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martes, 31 de enero de 2012

Silencio en la Nieve

Silencio en la nieve (2012)

La historia nos sitúa en el Frente Oriental, en enero de 1943. En el sector de la División Azul, un convoy de soldados españoles descubre, entre un grupo de caballos congelados, el cadáver degollado del divisionario Luis del Águila, que presenta una enigmática inscripción grabada a cuchillo en el pecho: "Mira que te mira Dios". Tras el hallazgo del cuerpo, el mando de la división decide abrir una investigación para esclarecer los hechos, encargándole dicha misión al cabo Arturo Andrade (Juan Diego Botto), antiguo inspector de policía que asumirá la tarea ayudado por el Sargento Estrada (Carmelo Gómez). Aunque en principio se sospecha de un infiltrado comunista como autor, la aparición de una nueva víctima evidenciará de que Andrade y Estrada se enfrentan a un asesino en serie relacionado con la masonería.

Por distintos motivos de diversa índole, el cine español ha sido tradicionalmente reacio a tratar el tema de la participación española en la II GM a través de la denominada División Azul. En la época franquista, solo un par de películas abordaron –y de manera más bien tangencial- el tema: "La Patrulla" y “Embajadores en el Infierno”. Desde entonces, no han existido en el cine patrio mayores referencias cinematográficas sobre este episodio histórico, excepto una breve aparición de los divisionarios en la reciente “Ispansi, (Españoles)”. De este modo, con Silencio en la Nieve, producción que ha supuesto la adaptación cinematográfica de la novela del escritor Ignacio del Valle, titulada “El tiempo de los emperadores extraños” el director Gerardo Herrero ha venido a cubrir un importante hueco existente en la filmografía española sobre un episodio destacado de nuestra historia reciente.

En cuanto a la valoración del film, se pueden destacar en primer lugar varios aspectos positivos. En primer lugar, es elogiable la más que correcta tarea de ambientación y puesta en escena (los exteriores se filmaron en Lituania), el cuidado atrezzo militar y el solvente trabajo de la pareja protagonista formada por Juan Diego Botto y Carmelo Gomez, si bien sus interpretaciones se ven un tanto limitadas porque a sus personajes les falta un mayor punto de desarrollo. También tiene alguna secuencia bien filmada, como el plano inicial con los caballos congelados, o en menor medida, la secuencia del juego denominado “la violeta”, es decir, la ruleta rusa.

Sin embargo, considerando la película en conjunto, no se pueden pasar por alto otros aspectos negativos que lastran el desarrollo de la trama. El principal que puede enunciarse, a la par que el más evidente, es que a la parte de thriller policiaco, sobre la que gira la mayor parte del argumento, le falta gancho para llegar verdaderamente a captar la atención del espectador, sobre todo porque el desarrollo de la investigación y los diálogos resultan, en lineas generales, demasiado artificiosos. Ese aspecto, unido a un ritmo narrativo al que le falta un punto mayor de viveza, le restan interés a la resolución del misterio, cuyo desenlace se antoja excesivamente plano y carente de capacidad de sorpresa, puesto que la identidad del asesino se descubre con relativa facilidad, en el segundo tercio del metraje.

Por lo demás, la película ofrece algunos elementos bélicos de correcta factura visual (si bien, con algún que otro efecto digital claramente mejorable) y una muy esquemática subtrama romántica que aporta más bien nada al conjunto de una narración que, como apuntaba, resulta pulcra en sus aspectos formales, pero igualmente, nada brillante en el apartado narrativo. En cualquier caso, es de agradecer el esfuerzo de Gerardo Herrero por abordar el tema de la División Azul y ofrecer una historia que se aparta en gran medida de los cánones típicos del cine español de los últimos años, aun cuando el resultado haya distado mucho de ser redondo.

Calificación: 5/10

martes, 16 de junio de 2009

Objetivo: Patton (The Brass Target)

Objetivo Patton (1978)

La acción comienza semanas después del fin de la guerra, en 1945. Un tren fuertemente custodiado por tropas norteamericanas que transportaba las reservas de oro alemanas del Reichsbank es asaltado, desapareciendo su cargamento valorado en 250 millones de dólares. Como el robo ha ocurrido en la zona controlada por el ejército del general Patton, este decide supervisar personalmente la investigación para encontrar a los culpables, lo cual hará que estos urdan una conspiración para asesinarle. Paralelamente, el Mayor Joe De Lucca (John Cassavetes) un oficial de inteligencia encargado del caso intentará, con la ayuda de su antigua amante Mara (Sophia Loren), esclarecer los hechos a la vez que proteger la vida del general Patton.

Los años 70 fueron la época del esplendor del thriller de acción y espionaje con trasfondo político, dando lugar a títulos de gran éxito como: “Ha llegado el águila” o “Chacal”. En ese contexto no es de extrañar que el Best Seller de Frederick Nolan titulado “The Algonquin Project”, que especulaba con la posibilidad de que la muerte del general Patton hubiera sido debida en realidad a un complot para acabar con su vida, tuviera igualmente su adaptación para la gran pantalla. Se nota además que los productores quisieron aprovechar el tirón del éxito que había tenido el anterior film sobre el famoso general a principios de la década. Por cierto que, por una vez, el título en español me parece más adecuado que el original, ya que este (Brass Target) podría traducirse como “El objetivo de latón”.

Entrando a valorar el film, la verdad es que, tras un arranque prometedor, la película se desinfla bastante pronto. Dejando de lado lo inverosímil y poco plausible del argumento, lo cierto es que la película flojea en demasiados aspectos, siendo el primero y principal la endeblez de un guión que avanza a trompicones, y que solo sirve para desarrollar torpemente la trama argumental. También es remarcable la floja dirección de que hace gala John Hough, que en ningún momento sabe imprimirle a la historia la dosis necesaria de intriga o suspense. Y pese a que el reparto incluye bastantes actores de primera fila como Max Von Sydow, (en el papel de despiadado asesino a sueldo), Sophia Loren o John Cassavetes, lo cierto es que los interpretes lucen más bien poco en sus respectivos papeles, debido a la mediocridad del guión. Por otra parte, la actuación de George Kennedy como Patton, simplemente está a años luz de la lograda por George C. Scott siete años antes, lo cual no contribuye precisamente a elevar la calidad del film.

Al menos, lo que sí puede decirse es que la historia avanza de manera razonablemente coherente hasta transcurridas tres cuartas partes del metraje. Lo malo es que en ese punto se produce un amago de desenlace que luego, en una pirueta bastante forzada del guión, da otro giro (supuestamente sorprendente) a la trama para terminar esta de manera un tanto brusca. Por salvar algo de la quema, al menos hay que decir que la ambientación de la Europa de la posguerra, las localizaciones (la película se filmó en gran parte en los escenarios reales) y la fotografía son bastante correctas. Pero por lo demás “Objetivo: Patton” resulta un producto fallido, bastante poco creible desde el punto de vista histórico y –lo que es peor, tratándose de una historia basada en un best seller- no del todo entretenido para el espectador. Una película claramente prescindible.

La Crítica de Reisman

Calificación: 3,5/10

viernes, 12 de diciembre de 2008

El Buen Alemán (The Good German)

El buen alemán (2006)

Berlín, 1945. El corresponsal de guerra norteamericano, capitán Jake Geismer (George Clooney), llega a la derruida capital alemana para cubrir la información relativa a la Conferencia de Potsdam, donde los mandatarios aliados van a terminar de dar forma a la Europa de la posguerra. A su llegada a Berlin, y guiado por su chofer, el cabo Tully (Tobey McGuire), un personaje con oscuros manejos en el mercado negro, Geismer se reecuentra con un antiguo amor, Lena Brandt (Cate Blanchett), con quien se había relacionado antes de la guerra. Lena es ahora la viuda de un oficial alemán que sobrevive alternando con Tully y otros soldados norteamericanos, pese a lo cual Geismer tratará de convencerla para que abandone Berlin junto con él. Las cosas se complican cuando Tully aparece muerto flotando en un rio, con una importante cantidad de dinero en el bolsillo. A partir de ese momento Geismer tratará de esclarecer la muerte de su chofer, pero descubrirá que las autoridades americanas y rusas no están interesadas en remover el caso y que un importante secreto relacionado con Lena se esconde detrás del asesinato de Tully.

Para bien o para mal, hay que reconocerle al director Steven Sordebergh el mérito de intentar ofrecer siempre algo novedoso con cada una de sus películas, tendencia apreciable desde sus primeros títulos cercanos al cine independiente, hasta en los más recientes y comerciales como Ocean´s Eleven. En este caso, el realizador nos ofrece en plena era digital, una obra formalmente rompedora. Empleando una magnífica fotografía en B/N que recrea las técnicas tradicionales de los films de los años 40 y 50, la película consigue trasladar al espectador a la atmósfera del Berlin de la inmediata posguerra, magníficamente recreado mediante el uso de imágenes documentales de época y escenarios reconstruidos. También hay que reconocer que en su primer tercio de metraje la película sabe captar la atención del espectador mediante una acertada introducción de la trama y los personajes, una presentación que bebe nuevamente de las fuentes de los grandes clásicos del cine negro. También es reseñable el buen hacer del trio protagonista, que cumplen con bastante oficio en sus respectivos papeles, especialmente en el caso de Cate Blanchett. Sin embargo, resulta evidente que una vez transcurrida la primera media hora del film, el interes del mismo comienza a decaer de una forma bastante apreciable.

En mi opinión, Sordebergh debió darse cuenta de que la excelencia técnica unida a una buena idea de partida no es suficiente por sí sola para lograr una gran película. A medida que avanza la historia, uno tiene la sensación de que el guionista ha cogido los argumentos de grandes películas como “Casablanca”, “Vencedores o Vencidos” y “El Tercer Hombre”, los ha metido en una coctelera y removido para sacar una mezcla de esos tres clásicos, dándoles un barniz de modernidad. Pero el resultado dista de ser satisfactorio, ya que el desarrollo de la trama se ve entorpecido por un ritmo narrativo deficiente, lo que, unido a la progresiva complicación de la trama sin que esta se explique adecuadamente, hace que el conjunto aparezca excesivamente confuso para el espectador. Da la impresión de que la historia se fuerza hasta el límite para abarcar todos esos elementos argumentales, y a la vez rendir tributo a los títulos mencionados con anteriorioridad, resultando de ello un galimatías escasamente inteligible. Por esta razón, conforme avanza la trama el interés de la misma decrece para el espectador, hasta el punto de que el desenlace (casi calcado, por cierto, de “El Tercer Hombre”) no causa la más mínima impresión, y en mi caso particular, me dejó frio.

Es una pena que el buen hacer en el apartado técnico del film no se vea respaldado por el mismo oficio en el aspecto narrativo, pues había mimbres para hacer una gran película. En vez de ello, al final, “El Buen Alemán” se queda en un film correcto pero fallido, aunque por su fotografía, su recreación del Berlin de la posguerra, y por el regusto del mejor cine negro clásico, no desmerece un visionado por el buen aficionado al género.

Calificación: 5,5/10

lunes, 19 de mayo de 2008

La noche de los generales (The night of the generals)

La noche de los generales (1967)

Varsovia, Diciembre de 1942. Cuando una prostituta que trabajaba para los alemanes aparece salvajemente asesinada, el Mayor Grau (Omar Shariff) recibe el encargo de investigar el crimen. Grau descubre por un testigo que el asesino es un general alemán, lo que reduce el círculo a tres posibles sospechosos: el general Seidlyltz-Gabler al mando de la guarnición de Varsovia, su ayudante el general Kahlenberg, y por último el General Tanz (Peter O´Toole), un nazi fanático llegado a Varsovia al mando de la división panzer de la SS Nibelungen con la misión de aplastar a los grupos de la resistencia polaca. Pese a los vaivenes de la guerra, el mayor Grau, decidido a esclarecer el asesinato, continuará la investigación incluso a costa de enfrentarse a sus superiores.

Puede afirmarse que “La noche de los generales” es una de las películas más atípicas que se hayan producido dentro del género bélico; tanto por su inusitada densidad argumental, como por su insólita variedad temática. En ese sentido, estamos ante un film que  combina elementos típicos del cine bélico, con  otros propios del thriller policiaco, mostrando una investigación que se prolonga a lo largo de más de dos décadas; todo ello aderezado con una subtrama romántica de fondo. De esta forma, partiendo del crimen que sirve de punto de partida argumental, la película abarca varias lineas narrativas, con la investigación del Mayor Grau como leiv motiv central, investigación que se vera imbricada con la conspiración del atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944.

El principal problema que lastra la película es que esta no logra encajar bien todas las lineas argumentales que plantea, principalmente porque no termina de centrarse plenamente en ninguna de ellas. En primer lugar, la investigación del mayor Grau -que se supone el eje central de la narración- resulta en conjunto bastante anodina, y queda más bien en un segundo plano durante gran parte del metraje. Por otro lado, tampoco la parte bélica resulta esencial, de modo que la película gira más en torno al personaje del General Tanz, que viene a ser la figura central de la historia, cobrando una relevancia desmedida dentro de la misma. A esto se le une el hecho de que la narración resulta un tanto confusa, al ir saltando de una línea narrativa a otra, lo cual impide que el espectador se enganche realmente a la historia. Además, el romance que se introduce a propósito del romance que surge entre dos personajes secundarios como el cabo Hartman y la hija del General Gabler, no aporta nada argumentalmente relevante y bien podía haberse suprimido sin mermar la historia principal.

Pese a ello, hay que reconocer que el film es destacable en varios aspectos. El primero de ellos es el de contar con un reparto estelar plagado de buenos actores: Peter O´Toole, Omar Sharif, Donald Pleasance, Christopher Plummer… etc. De los actores principales, O´Toole, pese a mostrar un punto de sobreactuación en más de un momento, compone un buen personaje como Tanz, mientras que Sharif en el papel de Grau demuestra su oficio si bien opino que físicamente no da el tipo de oficial alemán por motivos obvios. Por añadidura, el film tiene la buena factura y el innegable regusto artesanal típico de las producciones de los años 60, destacando la cuidada ambientación y puesta en escena, especialmente destacable en la recreación de los combates callejeros en Varsovia, donde, por cierto, los tanques alemanes están convenientemente “maquillados” para parecer auténticos Tigers, lo cual es todo un detalle.

En definitiva, “La noche de los generales” es una buena película, de esmerada factura y con un gran reparto, pero que dista de ser redonda, principalmente porque no termina de desarrollar suficientemente ninguno de los temas que apunta y porque todas las piezas del guión no quedan bien encajadas al final. Pese a ello, es un film aun estimable hoy dia.

Calificación: 6/10

jueves, 22 de marzo de 2007

La Guerra de Hart (Hart´s War)

La Guerra de Hart (2002)

La historia comienza en Diciembre de 1944. Tras ser capturado en Las Ardenas, un prisionero de guerra americano, Tom Hart (Colin Farrell), antiguo estudiante de derecho de Harvard, es enviado a un campo de prisioneros aliados en Alemania. Alli chocará con el oficial de mayor graduación del campo, el duro coronel McNamara (Bruce Willis), quien organiza un tribunal militar contra un soldado de color acusado del asesinato de otro prisionero, encargándole a Hart la defensa del acusado. Pero el juicio es en realidad solo una cortina de humo para preparar una fuga del campo.

La Guerra de Hart se basa en la novela homónima del escritor norteamericano John Katzenbach, quien a su vez se inspiró para escribirla en las vivencias de su padre, Nicholas Katzenbach, como prisionero de guerra en un stalag alemán. Parece ser que la elaboración del guión no fue nada sencilla, ya que se prepararon varios borradores distintos, sin que ninguno terminara de satisfacer plenamente al productor del film, quien no cesó de hacer sugerencias a los guionistas sobre la inclusión de determinados pasajes de la novela en el film.

Quizás por esa causa, la versiónd definitiva del guión de La Guerra de Hart resultó una curiosa mezcla de generos y referencias de otros títulos anteriores, (referencias que van desde películas recientes como Algunos hombres buenos” a clásicos como “La Gran Evasión”), en la que pueden apreciarse elementos de cine bélico, el típico drama judicial, e incluso el tema de la discriminación racial en el ejército y la sociedad norteamericana. Naturalmente, para que tal mescolanza de elementos funcionara en pantalla, la película habria requerido contar con una dirección vigorosa y unos diálodos inteligentes, pero la verdad es que todo ello brilla por su ausencia en este caso.

Y ello es principalmente debido al hecho de que las situaciones que se plantean no acaban de resultar creibles, especialmente la que nos muestra al comandante alemán del campo animando a Hart a emplearse a fondo en el juicio para la defensa del soldado de color acusado de asesinato. Amén de lo anterior, todas las subtramas que se introducen en el argumento se antojan tópicas y están resueltas de una manera muy poco original. En el apartado interpretativo, hay que decir que, si bien los protagonistas, Bruce Willis y Colin Farrel se esfuerzan en poner caras de tipo duro y de amedrentado, respectivamente, ninguno de los dos logra transmititir nada con su interpretación. Finalmente cabe señalar que el tono del desenlace, que oscila entre lo épico y lo descaradamente patriotero, no me pareció en absoluto convincente.

Del conjunto del film se pueden salvar, si acaso, los primeros minutos de la cinta que nos muestran la captura de Hart, y una ambientación correcta en lineas generales. Pero por lo demás, La Guerra de Hart resulta una película bastante floja.

Calificación: 3/10