel-que-con-impasible-y-tranquilo-ademán-conduce-a-la-URSS-hacia-la-victoria-final. Como curiosidad también salen partisanos yugoslavos, y Winston Churchill preocupado por el resultado de Kursk.





      2.- El gran avance

      Comienza recordándole al espectador que es gracias a la victoria de Kursk por la que los aliados pueden asaltar Sicilia (fue una acción casi simultánea) y posteriormente desembarcar en la península italiana. Lo mejor de esta parte es que se muestra la caída y detención de Benito Mussolini y luego su posterior liberación por Otto Skorzeny y sus muchachos (en realidad la liberación de Mussolini sucedió de una forma algo diferente pero Otto se llevó el mérito). En el aspecto curioso hacer notar que aquí sale la resistencia polaca y una represalia alemana contra la población civil de Varsovia. El título de esta parte hace referencia a la decisión de la Stavka de atacar las posiciones alemanas a lo largo del Bajo Dniepper mediante una treta que consistió en realizar un falso cruce por un sitio para realizar el ataque principal por otro punto distinto. Las escenas del cruce del río son notables, pero nuevamente las chapuzas interpretativas están ahí para estropear el conjunto. El ataque culminó con la toma de Kiev. Esta parte acaba con la conferencia de Teheran. De nuevo tenemos a Stalin en su papel de sabio timonel en contraste con un Roosevelt que parece que no se toma nada en serio aunque reconoce la importancia cada vez mayor de los soviéticos y un Churchill reflejado como un intrigante anti-comunista. Incluso se llega a insinuar que ambos pretendían evitar que Stalin llegase a derrotar el sólito a Hitler.




      3.- El objetivo principal.

      Probablemente la única vez que se ha representado en la pantalla la “Operación Bagration” que provocó la aniquilación del llamado Grupo de Ejércitos del Centro de la Wehrmacht. Esta parte de la película comienza recordándonos, ¡otra vez!, que Kursk fue la batalla más importante de la IIGM, para luego continuar con el asunto del espía “Ciceron” y las actas de la conferencia de Teheran. Volvemos a encontrarnos a los aliados intrigando en contra de los rusos, sobre todo el amigo Churchill al que sólo le preocupa que los Balcanes no caigan en manos soviéticas. Pero Roosevelt lo tiene clarísimo, la prioridad es Francia. No se si será una especie de broma, pero se dedica un montón de tiempo a relatar una de las intervenciones de la escuadrilla “Normandía” mientras que del desembarco del mismo nombre sólo vemos unas cuantas imágenes de documental. Probablemente es la parte más chapucera de toda la saga (ver videos abajo).

      Lo mejor que tiene esta parte es la discusión en la Stavka de la operación incluyendo la maskirova (dura una media hora en total) y la escena del cruce de los pantanos durante el cruce de la "Operación Bagration". Realmente está muy bien hecha si exceptuamos algunas secuencias duplicadas que han sido tomadas desde diferentes ángulos en un esfuerzo para que no se note mucho que es la misma toma. Otro aspecto a destacar es que veremos el papel de los partisanos en el desarrollo de dicha operación. Pero continúan las chapuzas. Durante la escena del cerco de Bobruysk, veremos a la infantería alemana en su conocido papel de numerosos-malos-estúpidos-que cargan-de-frente-y-caen-como-chinches. Ese cliché ya es patético cuando sale en una película yanqui de los años 50 ó 60 en la que vemos a numerosos infantes de la Wehrmacht cargando a lo loco contra la ametralladora americana que da buena cuenta de ellos. Pero verlo en una película soviética de 1970 es realmente horroroso. No sólo porque cualquier aficionado a la historia sabe que la superioridad numérica estaba en el bando ruso y no al contrario, también porque se llega al absurdo de que en algunas escenas se ve a la infantería alemana avanzar en líneas cerradas en campo abierto al estilo del siglo XIX.

      Es en esta parte donde se encuentran uno de los ejemplos más descarados de tergiversación propagandística al estilo soviético. Se trata de la cuestión polaca. No es de extrañar que veamos a los polacos ayudar gustosamente a los soviéticos a “liberar” Polonia. Pero clama al cielo que no salga absolutamente nada de la sublevación de Varsovia y tampoco ninguna referencia a la invasión soviética de 1939, cuando el tío José y el tío Adolfo eran amiguitos y se repartieron el país. Las escenas en las que los generales rusos hablan con los militares polacos integrados en el Ejército Rojo de la liberación de Polonia en las lindes del río Bug suenan a recochineo (el Bug era la frontera donde los rusos se pararon en 1939 en aplicación del pacto nazi-sovético).

      También veremos una reconstrucción bastante buena de la famosa “Operación Valkiria”. Desde su planteamiento inicial, su ejecución y finalmente su represión. Lo más alucinante es que veamos una secuencia en la que Churchill se felicita de que el atentado haya fallado porque de lo contrario eso impediría la victoria total sobre los alemanes.






      4.- La Batalla de Berlín

      Aunque se titule así, en realidad trata de la aproximación a Berlín y de los eventos históricos que sucedieron antes de su conquista. El principal de ellos es la Conferencia de Yalta, donde definitivamente el intrigante de Churchill es derrotado por el bendito padrecito de los pueblos. Tampoco los americanos quedan impunes de ser unos conspiradores anti-comunistas. Se nos muestra un encuentro entre Allan Dulles y el general de las SS Karl Wolff en Suiza con el supuesto objetivo de conseguir que los alemanes firmen la paz con los anglosajones y así continuar la lucha contra los soviéticos. Se trataba de la llamada "Operación Crossword" en la que los aliados negociaron la rendición de los alemanes en Italia. Los soviéticos quisieron meter el cucharón pero los americanos no les dejaron. Lo cierto es que parece que los rusos también amagaron con firmar una paz por separado con los alemanes en el año 43, pero claro, eso no sale.

      No es el único ejemplo de tergiversación histórica. En la batalla del cruce del Oder se nos muestra que la idea de Zhukov de atacar bajo la iluminación de unos gigantescos proyectores que deslumbrarían a los alemanes fue todo un éxito. En realidad no sólo fue un auténtico fracaso, sino que además permitió a los alemanes apuntar mejor a las siluetas de los carros soviéticos, con lo que las bajas rusas fueron enormes. La batalla fue ganada simplemente por la aplastante superioridad soviética en hombres y material.

      Lo más curioso de esta parte es que salen por fin prisioneros de los campos de concentración alemanes pero de una forma bastante “light”. En la escena, un tanquista ruso y un soldado polaco están en una estación buscando un vagón con combustible para los tanques y encuentran un tren lleno de prisioneros con el típico uniforme a rayas. Uno de ellos es alemán y proclama su compromiso con la lucha antifascista. Así que todos los prisioneros se ponen a ayudar para empujar el vagón hacia los tanques. Y ya está. No sale ni un sólo campo de exterminio, ni una cámara de gas, ni un horno crematorio, ni una pila de cadáveres, nada de nada.






      5.- El asalto final

      Creo que hay una explicación a que no salga nada de nada de los crímenes de guerra nazi y se encuentra en la última parte de la saga; la dedicada a la Batalla de Berlín. La razón se comprende cuando salen escenas en las que los soldados rusos confraternizan con la población civil alemana. No sólo no saquean, ni destruyen las propiedades, ni violan a las mujeres. Es que encima confraternizan con los civiles, comparten comida y llegan a protegerlos si estos se encuentran en medio del combate. Y los civiles alemanes muestran su alegría por ser tan bien tratados.

      Y es que aquí tenemos la otra gran manipulación propagandística de esta producción. En una claro quid pro quo, los rusos no dicen nada de las atrocidades nazis hacia judíos, eslavos y otros seres humanos, pero a cambio no se recogen las atrocidades rusas hacia la población alemana. Hay que recordar que la extinta RDA era aliada de la URSS, así que supongo que era cuestión de llevarse bien con ellos. Incluso se llega a mostrar una escena surrealista en la que un pastor protestante y un comunista alemán (el prisionero liberado en la anterior parte) mandan conjuntamente un mensaje por radio para que las tropas alemanas que defienden Berlín se rindan.

      Las escenas de la batalla por Berlín, así como las escenas que representan los últimos días de Adolf Hitler en el führerbunker, son bastante buenas en general. Es de destacar la lucha por la toma del Reichstag. Gran parte de las imágenes fueron filmadas en el Berlín Oriental y se aprovechó un barrio que iba a ser demolido para realizarlas. Sin embargo, todo ese esfuerzo se ve malogrado nuevamente por algunas secuencias realmente chapuceras (ver sección videos). Hay una especialmente surrealista en la que un capitán soviético de comunicaciones es invitado al mismísimo führerbunker para establecer una línea telefónica para poder discutir los términos de la rendición. Pero sin duda el colmo de la inventiva es la escena en la que Adolf Hilter asesina a Eva Braun antes de que luego le tengan que matar porque es tan cobarde que no puede ni suicidarse. Y ahí no acaba la cosa. A los Goebels les dispara por la espalda un soldado alemán. Evidentemente cuando muere Hitler y se rinde Berlín se considera que la guerra ya ha acabado (las acciones de la Guerra del Pacífico brillan por su ausencia). La película termina recordándonos todo el daño que ha hecho el fascismo por la enumeración de las muertes producidas por la guerra en los distintos países. Logicamente es la URSS la última en aparecer ya que tuvo la desgracia de tener el número más elevado. Y un detalle curioso, en esta última parte no sale Stalin en ningún momento.

      Resumiendo, es una película recomendable si te gusta el cine de la IIGM, sobre todo por mostrar el Frente Oriental, y por el realismo de sus recreaciones históricas. Es bastante curiosa en el aspecto de cine propagandístico, y resulta bastante divertida si uno la ve con el ánimo de cazar gazapos interpretativos. Pero si a uno no le gustan esos temas, mejor pasar de ella por ser demasiado lenta y pesada.


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      Videos relacionados:

      La película está en youtube, pero en ruso (en la mula pueden conseguirse los subtítulos). A continuación tenéis los links de cada una. El título del fragmento y el comentario hace referencia a aquello que me llamó la atención de dicho fragmento.

      El arco de fuego




      El gran avance



      El objetivo principal

      La batalla de Berlín



      El asalto final