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lunes, 6 de agosto de 2012

Para entrar a la iglesia: poniendo estaba la gansa

Por Julio Rudman

Si algo no tiene el anarcocapitalismo financiero, como lo calificó Cristina con su habitual brillo, es espíritu santo, precisamente. Esos pastores no cuidan a sus ovejas, sino a la lana que le sacan a mansalva.



La encontrás en www.puedecolaborar.com.ar

martes, 26 de junio de 2012

Obama a la CIA: “Derrocar a Hugo, no a Lugo…”


El Vaticano, junto con Canadá, Alemania y la España  del neofranquista Rajoy, son los únicos Estados que reconocen al Franco del siglo XXI.

Por Julio Rudman

El franquismo del siglo XXI


"Lo que se cifra en el nombre"
 Jorge Luis Borges

Tienen la mismas iniciales, FF, pero los separa un siglo. Soy muy malo para los números y sé que no son cien años. Al menos en este caso. Francisco utilizó tanques, metralla, fusiles, pistolas, caballos, cañones y trincheras, bajo la lógica de la Guerra Fría. Tuvo la misión de "salvar" a España del comunismo y contó con la inestimable colaboración del nazismo alemán para lograrlo. Ahí está Guernica, como anticipo de Auschwitz y como prueba del horror eterno. La ciencia moderna al servicio del mal absoluto.
Federico fue ungido presidente bajo la lógica de la guerra mediática. Ya no hay tanques ni tropas de asalto. No en vano el primer zarpazo del régimen "sojete" (hallazgo semántico de Vicente Muleiro en "1976-El golpe civil, Sudamericana, 2011) fue intervenir la televisión pública, creada hace sólo seis meses. Paraguay es el séptimo productor mundial del yuyo y Lugo tuvo la impertinente idea de proponer que los empresarios del sector paguen un impuesto del 2% sobre su rentabilidad. Resultó imperdonable.
Sin embargo, tienen en común un aval ignominioso. El Vaticano. Junto con Canadá, Alemania y la España  del neofranquista Rajoy, son los únicos Estados que reconocen al Franco del siglo XXI. La jerarquía católica de Asunción venía pidiendo la renuncia o destitución del presidente Lugo y bendijo, con premura digna de mejor causa, al nuevo gobierno. 
Cabe esperar que Paraguay no sea Honduras. Que el repudio inicial generalizado ante el derrocamiento de Zelaya no se transforme en acuerdos hipócritas con el Lobo paraguayo, porque el retroceso no será sólo paraguayo. Será continental. 
Pero a no asombrarse. Si la Venezuela del presidente Hugo Chávez está construyendo las bases para lo que él ha llamado "el socialismo del siglo XXI", luego de los fracasos del socialismo estalinista y el fraude ideológico de los socialismos europeos occidentales, ¿por qué la derecha se iba a privar de reinventarse, de probar métodos nuevos que estén de acuerdo con la lógica del anarco-capitalismo financiero, tal como lo definió Cristina? Nadie nos dijo que el camino de cambios en Latinoamérica  era fácil, lineal, pavimentado y bien iluminado.
Circula un chiste por la web. Se lo ve a Obama con cara de "otra vez estos pelotudos", diciendo para sí mismo: "Les dije a los de la CIA que al que había que derrocar era a Hugo, no a Lugo". Detrás de cada chiste hay algo de serio, enseñó Freud. Y nuestra experiencia histórica nos enseña que detrás de cada golpe está la embajada.
Varios amigos y compañeros me escriben alarmados por la escalada de conflictos en nuestro país. Y se preguntan si no hay un plan concertado para que coincidan con los sucesos paraguayos y bolivianos. No sé. Pero sí sé que Cristina no es Lugo, que la calidad institucional argentina no es la de Paraguay y que la profundización de las medidas de redistribución del ingreso y de ampliación de derechos en nuestro país le lleva varios cuerpos de ventaja. Lo que no me ciega. La descomposición del otrora todopoderoso dirigente del camión, movido por el despecho y la desesperación, ha despertado a la derecha vernácula de su letargo y anomia. Será usado, como antes fue demonizado, con el mismo desprecio y desparpajo hasta que ya no les sirva más y que pase el que sigue.
Si un golpe de Estado es "La toma del poder político de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder", lo de Paraguay lo es, por más que Pepe Eliaschev se enoje. Con Cobos no resultó porque es un pusilánime, un advenedizo. Franco, Federico digo, es uno de ellos, enquistado en el gobierno por la propia debilidad política, ideológica, partidaria y hasta personal, de Lugo.
En fin, para tranquilidad y alerta de compañeros y compañeras, recuerdo a Silvio cantando "Que no es lo mismo, pero es igual".

viernes, 22 de junio de 2012

El día que Moyano quiso “envenenar” a Cristina Fernández


“Todo lo que tiene ruedas es mío, mío…”


NO VOY EN TREN, VOY EN CAMIÓN

Debates

Por Julio Rudman

Desde el título este textículo estará lleno de citas, paráfrasis de citas y referencias. Comencemos entonces.
No se trata de la película homónima, escrita y dirigida por Carlos Saura, en 1975, y con la formidable actuación de Geraldine Chaplin. Sí, la nena del genio. Tampoco se trata del refrán del que surge el nombre del film y el afano de quien suscribe: "Cría cuervos que te sacarán los ojos". Ni siquiera del origen del origen del refrán mentado. La fábula de Esopo, aquella en la que un viajero encuentra una víbora casi muerta de frío y decide cobijarla en la calidez de su pecho, pese a lo cual es mordido y envenenado hasta morir.
No hago mención aquí al club argentino de fútbol creado en 1908 por el cura Lorenzo Massa (una época en la que los sacerdotes no veraneaban en mares caribeños con amigas de la infancia. O, al menos, no se sabía). A sus hinchas se los conoce como "cuervos".
En la década de los 90, por obra y gracia del menemato y sus geniecillos, el país decidió: "No voy en tren, voy en camión", parafraseando a Charly (aunque él siempre viaje en avión). Se desguazó la red ferroviaria, ese tejido vital que, al morir, mató pueblos enteros del país profundo.Y así nació, creció y se reprodujo, literalmente, el cuervo que hoy tuvo en vilo a la sociedad toda. La familia se apoderó, también literalmente, de los aportes de trabajadores que transportaban cualquier cosa. Caudales, niñitos, chupetes, libros, cereales, combustibles, flores silvestres, ositos de peluche. Un fangote de guita ingresa a las arcas del sindicato de los camioneros. Tanta que su dirigente máximo es hoy un próspero empresario del rubro. Hay antecedentes. Jorge Triacca, por dar un solo ejemplo.
¿Cuándo y por qué el "compañero" Moyano cruzó la vereda y entró al living tenebroso como invitado de lujo? Permítanme otra cita, esta vez, literaria. El notable escritor alemán Günther Grass tituló su libro de memorias "Pelando la cebolla" (Alfaguara, 2006). Ésta cebolla, que nos tuvo en lágrima viva, se puede pelar por capas, como hacen las criollas de nuestra patria. La primera, la superficial, era por la puja salarial. Si leemos la solución, ésta huele a cebolla cocida por la patronal y el cuervo en cuestión, como si Hugo se hubiese sentado a la mesa de negociación un rato vestido de laburante y otro como patrón. La segunda capa, la más sabrosa, tiene como excusa el piso del Impuesto a las Ganancias sobre los sueldos superiores a cinco mil doscientos pesos. Sería justicia, pero es una mirada tuerta, sesgada. El país tiene aún un buen número de ciudadanos sin trabajo y viene de una historia reciente de disgregación social y colapso económico y político. Hace, apenas, diez años. Como en el caso del 82% móvil para los haberes jubilatorios es justo e ideal, pero todavía no posible. El rumbo iniciado en 2003 ya subió ese piso impositivo hasta donde le es posible.
La tercera de las capas, la más profunda, tiene fecha. Octubre de 2011. El cuervo quiere ser candidato. Y lo exige explícitamente, pero no pasa el casting. Entonces cambia el discurso y la cacerola (no sé si me explico).
Acabo de escuchar que Moyano ha dejado de ser Secretario General del gremio para confesar que es el dueño. Todo lo que se firma, se declara o se negocia es obra exclusiva de él. Una muestra cabal de democracia sindical.
Este rumbo iniciado el 25 de mayo de 2003 llegó al gobierno con una sobrecarga de personajes siniestros. De a poco y según se van produciendo medidas de inclusión (no te voy a fatigar con la lista, lectorcito) puede ir arrojando lastre. Lastre político, a saber: Roberto Lavagna, Martín Redrado, Enrique Thomas, luego Julio Cobos, más tarde Alberto Fernández, Carlos Soria (con la involuntaria colaboración de su señora esposa, hoy imputada de homicidio agravado por el vínculo), entre otros. Pero aun queda lastre por lanzar. Por ejemplo, los hermanitos Gioja, el embajador argentino en Colombia, con mudanza territorial, Daniel Scioli, Gildo Insfrán, también entre varios más.
¿Dónde andará, en que cueva se esconderá el cuervo mayor, Eduardo Duhalde?

sábado, 9 de junio de 2012

El Opus Dei tendrá que cumplir la ley


Cuando la dictadura y la Iglesia te pone 24 amonestaciones

MICAELA LISOLA / VIDELA / OBISPO DE SAN JUAN

Por Julio Rudman

Empiezo por los nombres para que se conozcan los personajes de esta obra contemporánea. A la protagonista  ya la conocen. Es Micaela Lisola, la piba sanjuanina de 16 años que quiso contarle a sus compañeros de estudios qué significaba el 24 de marzo en nuestro país. Como es de público conocimiento la presidenta destacó el gesto y destacó también el curriculum de María Isabel Larrauri, la directora del colegio confesional que, literalmente, le arrancó el micrófono a la joven y la sancionó con amonestaciones. Cristina le mostró a la sociedad argentina una foto de la arrebatadora y disciplinadora con Videla, Menéndez y otros sátrapas, en tiempos un poquitín perversos. Y aquí hace su entrada en escena el otro protagónico del dislate. Se llama Alfonso Delgado Evers y es obispo de San Juan. 
El tío Google dice que, aunque tiene un hermano desaparecido en dictadura, respaldó a Isabel Larrauri en su actitud censuradora. La dire le había dicho a Micaela que el asunto de marras "no estaba chequeado", como si fuese un boleto de avión. Está chequeado desde el 2 de agosto de 2002 y se llama Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, según reza (una delicadeza mía, che) la Ley 25.633, sancionada por el Congreso Nacional. Pero, en fin, sigue diciendo don Alfonso que en ese colegio sí se habla de la dictadura. Cabe preguntarle cómo. Si, por un lado, no se considera un episodio histórico fehacientemente probado, ¿qué hace doña Isabel acompañada de esos conspicuos genocidas en la foto que mostró la presi? Además, ¿no tiene en cuenta el señor prelado que, por muy Opus Dei que sea, debe cumplir con una ley de la Nación? 
Sigue Alfonso, con un argumento tan delgado como su apellido. Que no es un tema, el gesto de Micaela, tan importante como para que Cristina se ocupe de él. Que le parece más preocupante cómo hace el curita para llegar a fin de mes.
Así que, por favor, agregue a la lista de casos increíbles, a saber: que un señor creó el mundo en siete días, que una señora dio a luz un bebé no concebido sexualmente, que ese bebé, ya crecido, fue asesinado, pero resucitó ¡tres días después!, que otro señor, con nombre de tubérculo alimenticio y que vive en el Vaticano no se equivoca nunca (ni siquiera para elegir mayordomo o directores de bancos). Entonces agregue, digo, que el obispo de San Juan, Argentina, tiene dificultades económicas para llegar a fin de mes. Es como dijo Isidoro Blaisten: "Creer o reventar. Pues entonces, reventar"
Pero el otro razonamiento, más flaco todavía que el anterior, es que "cualquiera", en esa época, podía sacarse una foto con alguien con gorra. Sí, a mí me pasó. Tengo una foto con el guía turístico de la casa de Trotski, en Coyoacán, México. Se llamaba Jesús (una picardía de la historia que un Jesús me cuente la vida de Trotski), usaba una gorra similar a las que eran comunes en el Ejército Rojo, pero sospecho que don Alfonso no se refería, precisamente, a ese tipo de gorras.
Se me ocurre que cualquiera no. Ni Norita de Cortiñas, ni Osvaldo Bayer, ni Rodolfo Walsh, ni Mempo Giardinelli, por nombrar algunos de mis referentes éticos, tienen fotos con gorras genocidas. Al menos, no voluntariamente. En cambio, abundan los archivos en los que hombres de sotana posan, beatíficamente, junto con los criminales de uniforme o de traje y corbata. Es más, en algunas imágenes se los ve asistiéndolos espiritualmente.
Así que cualquiera no. Cómo en aquel sketch de Les Luthiers: "Sólo unos pocos elegidos".

martes, 5 de junio de 2012

Cómo vivir sin sushi ni barbies


EL CACEROLAZO VIP DE MACRILANDIA

Por Julio Rudman

Estaba en un frasco. Quiero decir, enfrascado en la lectura. Por la mañana me atrapa el nuevo trabajo de Alejandro Horowicz, "Las dictaduras argentinas" (Edhasa,2012), profundo, fascinante, y por la tarde, antes de irme a la radio, tengo cita con Petros Márkaris y su comisario Kostas Jaritos, inmersos en el clima de fin de fiesta que plantea "Con el agua al cuello" (Tusquets,2012). Crímenes de banqueros en la Grecia actual.
Por eso me sorprendí cuando mi esposa dijo: "Están golpeando". Pensé: "Tengo que ir al otorrino. Carajo, la vejez me está llegando". Le pedí amablemente a mi perro, Galileo, que no se escape (tiene un sentido compulsivo de la libertad) y abrí la puerta de calle. No había nadie. Además, por qué iban a golpear si tenemos timbre. Eso le dije. 
Con la paciencia que la caracteriza me contestó: "No, fijate. Están golpeando a periodistas". Pensé que el "polémico" Moreno y el "polémico" D'Elía se habían encontrado en Plaza de Mayo con Lanata. Tuve que dejar por un rato al amigo Jaritos porque en "6,7,8" emitían por enésima vez la agresión a sus muchachos. Es que cometieron el "error" de ir a mostrar un cacerolazo vip de las señoras, señoritas, señores y señoritos de los barrios ricos de Macrilandia. Se convocaron a través de las redes sociales y llegaron a Santa Fe y Callao, por segunda vez en quince días. El enojo: extrañan el sushi, sus hijas mueren por una Barbie y los únicos arbolitos que funcionan están muy ocupados en atender a sus perros meones.
La paliza que vi por televisión es un aviso. Clasificado. Dice: "Hay piñas, patadas y palazos para periodistas militantes del oficialismo. Ofertas por pago en dólares. Preguntar por el Sr. Jorge."
Tan grave como la agresión me parecieron las "solidaridades" de Lanata, Luis Majul y Magdalena Ruiz Guiñazú con los agredidos. Repudiaron, pero. La culpa, según estos próceres, la tiene el gobierno. Porque es intolerante, porque atenta contra la libertad de expresión, porque pone en peligro las instituciones, porque no permite la importación de queso brie y así. El mismo argumento que pretende justificar a los violadores: "Y qué querés. Si la mina usaba una minifalda terrible y el escote le llegaba hasta el ombligo. En realidad, estaba pidiendo que se la cojan".
Si trato de explicarle al camarógrafo herido que, me parece, que fue víctima de un gesto de debilidad, me manda a la mierda. Y con razón. Pero la impotencia de clase ante la ley de revalúo fiscal de las propiedades rurales bonaerenses, la fecha de caducidad de la cautelar contra la Ley de Medios y la histeria tóxica (buen título para el próximo libro de Stamateas. De nada) de Lanada, hacen un cocktail propicio para estas demostraciones de valentía.
Es cierto que, cada vez que habla en público, Cristina insiste en que gobierna para los cuarenta millones de habitantes, pero sus medidas de inclusión ponen nerviosos a los que estaban acostumbrados a manejar el país como una estancia. Y creo que está bien que se enojen, pero no así. Es tan pobre el discurso, ahora le dicen relato, que llegan a la histeria en subte, sin importarle quién lo maneja.
En la Grecia de Jaritos se suicidan los jubilados, como los nuestros en 2001 y 2002. Un historiador lúcido desmenuza qué nos pasó a través de los Golpes de Estado que supimos conseguir. Y, mientras tanto, en estas horas se pone en marcha la Ley de Identidad de Género sin que se caiga el cielo ni se hunda la tierra.
Sí, están golpeando, son pocos, son apocalípticos y crueles. De sólo pensar que los próximos agredidos pueden ser mis compañeros, o yo mismo, me sube la confianza en el sendero. Aunque, claro, prefiero el debate a la pelea.

lunes, 4 de junio de 2012

LOS PRONÓSTICOS DEL CONCHETAJE PORTEÑO


Cristina bipolar / Grupo TNbroso / Gerardo Inmolares / Agroderecha / Claudio Escribano / Morales Solá / Por nocaut o abandono

Por Julio Rudman

"Habrá que declararse incompetente
                                                        en todas las materias del mercado"
                                                                                                   Fito Páez

Eran sacerdotes en la antigua Roma que practicaban la adivinación. Durante el Imperio sólo podían ejercer el laburo los patricios. Luego, en la época de la República, el oficio fue ejercido también por los plebeyos. Se remitían al canto, el vuelo y la manera de comer de las aves y, supletoriamente, a la forma de las nubes, la luna y otros signos de la vida cotidiana. Hoy se utiliza la borra del café y la tapa de algunos diarios o los boletines informativos, como hace el Grupo TNbroso.
También los mayas tuvieron sus pronosticadores. Famosos en estos tiempos porque, supuestamente, han anunciado el fin del mundo, resulta paradójico que haya sido el mundo (el occidental y cristiano) el que los hizo desaparecer.
Los de hoy ya no usan hábitos. Al menos, no necesariamente, pero vienen pifiándola sin ruborizarse y sin que los periodistas de los medios dominantes les enrostren el archivo de sus despistes. Se los puede ver de saco y corbata, con rostro circunspecto, como si estuviesen descifrando unas verdades reveladas. Y a sus interlocutores subyugados hasta babearse en cámara.
Leyendo el diccionario de la muy monárquica academia de la lengua madre que nos parió, la gendarmería del idioma, me viene a la cabeza un listado, seguramente incompleto, de vaticinios catastróficos emanados de cuevas de impresentables con prestigio. Es que, apenas unos pocos días después de asumir el gobierno Néstor Kirchner en 2003, se le auguró una duración de apenas un año si no cumplía un úkase redactado por José Claudio Escribano, por entonces la pluma mayor del diario La Nación. Doy fe. Pues no. El modelo tiene ya nueve años de vida y parece que va por más.
Recuerdo, por ejemplo, las afirmaciones de algunos legisladores que decían defender el bolsillo de los jubilados. Para ellos, la ley que obliga a dos aumentos anuales en sus haberes los iba a perjudicar.
La rubia trucha chaqueña vaticinó, con soberbia, que había armas contra los manifestantes de la movida agroderechosa de 2009. En ese mismo contexto se dijo que el país terminaría importando leche y pan, que el kilo de lomo alcanzaría los ochenta pesos y que el país era el campo. Hasta se predijo la muerte violenta de un periodista "si el gobierno así lo quiere", Joaquín Morales Solá dixit.
El senador jujeño Gerardo InMorales aseguró que Milagro Sala le pega a las mujeres de la Tupac.
El señor Duhalde (lamentablemente, el único que queda vivo con ese apellido) dijo en 2010 que la batalla la ganaban por nocaut o abandono. Hace pocos días el hombre gris, Hermes Binner, afirmó que transitamos una é poca de fin de fiesta.
Ni qué decir de la institución que tiene una experiencia bimilenaria en pronosticar desgracias individuales y colectivas. Desde el castigo divino por masturbarnos, pasando por el apocalipsis cuando se aprobó el divorcio vincular, hasta nuestros días en que, por intentar tapar su estructura corrupta, demoniza el matrimonio igualitario y los cambios modernizadores en el Código Civil.
Los violentos manifestantes del conchetaje porteño pronostican lo mismo. Su mejor argumento es la agresión física. También es su debilidad. El mismo espectáculo dieron treinta escuálidos clasemedieros mendocinos.
Que Néstor manejaba a Cristina o viceversa, según quien ocupara el Ejecutivo. Llegaron a decir que la maltrataba físicamente. Que Cristina es bipolar. Que se pelea con sus ministros. Que ocupó una suite en un hotel de Nueva York. Claro, usted me dirá que estos últimos no son vaticinios ni pronósticos sino mentiras, inventos. Y tiene razón, pero forman parte del mismo chip cultural de la mediática clase media nacional. En estos días comenzó a circular un presunto plan de pesificación obligatoria de la economía. Otra burrada que alimentan algunos odios viscerales.
No sé que pájaros utilizan para ver lo que viene, pero, en todo caso, la culpa no la tienen las aves sino los que le miran el vuelo. Es tanta la mimetización que sufren los augures rioplatenses que terminan graznando como animales de mal agüero (aunque el Kun no tenga responsabilidad en este asunto).
El tema de fondo es que estos augures contemporáneos han perdido la iniciativa política y no tienen propuestas alternativas que cautiven electores. Para colmo, ya no pueden recurrir a los cuarteles como lo hacían habitualmente. Entonces en lugar del conspirador de uniforme ahora buscan a productores en 4x4 y a editores mediáticos trasnochados.
A diferencia de los religiosos del César, éstos ya no son inamovibles ni tienen un César ante quien arrodillarse. Tienen, eso sí, patrones insaciables y alimentados con odio de clase.

domingo, 13 de mayo de 2012

Un helicóptero ahí…


EL TITULAR DEL RADICALISMO AFIRMÓ QUE “SE PROFUNDIZAN LAS POLÍTICAS DE LA DÉCADA DEL ´90


Por Julio Rudman (Desde Mendoza)

Cada vez que miro por la ventana del comedor de casa veo el naranjo de enfrente más nutrido de perfumados sabores frutales. Y me reconforta. Esas naranjas dicen que el sol sigue funcionando, que sigue teniendo el monopolio de la luz natural para mis ojos cansados.
Debe ser el único que banco. Cualquier atisbo de resquebrajamiento o debilidad de otro monopolio es motivo suficiente para armar una fiesta y convocar a los amigos, a los compañeros y a quienes quieran sumarse. Y, sobre todo, convocar a esas naranjas y sus fragancias para ornamentar el festejo.
Hace pocos días pasó por Mendoza el titular de un Partido casi partido, centenario él (el Partido, digo). No lo confesó explícitamente, pero a juzgar por las declaraciones en una radio local, la gira intenta convencer (persuadir, decía su extinto exjefe) de que está dispuesto a competir por el monopolio de los dislates políticos que, inobjetablemente, ostenta hasta ahora la señora que volvió de Punta del Este, luego del rotundo espaldarazo electoral de octubre pasado. O, tal vez, se trate de un test subliminal para medir nuestra capacidad de asombro. O el grado de estiramiento de los músculos faciales al reírnos. O el máximo de capacidad de apertura de los ojos al percibir sonidos e imágenes poco habituales. Novedades inesperadas, eso quiero decir.
Fue intendente de la ciudad de Santa Fe, perdió la interna para gobernador de esa provincia con Antonio Bonfatti, el actual mandatario y se lo nombró presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, luego del papelón electoral  de 2011. Supuestamente, para renovar el Partido, sacarlo de la banquina de la realidad adonde lo había dejado el enlace ideológico de Ricardo Alfonsinín y Francisco de Narváez y sus miles de teléfonos celulares.
Don Mario Barletta dijo (no se sabe si antes, durante o después de un buen Malbec mendocino): "Se está poniendo en evidencia que este gobierno profundizó las políticas de la década del noventa".
Y, de inmediato, me puse a buscar cuándo el menemato, y sus secuelas hasta el 2003, habían repartido netbooks en las escuelas; o juzgado a genocidas, con y sin uniforme; o estatizado los aportes previsionales; o aumentado, por ley, el sueldo a los jubilados dos veces por año; o legalizado el matrimonio igualitario; o puesto en vigencia la Asignación Universal por Hijo; o retirado los cuadros de los asesinos de las reparticiones públicas; o recuperado la línea aérea de bandera; o nacionalizado la empresa energética por excelencia; o cuándo sancionó una ley de muerte digna y una de identidad de género; o creado las condiciones para la repatriación de científicos y técnicos; o cuándo crearon el Ministerio de Ciencia y Técnica; o cuándo dejamos de ser monitoreados por el FMI; o cuándo un hincha de fútbol de Corrientes o Salta pudo ver un partido por televisión sin pagar un mango; y tantos otros cuándos que aburriría nombrarlos.
Sin contar con que el homónimo de Leónidas (sólo homónimo), ese formidable periodista y hombre cabal de la cultura popular, siguió por el carril marginal del raciocinio y expresó que la propuesta alternativa al modelo actual es, tatán tatán, "recuperar los valores" (ponga usted, lectorcita, la cantidad de sic que le satisfagan). Eso sí, dijo con énfasis (yo lo escuché) que ellos "saben cómo hacerlo"  (Un helicóptero ahí, diría el persuadidor).
Y pensar que lo eligieron como emblema de renovación. En fin, imagino el desconsuelo de algunos amigos queridos, genuinamente radicales, ante los exabruptos barlettianos.
Hay monopolios que dejan de serlo. Y bienvenida sea la ocasión. Aunque para eso tengamos que oír semejantes burradas dichas con esmero.
Quizás yo también esté desvariando: me pareció que una naranja me guiñaba el ojo.

lunes, 7 de mayo de 2012

Esa maldita costumbre de gatillar contra la juventud


“Voté a Francisco Perez por una seguridad humanista”

Por Julio Rudman (Desde Mendoza)

Foto Manuel Yomal

"Y nos queda esta mierda que nos mata" León Gieco


Aquí y allá. En Mendoza y en Buenos Aires. Los pibes Díaz y Bugatto son las flamantes víctimas de los imbéciles de azul, los uniformados de la muerte. Que uno de los muchachos baleados haya jugado al fútbol en el club Banfield y el otro habitaba un barrio periférico mendocino es, apenas, un ingrediente para la crónica periodística. Ni me voy a molestar en averiguar qué hacían en el momento fatal. Seguramente los medios investigarán, como casi siempre, a la víctima y no se dedicarán a analizar los porqués de esta maldita costumbre de gatillar contra la juventud. Justo cuando celebramos su retorno a la política, imponiendo su proverbial inclinación a la solidaridad, el empuje vital y la alegría y el placer por sobre la especulación, la codicia y el odio que el sistema destila minuto a minuto.
El gobernador de Mendoza, Francisco Pérez, promete ir al hueso. Al menos esta vez no escuché ni leí la excusa de rigor: "Hasta las últimas consecuencias", pero sí su muletilla melliza: "Es un caso aislado en la institución policial". La triste lista de episodios anteriores me dice que ambas sólo han servido para encubrir una formación criminal, irresponsable y perversa de quienes deben cuidarnos como su primera obligación.
Esa lista incluye, así, de memoria, el caso de Mauricio Morán, aquel adolescente de 14 años que fue acribillado por cometer varios delitos a la vez: ser pobre, tener frío, ser morocho y subirse a robar un vagón cargado de carbón para llevar un poco de combustible a su hogar. Por supuesto, el milico que lo mató goza de buena vida y sigue siguiendo. Es más, fue él quien le inició juicio al Estado provincial.
El caso Azcurra, futbolista del Club San Martín, baleado en pleno campo de juego, atropello filmado hasta el detalle, que truncó su carrera deportiva y, como en el asunto anterior, terminó acusado, él y sus compañeros de equipo, de haber "provocado" al policía. Cosas de nuestra justicia, heredada de aquella que formaron la dictadura y el menemato.
Más atrás, los casos Guardatti y Bordón, por citar sólo dos ejemplos de una secuencia dolorosa y cruel. Hace muy pocos días la policía sanjuanina se ensañó con parte de la hinchada de Godoy Cruz y todos nos indignamos, pero no tanto como para exigir que las investigaciones, aquí y allá, lleguen hasta la médula. Es decir, quiénes educan y dan las armas para protegernos. Bajo qué concepción acerca de los derechos humanos actúan los jefes y cómo esa concepción baja hacia los subordinados. 
Si, ¡por fin!, se está juzgando a los genocidas de uniforme y a los de civil, ¿por qué tenemos que seguir soportando que "esta mierda" nos mate?
En octubre pasado voté por Pérez y, dadas las circunstancias, lo volvería a hacer. Voté para contribuír a consolidar un rumbo que puso de pie al país, pero también para corregir las rémoras de un pasado demasiado presente para mi gusto. Entre las medidas imprescindibles para construír una ciudadanía de mejor calidad está, sin dudas, el concepto humanista de seguridad, diametralmente opuesto a la visión derechista que ve a cada pobre (si es joven, peor) como un blanco fácil (si es morocho, peor).
Tampoco siento que la Policía de Mendoza, como institución pública, sea un "caso aislado". Son años, muchísimos, de un chip cultural deformado y deformante que, lamentablemente, todavía pinta de tinieblas el mapa nacional. La bonaerense, por dar sólo un ejemplo paradigmático.
Me quedo con las palabras de la ministra Garré: "Es inadmisible". Así de simple.

viernes, 13 de abril de 2012

Santo Biasatti y las AFJP: "¡En España están que trinan!".

RAJOY Y LA INVASIÓN ESPAÑOLA

"Los dueños de la guita están cabreros. Veamos cómo arruga la yegua"

Opinión

 Por Julio Rudman

Es una fachada. En el doble sentido del término. Lo dice un facho y, a su vez, enmascara otro concepto. Esconde lo ontológico, lo esencial. 
Las declaraciones de José Soria López, analista de mercado y ministro de Industria de España, calificando como una hostilidad a su país la decisión del gobierno argentino de plantarse frente a Repsol, son una fachada. No es a España a quien defiende. Es a los capitales y, como se sabe, éstos no tienen patria. Eso explica la sospechosa magnanimidad de los medios dominantes de nuestra tierra, esas noticias dichas y escritas como con una sonrisa socarrona, como diciendo: "Los dueños de la guita están cabreros. Veamos cómo arruga la yegua". Ya sucedió. Cuando, por iniciativa de Amado Boudou, el gobierno nacional decidió terminar con el robo de las jubilaciones privadas, vimos al neoperiodista Santo Biasatti gritar por TN, con más entusiasmo del que suele, "¡En España están que trinan!". Y trinaron al dope, diría mi sobrino porteño. Aquí estamos los jubilados, cobrando nuestros haberes puntualmente y, por ley, con dos actualizaciones anuales.
Es que, como ustedes saben, les va bárbaro. Están prósperos, crecen por todos lados, no hay desocupados, las monjitas son tan caritativas que regalan niños pobres a mujeres ricas, los presupuestos de salud y educación aumentan cada semana, se ve gente feliz en las plazas, los jóvenes terminan sus estudios y pueden elegir trabajo, allí sí "la cultura es la sonrisa" (es más, se sospecha que León va a donar las regalías a la corona por ese tema), el yerno del rey es un ejemplo de caridad cristiana y todo reluce (hasta Sofía, que ya es algo), nadie emigra. Y cuando votan, premian tanta bonanza. Como en el Obelisco de Macrilandia.
Imagino a Rajoy y sus secuaces lanzados a la mar, montados en carabelas y a la caza de estos desagradecidos sudacas que no comprenden el esfuerzo que han hecho los empresarios españoles para que nuestros trabajadores tengan un mejor vivir, consigan combustible a precios razonables y en versión delivery.
Ni siquiera nos queda Blanca Oteiza, la bellísima actriz española, en su rol de empresaria generosa y desinteresada, allá en los nefastos noventas, para que seduzca a Tato Bores. Ni nos queda Tato, sino su hijo, que no es lo mismo.
Eso sí, habrá que reconocerles coherencia histórica. ¿O no venían, en el siglo XV y en el XVI y en el XVII a sacar nuestros recursos con mano de obra esclava para pagar los créditos a los banqueros alemanes y holandeses y quedarse con los mercados nuevos y la plusvalía? ¿O no vino la Infanta Nosecuanto en 1910 para verificar que su perla luciera bella y prolija?
Que La Nación se parezca a El País o que Clarín a ABC no los hace más modernos ni mejores. Los cipayisa un poco más. Allá y acá trabajan de gerentes y temen perder anunciantes, aunque esos anuncios mientan y traten de vendernos mieles y, en realidad, sean hieles.
Es la grasa de los capitales (con su permiso, maestro) los que los mantiene lubricados. Hasta que nuestra Corte Suprema se despierte de la siesta y termine con la cautelar sobre el artículo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que los obliga a desmonopolizar el aire y la imagen.

lunes, 9 de abril de 2012

"LOS QUE ESTÁN A FAVOR DEL ABORTO SON GENOCIDAS"


Ratzinger, von Wernich, Bitar, Arancibia…

Por Julio Rudman (desde Mendoza)

Quizás usted piense que el asunto no me incumbe y que lo hago de puro provocador que soy. Respecto de esto último, tiene razón. Parece que la cuestión debiera resolverse al interior de la Iglesia Católica y como no soy creyente, se podría pensar que me estoy metiendo donde no debo. Pero sí me incumbe, porque sobre este pedazo de cosmos que llamamos Tierra no viven únicamente hombres. Felizmente, las mujeres, nuestras compañeras, son más que los varones, parece. Entonces, me incumbe nomás. Además, porque a mucha honra, soy Mujer Honoraria desde 2004, distinción que me fue otorgada por la agrupación "Las Juanas y las Otras".
Explico. El obispo de Oberá, provincia de Misiones, Argentina, se despachó con un exabrupto de grueso calibre. Dijo que "los que están a favor del aborto son genocidas". Que somos, porque me doy por aludido. Se llama Damián Santiago Bitar, nació en Arroyo Claro, Córdoba, el 12 de febrero de 1963 y es obispo de Oberá desde el 26 de octubre de 2010, por voluntad y elección de Ratzinger, el pastor alemán. El tipo remató su sentencia pidiendo que nos "echen de la Patria". Una delicia. Pero, por supuesto, miente.
Nosotras y nosotros pretendemos que haya educación sexual para decidir, anticonceptivos para NO ABORTAR y aborto legal para no morir. Claro que los prejurásicos de siempre prefieren que sean los dinosaurios asotanados quienes marquen el ritmo de la demografía universal.
Usted ya sabe que el término "genocida" tiene connotaciones especiales para nuestra historia reciente. Por las dudas, le recuerdo que uno de ellos, con sentencia firme a prisión perpetua, se llama Christian von Wernich, sacerdote que, salvo que alguien me demuestre lo contrario, sigue siendo miembro de la secta. Al respecto, no me cansaré de recomendar "Maldito tú eres. El caso von Wernich", investigación del periodista Hernán Brienza, publicado por Editorial Marea y que sirviera como material en el proceso que terminó condenando al cura.
Dejemos al turbio de Arroyo Claro y vayamos a su jefe. Acaba de llegar de Cuba y como para sacarse de encima el perfume a dignidad del comunismo caribeño, el Pontífice se desperezó e hizo gala, una vez más, de la misoginia que lo infecta. Presionado por un grupo de católicos progresistas europeos, don Benedicto se despachó con la siguiente declaración: "La Iglesia no recibió autoridad del Señor para ordenar mujeres". Y así les va. Para los que esperan el llamado, las mujeres deben seguir lavando y planchando, cambiando pañales, pariendo hijos aunque sean producto de una violación, regando las macetas y esperando al macho con la comida calentita (y ella también, por si al señor de la casa se le ocurre folgar).
Si es verdad que Dios es argentino y si es verdad que "entre estos tipos y yo hay algo Personal", me queda Claro que el Señor no tiene un celular Movistar y, tal vez por eso, no llegó la autorización. Es que la empresa de telefonía celular dejó sin servicio durante varias horas a más de 16 millones de usuarios y, como compensación, les dio mensajes de textos gratis durante el feriado pascual (¿Qué tal, Pascual?).
Aunque no hace falta irse muy lejos. Aquí nomás, en estos arenales huárpidos, el legislador mendocino Guillermo Amstutz propone confundirnos. Le pide al gobernador Pérez que llame a consulta popular para que el pueblo decida si se acepta o no el reciente fallo de la Corte Suprema respecto de la interpretación del artículo 86, inciso 2, del Código Penal, que tipifica el aborto no punible. No hay nada que consultar. Simplemente, se trata de acatar y aplicar lo dispuesto por el más alto tribunal de justicia del país. Me pregunto y te pregunto, lectora de curvas milagrosas, ¿impedir el aborto a una mujer violada no es violarla otra vez y premiar al violador?
Lo que pretende el ex intendente de Las Heras es mezclar tomates con dulce de leche. Ambos se comen, pero no son el mismo alimento. El dulce de leche sería el proyecto de ley de despenalización del aborto que, auspiciado por un grupo importante de legisladores de distintas bancadas (¡hasta una mina del PRO firmó!), está siendo discutido en el Congreso.
La metáfora gastronómica viene a cuento porque, en ambos casos, se trata de aborto, pero confundirlos es de mala leche.
Bicho raro este Amstutz. Era peronista e iluminado por el oráculo de los despistes ¡se hizo cobista!, justo ahora que el ingeniero no positivo vio derrumbarse su edificio político.
Una perlita de remate. En Los Andes de ayer, domingo de Ramos, 8 de abril, dice monseñor José María Arancibia, el obispo de Mendoza, que "La Verdad se impone por sí misma". La mayúscula le pertenece, yo no. Y, para que quede clarísimo, agrega que "la prepotencia, en cambio, es el poder de la mentira, del error y de la confusión, el poder del odio, del rencor y del deseo de venganza..." Las minúsculas también le pertenecen, yo no.
Parece estar comentando los exabruptos de su colega de Misiones, de su jefe global y su diputadito local, mire vea.
Tenía tres huevos de Pascua para mis nietos. Me los rompieron.

jueves, 29 de marzo de 2012

“Anoche me robaron y no pido balas para esos pibes”

No van a lograr que me sume al coro de los iluminados por la furia.


Por Julio Rudman, desde Mendoza

Tuvimos suerte. Siempre viene bien una dosis apropiada. Ya no se trata de pedirle un premio de quiniela o de sorteo de fin de año. A veces con que nos ayude a salvar la piel, alcanza.
Anoche nos asaltaron. Somos de poco deambular nocturno, pero nuestra hija inauguraba una muestra de sus obras y, además, Celia inauguraba sus sesenta y tres bien puestos y vividos. Después del careteo en la Bolsa de Comercio (allí está expuesta la maravilla creativa de Laura) nos fuimos a tomar algo. Cerca de casa y con amigos. Miércoles, día insólito para tragos, helados y confituras. Éramos pocos, apenas ocho, contando a dos de mis nietos. A las veintitrés pagamos y nos íbamos. Minga que nos íbamos.
Se apersonó un joven, pistola en mano, y nos pidió tranquilidad. Y también nos pidió todo. Ante la sorpresa y el susto general (había más parroquianos disfrutando de una noche típica de otoño cuyano), la joven sexagenaria de mis amores tomó su cartera informe (es así, no tiene forma) y dijo, con voz tenue, pero firme: "Yo tengo que salir de aquí". Lo dijo más para sí misma que para que la escuchen. ¡Y salió! Le jugaron a favor la inexperiencia de los Butch Cassidys zanjoneros y la sorpresa. 
En mi carterita había una considerable suma en efectivo (acababa de cobrar la jubilación y me gusta sentir que la inclusión de estos tiempos me resulta útil a mí también), pero sobre todo mi amada agenda en la que guardo fotos de mis seres queridos y datos casi irrecuperables si se pierden. Me di vuelta y la oculté con mi cuerpo. El Negro, que se había deglutido una copa helada monumental, asegura que el pibe que nos sorprendió empuñaba una 9 milímetros. Mi cultura al respecto es nula. Si hubiese entrado con una pistola de jabón, como Woody Allen en "Robó, huyó y lo pescaron", para mí era lo mismo. No distingo una escopeta de una bayoneta ni que me las describa José Saramago y lo traduzca Pilar del Río.
Los muchachos hicieron su trabajo, cosecharon carteras y celulares y se esfumaron tan rápido como habían aparecido. Y allí andan parroquianos y parroquianas gestionando un poquito de burocracia para recuperar papeles y plásticos perdidos. La denuncia policial hay que hacerla porque es paso obligado para mover el elefante de los trámites y no porque abriguemos esperanza alguna en los sabuesos de uniforme azul. La cana llegó cuando los chorros andarían por Villavicencio. Tarde, como es habitual.
Es cierto, no nos pegaron, no nos dispararon, no nos hicieron tirar al piso ni nos mataron. Ni siquiera manotearon la caja del negocio. Apurados, fueron un relámpago en una noche estrellada. Y aunque no podemos comparar el episodio con tragedias cotidianas de sangre y muerte, me sirve para ratificar que mis sueños están intactos, que no quiero balas para esos pibes, que ninguna molestia y pérdida de tiempo ameritan la tortura a quienes son, sin duda, también víctimas de nuestra historia reciente.
Si la edad de los tres atacantes de anoche oscilaba entre los dieciocho y los treinta años, ahora, ya pasado el susto, cabe preguntarnos qué mierda hicimos como sociedad para que tres compatriotas anden un miércoles a la noche manoteando guita ajena. No van a lograr que me sume al coro de los iluminados por la furia.
Sigo al servicio de la vida, pese a los momentos tanáticos en medio de un festejo merecido.

martes, 20 de marzo de 2012

Para entender por qué quieren limar a Kicillof

¿Será un judío como Milstein o como Corach? / Para Santiago Kovadloff  "se le da poder a los que no saben". / En mi barrio la actitud de la DAIA la llamábamos de cagones y de los que cuidan su quintita: mostró su hilacha
Debates

Por Julio Rudman 

A Natalia Brite, compañera


Algo huele mal, pero no es en Dinamarca. Para colmo el apellido empieza con K y es Viceministro de Economía de la Nación. Como las dos últimas Reinas de la Vendimia (Koltes y Kaliciñski). Es que la hegemonía ya no es lo que era. Hasta Gramsci tendría que revisar su posición. 
Los calificativos de marxista y judío, atribuídos a Axel Kicillof, levantaron polvareda. Sobre todo por su supuesta ascendencia rabínica. Insisto, supuesta. Parece que ni siquiera, pero no importa. Eso sí, de su pecado ideológico se ocuparon poquito. Sólo vi y escuché al filósofo Ricardo Forster reivindicar los conocimientos del funcionario respecto de las teorías económicas de Carlitos. Pero analicemos, ¿qué clase de judío sería Kicillof? ¿Sefaradí, ashkenazi, sionista, asimilado, converso?. ¿Será un judío como Einstein, Milstein o el mismísimo Marx?, ¿o un judío como Alberto Kohan, Corach, Beraja, Sofovich o el rabino Bergman?, ¿será un humanista como el rabino Goldman? Mientras tanto, la señora DAIA mostró la hilacha. Después de repudiar el texto de Pagni en La Nación, le puso un manto de piedad. Salió a decir que el exabrupto no había tenido "mala fe". En mi barrio a esas actitudes las llamábamos "de cagones o cómplices". La entidad es, históricamente, parte del establishment y se dedica a cuidar su quintita. Por otra parte, aunque es la que tiene prensa fácil, no es la única. Existe el ICUF, vocero de la corriente humanista del pensamiento judeoargentino.
¿Y qué marxista sería el Viceministro?, ¿marxista leninista, troskista, maoísta, gramsciano, hormonal (como Saramago y el que suscribe), indigenista?. ¿Marxista humanista, como Fidel, o marxista de mierda como Pol Pot?
Entonces, sin hacer ostentación de exclusividades ni esas paparruchadas del mundo cholulo-mediático, reivindiquemos la cualidad académica de Kicillof. Es, evidentemente, un estudioso de Marx, como él mismo lo ha manifestado. También de Ricardo (no muñeca, de López Murphy no, del auténtico), Smith, Keynes y la teoría económica clásica. Que un joven de esos quilates tenga la confianza de la Presidenta para co-conducir la política económica del país es un dato que enaltece el rumbo y es también una marca identitaria del momento que vivimos. Eso sí, para Santiago Kovadloff  "se le da poder a los que no saben". El filósofo lo dijo en referencia a la edad del judío marxista: cuarenta años. ¿Cómo sabe que no sabe?. ¿No será que Kicillof sí sabe y a Santiago le jode lo que sabe? Insisto con una lección que me enseñó mi querido Felipe Pigna, ¿cuántos años tenían Moreno (no muñeca, Guillermo no, el que envenenaron  en un barco), Evita, el Che, Castelli y Belgrano cuando sacudieron el tablero de la Historia?
Es que el objetivo magnéttico es limar. Limar a Boudou sin pruebas fehacientes en su contra, limar a Kicillof recurriendo a la prédica antisemita, a cargo de la jerarquía católica,que por más de dos mil años culpa a los judíos por la muerte de Cristo. Todos los días una lima nueva (no muñeca, la capital de Perú es la misma, me refiero al instrumento que sirve para erosionar materiales y cerebros).
Es que no encuentran la manera de proponernos otro país. Aunque, tal vez, les dé vergüenza el que tienen en mente y entonces recurren al chisme, al invento y la calumnia.
Si Axel Kicillof no es marxista, merece serlo. Por el bien de todos.

lunes, 12 de marzo de 2012

El peronismo y el gorilismo: persistencias argentinas


El gorila es capaz de enardecerse por el piquete que hacen los habitantes de la Villa 31, en Retiro, reclamando por el cumplimiento de la promesa de transporte escolar y, a la vez, dejar pasar un aumento tarifario del 127% en el subterráneo sin una sola manifestación de protesta

Por Julio Rudman

"Qué lindo es sentarse en la puerta de un bar
              y ver a Buenos Aires pasar y pasar"
                                                             Jorge Schussheim


En 1965 María Esther de Miguel publicó un libro de cuentos llamado "Los que comimos a Solís". La escritora de Larroque, Entre Ríos, paisana de Alfredo Yabrán, no sabía que ese título se actualizaba según la época y sus circunstancias, parafraseando a Ortega y Gasset.
Es que Juan Díaz de Solís formaba parte de aquel intento de globalización "avant la lettre" que tuvo a España como principal, pero no único, protagonista. Llegó a estas costas rioplatenses y no le fue muy bien. La Historia dice que el 20 de enero de 1516 se lo comieron los aborígenes. En una primera versión el banquete les fue atribuído a los charrúas, pero éstos no contemplaban la carne de bípedo en su dieta. Parece que los guaraníes sí. Fue en Punta Gorda, Uruguay, y no se sabe si el nombre del paraje es una alusión subliminal a cierta característica anatómica del morfado o ya venía, premonitoriamente, de antes. Antropófagos somos desde entonces, aunque hemos encontrado formas más sutiles de deglutirnos. El neoliberalismo es el método inventado por el tardocapitalismo para que la timba financiera trasnacional se coma pueblos enteros y luego vomite recetas presuntamente paliativas.
Pero dejemos en paz al costillar de Solís y veamos con algún detalle (sin sobredosis porque se me terminó el Reliveran) qué pasa por estas playas del siglo XXI. 
La macrocefalia nacional tiene en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un ejemplo extraordinario. "Tiene el tango tan sentido de Pichuco y de Piazzolla", canta Eladia Blázquez. Pero también tiene al medio pelo argentino. No quiero irme por las ramas. Si el peronismo es esa "persistencia argentina", como dice Feinmann, su contracara, el gorilismo, también lo es. Marca nacional, como el dulce de leche, el tango, los desaparecidos y la mazamorra, el gorila nació de parto natural cerca de 1955 y se reproduce con una virulencia y empecinamiento dignos de mejor causa. Concentrados mayoritariamente, en correspondencia con el mapa demográfico argentino, en los barrios porteños, el gorila adapta sus reacciones a las necesidades de su bolsillo, su cuenta bancaria o sus mejoras en el country. Es capaz de enardecerse por el piquete que hacen los habitantes de la Villa 31, en Retiro, reclamando por el cumplimiento de la promesa de transporte escolar y, a la vez, dejar pasar un aumento tarifario del 127% en el subterráneo sin una sola manifestación de protesta. Puede soportar que el Gerente de Gobierno construya su triunfo electoral pegándole a las personas en situación de calle o difamando a su adversario con mentiras flagrantes. Considera pícaro al que repite lo que un funcionario subalterno le dice al oído ante las preguntas periodísticas y lo premia con una catarata de votos. ¿Por qué? No creo que haya una sola explicación, pero la dieta del porteño tiene una importancia mayúscula, sospecho. 
Los últimos estudios gastronómicos demostrarían que la reiterada ingesta de estos primates herbívoros, los gorilas, se entiende, produce una reacción químico-ideológica similar al embrutecimiento. No ven, ni oyen a sus semejantes. Creen que son el ombligo de la patria, llenan los restaurantes, cambian de modelo de auto con más frecuencia, cuidan su quintita cual si fuese el Santo Grial. Como efecto colateral, los psicólogos han interpretado (para eso laburan, después de todo) que se desarrolla una conducta muy parecida a la hipocresía, lo que explicaría que los mismos que reeligieron al badulaque, reeligieran también a la Morocha. Es que saben que el rumbo les permite darse esos lujos.
Sé que las generalizaciones son odiosas, caprichosas y peligrosas. Por eso, precisamente, excluyo de esta pequeña diatriba texticular a quienes se levantan cada mañana con la sonrisa de sus hijos puesta, con el canto de los artistas populares acompañándolos al trabajo, con la piel de su ser amado perfumándoles el día, con la verdad, la memoria y la justicia en la solapa. En fin, con la dieta dulce y nutritiva de la búsqueda. Siempre la busqueda, esa inalcanzable.