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jueves, 1 de julio de 2010

¿Cuán fachista es nuestra sociedad?

A los “pibes chorros”, ni justicia

Por Gerardo Yomal

En Bariloche, como ya publicamos en este medio, se movilizaron por la avenida principal Mitre cientos de personas que en vez de repudiar el gatillo fácil de la policía, salieron a reivindicarla con consignas al estilo de “policía querido, el pueblo está contigo”, “poli sí, chorro no…” Lo que les importaba era “su seguridad” y no la de aquellos sectores más pobres del Alto Bariloche.

La realidad nacional, desde hace muchos años y en ese sentido hay que seguir de cerca las denuncias de la CORREPI, Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, está plagada de casos de “gatillo fácil” donde en general son los más jóvenes y pobres lo que lo sufren. Se denuncia que se está aplicando una pena de muerte extrajudicial en los hechos.

Es posible que si una encuesta televisiva preguntara a determinadas personas sobre la pena de muerte, éstas la terminen rechazando. Otro gallo cantaría si se hiciera un plebiscito consultando sobre su aplicación. Estimo que muchos en el cuarto oscuro votarían a favor. Un doble Standard: por un lado defender la santidad de la vida pero por otro saldría del inconciente la premisa lopezreguista de que “el mejor enemigo es el que está muerto…”

El autoritarismo y los métodos fachistas siguen anidando en parte de nuestra población.

A modo de ejemplo la escritora Alicia Dujovne Ortiz relataba algunos dichos cotidianos: “un vecino mío que hablaba de cortar en rebanadas a los «negros», delincuentes o un taxista que proponía, en el tono más razonable y contemporizador del mundo, coserles las trompas a las mujeres de las villas para que no se siguieran reproduciendo".

Claro que lo peor de nuestra sociedad no está sólo en los sectores de derecha sino que también abarca a otros de izquierda. Recuerdo una tapa del periódico del Partido Obrero donde se reivindicaba “el apriete” (en buen criollo tortura) a los militares. La idea tenía que ver con cómo presionarlos para que deschaven archivos de la época de la dictadura. Cuando se le recuerda ese texto a Altamira, se molesta.

En nuestro programa El Tren cuando tratamos los asesinatos de Bariloche hubo dos mensajes que se complementaron: uno venía de una mujer de izquierda que decía que había que “matar a policías y militares de chiquitos…” y otra de derecha “que nos anunciaba que cuando nos tocase en carne propia un hecho de inseguridad ya no tendríamos contemplaciones con los pibes chorros…”

La historia argentina está plagada de hechos violentos, autoritarios, salvajes, y una parte de nuestra sociedad o mira para otro lado o aplaude por lo bajo cuando se aplica el gatillo fácil a los supuestos “pibes chorros”.

Raúl Zaffaroni, integrante de la Corte Suprema afirmó: “estoy seguro de que no se va a reimplantar la pena de muerte en la Argentina, pero, si no cambia el sistema, van a morir muchas personas en seudo enfrentamientos con la policía…”