La vida está llena de bellos y pequeños instantes irrepetibles
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sábado, 15 de septiembre de 2012

La niña del napalm


Ya acabé mi descanso veraniego bloguero y mientras preparo nuevas fotos para ir colgando aqui, de mis recientes viajes y de otras temáticas, vuelvo a retomar este blog con la historia de esta foto, una de las más famosas e impactantes de la historia de la fotografia.

El 8 de junio de 1972, un avión de Vietnam del Sur bombardeó con napalm la población de Trang Bang. Allí se encontraba Kim Phuc con su familia. La pequeña estaba escondida con familiares en un templo de Trang Bang, en el sudeste de Vietnam. Unos soldados  del norte empezaron  a gritarles que corrieran porque llegaban los aviones sudvietnamitas a bombardear. Minutos después, Kim corría para huir de la humareda amarilla y púrpura, el rastro característico del napalm. Con su ropa en llamas, la niña, de nueve años, corrió fuera de la población. En ese momento, cuando sus ropas ya habían sido consumidas, el fotógrafo Nick Ut registró la famosa imagen.


Aquella niña es hoy una mujer de 49 años que vive en Canadá con sus dos hijos y se dedica, entre otras cosas, a sostener la causa antibélica con charlas y presentaciones a través de una fundación de ayuda a chicos víctimas de la guerra.



Kim vive porque, apenas después de tomar la foto, el reportero gráfico la llevó a un hospital cercano, donde le dijeron que nada podían hacer por ella. Ut insistió y logró que la salvaran. Estuvo 14 meses internada y sufrió 17 cirugías. Todavía ambos hablan por teléfono una vez por semana.

"Vi el fuego sobre mi cuerpo, mi ropa se había quemado, estaba tan asustada que lo único que podía hacer era gritar", contó Kim en una entrevista que difundió ayer la radio pública estadounidense. "El dolor era tan terrible que en un momento perdí el conocimiento, y ya no recordé nada más. Después me contaron que el fotógrafo me había salvado la vida", relató.

Un gran fotógrafo y además, un gran ser humano, este fotógrafo vietnamita.



domingo, 8 de abril de 2012

Almorzando en la cima de un rascacielos


Esta famosa fotografia, cuyo titulo original es "Lunchtime atop a Skyscraper", fue realizada por Charles Clyde Ebbets (Alabama, 1905-1978), en Nueva York, el 29 de Septiembre de 1932, y la publicó el New York Herald Tribune en el suplemento dominical del 2 de Octubre de ese mismo año. Y no pertenece, como muchos piensan, a la construcción del Empire State, sino al RCA Building (hoy General Electrics Building). Está tomada en la planta 69 de las 71 que finalmente alcanzó el edificio GE del Rockefeller Center. Y muestra a 11 obreros (al parecer, indios Mohawk, canadienses e irlandeses), almorzando sobre una viga, con el vacío bajo sus pies.

Como curiosidad, comentar que el Archivo Bettmann, una de las colecciones fotográficas más importantes (con 11 millones de imágenes), fue adquirido en 1995 por Corbis, una compañía de stock-photo fundada por Bill Gates. Así que técnicamente, esta imagen pertenece a Gates.

Fue precisamente Corbis quien relanzó masivamente esta imagen (entre otras) desde aproximadamente 1998, convirtiéndola en el clásico que es hoy día. Desgraciadamente, Ebbets murió en en 1978, por lo que no llegó a conocer el éxito de su foto (aunque sí que tuvo cierta fama en su época, con importantes trabajos y varios cientos de fotografías publicadas).

Curiosamente no fue hasta octubre del 2003 cuando el archivo Bettman, propietario de los derechos, no lo reconoce como el autor de su fotografia más famosa; de hecho en muchas de las láminas que se siguen reproduciendo para su venta, sigue sin constar el autor de la obra y se clasifica como anónimo. Aunque, según parece esto no es algo tan extraño, si se piensa que en los años 30 era habitual que las fotos aparecieran sin firmar.

Y la historia fue la siguiente: Aproximadamente en el año 2000, Tami Ebberts, la hija más joven de Ebberts, vió un poster de la foto que le recordó una imagen que había visto en su infancia. Revolviendo durante tres días en viejas cajas en casa de su madre consiguió encontrar una copia del artículo del New York Herald de 1932, y más tarde, localizó la factura del trabajo de su padre (1,50 $ la hora), un negativo de cristal que mostraba a Ebbets en una viga del rascacielos con su cámara, y un artículo de un periódico neoyorkino que hablaba del "intrépido fotógrafo, que arriesgaba su cuello en una viga de 6 pulgadas a 69 pisos del suelo".

En 2003, la viuda de Charles, Joyce Ebbets, leyó un anuncio sobre el centésimo aniversario del archivo Bettman. Una de las fotos que ilustraba el artículo era la de su difunto esposo en la viga. Respondiendo a la invitación del anuncio, contactaron con Corbis y esta contrató a un investigador privado que durante varias semanas estudió toda la documentación que poseía la familia. Finalmente, en octubre de 2003 se celebró una ceremonia en la que se reconoció la autoría de Ebbets de unas 21 fotos del Archivo. La ceremonia tuvo lugar en el restaurante Rainbow Room, del EG Building, cuyas vistas son muy similares a las que aparecen en la famosa foto.

Desde luego, hay que reconocer que esta mítica fotografia es impresionante, ver tan tranquilos a esos obreros, a cientos de metros de altura, sentados como si nada sobre sólo una viga y con la ciudad debajo de sus pies impresiona. Bueno, al igual que estas otras que también hizo:








¡Está claro que Charles Ebbets no debía padecer de vértigo!




Fuente:
finaconfitura.blogalia.com
Wikipedia.com


martes, 29 de noviembre de 2011

El beso de Times Square



El día que la 2ª Guerra Mundial terminó, los neoyorquinos tomaron la plaza de Times Square en Manhattan. Un joven con un traje oscuro de marinero, en concreto, se había dedicado a agarrar y besar a todas las muchachas que pasaban por delante – chicas jóvenes y mujeres mayores por igual. El fotógrafo germano-americano de la revista LIFE Alfred Eisenstaedt estaba por allí con su Leica, siguiendo las andanzas de este extraño dandi.

Una joven, por otro lado, en un traje blanco de enfermera estaba parada en la bulliciosa multitud. Sin más preámbulos, el marinero, que todavía estaba buscando a chicas que besar, se hizo con la enfermera y de sopetón le plantó los labios en los suyos. En medio de la celebración del día de la Victoria y entre los ojos de todos los neoyorquinos, Eisenstaedt tomó la fotografía de este beso de unos completos desconocidos que ahora es conocida en todo el mundo como Día de la Victoria en Times Square o, alguna veces, El beso de Times Square.

El contraste de los atuendos en blanco y negro de estos dos tortolitos hace que la fotografía tenga aún más significado. Además parece como si ella estuviera agarrándose la falda, y es casi inapreciable que estas dos personas apenas se conocían el uno al otro. Inmediatamente después de que Eisenstaedt tomara la foto, cada uno se fue por su camino sin que nadie les preguntara sus nombres.

Esta fotografía se publicó en la revista LIFE y se convirtió en un éxito instantáneo, ya que retrata perfectamente el final de una larga lucha americana. Se convirtió en una parte ejemplar de la cultura pop. En 2005, se colgó una reconstrucción de la foto para conmemorar el sesenta aniversario del evento y una escultura gigante del beso de los desconocidos fue construida y expuesta en Times Square.

La identidad de la mujer no se conoció hasta finales de los años setenta, cuando la propia Shain escribió al fotógrafo para decirle que ella era la protagonista del momento épico que Eisenstaedt capturó el 14 de agosto de 1945. La mujer tenía 27 años y trabajaba por aquel entonces en el Doctor's Hospital de Nueva York. Sin embargo, la identidad de él sigue siendo un misterio.

La enfermera se llamaba Edith Shain y murió el año pasado cuando contaba 91 años.  Y respecto a la famosa foto dijo:  "El muchacho me agarró y yo cerré los ojos. Le dejé besarme, porque había estado en la guerra, luchando por todos nosotros, y me sentí feliz de hacerlo. Después me dejó sola y me marché", contó en numerosas ocasiones Shain. "La gente me dice que cuando yo esté en el paraíso, ellos van a recordar esta foto", comentó por su parte Eisenstaedt, muerto en 1995.

Año tras año desde 2004, cientos de parejas rememoran el mítico gesto en el mismo lugar de la Gran Manzana en un acto organizado por Times Square Alliance, una organización sin ánimo de lucro. La propia protagonista participó en alguno de estos actos. Incluso hay una estatua, realizada por Seward Johnson y titulada Unconditional surrender, que se exhibe durante varios días en la calle donde se realizó la fotografía.




Fuentes:

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Lástima que el hombre no sea siempre asi



Esta foto se publicó en un periódico hindú y estuvo nominada como mejor fotografia en los premios de la revista National Geographic, el titular de la foto decia lo siguiente:

"Sólo quien es pobre procede con tanta generosidad
... qué pena que el hombre no sea siempre así".

Realmente es para reflexionar ¿verdad?


lunes, 4 de abril de 2011

Sharbat, la niña afgana de los ojos verdes


La foto de Sharbat Gula fue publicada en la portada de National Geographic en junio de 1985 y fue fotografiada cuando tenía 12 años por el fotógrafo Steve McCurry, en junio de 1984, debido a su expresivo rostro de ojos verdes. Fue en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética, sus padres habían muerto durante los bombardeos de los soviéticos a Afganistán y ella había tenido que huir junto a su abuela  y su hermano. Esa portada se convirtió en una de las más famosas de la revista e impactó tanto que más de 2.000 lectores escribieron a la revista para interesarse por ella. Sin embargo, en aquel momento nadie sabía el nombre de la chica.

El mismo hombre que la fotografió, Steve McCurry hizo una búsqueda de la joven que duró 17 años. El fotógrafo realizó numerosos viajes a la zona hasta que, en enero de 2002, encontró a la niña convertida en una mujer de 30 años y pudo saber su nombre: Sharbat Gula, y que vivia en una aldea remota de Afganistán, donde llevaba una vida tradicional como todas las mujeres pastún, que estaba casada (se había casado poco despues de haberla hecho aquella fotografia) y era madre de tres hijos. Ella había regresado a Afganistán en 1992. Nadie la había vuelto a fotografiar hasta que se reencontró con McCurry y no sabía que su cara se había hecho famosa. La identidad de la mujer fue confirmada al 99,9% mediante una tecnología de reconocimiento facial del FBI y la comparación del iris de ambas fotografías. 
 


A mi me resulta muy curioso y muy triste a la vez, observar como el paso del tiempo ha hecho que aquella hermosa adolescente de la primera fotografia, de expresión seria pero franca y curiosa, se haya convertido en esta mujer, joven aún aunque aparentando más edad, de mirada recelosa y desconfiada, como queriéndonos mostrar que la vida quizás no ha debido ser demasiado fácil ni generosa con ella, con aquella chica cuya fotografia se convertiria en el año 2002 en la portada más vista en los 114 años de existencia de la revista "National Geographic".



Dejo también el enlace de la página web de Steve McCurry (nacido en 1950 en Pennsylvania- U.S.A.) porque vale realmente la pena echar un vistazo, tiene fotografias que son una maravilla: STEVE McCURRY PHOTOGRAPHY.

Fuente
elektrón.com
Lafotodelmomento.blogspot.com

viernes, 25 de febrero de 2011

La foto por la que Kevin Carter ganó el Premio Pulitzer pero perdió algo más valioso



Leyendo la prensa de estos últimos dias me llamó la atención una noticia sobre una famosa fotografia que ganó un Premio Pulitzer en el año 1994. Yo conocía la famosa foto, muy difundida en la red a lo largo de los años, pero lo que no sabia es que el fotógrafo que hizo aquella fotografia, Kevin Carter, se suicidó a consecuencia de ella.

Esa foto fue tomada por este fotógrafo en Sudán en 1993, en plena hambruna por la guerra y despues de hacerla, el mismo confesaría despues, que se fue a llorar debajo de un árbol y que cuando volvió al mismo lugar donde habia dejado al niño y al buitre acechando unos metros detrás, vió que el niño ya no estaba allí y nunca más volvió a saber de él, lo que hizo que a partir de entonces su vida se viera invadida por las críticas de mucha gente que llegaron a decir de él que era el segundo buitre de la historia por no haber hecho nada y al final, el remordimiento de no haber hecho algo por ese niño sería tan fuerte, que este reportero gráfico nacido en Sudáfrica acabaría suicidándose a los 34 años y sólo tres meses despues de haber ganado el prestigioso Premio Pulitzer.

El gran dilema que se le planteó a este hombre fue el de una dificil elección: ¿debemos mantenernos pasivos ante una dura realidad, quizás dificil de cambiar, pero dando al menos testimonio de ello al resto de la sociedad? ¿o por el contrario, debemos adoptar un papel más activo de intervención y ayuda para intentar cambiar esa realidad, en la medida de lo posible y dentro de nuestras limitadas posibilidades? Parece que en el caso de Kevin Carter quedó claro que tomó la decisión equivocada, debido a sus criterios morales.

Y a propósito de aquel niño, parece ser que ahora se ha sabido que aquel bebé era finalmente un niño (y no una niña, como en un principio se creyó), que se llamaba Kong Nyong y que despues de aquella foto sobrevivió y vivió muchos años más, hasta que hace cuatro años murió de unas fiebres.

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