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domingo, 17 de marzo de 2024

 PASEO LITERARIO EN ELVAS “50 AÑOS DEL 25 DE ABRIL”

Coincidiendo con el 50 aniversario de la “Revolta das Caldas da Rainha”, que anticipó en cuarenta días lo que iba a ser la “Revolução dos Cravos”, se ha desarrollado en la mañana del 16 de marzo en Elvas una intensa actividad histórico-literaria, que ha servido también para conmemorar el “Día Mundial de la Poesía”, del próximo jueves.

Bajo el nombre de “Os Passos dos Poetas – 50 anos do 25 de Abril”, contó con la participación, declamando sus composiciones, de António Brinquete, Ethel Castel-Branco, Fátima Cayola, Higino Maroto, Isabel Figueira, Jú Vida Laranjeira, Luísa Currito e Maria Vicente, del grupo de “Autores de Elvas”, y paralelamente con tres oradores: el economista José António Contradanças, el doctor en geografía e historia Moisés Cayetano Rosado y el coronel Nuno Duarte, encargados de realizar una explicación histórica del “25 de Abril”, a nivel nacional y local.

Las actividades se llevaron a cabo con un recorrido por las zonas de la antigua sede de la Mocidade Portuguesa, de la PIDE (Policía Política), el Batalhão de Caçadores 8 y el Museu Militar de Elvas. En cada uno de estos lugares, alternativamente dos de los poetas presentes leyeron sus composiciones relativas al proceso revolucionario, sus antecedentes de dictadura salazarista y guerras coloniales, y el desenvolvimiento democrático posterior.


Tras unas palabras iniciales de bienvenida de la concejala de Cultura, Vitória Branco, y de la directora de la Biblioteca Municipal, Tânia Morais Rico (coordinadora de la actividad), intervino José Antonio Contradanzas, que además de iniciar su disertación con un poema de su propia creación, explicó la vida en Portugal durante la dictadura salazarista. Incidió especialmente en el desenvolvimiento cotidiano de los pueblos alentejanos y particularmente en el concelho de Elvas, con las privaciones de todo tipo de una población sumida en la miseria y la represión; la vigilancia de la vida social y laboral, la censura y el espionaje de los colaboradores “anónimos” de la PIDE, tan temida. Terminó llamando la atención sobre la importancia de la democracia y la libertad, a veces tan frágil y en peligro.

Moisés Cayetano Rosado explicó las masacres que precisamente el 15 de marzo de 1961 iniciaron las guerras coloniales, con el asesinato indiscriminado de colonos y nativos cercanos a ellos en el norte de Angola por parte de grupos revolucionarios; anteriormente, la población trabajadora de la empresa algodonera luso-belga COTONANG había sido masacrada por las tropas gubernamentales, durante enero y febrero, por las protestas laborales y sociales que llevaron a cabo. También se detuvo en el primer intento organizado de golpe de estado: la revuelta de Caldas da Rainha, de cuyo Regimiento de Infantería partieron sin éxito hacia Lisboa 200 militares, y que vino a ser un anticipo del Golpe triunfante del 25 de Abril. Los momentos fundamentales de esta acción que derrocó la dictadura, especialmente los protagonizados por el Capitão Salgueiro Maia constituyeron la parte esencial de su intervención.


El coronel Nuno Duarte, director del Museu Militar comentó ampliamente la importancia de la experiencia en las guerras coloniales para que los jóvenes oficiales tanto de carrera profesional como de servicio militar obligatorio se implicaran en la Revolución. Comprendieron, a los largo de los trece años de guerra, que la solución de los conflictos de ninguna manera podía ser militar sino política, como había defendido ante el Gobierno -sin éxito- el general Spínola, gobernador en Guinea-Bissau. Nuno Duarte contó sustanciosas e inéditas anécdotas tanto de su experiencia como agregado militar en Guinea, tras la independencia, como de Salguerio Maia, del que fue algún tiempo alumno en su formación militar, y que el próximo 11 de abril serán ampliamente desarrolladas entre otras cuestiones en una actividad del Museu durante toda la mañana, con participación de antiguos militares de la columna de Salgueiro Maia y otros combatientes. La entrada a la misma será libre para todos los que deseen asistir.

Finalmente, se cantó a coro la popular canción “Somos libres (Uma gaivota voava, voava)”, emotivo canto a la paz y la libertad.

martes, 14 de febrero de 2023

 42 Foro de Asociaciones y Gestores Culturales en Badajoz: patrimonio transfronterizo

https://www.hispanianostra.org/evento/42o-foro-de-asociaciones-y-gestores-culturales-en-badajoz-patrimonio-transfronterizo/2023-03-23/

Para los que venimos trabajando en pro de conseguir la declaración de Patrimonio Mundial de las Fortificaciones Abaluartadas y Artilladas de la Raia/Raya luso-española, este foro es de máxima importancia. El que en la Primera Mesa Redonda contemos con Guillermo Duclós, doctor arquitecto, uno de los más acreditados investigadores y restauradores del patrimonio artillado y abaluartado; con José Javier Fernández, doctor arqueólogo de Siega Verde (Patrimonio de la Humanidad junto a Valle do Côa, por su arte paleolítico al aire libre), y con Virgilio Lopes, doctor arqueólogo, miembro de la dirección del Campo Arqueológico de Mértola, uno de los mayores expertos en arqueología medieval de la Península Ibérica, es crucial. Me cabe el honor de coordinar esta Mesa.

A ello siguen, como se pueden ver en el programa del enlace, otras Mesas no menos importantes, y diversas visitas para disfrutar de nuestro patrimonio medieval y abaluartado (Campo Maior/Badajoz/Elvas-Patrimonio Mundial), así como el yacimiento arqueológico romano de La Cocosa y la Ciudad-Patrimonio Mundial de Mérida.

Viernes 24 marzo 2023| El Hospital-CentroVivo: patio 1

10.15

11.30

Mesa redonda I. Patrimonio compartido

Poner en valor las acciones sobre el patrimonio a ambos lados de la Raya/Raia.

Modera:

 D. Moisés Cayetano Rosado, Doctor en Geografía e Historia y director de la Revista Transfronteriza O Pelourinho.

Intervienen:

    • D. Guillermo Duclós, doctor arquitecto experto en las fortificaciones del bajo Guadiana.
    • D. José Javier Fernández Moreno, Dr. arqueólogo en la Junta Castilla y León y coordinador de la candidatura para la UNESCO del Valle do Côa-Siega Verde.
    • D. Virgilio Lopes, Dr. arqueólogo, investigador y miembro de la Dirección del Campo Arqueológico de Mértola.

martes, 7 de septiembre de 2021

 MEU ALENTEJO. RAÍZES.

Autora: Graça Foles Amiguinho.

Edita: Imagem e Publicações y autora. 2021, 222 páginas.

 


Conocí a Graça Foles Amiguinho -poeta y artista al completo, nacida en Santa Eulalia, freguesía de Elvas- en 2019. Fue con motivo de su invitación a participar en una antología de Literatura y Artes: “Eurocidade Badajoz, Elvas, Campo Maior”, a la que como impulsora, coordinadora, organizadora y gestora me invitó. A aquel libro colectivo seguiría al siguiente año otro más: “Raia Luso-Espanhola”, con mayor presencia de autores rayanos e incluso de otros puntos de la geografía ibérica. Nuestra colaboración seguiría en este 2021 con la nueva entrega “Cultura Sem Fronteiras”, similar a la anterior, con afán de universalizar la creación literaria y artística, la participación de autoras y autores en un empeño creativo común.

Pero Graça Foles Amiguinho, además de una incansable animadora de empresas culturales colectivas es una creadora de excepción. Una dinámica escritora que de continuo nos ofrece sus reflexiones públicas en medios de amplia difusión gracias a la entrega online de las mismas.

Y en sus vertientes literarias: prosa y verso, nos sorprende ahora con una nueva creación (ya le antecedieron otras más) que es especialmente significativa: “Meu Alentejo. Raízes”. Y lo es porque en ella evoca precisamente eso, sus raíces. La vida en la aldea de nacimiento desde el año en que se produjo: 1946, hasta la fecha de su casamiento, en 1969, con algunas anotaciones históricas generales de su entorno, así como genealógicas cercanas.

En el denso libro que nos ocupa va alternando las descripciones de hechos, momentos, situaciones, actuaciones, discurrir de la vida cotidiana, etc. con sentidos poemas alusivos a lo descrito, de honda impresión sentimental.

La vida campesina, dura, esforzada, sacrificada, está presente en la mayoría de las evocaciones, que no por ello se abisman en la desesperanza, sino que se impregnan de amor, ternura, solidaridad, intima familiaridad que hace llevaderos e incluso agradables los momentos más sacrificados.

El conjunto nos depara la oportunidad de adentrarnos en el discurrir diario de la población aldeana, que es similar no solamente en todo el Alentejo sino en todo el Portugal rural, y también de los pueblos de España (para los que tiene sentidas alusiones en cuanto a los refugiados republicanos de la Guerra Civil).

El transcurrir cotidiano de los campesinos, de las faenas campestres y de las tareas domésticas, está presente en retratos muy acertados de aperos, menajes, objetos ingeniosos artesanales, ajuares confeccionados con paciencia y virtuosa creación. Las fiestas, ferias, conmemoraciones de la aldea; las inquietudes de progreso personal, estudios, promociones, viajes… y el encuentro del “amor de su vida” que terminaría en feliz casamiento el 3 de agosto de 1969.

Graça ha prometido seguir indagando en su pasado, y es posible que en nuevas entrega siga avanzando en el tiempo desde 1969 hasta la actualidad. Y lo hará, claro, con esa sensibilidad, delicadeza, añoranza y suavidad con que están escritas estas memorias en que ejemplifica cómo las dificultades pueden ser sorteadas con coraje, tesón, alegría de vivir.

El libro está muy bien ilustrado con fotografías de la propia autora y trabajos artísticos “a preto e branco” por su hijo, Rui Amiguinho Barros, que recrea instrumentos, aperos y objetos mencionados en el relato, así como rincones, monumentos del entorno en composiciones de gran elegancia y acierto.

Un libro, por tanto, para leer, releer, meditar y evocar. Una sensible joya artística que a nadie puede dejar indiferente.

MOISÉS CAYETANO ROSADO

martes, 29 de septiembre de 2020

 

PREFACIO COLECTÂNEA RAIA/RAYA

 

Tras la reciente presentación exitosa de la “Colectânea de Literatura e Artes. Raia Luso-Espanhola” en Santa Eulalia (Elvas) y en la Feria del Libro de Badajoz, transcribo aquí el Prefacio que me fue encargado para la misma por su coordinadora e impulsora entusiasta, Graça Foles Amiguinho. Una iniciativa que tiene como precedente una obra similar circunscrita a Elvas, después a la Eurocidade Elvas-Campo Maior-Badajoz, y a la que seguramente seguirá una ampliación a toda la Península. Força e adiante!


 

El Prefacio de la “Colectânea – Literatura e Artes. Eurocidade Badajoz Elvas Campo Maior” lo acababa Carlos Beirão con la exclamación: Venha o próximo! Y no ha tardado más de un año en que… ¡Ha llegado el próximo!: la “Colectânea -  Literatura e Artes. Raia Luso – Espanhola”, o sea, una nueva obra de arte colectiva en que nos damos la mano de un lado y otro de la Raia/Raya. ¡y esta vez no limitada al espacio triangular cercano que forman Badajoz, Elvas y Campo Maior, sino abierto a ese extenso lugar de encuentros y fraternidades que es nuestra hermandad transfronteriza, de norte a sur.

De los 63 autores que conforman este trabajo, hay un cierto desequilibrio entre mujeres y hombres, decantado ligeramente hacia las primeras: 35, frente a 28. Y una preponderancia clara de autores nacidos en Galicia (14 hombres y 12 mujeres) y Alentejo (15 mujeres y 9 hombres), estando representados en menor medida las procedencias de Beiras, Algarve, Extremadura y Andalucía, aunque también están presentes artistas de otros lugares, con relación más o menos intensa con la Raia/Raya, por su asentamiento, lazos familiares, etc.: Lisboa, Asturias… ¡incluso Brasil!

En cuanto al tipo de aportaciones, abrumadoramente se trata de composiciones poéticas en verso, sin que falten prosas poéticas, además de composiciones fotográficas, pinturas, dibujos, bordados…

Graça Foles Amiguinho -la impulsora y mantenedora de estos proyectos-, en la Introdução ha tenido el acierto de rescatar dos sonetos brillantes de sendos poetas -de un lado y otro de la Raia/Raya- memorables: Luís Vaz de Camões y Francisco Gómez de Quevedo, cantando al amor. Quevedo se sirve del trabajo de Camões, lo reinterpreta, lo “hace suyo”, incluso copiando literalmente un par de versos. Es un sentido de comunión en el arte, de “traducción” y transposición que transciende por encima de los nombres.

Y eso es la Colectânea que ahora nos ocupa. Una comunión rayana, un sentir y vibrar ante inquietudes similares; una particularización de la universalidad del arte en que la obra colectiva está por encima de las individualidades, formando un todo.

A uno puede llegarle más al fondo un tipo de mensaje que otro tipo, una fotografía que unos versos, o unos versos que un dibujo, o unas líneas de prosa que unas palabras rimadas. Pero por encima de todo está un sentimiento, un palpitar artístico, una armonía repleta de poesía.

Y en el conjunto podemos encontrar nutrida variedad de inquietudes. No podía faltar el amor en sus múltiples manifestaciones; la evocación de la infancia; los recuerdos de la tierra que nos vio nacer; los sentimientos más trascendentales; la observación del mundo que nos rodea y la reacción del artista ante el mismo; los momentos de alegría y esos otros de tristezas; la nostalgia… ¡Todo un volcán de vida! ¡Toda una explosión multiforme en estos sesenta nombres, cuyas edades oscilan desde los veinte y pocos años a los setenta y muchos más!

Acaso éste sea un paso más en esa construcción colectiva que en una primera edición se centró en Elvas, una segunda en el triángulo Badajoz-Elvas-Campo Maior, ahora en buena parte de la Raia/Raya, y en un futuro puede seguir extendiéndose a este suelo peninsular, ibérico, A jangada de pedra/La balsa de piedra que ideó José Saramago.

La “Colectânea -  Literatura e Artes. Raia Luso – Espanhola” es obra que ha de leerse, verse, sentirse, de manera pausada, con la ventaja de que puede hacerse sin mantener la linealidad de las páginas, sino con la sorpresa que nos pueda dar abrir por cualquiera de las mismas, por una u otra, uno u otro de las y los autores, pues el orden es meramente el alfabético de los nombres. Libro, por tanto, para ratos libres, para cualquier momento, para tomar y dejar, coger, dejar reposar, volver de nuevo, servirse de él como compañero en momentos de intimidad con uno mismo, que al presentarse ante nuestros ojos nos abre un mundo variado de confidencias, con las que nos sentiremos gratamente acompañados.

Moisés Cayetano Rosado

domingo, 1 de diciembre de 2019

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN LA EUROCIUDAD DEL SUROESTE IBÉRICO

 
Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia

CONCLUSIONES.
El Patrimonio fortificado de Elvas (Patrimonio de la Humanidad desde 2012) se complementa y obtiene su explicación histórica dentro del “triángulo” formado con Olivenza y Campo Maior, frente a Badajoz. Los conflictos en frontera, que han tenido lugar desde el mismo momento de la creación del Reino de Portugal, a mediados del siglo XI, hasta bien entrado el siglo XIX, han dado lugar en estas poblaciones, así como en sus términos municipales (en el de Elvas contamos con la importante presencia del Fuerte de Barbacena, además del antiguo Ponte de Ajuda -que salvaba al Guadiana camino de Olivenza-, destruido durante la Guerra de Sucesión española; en Campo Maior, con la fortaleza de Ouguela, y en las dos, más Olivenza y Badajoz, con elementos fortificados complementarios y estancias de servicios variados, así como torres de vigía estratégicas) a una “maquinaria de guerra” que hoy es un admirable conjunto artístico-monumental.
La importancia de Elvas aún se refuerza más contemplando este subsistema expresamente creado para la finalidad de defensa y “llaves” de sus respectivos reinos: España y Portugal, dotándose de la singularidad que exige el Criterio IV de selección de la UNESCO para calificarse como Patrimonio Mundial, y en este caso “extender” el ya obtenido por Elvas:Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de conjunto arquitectónico, tecnológico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”.
La evolución de sus construcciones militares al compás de los avances técnicos de los tiempos, desde la neurobalística a la pirobalística; la autenticidad de gran parte del legado construido, así como la suficiente integridad del mismo pese al afán “higienista” y urbanístico de finales del siglo XIX y buena parte del XX (sin olvidar lamentables desaciertos recientes, sobre todo en Badajoz, al destruir las ruinas interiores del Fuerte de San Cristóbal, en lugar de consolidarlas, así como recargar de hormigón y empinadas escaleras el Baluarte de la Trinidad, y en Olivenza, con actuaciones desafortunadas y derribos de murallas y vaciados en el Baluarte de San Juan de Dios); el formar parte de las “Fortalezas abaluartadas de la Raya”, en la Lista Indicativa de Portugal -paso previo a la Declaración definitiva- desde 2017-; el ser el conjunto más compacto y completo de toda la Península ibérica… hacen de esta Eurociudad (a la inicial Elvas-Badajoz se une Campo Maior, y debería completarse con Olivenza) una firme candidata a la Declaración de Patrimonio de la Humanidad, bien como extensión de Elvas, o dentro del Sistema fronterizo luso-español.

sábado, 21 de septiembre de 2019



SÁBADO EN EL MERCADO MUNICIPAL DE ELVAS
Moisés Cayetano Rosado

Es sábado y, para los que vivimos en la Raya/Raia, resulta una ocasión propicia para “dar el salto”. Pequeño salto en la diluida frontera si partimos de Badajoz y nos dirigimos a Elvas, una de las ciudades con mayor, mejor y más acertadamente restaurado patrimonio monumental de la Península.
Apenas una docena de kilómetros (Badajoz “se pega” a la Raya como una lapa gigantesca) y ya estamos ante la silueta admirable del Forte de Santa Luzia, levantado a partir de 1640, cuando daba comienzo la Guerra de Restauração, que duraría 28 años, y por la que los Austrias procedentes de España perderían el Reino portugués a favor de la nueva dinastía de la Casa de Bragança. Vamos contemplando los agudos salientes de sus enormes baluartes, la puerta exterior, a nuestra izquierda, el camino cubierto, que llevaba a la ciudad.
Y ahí está Elvas, que en nuestro camino parece que se esconde tras sus glacis inmensos: da la sensación que tras estos notables terraplenes no haya ninguna otra defensa, pero si dejáramos el coche y nos fuéramos acercando podríamos admirar la inmensidad de sus escarpas, fosos, contraescarpas, revellines, baluartes… y tras ello las elevadas torres de sus iglesias y su Sé. Magnífico cinturón defensivo perfectamente “recorrible” como ruta senderista llena de belleza.
Más adelante, acercándonos ya a nuestro destino, el Acueducto de Amoreira, construido en el siglo XVI, una de las obras hidráulicas más majestuosas, grandiosas, de la Península; en el Valle de San Francisco -que vamos dejando a nuestra inmediata izquierda, según subimos hacia la Porta da Esquina- alcanza los 31 metros de altura, con cuatro órdenes de arcadas, más los arquillos superiores de la canalización. Esta monumental construcción de más de 8’5 kilómetros de longitud y 843 arcos forma parte del conjunto “Guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas”, Patrimonio de la Humanidad desde 2012.
Atravesamos bajo sus arcos y ya nos enfrentamos a la Porta exterior da Esquina, construida en el revellín de defensa exterior, con amplia curva de sólida estructura, tras la cual pasamos a la puerta interior, en el paño de muralla, para situarnos en el interior de la Plaza fuerte. Impenetrable doble defensa de notable grosor, amplios fosos, puente levadizo y profusión de cañoneras.
Ya estamos a punto de llegar al Mercado. Inmediatamente, dejamos a la izquierda el antiguo Quartel do Trem, construido entre 1694 y 1715, para fabricar, almacenar, preparar y reparar el armamento pesado y municiones militares. Hoy Escuela Superior Agraria, de extraordinaria fachada y portada monumental, tiene al lado mismo antiguas dependencias residenciales militares y detrás un admirable y gigantesco polvorín: el Paiol da Conceição, de la segunda mitad del siglo XVII, edificio circular con un radio de más de 7 metros, que merecería una visita, cuando terminemos la compra en el Mercado; desde allí, las vistas son inigualables para contemplar las fortificaciones elvenses y la campiña que se extiende al oeste. Enfrente al Cuartel está el antiguo Convento de São Paulo, de finales del siglo XVII-principios del siglo XVIII, de recio estilo barroco, hoy habilitado como hotel de lujo.
Un lugar espacioso para dejar el coche es la explana de los fosos a que se accede por la Poterna de S. Martinho, inmediata al anterior Quartel, y que es otro de los elementos de la fortificación primigenia, desde la que podremos nuevamente admirar todo el entorno exterior, en tanto dejamos el coche aparcado.
La vista del Forte da Graça, “donde culmina el arte de fortificar del siglo XVIII”, es sobrecogedora. Una maravilla si luce el sol, pero no menos atractiva si el día es de llovizna, como ocurre ahora, destacando la Casa del Gobernador, sobre el reducto central en el medio de esta maquinaria “escondida” en el glacis estrellado, dejándose apenas ver los edificios de residencia de oficiales y las garitas de vigilancia. Una vez más, si nos acercáramos, podríamos admirar la reciedumbre e inmensidad de sus completos elementos abaluartados, toda una lección de la mejor arquitectura militar de finales del siglo XVIII.
Y ya, saliendo de la poterna, o mejor, entrando por la poterna, llegamos al Mercado Municipal, cincuenta metros más arriba: antigua Casa das Barcas, pues el edificio construido entre 1703 y 1705, sirvió para construir y almacenar barcas con las que fabricar puentes con que atravesar los ríos Caia y Guadiana, en los enfrentamientos con España durante nuestra Guerra de Sucesión. Sus tres naves, con 24 columnas, sirven ahora para albergar el Mercado local, fundamentalmente sabatino, que constituye un lujo para la población y para los que tenemos la fortuna de acceder a él.
Esencialmente, la oferta es de producción local y comarcal, y no es malo iniciar el recorrido “fortaleciéndose” con unas “farturas” (churros de notable grosor), que se hacen allí, y que pueden tomarse con café en los puestos interiores.
Luego, el recorrido por los puestos nos tienta con su variada oferta: huevos de campo; verduras y frutas de las huertas cercanas; legumbres, patatas… de pequeños productores; quesos de oveja y cabra de los montes comarcales; aceite de un verdor “que alimenta”; pan artesano, dulces caseros; peces del barragem do Caia y otros -marítimos- llegados del lejano Peniche; flores de temprada… y también algunos tejidos ofrecidos por vendedores ambulantes.
Asombra la edad de algunos vendedores y vendedoras, que también son productores de lo que ofrecen. ¡Tan mayores y ahí, luchando por la vida! A veces, no hay el necesario relevo generacional y vemos -con el paso del tiempo- que algunos puestos van quedando vacíos…
Hay, en el Mercado, un bullicio como en sordina, y una elegancia general que fascina. Uno sale de allí compensado por la calidad de los productos y el señorío de los que te lo venden. Y vuelve de nuevo a recrearse con la monumentalidad de los cuarteles, las fortalezas, el acueducto incomparable… ¡No estaría mal tomarse algo de tiempo y entrar en la ciudad, una ciudad de palacios elegantes, de iglesias que son toda una lección de historia del arte gótico, renacentista, barroco, neoclásico…, de bellos jardines, plazas, fuentes, calles de artístico empedrado.
¡Sábado en el Mercado Municipal de Elvas, para saborear lo auténtico y perderse caminando por un legado histórico, artístico y monumental inigualable!

jueves, 11 de julio de 2019


PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN LA EUROCIUDAD DEL SUROESTE IBÉRICO

Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia

Hace por estas fechas siete años, la “Guarnición fronteriza y fortificaciones de la ciudad de Elvas” fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, de acuerdo con su Criterio IV de selección:Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de conjunto arquitectónico, tecnológico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”. Declaración que viene a reconocer el valor histórico y monumental de un complejo defensivo excepcional, que incluye no solamente la fortificación abaluartada de los siglos XVII y XVIII sino todo el conjunto fortificado (castillo medieval y amurallamientos islámicos y fernandinos), instalaciones interiores: cuarteles, polvorines, hospitales, almacenes, dependencias militares complementarias, acueducto, cisternas, espacios exteriores con sus fuertes, fortines, caminos cubiertos, glacis, etc.
Sin embargo, reconozcamos que todo ello se explica en su conformación por la relación con el entorno, esencialmente el entorno próximo: aquellas poblaciones cuya presencia fue un condicionamiento de su propia significación como “llave del Reino”: Badajoz, su rival fronterizo desde la misma configuración del Reino de Portugal por su primer rey, D. Afonso Henriques, a mediados del siglo XII, y Campo Maior, tan ligada a los anteriores en las sucesivas ofensivas bélicas medievales y muy especialmente de la Edad Moderna. No olvidar también el papel protagonista de Olivenza (“Olivença” portuguesa desde el Tratado de Alcañices de 1297 hasta la anexión a España durante la Guerra de las Naranjas de 1801).
Este triángulo de primera línea de frontera, en el espacio de incursión más vulnerable, por ser llano, bien dotado de recursos agro-ganaderos y de privilegiada situación geográfica en la línea más corta entre los dos núcleos capitalinos de España y Portugal, forma en sí un conjunto permanentemente interrelacionado en la historia, lo que les ha llevado sistemáticamente a presentar unas defensas urbanas y periurbanas necesarias para protegerse entre sí a un lado y otro de la línea fronteriza: Elvas, Olivenza y Campo Maior del lado portugués; en frente, Badajoz, del lado español.
Esto hace que las “Guarniciones fronterizas y fortificaciones de Elvas, Olivenza, Campo Maior y Badajoz” se expliquen como un subsistema propio de defensa dentro del gran sistema luso-español. Y sus avatares históricos así como el legado patrimonial heredado ofrezcan un ejemplo eminente de un tipo de conjuntos arquitectónicos, tecnológicos y paisajísticos, que ilustran una larga etapa significativa de la historia humana”. O sea, digno el conjunto como complemento explicativo de la propia existencia de cada uno de sus elementos, lo que hace razonable que la Declaración de Patrimonio de la Humanidad pueda “extenderse” (figura contemplada en los modelos de clasificación de la UNESCO) a estas poblaciones vecinas, siempre y cuando las tres candidatas a dicha extensión adecúen su Patrimonio a las exigencias del organismo internacional: cuidar su autenticidad, respetar lo que hemos heredado de su integridad y acondicionarlo con una restauración racional de sus elementos: algo que hizo ejemplarmente en su día Elvas, está acometiendo Campo Maior (tanto en la ciudad en sí como en su población dependiente, Ouguela), y que deberá abordar de una manera integral Olivenza y Badajoz.
Juegan a favor de lo razonable de esta clasificación en serie los siguientes factores:
- La evolución de sus construcciones militares al compás de los avances técnicos de los tiempos, desde la neurobalística a la pirobalística, presentes la primera en los castillos medievales de Elvas, Campo Maior y Olivenza, y en la alcazaba musulmana de Badajoz
 - La autenticidad de gran parte del legado construido, así como la suficiente integridad del mismo pese al afán “higienista” y urbanístico de finales del siglo XIX y buena parte del XX, aunque hayamos de lamentar desaciertos recientes, sobre todo en Badajoz, al destruir las ruinas interiores del Fuerte de San Cristóbal, en lugar de consolidarlas, así como recargar de hormigón y empinadas escaleras el Baluarte de la Trinidad, y en Olivenza, las actuaciones desafortunadas y derribos de murallas y vaciados en el Baluarte de San Juan de Dios.
- El formar parte de las “Fortalezas abaluartadas de la Raya”, en la Lista Indicativa de Portugal -paso previo a la Declaración definitiva- desde 2017, con lo que todas las fortificaciones rayanas están en disposición de presentar la candidatura formal.
- Y el ser el conjunto más compacto y completo de toda la Península ibérica.
Todo ello hace de esta Eurociudad: Elvas (con su otra fortificación del municipio: Barbacena), Campo Maior (con otra fortaleza más en su municipio: Ouguela), Olivenza (que comparte con la primera el Ponte de Ajuda) y Badajoz (de alcazaba inigualable, como complemento excepcional y único en la Raya) una firme candidata a la Declaración de Patrimonio de la Humanidad, bien como extensión de Elvas, o dentro del Sistema fronterizo luso-español. ¡Ahora es buen momento para ponerse en ello a trabajar, para hacerlo realidad!

jueves, 13 de junio de 2019


PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD EN LA EUROCIUDAD BADAJOZ-ELVAS-CAMPO MAIOR
(CONCLUSIONES-próxima publicación en “Apuntes para la Historia de la ciudad de Badajoz”, RSEEAP-)

Moisés Cayetano Rosado
Doctor en Geografía e Historia
El Patrimonio fortificado de Elvas (Patrimonio de la Humanidad desde 2012) se complementa y obtiene su explicación histórica dentro del “triángulo” formado con Badajoz y Campo Maior. Los conflictos en frontera, que han tenido lugar desde el mismo momento de la creación del Reino de Portugal, a mediados del siglo XI, hasta bien entrado el siglo XIX, han dado lugar en las tres poblaciones, así como en sus términos municipales (en el de Elvas contamos con la importante presencia del Fuerte de Barbacena, además del antiguo Ponte de Ajuda, destruido durante la Guerra de Sucesión española; en Campo Maior, con la fortaleza de Ouguela, y en las dos, más Badajoz, con elementos fortificados complementarios y estancias de servicios variados, así como torres de vigía estratégicas) a una “maquinaria de guerra” que hoy es un admirable conjunto artístico-monumental.
La importancia de Elvas aún se refuerza más contemplando este subsistema expresamente creado para la finalidad de defensa y “llaves” de sus respectivos reinos: España y Portugal, dotándose de la singularidad que exige el Criterio IV de selección de la UNESCO para calificarse como Patrimonio Mundial, y en este caso “extender” el ya obtenido por Elvas:Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de conjunto arquitectónico, tecnológico y paisaje, que ilustra una etapa significativa de la historia humana”.
El recorrido histórico que en sí muestran; la evolución de sus construcciones militares al compás de los avances técnicos de los tiempos, desde la neurobalística a la pirobalística; la autenticidad de gran parte del legado construido, así como la suficiente integridad del mismo pese al afán “higienista” y urbanístico de finales del siglo XIX y buena parte del XX (sin olvidar lamentables desaciertos recientes, sobre todo en Badajoz, al destruir las ruinas interiores del Fuerte de San Cristóbal, en lugar de consolidarlas, así como recargar de hormigón y empinadas escaleras el Baluarte de la Trinidad); el formar parte de las “Fortalezas abaluartadas de la Raya”, en la Lista Indicativa de Portugal -paso previo a la Declaración definitiva- desde 2017-; el ser el conjunto más compacto y completo de toda la Península ibérica… hacen de esta Eurociudad del Suroeste Ibérico un firme candidato a la Declaración conjunta como Patrimonio de la Humanidad, bien como extensión de Elvas, o dentro del Sistema fronterizo luso-español.

lunes, 18 de marzo de 2019


RUTA SENDERISTA-CULTURAL POR LOS GLACIS Y FOSOS DE LAS FORTIFICACIONES DE ELVAS
Moisés Cayetano Rosado

Que Elvas tiene uno de los conjuntos de fortificaciones abaluartadas más extensos, íntegros y auténtico del mundo, con un valor universal y una significación histórica y patrimonial que representa una de las etapas más significativas de nuestra historia moderna y contemporánea, está fuera de toda duda. No en bajo fue así reconocido por la UNESCO al darle la calificación de Patrimonio de la Humanidad en 2012, habiendo profundizado aún más en su puesta en valor desde entonces para acá.
Miles de personas de todas partes visitan de continuo su impresionante Forte da Graça, “donde se culminó el genio creativo y constructivo militar del siglo XVIII”. No menos son los que admiran el conjunto patrimonial de las construcciones defensivas de la Plaza, así como se acercan a esa otra joya del siglo XVII: el Forte de Santa Luzia, sin olvidar sus fortines de S. Mameede, S. Pedro y S. Domingos, aparte de su admirable serie de cuarteles, polvorines, cisternas, hospitales y otros edificios militares.
Sin embargo, muy pocos se han dado el gusto de realizar una ruta a pie por buena parte de este conjunto, que es lo que alguna que otra vez he realizado con amigos, grupos asociativos, y ahora con nuestros buenos amigos los “Caminheiros da Casa do Povo de Freixo (Redondo)”. Más de 60 personas que en la maña del 16 de marzo partimos del Forte de Santa Luzia, lo rodeamos por sus glacis (1 kilómetro), pasamos después por su camino cubierto hasta la Porta de Olivença de la Plaça Forte (otro kilómetro), iniciando el recorrido de la misma por sus glacis, para penetrar en los fosos a partir de la Porta de S. Vicente y culminar el recorrido periurbano en el final de los fosos de las naranjas (5 kilómetros más). Antes nos detuvimos, a la altura de la Porta da Esquina, en el actual Mercado Municipal (la antigua Casa das Barcas, levantada entre 1703 y 1705 para construir y almacenar barcas que servían para hacer “pontes de barcas” y atravesar los ríos Caya y Guadiana durante nuestros enfrentamientos), un lugar privilegiado para compras de productos hortofrutícolas, pescados, quesos, aceites, pan, dulces, “farturas” y tomar un buen café.
No está demás, desde ahí, bajar siguiendo la línea del Acueducto de Amoreiras en el valle de San Francisco y acercarnos hasta el fortín de S. Domingos (el más grande de los tres que se conservan, pues se eliminó el de S. Franciso al hacer el cementerio), construido a principios del siglo XIX con la finalidad defenderlo. Ida y vuelta añaden 2 kilómetros más a nuestra caminada, pero merece darse el gusto de deambular bajo las arcadas de 31 metros de alzado y 850 arcos en cuatro órdenes, y ver esa otra perspectiva de todo el conjunto fortificado, tan fotogénico desde allí.
Es de admirar la pulcritud, la limpieza de la pradera verde de los glacis, de las sendas de tierra de los fosos, caminos cubiertos, paseos de ronda, escarpas y contraescarpas. La extraordinaria grandeza de los baluartes y revellines. La belleza de sus tres puertas principales, espectacularmente ornamentadas tanto en las primeras entradas -de los revellines- como de la cortina principal. La perfección geométrica del conjunto. Las siluetas que se nos dan desde los distintos puntos del recorrido de su caserío, en el que se vislumbran las dos cercas musulmanas y algunos vestigios de la fernandina, solapada por la íntegra y de preservada autenticidad que constituye la abaluartada.
Desde allí, tras esos 7 o 9 (si nos acercamos al fortín de S. Domingos) kilómetros, nos desplazamos en vehículo hasta la entrada del Forte da Graça. Las vistas desde allá hacia la Plaza Fuerte, el acueducto en el valle de San Francisco, el Forte de S. Luzia al fondo, los cerros y valles de los alrededores, y al fondo norte Campo Maior, así como al este Badajoz, son magníficas. Y el recorrido de 1’5 kilómetros alrededor de la empinada fortaleza, un pequeño desafío a nuestra destreza al caminar, pues si los tramos anteriores eran relativamente horizontales (excepto el trozo en cuesta entre la Puerta de S. Vicente y la base del castillo medieval), ahora iremos “subiendo y bajando” por veredas y rampas que para salvarlas es aconsejable que nos ayudemos de un bastón o palo consistente.
Esta visión del Forte desde fuera, “como si fuésemos a conquistarlo”, es un privilegio: pasar al lado de las “covas de lobo”, de los inmensos fosos…, salvar terraplenes, asomarnos a las poternas, incluida la que conduce al interior por las escaleras desde donde se subía el agua desde la Fonte do Mariscal, contemplar la inmensidad de los paisajes, compensa el esfuerzo de la caminada.
Y también lo compensa tomar un refuerzo alimentario en los aparcamientos de la entrada, antes de realizar una visita al interior, tan grandioso, tan fabulosamente perfecto como maquinaria defensiva y ofensiva, tan bien acondicionado en las estancias de tropa, oficiales, Casa del Gobernador… ¡Historia, arte, deporte y convivencia unidos en una visita, una ruta senderista-cultural que no se olvidará fácilmente!

domingo, 8 de abril de 2018


ANTONIO BRAZ, UN ELVENSE EN EL FRENTE DE BATALLA
(En el centenario de la trágica Batalha de La Lys, de 9 abril 1918)
Moisés Cayetano Rosado
António Braz, nació en Monte das Taipas, freguesía de São Vicente,  del concelho de Elvas, en 1877. Entró a los 16 años en la vida militar, siendo embarcado para la Ciudad de Mozambique como segundo sargento el 17 de diciembre de 1896, dentro de las misiones de control y pacificación territorial, bajo las órdenes del mítico militar Mouzinho de Alburquerque.
 Regresó a su tierra natal el 17 de noviembre del año siguiente, prosiguiendo su carrera militar. Pero no tardará en volver a prestar servicio en las colonias africanas, y así entre el 1 de septiembre de 1909 y el 7 de junio de 1911 -siendo alférez- fue destinado a la 5ª Compañía Indígena de Infantería, en Mozambique. De 25 de junio de ese año a 18 de mayo de 1913 prestará servicio en Angola integrado en la misma compañía. El 18 de mayo de 1913 se embarca para Lourenço Marques, donde permanecerá entre el 29 de mayo y el 16 de septiembre del mismo año. Volvería a Lisboa el 15 de octubre.
Esta experiencia africana le hará comprender la miseria, hambruna y enfermedades endémicas de los indígenas, así como el atraso de los soldados portugueses -pobres y analfabetos- destinados forzosos a estos lugares de los que os jóvens pertencentes às familias aristócratas e burguesas, em troca de pagamento de uma quantia em dinheiro, livravam-se do cumprimento de servir a Pátria (que relata, recogiendo sus apuntes, su biznieta Isabel Braz en el libro “Memórias Esquecidas” (Chiado Editora, 2014. Pág. 13). Algo que también venía ocurriendo en España, y que se llevó la vida de miles de campesinos españoles en las guerras de Cuba y Filipinas de finales del silgo XIX, y en las de Marruecos (en el Rif) de 1911 a 1927.
Ya como teniente, partió de nuevo para Angola, donde permanecerá desde el 10 de diciembre de 1914 al 3 de febrero de 1916, en esta primera parte de la Gran Guerra, en que Portugal decide intensificar su presencia en sus dominios africanos, amenazados de ocupación por los alemanes. El hambre, la sed, las enfermedades tropicales, serán los “compañeros” de este ejército portugués, que chegaram a armazenar a urina nos cantis para remediar la horrible sed en sus desplazamientos (“Memórias Esquecidas”, pág. 228).
Regresado de este infierno, en agosto de 1917, ha de embarcarse para Francia en el tercer Batallón de la Infantería 17, una vez que Portugal entra abiertamente en el conflicto bélico contra Alemania, enlazando así sacrificios sin cuento, separaciones familiares, necesidades de todo tipo y todo tipo de peligros.  Desde el 10 de diciembre de 1917 permanecería en las trincheras (horrible tortura de fango, humedad, invasión de ratas, hambre, sed y peligro de ataques de mortero y gases venenosos) del frente franco-belga, llegando a ser víctima de un grave ataque con gas, y herido en una pierna.
El 6 de abril de 1918, ha de retirar el Batallón de Infantería 23 en el sector de Ferme du Bois (aunque se enterará en su cautiverio, en ese mismo día fue promovido al puesto de capitán). Y allí le va a coger en línea de frente -cuando pensaban que su misión estaba terminada y pasarían a retaguardia- la Batalha de La Lys, el 9 de abril, siendo hecho prisionero por las tropas alemanas, permaneciendo cautivo hasta el 24 de diciembre, tras la finalización de la Guerra.
La Batalha de La Lys.
En la Batalla de la Lys, 9 de abril de 1918, los ejércitos alemanes causaron una resonante derrota a las tropas portuguesas, que constituye una de las mayores catástrofes militares portuguesas después de la batalla de Alcazarquivir en 1578. Los hombres del CEP (Cuerpo Expedicionario Portugués) estaban agotados, pésimamente alimentados, sujetos a un clima despiadado de lluvia y frío que hacía insoportable la vida en las trincheras, fatalmente equipados y deficientemente armados.
El día anterior, el ejército británico había ordenado la retirada de la primera división del sector portugués. La segunda división se disponía a hacer lo mismo, pero se sorprendió durante la noche con un bombardeo alemán abrumador. Impotentes para aguantar el embate de las 4 divisiones alemanas, del sexto ejército, con cerca de 50.000 hombres (ellos eran 20.000), las tropas portuguesas en sólo 4 horas de batalla tuvieron 500 hombres muertos y 6.500 heridos, desaparecidos y presos, más de un tercio de las fuerzas disponibles.
Para los miles de cautivos, vendrían a continuación 8 meses de humillaciones por parte de un ejército vencedor de la Batalla, prepotente, violento, que incluso en muchos casos recurrió a la rapiña de sus pertenencias y al maltrato físico. Una vez más, el hambre, el frío, la desolación, serían sus compañeros en los campos de concentración habilitados por los alemanes para recogerlos.
En su libro "Cómo los prisioneros portugueses fueron tratados por los alemanes" (Tipografía Popular de Elvas) publicado en 1935, Antonio Braz dedicó un capítulo entero al tema, dándole un título muy ilustrativo: "Abandonados!":" Os prisioneiros portugueses foram, certamente, os mais abandonados e o que lutaram com maiores dificuldades na Alemanha. Sem dinheiro na sua grande maioria, todos sem comida, era um horror o nosso viver! (pág. 53). Mal trato y abandono en que el capitán elvense denuncia a los propios alemanes, pero también a las autoridades portuguesas.
Regreso y años finales en Elvas.
Regresado a Elvas a finales de enero -tras la liberación el 24 de diciembre de 1918-, en los años 20 el capitán António Braz desempeñó funciones como Gobernador do Forte da Graça e Comandante do Depósito Disciplinar, donde desenvolvió una acción eficaz en cuanto al trato a los prisioneros militares y políticos a su cargo, al tiempo que contribuyó al adecentamiento, acondicionamiento y rehabilitación del Fuerte.
En la década del 30, se pre-jubiló, acogiéndose a una decisión de Salazar para los combatientes que hubieran sufrido el efecto de los gases enemigos en la Guerra, pasando a tener una intensa actividad periodística en la prensa de Elvas (Jornal de Elvas y El Elvense), donde escribió sobre la vida militar, las experiencias en África, Francia y Alemania, y defendió el patrimonio histórico de la ciudad, con una extraordinario visión del papel histórico-artístico-monumental de las fortificaciones elvenses: algo encomiable en medio de un “clima” general en las autoridades, medios de comunicación social y ciudadanía partidarios de la demolición de las mismas, alegando ser un “corsé que aprisiona”, enemigas del progreso urbanístico y fuente de suciedad e infecciones.
Muy interesante resulta, también, su visión de la Guerra Civil española y la relación con los refugiados republicanos en Portugal: Os espanhois até a comida dos cães chegavam a roubar… (“Memórias esquecidas”, pág. 458), dado su estado famélico. Y aporta el conocimiento de conductas emotivas: Havia quem chegasse a fazer pão para lhes dar, mas ninguém podia saber por causa da nossa polícia que estava sempre atenta para os denunciar (Ibídem. pág. 458), referenciando para ello Isabel Braz el libro de Rodrígues Ferreria “Guerra Civil de Espanha – Na Memória de Barrancos”, así como apasionantes experiencias familiares del momento.
Son también de interés, en las últimas páginas del libro, sus reflexiones sobre el salazarismo, lamentándose del Triste País este que se amarrou a um homem que já nada lhe pode oferecer (Ibídem. pág. 482).
¡Clarividente ciudadano, que murió en 1968, en Elvas, a los 91 años, y que bien merece un afectuoso recordatorio y homenaje!