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martes, septiembre 10, 2024

Lazzarato sobre Guerra Civil Mundial y poder constituyente 

El domingo estuvo Maurizio Lazzarato en la feria del Libro de Recoleta, presentado por mi amigo Mario Sobarzo. La conversación giraba en torno a los temas de su último libro "¿Hacia una guerra civil mundial?" (Tinta Limón/Traficantes de Sueños).

Lamentablemente, mientras hablaba Maurizio avisaron desde la organización de la feria que había que desalojar la sala para dar espacio a otro lanzamiento, así que la experiencia quedó trunca y no se alcanzaron a hacer preguntas. Por lo menos alcancé a obsequiarle una copia de la bellísima edición reciente de "Los gorilas estaban entre nosotros" de Helios Prieto, por Novena Ola. 

A continuación, les dejo un fragmento del libro.


¿Poder constituyente? 


El spinozismo político puso de moda el poder constituyente, de modo que incluso la lucha más pequeña sería su expresión. Pero en la modernidad, el poder constituyente es una consecuencia directa de las guerras civiles, las insurrecciones, las revoluciones. Toda apertura del tiempo constituyente no es resultado de una potencia ontológica genérica de las masas, de la clase, de la Multitud. Más bien, requiere una estrategia para quebrar el poder establecido, una derrota infligida al enemigo de clase: el ejemplo más reciente lo proporciona Chile, donde solo las grandes jornadas insurreccionales de 2019 crearon la posibilidad de declarar abierta una fase constituyente. La reversión de la fase constituyente contra los movimientos que la habían producido se debe probablemente a que el período constituyente no fue interpretado como una continuación de la guerra civil por otros medios (a diferencia del enemigo, no se sostenía un punto de vista de clase sobre la situación pos-insurreccional).

En la modernidad, todas las grandes constituciones, todas las grandes transformaciones políticas, institucionales, jurídicas, sociales y económicas han sido producidas, paradójicamente, “por el peor flagelo de la polis”, por la “peste” de la “abominable” guerra civil, una “plaga que acecha la sociedad” (así la definían los enemigos de la democracia en Grecia, porque guerra civil y democracia significaban, según Aristóteles, revuelta y poder de los pobres): la “revolución” estadounidense, la revolución francesa, la soviética, la mexicana, la china, la vietnamita, la cubana, la iraní, etc. todas ellas son el resultado de la “más dura de todas las guerras” capaz de producir un cambio radical en el sistema económico, social, político, y en los valores que lo fundaron.

Las “democracias  europeas” nacieron de las guerras partisanas contra el fascismo. Incluso el gran desarrollo económico de China surge de una guerra civil más o menos progresiva y más o menos violenta: la “revolución cultural”. Solo después de la victoria política de una parte sobre otra, de la afirmación de quienes querían imponer la producción occidental incluso en un país socialista, el capitalismo se afirma. Por lo que se podría enunciar una “ley” general: primero la revolución, o la guerra entre Estados o entre imperialismos, luego la producción; primero la guerra de clases, luego la economía, el derecho, el sistema político y su gobierno.

La guerra y la guerra civil son fuerzas económicas, sociales y políticas o, para ser más precisos, constituyen las condiciones políticas para que estas fuerzas surjan y se desarrollen. De ellas depende el modo de producción, el sistema político, la forma que adoptará una sociedad, para bien o para mal. El trágico caso de la Guerra Civil española nos deja muchas lecciones negativas en este sentido. La victoria de Franco impuso un capitalismo asfixiado, un sistema político y social radicalmente reaccionario, diferente al de otros países europeos.

La guerra civil es una formidable máquina de producción y transformación de subjetividad. Gianfranco Miglio considera el enfrentamiento fratricida la más “real”, la más “total” de las guerras: “Esta radicalidad, a su vez, clarifica por qué las guerras ‘civiles’ normalmente producen clases políticas más compactas y mejor equipadas para contar más adelante en el proceso histórico”, y sistemas institucionales más duraderos e importantes.

La constitución de nuevos sujetos políticos, las formas inéditas de acción colectiva, los saltos y rupturas que se producen en las subjetividades, se configuran dentro de estos conflictos, algo pasado por alto por las teorías modernas que, paradójicamente, tienen al “sujeto” en su centro (Foucault), la “producción de subjetividad” (Deleuze y Guattari) y la “subjetivación de la Multitud” (Hardt y Negri). La transformación de los modos de sentir y de sufrir, de los afectos y de la sensibilidad es inseparable de las grandes rupturas políticas de masas.

Foucault, antes de teorizar sobre la gubernamentalidad, el neoliberalismo y la fabricación del sujeto según cánones ético-estéticos, lo sabía bien: “La guerra civil no solo pone en escena elementos colectivos, sino que los constituye. Lejos de ser el proceso por el cual se vuelve a bajar de la república a la individualidad, del soberano al estado de naturaleza, del orden colectivo a la guerra de todos contra todos, la guerra civil es el proceso a través del cual y por el cual se constituye una serie de nuevas colectividades inexistentes antes de ella”.

Está muy claro que hasta que no vuelva esta conciencia, la fantasía de las potencias constituyentes será solo el marco de la reproducción sin fin de nuestra derrota.

La revolución y la guerra civil tienen una relación problemática entre sí. Toda revolución es también una guerra civil, pero no todas las guerras civiles son revoluciones. Si la revolución es fruto de la modernidad, la guerra civil es tan antigua como la civilización occidental, y también parece haberla originado. Roma, cuya fundación fue el resultado de una lucha a muerte entre hermanos, puede servir de emblema de la persistencia de la guerra civil, tanto en Grecia como en Roma. Hannah Arendt señala una profunda diferencia entre revolución y guerra civil: las revoluciones “no existían antes de la edad moderna” y constituyen ―a diferencia de las guerras civiles (“fenómenos más antiguos del pasado que conocemos”)― las novedades más relevantes de los nuevos tiempos políticos. En el siglo XVIII, la revolución se concibe como una alternativa a la guerra civil, nos enseña Kosseleck. La primera se asociaba al avance de la humanidad en todos los campos (pensemos en Kant y en todo el idealismo alemán) mientras que la segunda se refería a conflictos religiosos, guerras en las que hermanos matan a hermanos sin aportar ningún progreso general. Mientras que la guerra civil significaba “un absurdo dar vueltas en círculos”, la revolución “abría un nuevo horizonte”.

Si más tarde se pasa de la contraposición a la subordinación de la guerra civil a la revolución, será el marxismo quien la rehabilite completamente. Primero Marx y Engels, pero definitivamente los bolcheviques y luego los comunistas chinos, hacen de la guerra civil (transformada en guerra de partisanos, en guerra de guerrillas, en guerra irregular) la condición de la revolución. Lenin advierte al proletariado que no se deje engañar por el patriotismo de las guerras nacionales burguesas, que “no debe desviar su atención de la única guerra verdaderamente liberadora, a saber, la guerra civil contra la burguesía en ‘su’ propio país y la de los países ‘extranjeros’”.

Hoy, en ausencia de toda voluntad revolucionaria, en ausencia de todo proyecto de ruptura radical, abiertamente reivindicado por los movimientos sin haberlo sustituido por nada tan poderoso y eficaz, la guerra civil es asimétrica, dirigida y organizada por los poderes contemporáneos en conjunción cada vez más estrecha con la guerra entre Estados, con la guerra total y con el genocidio.

A pesar del despliegue de su gran fuerza de negación y creación, la guerra civil es la gran ausente de la renovación teórica de los años sesenta y setenta, con la única excepción, durante un breve periodo, de Michel Foucault. Pero su voluntad de hacer de ella una matriz de las relaciones sociales sirve de poco para analizar las guerras y guerras civiles contemporáneas, porque nunca se enfrenta a las guerras mundiales y guerras civiles del siglo XX que son su matriz. Para ello, es mejor recurrir a otros que vivieron el siglo XX de forma más trágica e intensa, a saber: los revolucionarios y los contrarrevolucionarios.


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martes, noviembre 30, 2021

PINOCHETISMO CYBORG (x R. Karmy) 

Un texto del amigo Karmy.

Las fotos las tomé el sábado en Marathon con Grecia.



PINOCHETISMO CYBORG

Rodrigo Karmy Bolton

A los amigos

“El asombro porque las cosas que vivimos sean “todavía” posibles en el siglo veinte no es ningún (asombro) filosófico.” –escribía Walter Benjamin hacia el final de la tesis VII sobre el concepto de Historia. La concepción progresista de la historia está interrogada sobre todo porque el progreso –dirá Benjamin, en otro lugar citando al Angelus Novus de Paul Klee- no es más que una sola catástrofe. Podemos cambiar “siglo veinte” por “siglo veintiuno” y transportarnos rápidamente al Chile contemporáneo que tiene a la candidatura pinochetista de José Antonio Kast como serias posibilidades de triunfar en la segunda vuelta electoral. ¿Asombrados? ¿cómo candidaturas como éstas podrían ser “todavía posibles”? –es la pregunta que se formula el progresista. Pero es precisamente su concepto de Historia el que aquí hay que interrogar, el que experimenta un límite infranqueable que se sintomatiza en el “asombro” progresista frente a la posibilidad de que Kast sea presidente. La pregunta concreta y clave a este respecto es: ¿por qué el Chile octubrista votó por el pinochetismo? 

Hasta ahora, algunos importantes columnistas disímiles estirpes, parecen haber construido un consenso preocupante: la revuelta no habría sido el estallido “emancipatorio” y anti-neoliberal con el que nos ilusionamos, sino la impugnación a una oligarquía para permitir que una gran masa de población excluida pueda participar del sistema neoliberal. No se trataría, entonces, se una revuelta que irrumpió exigiendo menos sino más neoliberalismo. Se trata de la tesis de Carlos Peña devenida episteme oligárquica gracias a El Mercurio que, nuevamente, opera como su cogito. Al devenir episteme la tesis Peña construyó la narrativa  orientada a salvaguardar el mito de Chile (el neoliberalismo): no solo la revuelta había que considerarla simple “delincuencia” y pura “violencia” que había que condenar, sino que la raíz del problema residía no en el defecto del proyecto país, sino en su virtud: el neoliberalismo debía popularizarse, democratizarse del nicho puramente oligárquico que habitaba las comunas del Rechazo. Pero el neoliberalismo era la senda correcta del progreso, y su modernización. 

Bajo esta episteme que articuló la máquina mitológica de la oligarquía, la revuelta jamás fue pensada en su dimensión afirmativa, en la potencia imaginal que traía consigo y en su efecto destituyente; sino siempre en clave de “anomia”, “delincuencia”, “violencia”, “destrucción” o “caos”. Como bien califica Brunner en su última entrevista, se trataba solo de una “fantasía política”. La revuelta siempre era el “mal” de toda política, su antítesis, lo que “faltaba” de política, aquello tremendamente “irresponsable” que debía ser conjurado si queríamos que el neoliberalismo –como programa modernizante del Chile actual- efectivamente mostrara lo mejor de sí. 

La clave de este proceso reside en que puso en práctica una serie de dispositivos (columnas, acciones políticas, discursos, propaganda) que terminaron construyendo una narrativa de la revuelta identificándola sin más a la abstracción del término “violencia” y circunscribiendo su deseo al neoliberalismo: más consumo, no menos, más capital no menos. Como se constata el periplo discursivo del año 2021, no hubo jamás una discusión mínima sobre la noción de “violencia” sino simple y puramente, una exigencia a su condena. El moralismo se impuso y la narrativa, según la cual, había que “condenar la violencia” para que la democracia prevaleciera dirigiendo sus esfuerzos a un “más neoliberalismo” y no “menos”, pareciera haberse convertido en consenso. ¿Democracia? -¿qué puede significar ese término para quienes ven sus viviendas y barrios allanados permanentemente por la policía, las bandas criminales de todo tipo, que ven morir a sus familias de COVID19 en un consultorio porque no existen camas suficientes, o que deben organizar bingos para pagar las millonarias sumas de operaciones o tratamientos de enfermedades? ¿Qué puede significar “democracia” sino el nombre de los poderosos? 

Peña devino así la vanguardia discursiva de la restitución oligárquica, cuyas formas hoy no se expresarán sino en el triunfo en primera vuelta de un fascismo cibernético o, si se quiere, de un pinochetismo cyborg que cristaliza la nueva fase de acumulación. Sin embargo, la construcción de la narrativa “peñista” no fue simple. Implicó una materialidad decisiva que implicó la aplicación del terror entres hebras precisas: la político-institucional, la sanitaria o biomédica y la económica y social. 

La político-institucional implicó la aplicación piñerista del terrorismo de Estado con las fuerzas paramilitares llamadas “policía” –y en un momento el Ejército- contra Wallmapu y la revuelta octubrista desde el 19 de octubre de 2019. La aplicación del terrorismo de Estado trajo mutilaciones oculares (más de 400 casos), muertos, heridos y presos a quienes se les aplicó una ley excesiva para delitos menores (ley de seguridad del Estado y otras nomenclaturas), siguiendo la doctrina inaugurada por EEUU con la “guerra contra el terrorismo”. Piñera mismo refirió al “enemigo poderoso” cuando decretó el estado de excepción constitucional y movilizó a las FFAA por el conjunto de las ciudades del país. El efecto del terrorismo de Estado ha sido la separación de los cuerpos, neutralización de su potencia afectiva.  

La sanitaria o biomédica trajo consigo la restricción de desplazamientos, el aislamiento y corte de lazos y capilarización del terror en la fantasía de que cualquier contacto podía ser causa de contagio: familiares muertos, enfermos, otros que iban a trabajar arriesgando la vida cada vez que se subían al transporte público y se sabía que los consultorios y hospitales estaban atestados de pacientes y colapsados. Me interesa cómo la restricción pandémica confiscó justamente el lugar de la revuelta: la sensibilidad, la abertura del lazo afectivo que ahora se conminaba a reducirse al aislamiento y clausurarse por miedo al contagio: la revuelta contagia como el virus, ambos podían detenerse bajo el aislamiento proveído por la excepcionalidad jurídica.  El terror a la enfermedad funcionó como atmósfera que cerraba puertas y separaba cada vez más a los pueblos respecto de sí mismos. 

Finalmente, el terror económico y social –estamos en “crisis”- frente al que el gobierno se mostró táctico para dosificar las cuotas de “ayudas” (no “derechos”) monetarias a la gran masa de desempleados que flotaban en el espacio social y que habían sido producidos por el mismo neoliberalismo que, en momentos críticos, debía reducir sus puestos de trabajo y multiplicar el delivery como máquina –y paradigma del capitalismo contemporáneo- de precarización absoluta para la mayoría de la población. Desempleo, exceso de trabajo por la misma paga, deudas aumentadas exponencialmente, los tres retiros a las AFPs fueron la herramienta clave para despejar transitoriamente el problema e inyectar dinero fresco al debilitado mercado. 

Tres formas de aplicación del terror, ya no necesariamente desde una política excepcionalista del schock, sino desde la construcción de la ominosa “nueva normalidad” que no deja de operar como “acumulación originaria” permanente donde las cuotas de violencia resultan fundamentales para el despliegue y reordenamiento del capital. Articulación y –diríamos-coordinación del terror político, sanitario y económico a la vez. Todo eso en dos años que devastaron a los pueblos pero que, a pesar de todo, pudo mantener la energía octubrista en la insistencia en el plebiscito, la elección de los constituyentes el 15 de mayo y la consolidación de la Convención Constitucional desde el 4 de Julio de 2021, pues pudo mantener dicha energía mínimamente organizada vía el conjunto de las redes sociales. 

Se ganó espacios a pesar del terror aplicado. Porque el simple terror no sirve. Se requiere de una narrativa. Y esta última fue ofrecida por el discurso sobre la “violencia” que, progresivamente, cuando se inició la carrera presidencial –ese simulacro tan bien armado- fue pulido y derivado tribunal por el que todo candidato debía “condenar o no la violencia”. Una violencia siempre abstracta –por cierto- y un discurso tribunalicio que operaba desde las grandes corporaciones mediáticas con los periodistas como sustitutos cómicos de un juez que exige que todos depongan la violencia, salvo él que se consolida como el gran Leviatán. El discurso de “condena de la violencia” es una táctica eficaz para apropiarse de ella, y ejercerla sin contrapesos. 

¿Cómo es que la revuelta devino pinochetismo ciborg? Y curiosamente, varias columnas, omiten el schock normalizado que han experimentado los pueblos de Chile desde que salieron a descolonizar su matriz neoliberal para el 18 de octubre de 2019. La aceptación de que la revuelta no era más que violencia o una “fantasía política” sin destino ha sido, en el fondo, con matices más o menos, la aceptación de la matriz discursiva de El Mercurio en voz de Peña.  Para dicha matriz, el terrorismo de Estado aplicado por Piñera, los agotadores meses de pandemia, o las angustias provocadas por la situación económica, pareciera no haber existido nunca o, quizás, como simple detalle, un epifenómeno aún no analizado y que resulta imprescindible analizar. Sobre todo, porque el octubrismo no fue derrotado, a pesar de la experiencia de terror aplicada. Para la narrativa “peñista” todo se trata de que, finalmente, la revuelta expresaba un conjunto de población pro-neoliberalismo cuya consumación termina, ni más ni menos, en la potenciación de la candidatura de Parisi y Kast. La elección presidencial del pasado 21 de noviembre aparece, para este discurso, como el triunfo de su tesis: el votante Parisi y el triunfo de Kast en primera vuelta confirma que lo que el pueblo “quería” era más neoliberalismo y no menos. 

Sin embargo, esa supuesta explicación –explicación que no explica-  habría que explicarla a su vez en virtud de la aplicación biopolítica del terror devenido “nueva normalidad” (¿o acaso nadie recuerda ese término tan original?). ¿Qué hace el terror? En este breve esbozo, advertimos algo crucial: las tres líneas del terror no operaron simplemente como “represión”, sino como una nueva territorialización afectiva, como una restitución de la subjetivación neoliberal, pero en forma hipertrófica: la microfísica del terror produce el efecto de separación de los lazos, y de aislar a los individuos. A pesar de todo, procesos de vida común continuaron porque la conflictividad asociada no cesó jamás. Si la revuelta abrió la dimensión erótica en la que los cuerpos se encontraban y abrazaban, el terror sobrevenido trabajó capilarmente para producir su aislamiento y separación. Si la revuelta traía consigo la “rabia” –que siempre denota el quiebre del principio de justicia-; la aplicación del terror pudo territorializarla en “odio”, pasión favorita del fascismo. Vida común por individualismo hipertrófico: he aquí la clave del triunfo de Parisi y Kast que capitalizaron la mutación sobrevenida gracias a la aplicación del terror que termina reconduciendo al discurso anti-oligárquico (presente en Kast y Parisi, de formas diferentes) hacia la reivindicación de la individualidad: no somos ni de derecha ni de izquierda (sino puros) –dice Parisi; o queremos “paz” (orden) y afirmar la “libertad” (esa soberanía individual) contra la violencia de la revuelta –dice Kast. Ambos operan bajo el simulacro del outsider: Parisi porque no viene de la “clase política” (pero había sido candidato otras veces y hace años que tiene un trabajo al respecto), Kast porque proviniendo de ella, se fue de la misma e irrumpió para apropiarse del sector reconstituyendo a la “verdadera derecha” característica del pinochetismo. En ambos, anti-oligarquismo –que era la referencia octubrista por excelencia- se anuda al individualismo. La crítica a la clase política, en Parisi contra la “derecha y a la izquierda”, en Kast al “piñerismo” como su cristalización. ¿Cómo Parisi –ese avatar que casi sale presidente- pudo ser votado? Justamente por eso: su ausencia produjo mayor goce, y su devenir avatar expresó lo que la “salida de la democracia” que estamos experimentando anuncia: el mundo fáctico de la cibernética, el pinochetismo cyborg

Asistimos, pues, a una cuota de sorpresa: el progresismo neoliberal que no dejó de machacar con la “violencia” e infantilizar la revuelta de Octubre adhiriéndose tácita o explícitamente a la narrativa “peñista”, experimenta un singular asombro: el eventual triunfo de Kast. Ahora nos llama a “defender la democracia” después de que, por dos años, contribuyó a construir la narrativa de la violencia y la modernización (el “peñismo”) que deslegitimaban los esfuerzos de los pueblos de Chile por descolonizar su histórica devastación. Se “asombran” de que estas cosas (Kast-Parisi) sean “todavía posibles” cuando, por dos años, han contribuido abiertamente a instalar sus condiciones. Se “asombran” de que estas cosas sean “todavía posibles”, pero parecen no ver que Kast es su propio hijo y Parisi su hermano menor.

Kast y Parisi solo hablaron el lenguaje que el “piñerismo” legó y que el “peñismo” aceitó. Ese es todo su pecado, su única virtud. Capitalizaron su fuerza para catalizar no la “rabia” sino el “odio”, y así imaginar no una vida en común sino una verdadera comunidad de separación. Ahora bien, el pinochetismo cyborg ¿qué es? La forma actual del devenir de dicha violencia. Si ésta se cristalizó en un primer momento bajo el cuerpo físico de Pinochet y posteriormente bajo su cuerpo institucional (la Constitución de 1980), hoy se apuntala otra fase de su devenir, en que su desmaterialización deja la forma física y jurídica para identificarse plenamente a la abstracción infinita del capital en el nuevo ciclo de acumulación neoliberal. Eso es Pinochet. 

Que la segunda vuelta pueda desactivar al pinochetismo cyborg implica recobrar los afectos perimidos, abrirlos a los otros, sin miedo hacia la vida común, sin miedo al “octubrismo” y su imaginación. Pero eso implica invitar a atravesar –sin miedo, con esperanza- el fantasma de Chile que aún sigue anudado a esa violencia golpista de 1973 como condensación de la violencia portaliana que estructuró los 200 años de República. 



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domingo, septiembre 27, 2020

LA VIOLENCIA...(Ediciones Vamos hacia la vida) 

 "Pero hoy he visto en la manifestación

tantas caras sonrientes

las compañeras de quince años

los obreros con los estudiantes

‘El poder a los obreros

no al sistema del patrón

siempre unidos venceremos

viva la revolución’.

Cuando después las camionetas

hicieron las redadas

los compañeros empuñaron

los palos de los carteles.

Y vi coches blindados

volcados y luego quemados

tantos y tantos policías

con las cabezas rotas.

La violencia, la violencia

la violencia, la revuelta

quien esta vez haya dudado

mañana luchará con nosotros”.

(Alfredo Bandelli, La violenza, 1968).


Ediciones Vamos hacia la vida acaba de imprimir 50 copias de  “LA VIOLENCIA, VENGA DE DONDE VENGA. Escritos e intervenciones de antes y durante la revolución de octubre”, de Julio Cortés Morales. 

220 páginas, incluyendo una decena de fotos tomadas al calor de esos días. 

Tenemos algunas copias para distribuir al justiprecio de 6 mil pesos. Consulte nomás.

Se trata del primer libro de esta iniciativa, al que seguirán luego otros títulos que han circulado hasta ahora en versiones digitales.


De la presentación del autor:

“Estos escritos que mayoritariamente fueron columnas en medios locales (The Clinic, El Desconcierto, Radio Universidad de Chile y El Ciudadano), más una entrevista al periódico anarquista trasandino El Gato Negro, surgieron desde el interés por registrar en detalle el avance del estado policial desde el frente legislativo, y una especie de crónica de varios de los procesos que estuvieron a la base de los acontecimientos de antes y durante ese largo octubre que aún no termina del todo. La idea de cada columna era analizar determinados aspectos contingentes del rearme represivo del Estado, mientras en la entrevista tuve ocasión de resumir en una hora de conversación lo esencial de lo que estaba pasando en Chile, para un público trasandino. Además agregué algunos apuntes e impresiones “psicogeográficas” motivadas por el uso cotidiano del  Metro, que recién ahora al releer me doy cuenta de que estaban plagadas de alusiones y anticipaciones inconscientes del tipo de subversión subterránea que se estaba incubando de a poco allí abajo.

Estos escritos e intervenciones pretenden ser un aporte más criminológico que jurídico a la comprensión de los fenómenos sociales en que estamos envueltos, donde por sobre una tensión dialéctica permanente, con acción y reacción (revolución/contrarrevolución), interactúan variadas e imbricadas formas de violencia social y económica, política e institucional, insurreccional y contrainsurgente, instrumental y expresiva, racional e irracional…

Para el tipo de conocimiento criminológico crítico que me interesa desarrollar y difundir, el control social es violencia, ya sea en actos o latente en tanto amenaza, y el objeto de estudio son los procesos de criminalización. Una concepción integral que tome en cuenta la manera en que se generan y articulan los distintos tipos de violencia requiere asumir que el capitalismo es en sí mismo una gran acumulación de violencia estructural, que en Chile se vio reforzada con la reestructuración operada en dictadura y posibilitada por el despliegue terrorista de la violencia institucional.

Esa reestructuración tuvo dos grandes momentos: el de la dictadura (1973-1990) y el de la “transacción a la democracia”, articulada por la “oposición democrática” en diálogo con la dictadura ya desde la época de las protestas de mediados de los 80, pero desplegada plenamente en un “perfeccionamiento del modelo” basado en el continuismo y la impunidad. No en vano el primer “presidente democrático” fue Aylwin, un notorio golpista y legitimador inicial de la dictadura pinochetista/guzmaniana, y tampoco parece casual que tras la repetición de un ciclo bastante monótono a la cabeza del aparato gubernamental (Bachelet I-Piñera I-Bachelet II-Piñera II) se nos vuelve a brindar una salida plebiscitaria para alejarnos de las calles, invirtiendo las posiciones originales desde el Sí y el No al Rechazo y el Apruebo. ¿Deja vu?

Una enorme acumulación por décadas de violencia estructural,  que hasta el 18 de octubre se expresaba de manera contenida implosionando en locura, delincuencia y violencia intrafamiliar, fue acicateada por la violencia institucional de la policía y luego los militares causando una explosión espontánea de violencia social, individual y colectiva, que hizo temblar los cimientos del orden capitalista a la chilena. Mientras no se comprenda adecuadamente este proceso, podemos desconfiar totalmente de los numerosos llamados a 'condenar la violencia, venga de donde venga', por ser abiertamente sospechosos de hipocresía”.

Índice:

-Presentación: Revolución y contra-revolución en Chile

-¿Apagando el fuego con bencina?, o: “Aula segura”, la demagogia punitiva en el límite del absurdo

-El control preventivo de identidad a adolescentes como legalización de la sociedad de control

-El control preventivo de identidad a menores de 18 años viola la Convención internacional sobre los derechos del niño

-¿Un tipo de magia?: “ley corta antiterrorista” y resultados inmediatos en la persecución de un “lobo solitario”

- La hipocresía proteccional como fundamento del control preventivo de adolescentes

-¡No al control preventivo! ¡Abajo el estado policial!

-Controles de identidad: perfeccionando el estado policial

-Anexo: Encuentros cercanos con el control de identidad

-Estado, terror y rebelión

-Violencia sexual y mutilación masiva como política represiva

-“Sin gastos para el fisco”: sobre la defensa penal de torturadores

-Sobre lxs presxs de la revuelta y el concepto de “prisión política”

-Represión, impunidad y justicia de clase

-La Ley de Seguridad del Estado como instrumento de represión política

-Nueva derecha, neofascismos y violencia callejera

-¿Quién controla a los que controlan el orden público?

-Baquedano recupera su garbo

-Cuarentena y Estado policial: el 1° de mayo en Plaza Dignidad

-En el Metro

-La insurrección chilena (entrevista con el periódico anarquista Gato Negro)



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miércoles, marzo 18, 2020

LAS SIETE DIFERENCIAS: “PRIMERA LÍNEA” VERSUS “VANGUARDIA” 

                                                                  (Primera Línea en los cerros de Valparaíso)

1.- La “Primera Línea” no es una organización estable ni formal. Fue un fenómeno espontáneo que se produjo cuando cientos de personas se dieron cuenta de que había que ejercer la auto-defensa en contra de las arremetidas de las fuerzas represivas, muchas veces contrarias a sus propias regulaciones y protocolos, para de ese modo permitir el derecho de manifestación de cientos e incluso miles de personas. Esa ha sido y sigue siendo su única finalidad.

La autodenominada “Vanguardia” en cambio surgió cuatro meses después de la revuelta de octubre, como una organización explícitamente convocada por sectores de extrema derecha y filo-fascistas para combatir en las calles a la Primera Línea y a los antifascistas, pretendiendo a la vez dar protección ante posibles ataques a los manifestantes por la opción del Rechazo a una Nueva Constitución en el barrio alto. Su nombre surgió de una ficha de inscripción distribuida por el grupo Capitalismo Revolucionario, donde daba como alternativas para nombre “Vanguardia” o “Hawker Hunter”.

2.- Mientras la Primera Línea se organiza espontáneamente y lo que busca es contener los avances represivos de la policía, la Vanguardia es una organización estable, con líderes y financiamiento (vía donaciones), y lo que busca es organizarse para realizar incursiones y agredir a quienes identifique como posibles antagonistas (manifestantes por el Apruebo, “antifas”, periodistas que perciben como “progres”, etc.).

A pesar de los esfuerzos de la prensa oficial y varios sectores políticos para presentarla como una verdadera organización, para así poder criminalizar a sus “integrantes”, además de intentar vincularla con saqueos y otros delitos que no necesariamente están vinculados a su accionar, el fenómeno de la Primera Línea se ajusta mejor al concepto de Zona Temporalmente Autónoma, acuñado en su momento por el anarquista norteamericano Hakim Bey en 1991: una comunidad de lucha que se expresa en un territorio/tiempo en que se elude o evade el sistema de control social.

La Vanguardia en cambio es una simple patota, que en su accionar imita a grupos de ultraderecha de los años 70, y las “barridas” de los grupos neonazis.

3.- Incluso el Presidente de la Corte Suprema tuvo que declarar tras el show represivo de la detención de medio centenar de “integrantes” que: “El formar parte de la primera línea o integrar una primera línea no es un delito. Si los integrantes de la primera línea roban, saquean, destruyen... esos hechos sí son constitutivos de delito”. A pesar de eso, la Corte de Apelaciones de Santiago por 2 votos contra 1 decidió dejarlos en prisión preventiva, aunque los delitos imputados (desorden público y barricadas) no ameritan penas de cárcel efectiva.

Curiosamente, los integrantes de la Vanguardia se han dedicado a marchar encapuchados, con escudos, exhibiendo armas como bastones retráctiles, armas blancas, gas pimienta, además de banderas (incluyendo nazis y confederadas), lo cual de por sí ameritaría a lo menos controles de identidad del artículo 85 del Código Procesal Penal, y han agredido físicamente a quienes se manifiestan en contra suyo.

Al inicio la policía hizo la vista gorda, pero el sábado 7 de marzo fue más allá: dejó actuar y dió protección a esta patota, que se dedicó a propinar numerosas y cobardes golpizas contra personas solitarias, incluyendo al periodista Rafael Cavada, a quien le partieron la cabeza mientras le gritaban “¡habla ahora pos maricón!”.

Posteriormente se supo que la Vanguardia arma sus escudos y guarda sus pertrechos en una sede de la UDI en calle Bulnes 80, y los traslada al barrio alto los días sábado en camiones de Carabineros.

                                                                (Fascistas de la "Vanguardia" en Las Condes)

4.- A pesar de ciertos mitos y/o prejuicios que señalan que la Primera Línea se compone básicamente de sujetos marginales, y que en contrapartida a detractores ven pura y simple delincuencia algunos de sus admiradores han esgrimido e idealizado la imagen de niños del SENAME y otras víctimas del sistema, lo cierto es que no se trata de una sola línea sino que de varias [1], desde los escuderos y pirquineros hasta músicos y rescatistas, y además es un espacio en que confluyen hombres y mujeres de distintas edades, disidencia sexual, adolescentes e incluso niños. Además se mezclan ahí la juventud marginal y poblacional con estudiantes y profesionales, la diversidad sexual, distintas barras de fútbol, anarquistas y sectores de la extrema izquierda [2].

La Primera Línea existe en distintas ciudades, no sólo en Santiago, y en cada lugar su composición y formas de acción registran algunas variaciones importantes.

La Vanguardia en cambio parece ser una mezcla de juventud ABC 1 (“zorrones” neoliberales) con autodenominados “fachos pobres” (sujetos abiertamente desclasados), ultraderechistas venezolanos (¡ahí se suaviza el discurso antimigrante de la derecha chilena!). Es decir, se trata de una alianza entre quienes defienden abiertamente sus privilegios socio-económicos, con quienes proviniendo de sectores no privilegiados adhieren al anticomunismo visceral propio del pinochetismo tradicional y renovado.

Hasta ahora sólo se les ha visto marchando en las comunas de Vitacura, las Condes y Providencia.

5.-  Mientras la Primera Línea es un caos organizado, horizontal y rizomático, donde puede participar cualquiera que se anime a hacerlo, la Vanguardia tiene un sistema vertical de reclutamiento y afiliación, constituyendo de hecho un grupo con pretensiones para-policiales, que incluso sería posible encuadrar en las “milicias privadas” o “grupos de combate” que penaliza el artículo 4 de la Ley de Seguridad del Estado.

Basta con comparar los escudos autogestionados de la Primera Línea, cada uno con un diseño único, en que los se vuelca la creatividad individual y grupal de distintos sectores del pueblo en lucha, con la uniformidad oscura y aséptica de los escudos de la Vanguardia, todos iguales unos con otros y sin huella alguna de creatividad individual ni grupal.

6.- Mientras el conjunto de los manifestantes en Plaza Dignidad y en otros puntos del territorio valoran, apoyan y/o eventualmente hacen parte de su Primera Línea más cercana, la presencia de grupos de choque de extrema derecha en las manifestaciones del barrio alto ha causado críticas y rechazo incluso en los defensores de la Constitución pinochetista/guzmaniana.

Así es como Gonzalo de la Carrera manifestó a El Mercurio hace poco que marchas no se justifica la presencia de encapuchados en las marchas por el Rechazo, que no se requieren grupos de choque (dado que cuentan con la protección de Carabineros) y que desde la derecha no deberían incurrir en lo mismo que han criticado.

7.- En conclusión: la Primera Línea representa y ejerce una forma de “violencia fundadora”, basada en el derecho de rebelión y que apunta a una forma distinta de organizarse y accionar política y socialmente. En ese sentido su organización informal y horizontal prefigura el tipo de sociedad liberada a la que apuntan los distintos movimientos emancipatorios.

La vanguardia de la retaguardia es pura “violencia conservadora”, una de las últimas línea de defensa del orden capitalista neoliberal existente (detrás de la prensa oficial, policías y militares). Constituyen una muestra palpable de la curiosa amalgama que es el “fascismo neoliberal”.




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miércoles, noviembre 13, 2019

EVADE Chile/Carta de académicxs del mundo a las N.U. contra el Terrorismo de Estado en Chile 


EVADE CHILE 2019 #

Compañerxs,

El Estado arremete con todas sus armas políticas, militares y mediáticas, para someternos y recordarnos por la fuerza su único mensaje: que no tenemos derecho a más que sus migajas.

Vemos caer compas por todas partes, pero somos millones lxs que aún estamos en pie y que llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

¡Arriba lxs que luchan!



OCTAVO COMUNICADO

Las “fuerzas del orden” entran disparando a liceos y hospitales, otras protegen monumentos y centros comerciales. En todas partes nuestros hermanos, nuestras hermanas, nuestrxs hijxs y nuestros padres son golpeadxs, gaseadxs con armas químicas, violadxs, desaparecidxs, asesinadxs, encarceladxs y hasta los ojos les arrancan.

Cada unx de nuestrxs muertxs nos llama a la indignación y a la revuelta.

Ahora que ha caído la máscara del poder y observamos sin miedo la naturaleza burocrático-militar de la democracia, el rostro grotesco del clientelismo político, el cinismo de los gerentes de la reorganización social y el terrorismo del Estado mafioso, nos damos cuenta de que solo tenemos una opción: liberarnos de la esclavitud voluntaria y auto-organizar la producción de todos los aspectos de nuestra vida social.

Está organización espontánea ya se está manifestando entre nosotras. Cada día vemos brotar está inteligencia colectiva que no necesita ni del consejo ni de la dirección de ningún tipo de autoridad para moverse con precisión y determinación.

La vemos aparecer en las distintas expresiones de combate y resistencia frente a la represión: grupos de primeros auxilios, grupos de contraataque defensivo, grupos de ayuda psicológica, quienes regalan agua y comida, quienes nos ofrecen refugio en sus casas, quienes se dedican a la parodia política o echan por tierra monumentos y renombran plazas y calles, etc.

Se trata de una nueva forma de vida basada en la solidaridad, la gratuidad y la creatividad que destruye la miseria trabajo asalariado y todas las distancias que nos mantenían separados.

Esta lucha es tenaz y sin concesiones porque lo que está en juego es la propia vida. Nuestros sueños no caben en sus urnas.

Durante mucho tiempo hemos soportado la opresión deshumanizante de la dictadura del dinero. Sistemáticamente fuimos empobrecidos y nos hicieron creer que éramos nada. Pero al despojarnos de toda la basura del sistema productor de mercancías hemos ganado la dignidad y las ganas de luchar. Este levantamiento nos ha mostrado cuál es la verdadera riqueza y abundancia. Hoy aspiramos a todo.


¡Resistencia es vida!



NOVENO COMUNICADO


“Divide y conquista” les aconsejó un policía a los ricos hace 500 años, y nunca lo han olvidado. Los sátrapas de turno se ven superados por todas partes. Hoy solo pueden recurrir al terrorismo, al montaje y la manipulación a través de sus conductos regulares: sus fuerzas armadas, sus medios de (in)comunicación, su teatro político.

¡Nos quieren dar lecciones sobre violencia! Dicen que “la violencia engendra violencia”, y no se equivocan. La vida es eterna en 5 minutos, sobre todo cuando se vive en la miseria. Pero hemos despertado. Y en respuesta a nuestro brote de vida el poder monta un espectáculo más: ya sea para erradicar campamentos, para construir los guetos donde nos tienen prisioneros, para apoderarse de un territorio o para aterrorizar a los que se levantan a luchar contra la inercia autodestructiva. Son los aferrados a esta civilización barbárica los que prenden fuego y destruyen sistemática y organizadamente para defender su pedazo de torta envenenada.

¡Nos quieren dar lecciones de ciudadanía! Afirman: “La decisión fácil hoy es usar la fuerza, la difícil, apostar por la Paz y el diálogo”. ¿De qué paz hablan? Vivíamos embriagados por la rabia frustrada de la guerra de todos contra todos: luchando por un puesto de trabajo o intentando llegar a fin de mes con el que teníamos, luchando por respirar en medio de nubes de polvo y ácido en las ciudades, luchando por conseguir un poco de agua en el campo. No era paz, era silencio: el buen ciudadano come y calla. Nos moríamos como vivíamos. Y ahora que levantamos la cabeza, que despertamos, ¡nos disparan en los ojos!

Quieren dividirnos. Se escandalizan porque se caen a pedazos sus monumentos a la violencia: bustos de militares genocidas, recintos de tortura, catedrales del dios macho y del dios dinero, los palacios que los ricos construyen para adormecernos con una interminable oferta de mercancías. Nos explotan y luego venden los productos de nuestro trabajo. Pero por mucha banca, luminaria pública, pan y circo con que el que quieran adornarlo, el mundo no ha dejado de ser una gran salitrera de la que la mayoría somos esclavos.

Saquearon los bosques, los ríos, los lagos y el mar con sus madereras, salmoneras y agroindustria. Contaminaron el desierto y lo volvieron un basural con sus mineras. Transformaron las ciudades en cámaras de gas y fábricas de cáncer. Exterminaron culturas ancestrales. Desaparecieron, mataron y aterrorizaron a cualquier poblador que quisiera cuestionarlos y acusar sus abusos. Pero nosotrxs no le tenemos miedo a ellos ni a su destrucción. Hemos construido todo lo que les pertenece y lo volveremos a construir a nuestra manera, de acuerdo a nuestras necesidades, deseos y en armonía con la madre tierra que nos sostiene. Después del fuego brotaremos como bosque nativo.

No importa cuánto plomo puedan descargar sobre nosotrxs. Desprendidos del dolor de la miseria cotidiana, nuestra energía estancada se vierte en pura creatividad y celebración. Aunque no hubiese garantía de una victoria final sobre la dictadura del dinero, esta ruptura es ya un placer. No hay retorno a la “pacífica coexistencia” de las mentiras reinantes.

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CARTA DE ACADÉMICOS DEL MUNDO A LA O.N.U. CONTRA EL TERRORISMO DE ESTADO EN CHILE

11 de noviembre de 2019
Estimados Secretario General y Alta Comisionada:


En las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de múltiples, variadas y sistemáticas formas de violación de los Derechos Humanos producidas por las policías chilenas hacia manifestantes de ese país que, en las calles de sus ciudades, vienen exponiendo sus justas demandas de democratización social y cambio político constitucional. En 23 días, desde el 17 de octubre, el Instituto de Derechos Humanos de ese país ha constatado 23 muertos, 5.629 personas detenidas, 2.009 heridos en hospitales por disparos de bala, perdigones y otras armas, 198 personas con heridas oculares y 283 acciones judiciales en contra de carabineros, entre ellas, 192 por torturas y tratos crueles y 52 por violencia sexual.

Particular estupor nos producen las recurrentes lesiones por disparos a corta distancia realizados por agentes de la policía al rostro y a los ojos de las y los manifestantes, con resultados de pérdida total o parcial de su vista. Más de 180 personas, en su mayoría jóvenes, se encuentran hoy mutiladas de su vista por disparos de la policía, y las víctimas crecen día a día, en lo que ha sido calificado como “emergencia sanitaria” por el presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, y que se está convirtiendo en una política de mutilación producida ex profeso por la policía chilena hacia los y las jóvenes de su pueblo, quienes fueran los primeros en salir a las calles a manifestarse. En el día de ayer, la Unidad de Trauma Ocular del principal Hospital público que atiende estas afecciones, ha señalado que los carabineros chilenos están disparando balines a una distancia inferior a 10 metros y dirigidos a la zona de la cabeza, esos balines así disparados pueden tener consecuencias no solo en la vista sino también cerebrales. Ayer mismo, el estudiante Gustavo Gatica Villarroel, recibió impactos de proyectiles policiales en sus dos ojos.

Ninguno de los protocolos de la policía chilena la autoriza a disparar a tan pocos metros y a la cara de los manifestantes. La policía chilena está actuando hoy fuera de la ley y el Gobierno de Sebastián Piñera y su ministro del interior, Gonzalo Blumel, deben hacerse responsables de frenar esta escalada de crímenes y violencia policial que ya cobra carácter de Terrorismo de Estado.

Como intelectuales y académicos de distintas partes del mundo, seguimos con mucha atención el actual proceso constituyente chileno, de movilización de amplísimos sectores de la población de ese país por demandas justas de igualdad, justicia y democracia, y nos vemos en la responsabilidad de no dejar de denunciar y aportar a frenar de una vez esta violencia estatal hacia el pueblo chileno. Si esto se deja pasar estaríamos forjando, además, un muy mal precedente histórico para los pueblos de diversas partes de la tierra que se expresan por sus derechos.

Les solicitamos respetuosamente, en su calidad de máximos representantes de Naciones Unidas, tengan a bien solicitar a las instituciones del Estado chileno, Gobierno, Congreso y Poder Judicial frenar esta grave política de violación de los derechos humanos de un pueblo que legítimamente se expresa de manera política por la mejora de sus condiciones de vida.
Atentamente,

Desde fuera de Chile, 700 Académicos, Académicas e Intelectuales



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domingo, octubre 06, 2019

Ecuador arde/Declaración de amor a J. Derrida por Scritti Politti 



En Ecuador hay una sublevación de masas, el Estado responde masacrando, y en los medios noticiosos de Chilito no veo que digan nada, excepto en el twitter de Piensa Prensa.

El doble estándar es notorio respecto a si un proceso así estuviera ocurriendo en países que nuestra clase dominante ve como “socialistas”, y que en rigor sólo representan a otra forma de gestión del mismo Capitalismo.

Si los que estuvieran aplastando gente con motos, dando palizas a personas retenidas en la vía pública, disparando a personas sin armas fueran las fuerzas policiales de “la dictadura de Maduro”, veríamos los incidentes en la portada de El Mercurio y La Segunda.


Scritti hizo su primer álbum por ahí por 1982. En Rough Trade. Green había estado enfermo, y en su recuperación decidió dar un giro abiertamente pop a la música de su banda. En “Jacques Derrida” suena como si Marc Bolan al mando de T. Rex hubiera tenido más éxito cuando trató de hacer esa especie de soul blanco que no convenció casi a nadie. La canción es bastante interesante, y las frases que quedan del texto en mi cabeza dicen cosas como declaraciones de amor al bossa nova, a la revolución, y a Jacques Derrida. ¡Sí! Derrida, uno de los marxistas de academia más apreciados en nuestro tiempo. Nunca he leído casi nada suyo, y jamás he entendido su gracia más allá de las modas académicas de este mundo. Quien lo refiere harto en sus textos musicológicos es Simon Reynolds.

La mejor parte para mi es cuando Green dice que “todavía está a favor de le revolución”, y el coro femenino responde:

“I want! I want it! I want that too! But Baby, But Baby, it´s up to you",
(La deseo! La deseo! Yo también la quiero! Pero nena/o, Pero nena/o, depende de tí!)

 ...o sea, es claramente una de las escasas canciones pop tratan explícitamente del deseo de comunismo.

Recuerdo que cuando estuvo Simon R. acá, mostró un tema antiguo de Scritti, y luego una canción total y despampanantemente pop, en un festival europeo de TV. Amé el primero. Odié el segundo. Reynolds reconocía su fascinación especial con esta banda y sus transformaciones.

Como sea, me metí de cabeza a escuchar la edición japonesa en LP de “Canciones para recordar”, detectada en cierto local al lado del galpón 2 del Biobío, y ahora recién he empezado a entender su gracia. Ya se sabe: cuando no hay ruido puro y disonancias, a veces cuesta entender de inmediato de qué se tratan las canciones pero, en fin, las canciones no son ruido, sólo son otra forma de abordar el trabajo con el sonido.

En su momento T. Rex pudo generar un impacto sociológico mayor que la Beatlemanía misma (qué chistoso escribir “beatlemanía” mientras escucho su “Something New”, el tercer LP para Capitol records), gracias no sólo al innegable sentido visual y de la moda de Marc Bolan, sino que al redescubrimiento del arte del single: una canción por lado  y sería.  Lo cual obliga a la concisión y al aprovechamiento del tiempo, pues como leí por ahí, cualquier tarado puede tocar 43 minutos y hacer un par de cosas interesantes, pero en el formato single estás obligado a ser preciso y conciso.

La fórmula fue tan exitosa que hubo un momento hacia 1971/2 en que de cada 100 discos que se vendían en el Reino Unido, 3 eran de T. Rex. Hasta los skinheads iban a verlos, previamente decorándose los ojos con brillantina.

Pero estaba hablando de Scritti. Bueno: no conozco casi la obra de Prince, pero ayer  mi amigo Lautaro me decía que la parte final de “J. Derrida” tenía algo de eso.  Le creo. Exploraré la discografía antigua de símbolo (el artista antes conocido como Prince). Me he dado cuenta de que hasta el jefe Springsteen era bueno en sus inicios.

¿Y Ud.?

En síntesis: escuchen el disco. Hasta colabora un poco Robert Wyatt, mucho menos elitista que su amigo Cutler.  
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Pregunta: “Hijo, ¿prefieres escuchar los Residents o los Beatles?”
Respuesta: “¡Pero si son lo mismo!”.

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martes, agosto 06, 2019

Dub terrorista/Patti Smith y W. Reich/Cedric Im Brooks 


TERRORIST DUB

Ante la gran presencia de rastas en Inglaterra, motivada sobre todo por el maltrato sistemático recibido por la juventud negra en el sistema educativo, y ante la crisis económica, disturbios raciales, proliferación de fiestas de la juventud negra con sus sistemas de sonido, la Policía británica acudió a un recurso bastante exótico y desesperado: señalar que la música reggae promueve el terrorismo:

“La música siempre fue importante en las reuniones Rastas, particularmente la danza Nyabingi, la cual evolucionó a partir del ‘burra’ que se usaba para darle la bienvenida a casa a los criminales; por ello se trata de un compromiso evidente con la violencia terrorista” (“Rastafari es una excusa, no una religión”, ponencia inédita del Inspector M.V. Boast, Policía de West Midland, citada en Horace Campbell, “Rasta y resistencia”, 1981. Edición cubana de 2016, pág. 276).

Y si eso es lo que dijo el Inspector Bosta, funcionario de la Policía, vean lo que dijo el sociólogo More Cash haciendo una comparación entre la Comuna rasta de Pinnacle en Jamaica, y el culto de Charles Manson:

“El culto de Manson utilizó el LSD, la droga alucinógena; Howell utilizó la ganja, la marihuana cultivada en su propiedad y de importancia religiosa atribuida por muchos rastas. Ambos líderes se inspiraron en fuentes incompatibles: en el caso de Howell, Marcus Garvey; y en el de Manson, los Beatles, de quienes él afirma le enviaron mensajes a través de sus canciones” (Ernest Cashmore, Rastaman: The Rastafari Movement in England, 1979. Citado por Campbell, pág. 275).

Como se ve, la acusación difusa de “terrorismo” es un viejo expediente contra cualquier movimiento contracultural que asuste a la sociedad y el Estado. En el caso de los rastas en Reino Unido, además se hicieron campañas malintencionadas para asociarlos a la delincuencia callejera. Siempre operando de manera conjunta la Policía con la Sociología, que por algo riman ambas con CIA.

Y a propósito de rastas y seudorastas, recuerdo que el tarado de Kike Neira (Gondwana) una vez dijo en una entrevista que en términos religiosos él se define como agnóstico. Y me pregunto…¿entonces para qué mierda te las dai de rasta? ¿Pa puro fumar yerba y taquillar? Mejor sácate los dreadlocks y trágatelos, a ver si de paso así no cantai más.


PATTI SMITH Y SU HOMENAJE A WILHELM REICH

P. Smith también leyó el “Libro de sueños” de Peter Reich y se inspiró en él para el tema “Birdland”, de su primer álbum “Caballos”, donde el pequeño Peter sueña que vienen unos OVNIS a rescatarlo.

Hablando de Reich, me topé hace poco con un libro editado en Chile en 1937 bajo el título de “La crisis sexual”.

Y hablando de hijos de Reich, una vez me topé un pequeño librito de educación sexual escrito por Anna Reich. No recuerdo el nombre. Está en mi casa.

Una buena introducción a la vida y obra de Reich es el film “W.R.: los misterios del organismo”, del cineasta yugoslavo Dusan Makavejev (1971). Fue prohibida en Yugoslavia, ante lo cual DM tuvo que huir del país.  También sufrió mucha censura su película más abiertamente sexual, Sweet Movie (1974). Makavejev perteneció al movimiento llamado la Ola Negra, que proyectaba en la pantalla críticas libertarias contra el socialismo/capitalismo de Estado. El nombre proviene de los críticos asociados al P”C” yugoslavo, que hablaron de “una ola negra en nuestro cine”.



CEDRIC IM BROOKS

La obra del saxofonista jamaicano Cedric Brooks es muy interesante para la estética que define a este sitio: el sujeto es rasta, creció en Jamaica, iba a las montañas a improvisar junto a las percusiones de Count Ossie y su Revelación Mística de Rastafari, pero también pudo conocer a la Sun Ra Arkestra en un viaje a EEUU, amaba a Fela Kuti, y luego gracias a un intercambio estuvo en Cuba aprendiendo ritmos afrocubanos.

Todo ello fluye naturalmente en su álbum de 71 minutos llamado “Cedric Im Brooks y la Luz de Saba”, del cual no tengo mayores antecedentes, salvo que debe haber sido grabado a mediados de los 70, con excelente sonido y una bonita Arkestra dedicada al reggae/salsa/funk/disco/afrobeat.
Lanzado primero en 1974, la versión que tengo en CD es la de Honest Jon´s, 2003.

En un hit previo, “Mun-Dun-Go” ya se apreciaba la fusión free/rasta/etíope que estaba practicando nuestro saxofonista en esos años.

Pitchfork tiene un reviú del disco con harta info en inglés, donde lo comparan incluso con ciertas obras de Mingus (Cumbia and Jazz Fusion) y Lee Perry, pero sólo le dieron 7.8 puntos de un total de 10.

Yo-y-yo le doy 9.2 y sería todo por hoy.  

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jueves, junio 20, 2019

Más montajes/Super-sock/Barricadas a-go-go 3ra edición 


-Otro montaje: entre carabineros, la fiscalía y un juez decidieron dar valor a un sospechoso “testigo reservado” para encarcelar a dos personas por la quema de un bus. Cabe recordar que la pareja de la Ministra Cubillos, el senador Andrés Allamand, usaba molotovs en el Liceo Lastarria y quemaba buses en esos mismos barrios cuando combatía a la Unidad Popular, junto a otros hijitos de papá, y nunca les pasó nada de nada.  

Tras 20 días preso, fue dejado en libertad uno de ellos gracias a que su defensa pudo demostrar con evidencia de todo tipo que nunca participó en el incidente. ¿Cuántos otros casos habrá de gente presa por prueba falsa que nunca pudo aclararlo?

-Cuando estaba pensando que habían problemas técnicos  en las molotovs actuales que usan los secundarios apareció un video de Piensa Prensa que demuestra que al encapuchado que sufrió quemaduras y fue detenido ayer en el Instituto Nacional un paco de Fuerzas Especiales le disparó un escopetazo de perdigones justo cuando alzó la botella, y esa fue la causa de la explosión anticipada.

Es interesante ver como el facherío pop celebra que un adolescente se queme. Les debe recordar los tiempos en que los milicos quemaban jóvenes en las calles de Santiago, y deben hasta excitarse por la idea.

Hasta a algunos “progres” les parece proporcional que un paco trate de matar a un cabro que lo está atacando. Pero los chanchos acorazados de las FFEE no tienen posibilidad alguna de quemarse seriamente con los trajes que usan, y desde la criminología de los tiempos de Cohen y su análisis de la delincuencia juvenil se sabe que ésta es más expresiva que utilitaria, y el ritual de la molotov se ha usado en Chile desde hace mucho, y por todos los sectores político  (Andresito Allamand contra la UP, la izquierda ochentera contra la dictadura de Pinochet, y en “Actores secundarios” se ve como hasta la JDC acordó que estaba bien usarla, pero para prender barricadas, no pacos…no olvidemos que son democristianos! A ellos les parece bien masacrar, pero desde el aparato de Estado, como en Pampa Irigoin).  


-Por otra parte, en las protestas de hoy y las batallas que se dieron en Paseo Bulnes y Parque Almagro las FFEE usaron un arma que al parecer no se había visto hasta ahora, una especie de perdigón llamado “super-sock”, que según señala la página gringa que los vende, de impactar en cabeza, corazón, tórax, cuello, columna puede ser fatal. 


-Está lista la tercera edición de “Barricadas a-go-go”. La primera se hizo en Valparaíso en el 2017, 60 copias, tapa gris. La segunda se hizo el 2018 en ciudad de México, otras 60, tapa café. Y la tercera de nuevo en Valparaíso, 100 copias, tapa roja. Habrá copias disponibles en el concierto de Manual de Combate este sábado 22 en San Isidro 814.  La foto quedó bastante mal porque la tome con la Tablet de mi hijo y ya era tarde y se estaba descargando. No importa.


-Una canción sobre montajes: Ignorantes, Persuasión, montajes y banderas falsas. ¿Idea mía o recuerda un poco a No Trend?

-Y otra sobre la represión del Narcoestado, por los Narcoestado, de México. Editado en caset en Chile por Tobi records.

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jueves, mayo 30, 2019

La violencia como método/Llamamiento anarquista/DM en Curicó/Papa-Cola 


Titular de un diario ayer: Encuesta revela que 1 de cada 3 estudiantes de 8° básico validan la violencia como método. ¿Y les extraña eso? Habría que recordarles que vivimos en un territorio donde el Estado exterminó a la mayoría de los grupos humanos que existían antes de la Conquista española, donde los capitalistas pagaban contra entrega de orejas de selk´nam en Tierra del Fuego, un país cuyo “ejército vencedor jamás vencido” lleva más de 100 años en que sólo ha masacrado a su propia población desarmada, en que el “Comando Jungla” asesinó por la espalda a Camilo Catrillanca en medio de una marea de justificaciones mentirosas  por parte de personeros de Gobierno, y en que…en fin…el propio lema del Estado dice “POR LA RAZÓN O LA FUERZA”.

Hoy el Alcalde Alessandri, representante una gran familia de explotadores/dominadores, amenaza abiertamente con que la violencia en el Instituto Nacional está a punto de cobrar un muerto. Deja Vu! Van a enviar al Comando Jungla a combatir a los encapuchados adolescentes????


En Chillán alguien me hizo entrega de un novísimo panfleto de Crimethinc: “Para cambiar todo. Un llamamiento anarquista”. Escrito por personas de los 5 continentes y publicado en más de 12 idiomas. Se puede escribir pidiendo copias, pagando sólo el envío.

Leyéndolo entre viajes en bus y metro dí con un capítulo que me pareció muy bien logrado:

COMIENZA POR RECONCILIAR EL INDIVIDUO CON EL TODO

“Tus derechos terminan donde empiezan los derechos del otro”. Según esa lógica, cuanto más personas, menos libertad.

Pero la libertad no es una pequeña burbuja de derechos personales. No podemos diferenciarnos de los demás tan fácilmente. La risa y el bostezo son contagiosos, como también lo son el entusiasmo y la desesperanza. Estoy compuesta por los clichés que digo sin pensar, las canciones que se me pegan en la cabeza, las emociones que contraigo de mis compañeros. Cuando manejo un auto, éste contamina el aire que respiras; cuando usas drogas farmacéuticas, estas se filtran al agua de la que todos beben. El sistema que todos los demás aceptan es aquel bajo el cual tú tienes que vivir, pero cuando otros lo desafían, tú también obtienes una oportunidad para renegociar tu realidad. Tu libertad empieza donde empieza la mía, y termina donde termina la mía.

No somos individuos separados. Nuestros cuerpos están conformados de miles de diferentes especies viviendo en simbiosis: no son castillos impenetrables, son un conjunto de procesos continuos por los cuales nutrientes y microbios pasan sin cesar. Vivimos en simbiosis con miles de otras especies: los bosques inhalan lo que nosotros exhalamos. Una manada de lobos en movimiento o un atardecer murmurando el canto de las ranas son individuos, tan unitarios como cualquiera de nuestros cuerpos. No actuamos en un vacío, propulsadas por la razón; en todo momento las mareas del cosmos nos atraviesan.

El lenguaje sirve para comunicarnos solamente porque lo tenemos en común. Lo mismo vale para las ideas y los deseos: podemos comunicarlos porque son más grandes que nosotras. Cada una de nosotras está compuesta por un caos de fuerzas contrarias, y todas ellas se extienden por el tiempo y el espacio más allá de nosotras. Al elegir cuáles de ellas cultivar, determinamos qué potenciaremos en cada persona que nos crucemos.

La libertad no es ni una posesión ni una propiedad, es una relación. No se trata de protegernos del mundo exterior, sino de entrelazarnos de una forma que maximice las posibilidades. Eso no significa que tengamos que perseguir el consenso por sí mismo: tanto el conflicto como el consenso pueden expandirnos y ennoblecernos, siempre y cuando ningún poder centralizado sea capaz de imponernos un acuerdo o transformar un conflicto en una competencia en la que el ganador se lo lleva todo. En vez de fragmentar el mundo en pequeños feudos, aprovechemos al máximo nuestra interconexión.

Quedan dos tocatas de Disturbio Menor en este primer semestre 2019. El 1 de junio en LOF, y el 7 en Curicó. De ahí, a hacer nuevos temas y grabarlos.



Y hablando de punk rock, los dejo con la encantadora canción de los Prats "Disco Pope", que viene muy bien con esta ilustración de Escena Obscena zine.



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