Esta narrativa, está modificada, resumida, extarída de escritos de Jorge Bucay
Cuenta la historia que, en un pequeño pueblo, sucedió algo que cambió para siempre la vida de un joven y sus dos amigos.-
Rumbo a su escuela, en una mañana, este jovencito vio al lado de un bosque un enorme nogal cargado de nueces. Sorprendido, porque nunca lo había visto, se acercó hasta el alambrado y le dio un vistazo a las pasibilidades de robar alguno de esos frutos sin ser atrapado. Pero se dio cuenta que él solo no lo podía hacer, necesitaba ayuda y al llegar a la escuela, lo comentó con sus futuros cómplices y decidieron dar el golpe esa misma tarde. Mientras nuestro protagonista vigilaba el sendero para evitar ser atrapados, uno de sus amigos hacía de pilón para que el más ágil y pequeño de los tres trepara por el tronco e hiciera caer las nueces.-
Nuestro jovencito vio que un carro se aproximaba y dio la voz de alerta, recogieron las nueces caídas y salieron corriendo hacia el bosque.-
Allí, jadeando y riendo, vaciaron los bolsillos y miraron con satisfacción el pequeño montoncito de nueces conseguidas.-
-Hay que repartirlas-dijo uno.-
-Sí-dijo el otro.-
-¿Cuántas son?-preguntó el tercero.-
1…2…3…4…son 17.-
Los tres se miraron y haciendo múltiplos de tres…
3x4=12…3x5=15…3x6=18… ¿18?
La cuenta no daba, por lo tanto nuestro personaje dijo.
-Ya que fui el de la información, el reparto debe hacerse, cinco para cada uno y las restantes para mí.-
-En todo caso-dijo el que se había trepado-una para ti y otra para mí-porque sino hubiera subido…
-Un momento-dijo el tercero-si yo no te hubiera sostenido, jamás habrías de agarrar ni una sola nuez.-
-Así que…
Como no pudieron llegar a un acuerdo, decidieron preguntarle a un viejo sabio, que habitaba en el claro del bosque.-
El viejo escuchó la explicación y preguntó
-¿Quieren que reparta las nueces por ustedes?
-Si, dijeron los tres.
-¿Y como quieren que lo haga?-preguntó el anciano-un reparto natural o como me parezca a mí?-
-No, como a ti te parezca, no-lo más natural que puedas-dijeron los tres al mismo tiempo.-
El anciano contó las nueces y las fue repartiendo. Le dio al que hacía de sostén 11 nueces. Al que había trepado, le dio 4 y a nuestro personaje, solo 2.-
-¿qué es esto?-preguntaron todos-te dijimos naturalmente, no como tu quieras…
-Si lo hubiese hecho como yo quería, hubiese sido más equitativo. Hubiera puesto en vuestras manos de cada uno cinco nueces, hubiera abierto las restantes dos, hubiera agregado a vuestra posesión media nuez más para cada uno y me hubiera comido la otra mitad en pago por mi participación. Pero ustedes me pidieron que fuera un reparto natural. Pues bien, la naturaleza es así, a unos les da mucho; a otros, algo menos, y a algunos no les concede casi nada...
La realidad de la vida no siempre es equitativa, es más, la mayoría de las veces es bastante injusta.-
