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jueves, 29 de agosto de 2013

La regularidad de la excepción: siete poemarios recientes



La poesía se dice de muchas maneras, incluso en un contexto literario como el español, en el que algunos grupos han construido una larga (y penosa) hegemonía editorial y poética, planteando como pauta de aceptación el dogma de que la “buena poesía” ha de estar ligada, por necesidad, a una estética de la transparencia: estilo directo, claro y sencillo destinado a “lectores normales”.
 
Por fortuna, ese reinado no ha cesado de derrumbarse de forma cada vez más manifiesta en la última década, aunque su lenta erosión comenzara mucho antes con diferentes escrituras a contramano, algunas de las cuales recién ahora encuentran una valoración poética más justa. La regularidad de la excepción, entonces, no es nueva, pero la podemos constatar cada vez con menos dificultad, en la proliferación de poéticas interesantes que desafían de forma abierta aquello que se institucionalizó como canon dominante en España durante las últimas décadas del siglo XX. No es especialmente complejo advertir esos desplazamientos, no ya en función de un proyecto artístico unitario, sino de la diversificación de apuestas poéticas diferentes e incluso divergentes.
Valgan estas líneas, pues, como un ejemplo concreto de ese proceso de cambio, centrándome en algunas publicaciones relativamente recientes de poetas residentes en Valencia, incluso a riesgo de que la selección efectuada sea considerada tan parcial como arbitraria (dada mi cercanía geográfica, ideológica y afectiva con sus autores). Ante esas objeciones posibles, quizás lo más honesto en términos intelectuales sea hacer explícito ese vínculo personal y asumir sin culpabilidad la condición parcial (y subjetiva) de esta selección. En cambio, confío en que el propio desarrollo de estas reflexiones despeje la sospecha de que se trata de una selección meramente arbitraria. Si bien soy consciente del alcance limitado de estas afirmaciones, no sé en nombre de qué asepsia o neutralidad interpretativa debería privarme de trazar algunas referencias al respecto.
Desde luego, podrían mencionarse otras escrituras que aportan en ese sentido en otros puntos de España. Lo relevante, sin embargo, no es esta dimensión territorial sino un cierto cambio transversal que se viene gestando en el campo poético español. Dicho lo cual, quisiera referirme brevemente a La ciudad o la palabra pájaro de Mar Benegas (Huerga&Fierro, España, 2013), Porción del enemigo de Enrique Falcón (Calambur, Madrid, 2013), Esto no es vanguardia de Jesús Ge (Coherencia, Marbella, 2013), Noche sin clausura de Laura Giordani (Amargord, Madrid, 2012), Trazas del calígrafo zurdo de Víktor Gómez (Varasek, Madrid, 2013), Ultimátum de Antonio Méndez Rubio (Espacio Hudson, Argentina, 2012) y La pobre prosa humana de Pedro Montealegre (Amargord, Madrid, 2012).
Desglosar de forma exhaustiva cada uno de esos poemarios desborda el propósito de estas páginas. Ello implicaría analizar de forma crítica no sólo sus opciones estilísticas y retóricas o sus constelaciones de sentido sino también interrogar las políticas de citación y autorización que utilizan, así como evaluar sus pretensiones textuales, indagar en las diferentes posiciones de sujeto que despliegan y, en definitiva, hacer una lectura a contrapelo. Me contentaré con unas generalidades que quieren ser una invitación a la lectura. Si bien tienen en común un impulso político subversivo, sus estrategias de escritura no se prestan a una falsa reconciliación. De hecho, dentro de la relativa proximidad ideológica que estos textos mantienen entre sí, es innegable una cierta dimensión conflictiva en cuanto a sus posicionamientos. Nada permanece indemne; ni siquiera quienes los formulan están a salvo. El mundo escombrado es la región común -la condición de partida- de estas derivas.
 

 

En el caso de Mar Benegas (Ribarroja, 1975) esa constatación es, por así decirlo, transhistórica: aunque viene del pasado, remite al tiempo mítico de la génesis y del sueño, en una suerte de saga de un espacio caído, aturdido de dolor, abandonado a la prepotencia de nuestros amos y en particular de una sociedad patriarcal que olvida los pájaros que alguna vez fuimos. Como una larga imprecación contra los que saquean el presente, las profecías se precipitan sobre una tierra devastada. Sólo tras ellas puede imaginarse aun la “restauración” que encarna en experiencia amorosa, tan improbable como necesaria.
                      

 Así habló la profecía

Nueve las edades. nueve. hombres, estáis
olvidando el idioma de la tierra, estáis
olvidándolo todo. el bronce cauteriza vuestras
bocas profundas, las que hablan al bosque,
las que no desean gobernar la luz

hombres, las cucarachas de bronce os vencerán,
os dejarán mudos, los zahoríes muertos,
los pájaros, los pájaros caerán del cielo

entonces seréis vomitados por el silencio, desde
el silencio olvidaréis la palabra pájaro, la pluma
del pájaro, el canto del pájaro, enjaularéis el
pájaro, enjaularéis al pájaro cuando hayáis
olvidado su voz, entonces seréis vomitados por el
silencio, querréis ser pájaro de nuevo, pero no
tendréis la palabra pájaro y serán sucedáneos
de metal los que surquen los cielos, vosotros
seréis vomitados por el silencio, querréis ser
pájaro de nuevo, pero no tendréis la palabra
--------------------------------------------------pájaro


 

El poemario de Enrique Falcón (Valencia, 1968) radicaliza un trabajo precedente: precisar los rasgos materiales de la injusticia histórica sin rendirse ante ella o, como en Brecht, ponerle nombre y apellido. Se trata, pues, de desquiciar lo lírico mediante lo histórico-político, aunque para ello haya que construir artefactos de eficacia incierta: desde una extraña encuesta hasta listados que apuntan a identificar a los responsables del desastre, pasando por el rescate de prácticas pisoteadas por los poderes hegemónicos. La experimentación con distintas tácticas de escritura no es sino una forma de seguir alentando un cambio venidero.

Lluvia temprana
 
El desastre, la resignación, el deseo de perder
para descansar, no merecen la pena.
Belén Gopegui, El lado frío de la almohada

 
Esperan que te rindas.

Que devuelvas las canciones a sus cuartos.


Que lenta y pobremente
atiborres sus rincones con cristales

y apartes a tus hijos de la visión de una revuelta.

Esperan que claudiques
-seas piel, dentada o marzo.

Que suavemente caigas.
Que así sea tu rendición.

No les libres de la piedra que respira en tus manos.
No les venzas los ojos.

Nada dice
de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,
                                                                              nada
de ese incendio intacto y por venir.

La tormenta, compañero, llegará.
---------Contra todos los pronósticos,
menos tarde que temprano,
            -seas piel, dentada o marzo-
el ciclo de las lluvias/ llegará.

 
 

El audiolibro de Jesús Ge (Madrid, 1972) se mueve en una vibración distinta: un trabajo meticuloso en el registro de la oralidad, intensificado por las paronomasias, que va encadenando los significantes a partir de su semejanza fónica. La resultante -¿postvanguardista?- es una partitura poética (eminentemente sonora e inseparable de su puesta en escena) que, sin desistir de una dimensión lúdico-humorística, introduce una dimensión paródica que corroe los tópicos que se instalan como sentido común. El poema “Dije Diego” es una muestra de las inversiones semánticas que introduce una poética semejante.


DIJE DIEGO

"Miente quien diga que hemos hecho recortes en educación"

Esperanza Aguirre

DIEGO DIJE DONDE DIJE DIGO (x2)
DIGO LO QUE DIJE DIJE DONDE DIJE DIEGO DIEGO (x2)
¿DÓNDE DIJO DIEGO? (x2)
¡DONDE DIJO EL HIJO!---¿DÓNDE DIJO EL HIJO? (x2)
DON DIEGO
-DON DIEGO DIGO-
DIJO AL HIJO DÓNDE DEJÓ EL HIGO
DONDE DIJE DIEGO DONDE DIGO DIGO (x3)

DONDE DIGO HIGO--- NO DIJE DIGO ---DIJE DIEGO
---------------------------------------------DIJE DIEGO

---------------------------------------------DIJE DIEGO

DONDE DIJE DIEGO DIJE CIEGO
DONDE DIGO CIEGO DIGO LUEGO
DONDE LUEGO DIGO, DIGO MUERO
MUERO LUEGO / LUEGO MUERO
LUEGO MUERO / MUERO LUEGO
MUERO LUEGO / LUEGO MUERO---- DIJE DIEGO

DONDE DIJE DIGO, DONDE DIJE DIGO, DONDE DIJE DIGO, DONDE DIEGO DIJE

DONDE DIJE NIEGO---- LA NEGOCIACIÓN (x3)

DIGO AGUA DONDE DIJE FUEGO
DIGO AHORA DONDE DIJE LUEGO
DIGO CUEVA DONDE DIJE SUELO

NIEGO LO QUE DIJE -----LUEGO NO LO DIJE
----------------------------DONDE DIJE LUEGO DIGO DIEGO

DIGO LO QUE NIEGO--- -LUEGO NO LO DIGO
----------------------------DONDE DIJE DIGO NIEGO DIJE

NIEGO LO QUE NIEGO---LUEGO NO LO NIEGO
----------------------------DONDE NIEGO DIJE DIGO LUEGO

NIEGO LO QUE DIJE------LUEGO NO LO DIJE
----------------------------DONDE DIJE LUEGO DIGO DIEGO

DIGO LO QUE NIEGO---- LUEGO NO LO DIGO
DONDE DIJE DIGO -------NIEGO DIJE

NIEGO LO QUE NIEGO
NIEGO LO QUE NIEGO
NIEGO LO QUE NIEGO--- LUEGO NO LO NIEGO

-----------------------------LUEGO NO LO NIEGO
-----------------------------NO LO NIEGO
-----------------------------NO LO NIEGO
-----------------------------NO LO NIEGO
-----------------------------NO LO NIEGO

-----------------------------DONDE NIEGO DIJE DIGO LUEGO


DONDE DIJE DIGO, DONDE DIJE DIGO, DONDE DIJE DIGO, DONDE DIEGO DIJE

NI DIGO DIGO ----NI DIJE DIJE----NI DIEGO DIEGO
NI DIGOGO
--------- -----NI DIJE
---------- ----------------NI DIEGO
 


 

Los versos de Laura Giordani (Argentina, 1964) cavan en otra cantera poética: aquella de la que nace lo minúsculo, la apertura hacia un mundo desapercibido, más allá de los pequeños derrumbes de la vida cotidiana que nos internan en la ceguera y obstruyen las puertas que desembocan en la fragilidad de lo viviente -los escombros esparcidos en la noche interminable en la que nos desvanecemos. Los zahoríes se precipitan para lavar las heridas que desgarran lo humano. Quizás por eso –todavía- cartografías de nuestra vulnerabilidad, pero también plegaria que nos permita ensayar otra mirada y arriesgar otros pasos.
  
Porque el agua se me fuga
y yo - pura sed- soy un zahorí
que remata sus varas.
Porque las palabras regresan de un viejo abuso
y ya no tienen fuerzas para escalar los labios. 

Tendré que invocar una caída
en el umbral mismo del verbo
con la fe de todas las manzanas.

Saltar muy dentro, libre
al fondo de las cosas, deshabitar
la memoria, su ciudadela
adoquinada, su lacre, los arquetipos
rotos en las esquinas
ofreciéndome su cuerpo.

Dejar de buscar advientos
en el pan de ayer, las migas con que solía
despilfarrar el hambre, sacudir las cortezas
que ya no pueden recordar su savia.


No bastará con la poesía:
habrá que tener además
los huesos livianos de los pájaros.


[El salto]

 

 

 
Las trazas de Víktor Gómez (Madrid, 1967) son tankas y astillas de sentido. Como un fotograma velado, tras su condensación lingüística, los poemas dejan adivinar escenas de lo terrible, las marcas de una criminalidad que mancha lo vivido. Nada permanece intacto. No queda suelo firme. No hay más que ruinas: en la orfandad, en la falta de hogar. Y, sin embargo, además de las cárceles que nuestra historia erige al deseo de otra vida, persiste también una caligrafía política que balbucea en su afán de cambiar la gramática de la impudicia, desde la incompletitud de lo dicho y la gratitud de los vínculos.  



6.

---------------------------------Háblanos del Infierno
sal del sueño salta asalta lo imposible sin razón vuelo
inesperado del destino---- rayos la oscuridad afina el oído
la oscilación aumenta sabemos del mal---- la velocidad el
desfase los desplazados que no tienen traducción----crear
es malograr sentido servidumbre----paga al perder se
hace un hueco por donde pasa la poesía palabra al peso
pulso que tartamudea –la poesía sopesa la poesía- el
mundo ensanchado extendida isla a isla la escritura no
cede al mandato no relata no construye una Casa para
el orden sino intensidad y fuga----- la huella del sustituto
el recomienzo la cuchara la luz que pasea por el borde
nocturno cuchillas un raspar lo oscurecido antes que una
promesa de salvación la salva de las promesas y los pagos
a crédito… el truco favorito del irreverente no tiene
cuerda para los cuerdos se les escapa el sentido tritura
hasta la papilla cada catecismo y cada código de honor--- la
codicia de honor que honra a los codiciosos el codo fijo
clavado en la mesa permite legislar lo ajeno documentos
que antes que después llevarán el cerdo al matadero…


                                                           [Con Eduardo Milán]



 

La selección de poemas de Antonio Méndez Rubio (Badajoz, 1967), por su parte, alza puentes interrumpidos hacia lo invisible: una exterioridad desaparecida que, no obstante, insta al desplazamiento, aunque no haya nada seguro: ni territorio firme ni garantías de (sobre)vida. Su discurso poético, más que espejo de unas realidades preconstituidas, es ese oscuro recinto en el que creamos grietas para construir una salida, sin falsos mesianismos. Apenas persiste la luz frágil, sombría, de un pulso espectral que afronta la rotura del mundo y no deja de interrogar -desde la intemperie- por un cielo que se posterga.
 

Cielo:
           no hay mucho
y nos avisa con rabia.
Árboles:
                          también pierden secretos
dentro de un diccionario.
Tiempo:
              es una negación
en la que nos afirmamos.

Pájaros:
             ninguno vuela solo ni
ninguno canta igual que ningún otro.
Poema no:
                simplemente respira
tan dentro que sale fuera.

 
 

 
La prosa poética de Pedro Montealegre (Chile, 1975) es el despliegue de la posibilidad de lo imposible: aquello que horada, de forma rítmica, la plenitud del presente, en suma, lo que acepta enfangarse en lo real, ahondando en los agujeros por los que circula el sentido. La escritura conecta así al hermetismo del deseo que se fuga por las ranuras de una experiencia caótica, fluida, inapresable. Mediante una estrategia retórica que no excluye lo revulsivo, nos topamos con una poesía que desafía las narrativas dominantes que pretenden ordenar los cuerpos y regular las sexualidades bajo una estricta gramática de la separación.
 

Lo áspero

Aspereza en lo quieto, en la sopa de letras. Chúpala con embudo y verás qué bien. La moneda como frase. La fluidez del mercado, tu pacto filial. El patrón oro inherente al amigo, mi chico, ay mi chico, tan probable y estúpido. Yo noto un vínculo cuando voy o me quedo. El panadero de madrugada encenderá el horno. Se va o se queda.

Qué bien. Qué ímpetu. Los vecinos arriba con pesadilla de incendios, la posibilidad de descender amarrando cortinas, largos velos de novia. La integración es la suma. Luz más química más biología de ojos, ¿cuánto da?, ¿cuánto da? El fotógrafo se lame en la cámara oscura, y en el cuarto, detrás de la ampolleta roja, los ángeles enmohecidos descienden de la emulsión, el papel sensible colgado con pinzas.

Hay aspereza en lo quieto. Incómodo preguntar si se sirve strogonoff, si al fasto se acude con chándal o frac. El pan en el encierro, lleno de larvas. No pongas esa cara, el asco es preciso. Si tienes dudas, ajusta el sextante, el habeas corpus, yambo y anapesto en qué tocan, dímelo, el álgebra o Paracelso. Si te viene bien, raja y rompe. La alta costura, la pompa, el boato. Ulalá. No era yo.

La interdicción, el metro latino, las paradas de autobús, las bicicletas municipales. Dónde el triángulo, la percusión sobre un libro. Hay asperaza en lo quieto. Yo doy. Tú das. Queda el resto,
el vacío entre restos, filosofía de lo inane. Dónde estás, no te ubico. Grita y sale de allí. Estoy
tanteando la relación,
toco un minué en un piano de juguete.

 
Claro que hay más. Incluso si nos circunscribiéramos a Valencia podrían incluirse otros títulos de poesía, tanto en lengua castellana como catalana. Sería una necedad negarlo. Pero es una muestra suficiente para ilustrar mi punto de partida: la pluralidad poética no es algo que pueda soslayarse de forma válida, aun cuando en el campo persista la inercia de encerrar la producción poética en algunas dicotomías conceptuales caducas. Es cierto que esa pluralidad podría confundirse –y a menudo se confunde- con un insulso relativismo que se limita a aplaudir de forma acrítica el estallido de publicaciones más o menos olvidables que reclaman para sí un lugar poético distintivo. El riesgo está ahí y, sin embargo, afrontarlo resulta ineludible: una vez puesto en cuestión el concepto de «canon literario», tenemos que partir del reconocimiento de una multiplicidad de propuestas estético-políticas más o menos válidas (irresumibles en unos principios simples, diseñados a medida del que juzga) sin por ello desistir del ejercicio de la crítica (1).
Es ese reconocimiento, precisamente, lo que permite evitar cualquier tentación de agrupar estas poéticas bajo alguna lógica unitaria, como la “crítica” o la “resistencia”. Ello sería reintroducir de contrabando otro canon estético, inaugurando otra vez, en una especie de pastoral, el ritual de los bautismos, de las comuniones sagradas y las exclusiones correlativas. ¿Cómo desconocer, por lo demás, que tras esas adscripciones lo que en numerosas ocasiones encontramos es una forma encubierta de complacencia, cuando no poéticas de calidad dispar?
Admitamos entonces que no hay garantía alguna: la «crítica» no es un atributo autoral o una simple etiqueta distintiva, sino una específica operación textual que permite dar cuenta de los límites. En ese sentido preciso, entiendo que estos poemarios contribuyen a producir una crítica de carácter no escolar tanto de determinadas realidades efectivas como de las categorías de pensamiento y lenguaje con que las interpretamos. Como archipiélago de excepciones erosionan la ilusión de solidez del mundo cotidiano. Sostienen así su peculiar pulseada: con el patriarcado, el capitalismo, la  actualidad, las sensibilidades imperantes, los regímenes hegemónicos de discursividad, el heterosexismo o la subjetividad misma.
Nada que se parezca a un corpus uniforme. Al contrario: si algo cabe destacar de estos textos es su heterogeneidad radical. No forman “escuela” ni son “agrupables” en una corriente estética. Si bien acusan recibo del malestar histórico y social o se niegan a refugiarse en alguna torre de marfil, trazan líneas de fuga singulares: no sólo (ni tanto) mediante alusiones temáticas sino también (y sobre todo) a través de un trabajo reflexivo sobre las formas poéticas. Si estas poéticas ejercen su vocación crítica, lo hacen de una forma que tiende a evitar los tópicos fáciles o las trivialidades dichas en tono solemne. Para ello, apelan a estrategias diversas de producción de sentido: la mitología de corte profético en La ciudad o la palabra pájaro, la experimentación neovanguardista en Porción del enemigo, la intensificación del juego significante en Esto no es vanguardia, la lírica de los pequeños derrumbes en Noche sin clausura, los rastros de lo borrado en Trazas del calígrafo zurdo, la destrucción de las formas en Ultimátum, la torrencialidad de los flujos deseantes en La pobre prosa humana. Puede que, en la asfixia del presente, estos puntos de fuga hacia otras posibilidades creativas y humanas no sea sino la persistencia del deseo tejiendo otros caminos para respirar. 
 
Arturo Borra
 
(1) Un estricto «pluralismo crítico» tiene que aprender a moverse en un horizonte abierto. Si la poesía se dice de muchas maneras eso significa, simultáneamente, que no hay medida común y universal desde la que determinar el «valor estético» y, a su vez, que no por ello debemos desistir de la búsqueda de unas pautas de discernimiento que nos ayuden a elucidar cuáles de esas maneras nos resultan más fecundas e interesantes. Es esa falta de medida lo que hace posible y difícil el debate estético: diferentes posiciones que plantean condiciones específicas para evaluar lo que en un momento dado debe considerarse poéticamente relevante.

sábado, 12 de marzo de 2011

Presentación-coloquio de "Las prácticas literarias del conflicto", Enrique Falcón



Presentación y debate del libro Las prácticas literarias del conflicto de Enrique Falcón; acompañan Alfons Cervera, Alfonso Serrano (Editorial La oveja roja), Arturo Borra y Laura Giordani.

Miércoles 23 de Marzo a las 20:00 hs. en La Nau- Vicerrectorado de Artes, Cultura y Patrimonio Calle de la Universidad, 2.
Valencia.




«El capitalismo está en vías de domesticar una de las
fuerzas que parecían escapar a su poder: la de los
intelectuales protestatarios. La democratización marcha,
en esto, en el sentido del “orden” y de la compulsión: el
desarrollo de las técnicas de expresión les hace pasar por
el aro del Estado o de las potencias del dinero.
Establecido el reinado del productor, ¿qué lugar deja a las
fuerzas de protesta, de rebeldía, de utopía, es decir, a
todos aquellos que desordenan el trabajo? Encuadrado,
agobiado de premios y de condecoraciones como un
majadero electoral, el intelectual da ante ustedes la vuelta
de honor. Nadie tiene ahora nada que temer».
(J.-M. Doménach)




Algunos fragmentos de El amor, la ira


2) Mirar de frente a la desesperanza y no bajar los ojos.
Por eso, escribimos.


11) COMMUNIO NON EST IDENTIFICATIO
La poesía política actual no representa a quienes se les niega la voz.
No deberíamos suplantar a los heridos.
Del mismo modo que es absurdo que el poema procure la identificación del lector con las víctimas, jamás debería hacerlo el poeta político que escribe desde Europa.
Debería inquietarnos el hecho de que pueda decirse de nosotros que elevamos la voz de quienes
viven en las cunetas de la historia.
Nuestra voz es nuestra voz. Si no, no hay esperanza.


40) TÁCTICAS DE COMBATE
Cuando nuestros poemas se vuelvan excesivamente autónomos, intensificaremos nuestra militancia en las organizaciones sociales de base y el trabajo en los talleres barriales de escritura.
Cuando nuestros poemas se vuelvan lastimosamente previsibles, reanudaremos la práctica del buceo en los abismos de la conciencia.

Desde esta tensión acuciada a la intemperie, no esperamos ser plenamente acogidos ya en ningún hogar.


41) Debería inquietarnos lo altamente inofensiva que resulta la poesía actual.
-- -


58) ESTAMOS EMPANTANADOS: REPINTANDO LAS MADERAS PODRIDAS DE UN BARCO A PUNTO DE NAUFRAGAR
No podemos contentarnos con la idea de que, al naturalismo sentimental de la poesía de anteayer, le tenga que suceder hoy o el realismo ingenuo de quien muestra sólo lo evidente previsible, o el apunte metafísico de quien vive –como clase– entre algodones, o esa poesía académica tan ideológicamente impecable que ha perdido por completo el contacto real con los hombres y mujeres de su tiempo.

Sobre los restos agotados de un pavo real urbano, se miran inmóviles –y completamente inútiles– cangrejos, lirones y búhos.

Dos palmos más abajo, removiendo el subsuelo, las lombrices de tierra mientras tanto trabajamos.


61) RETRATO DE LA NUEVA LITERATURA
Nuestra poesía contemporánea dispone del público más receptivo que existe, puesto que lo componen sus propios poetas, cargados con cuchillos.
Asimismo dispone nuestra última poesía de la más capacitada comunidad culinaria de críticos
literarios. Para qué ocultarlo: hacedores de etiquetas para las mismas corbatas.


62) La menos advertida finalidad de buena parte de la poesía española reciente consiste en predisponernos a la resignación.


64) Deberemos restituir el presente en el centro de nuestra acción literaria.
No la salvará el solo artificio.


66) NUESTRO “COMPROMISO”
i. Nuestro esfuerzo literario no está “comprometido con el lenguaje” (y, mucho menos, con el oficio o con la obra propia).
ii. Nuestro compromiso literario lo es de carga política y espiritual.
iii. La expresión de esa dicción cargada es absolutamente lingüística.
iv. Nuestros artefactos son palabras.
v. El trabajo en que nos sumergimos para conseguir lo que buscamos se realiza desde la base del
material de la lengua y los registros del habla.
vi. Entre sus muchas posibilidades, contemplamos la distorsión de la lengua como parte constitutiva de un fuerte posicionamiento político y espiritual en el medio del mundo.
vii. Pero, aun metidos de lleno en la ductilidad de este material lingüístico, no estamos de modo
alguno “comprometidos con el lenguaje”.




Extraído del blog de Laura Giordani

domingo, 28 de junio de 2009

Reseña de la poética de Enrique Falcón

















Para quienes tengan interés en la producción poética de Enrique Falcón, comparto estas "Notas sobre un proyecto crítico: la poesía de Enrique Falcón", escritas junto a Laura Giordani, publicadas en la revista crítica de las artes y el pensamiento "Youkali".

“El hambre, sin dudas, se conjuga de muchas maneras.
No parece que quepa, hoy en día, otra poesía
más que la que diga el hambre”.
Chantal Maillard
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"¿Cómo reinventar la poesía en el siglo veintiuno, en un “tiempo herido” en el que lo bello se retuerce entre los muros blancos del capitalismo que le reserva un lugar entre las mercancías culturales de elite, destinadas de forma predominante a públicos de culto? ¿Cómo hacer de lo poético una ráfaga que agite una tierra arrasada, evitando tanto la condescendencia frente a lo existente como el facilismo de la denuncia abstracta? ¿Y para qué interrogar lo estético si no es capaz de atravesar esa herida in-suturable del mundo? ¿Cómo articular el deseo de la escritura –distante a toda ilusión de transparencia– y la constatación política de un sistema que procura aplastar, de forma literal, toda promesa de un mundo diferente?"
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Para leer más, pincha aquí.
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viernes, 8 de mayo de 2009

Lectura de poemas en Refugi Obert






















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(Para visualizar mejor la información, pulsa sobre el cartel informativo).






















Durante la Guerra Civil, Valencia, capital de la II República desde noviembre de 1936 a octubre de 1937, fue bombardeada desde el mar y desde el aire. Las incursiones de la aviación legionaria italiana, procedente de las Baleares, tuvieron lugar casi desde el principio de la contienda. Cuenta Hemingway, en su reportaje Los italianos en la guerra:
«Los grandes aviones italianos de bombardeo invierten menos de dieciséis minutos en llegar sobre el puerto de Valencia desde que salen de su base de Mallorca. Al minuto y medio de haber sido vistos se encuentran ya sobre el centro de la ciudad. En ese tiempo, han podido lanzar toda su carga y escapar. No hay posibilidad de utilizar los cazas. Por eso, a los italianos les gusta bombardear Valencia.»
En cuanto a los bombardeos navales, el primero tuvo lugar en enero de 1937, y afectó al puerto y a los Poblados Marítimos de Nazaret y el Cabañal.
Se calcula que, en conjunto, Valencia sufrió 442 bombardeos, con un resultado de 925 muertos, 2831 heridos y 930 edificios destruidos. Especialmente virulentos fueron los ataques del 15 de marzo de 1937, registrados a plena luz del día y en el centro de la ciudad, con el resultado de 33 muertos y numerosos heridos. O los del 6 y el 26 de enero de 1938, sin otro objetivo militar que golpear calles céntricas, como la plaza de Emilio Castelar, hoy del Ayuntamiento, o la calle de La Paz, con más de 125 muertos y unos 200 heridos.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Recital Colectivo, Jueves 11 de setiembre (19:30 hs.), Librería Primado




Se harán las presentaciones de los siguientes libros:

VV.AA.: Once poetas críticos en la poesía española reciente (Ediciones Baile del Sol, 2007)

Daniel Bellón: Tatuajes (Ediciones Baile del Sol, 2007)

Uberto Stabile: Habitación desnuda (Ediciones Baile del Sol, 2008)

Armando Rivero: Los barcos de Damián (Ediciones Baile del Sol, 2008)

Safrika: Pills (Ediciones Baile del Sol, 2008)

Enrique Falcón: Taberna roja y otros poemas (Ediciones Baile del Sol, 2008)



Más info:

http://viktorgomez.blogspot.com/2008/09/baile-del-sol-acercando-orillas-i.html

http://libreriaprimado.blogspot.com/2008/09/acercando-orillas-poesa-sin-fronteras.html

domingo, 13 de julio de 2008

«Cuando vengan a buscarle», de "Para un tiempo herido" (2008), Enrique Falcón




Cuando vengan a buscarle


Que le den un niño a cada árbol del bosque
para hacerse menta.

Que les pongan pies a las cruces del luto
y salgan, increíbles, a esperar a las visitas.

Que se escapen las novias
a su incendio de uñas pintadas.

Yo recuerdo su rostro encendido
en un arpa de tijeras y tormentas tropicales.

Que le vuelquen las manos
por detrás de la mortaja,
que señale al asesino,
-------------para que no vuelva
-------------para que no espere
-------------para que no salga.

miércoles, 11 de junio de 2008

Presentación de «Para un tiempo herido», Enrique Falcón, en LIBRERIA PRIMADO (Valencia), 26 de junio por la tarde.

El nuevo libro de Enrique Falcón será presentado en LIBRERIA PRIMADO (Valencia), el próximo día 26 de junio por la tarde.



Acaba de publicarse un nuevo libro de Enrique Falcón: "Para un tiempo herido: antología poética 1998-2008", en la editorial madrileña Amagord.



En palabras del escritor argentino Rodrigo Galarza, "este breve pero intenso recorrido de diez años por la producción poética del valenciano Enrique Falcón, nos señala una vez más que el poeta ha sacado su palabra a a calle, haciendo de la misma una trinchera para enfrentar la realidad lacerante que nos circunda, siendo uno y todos los hombres del mundo, sobre todo aquellos sostenidos por sus propias carencias: yo bramo en vuestro propio / cordón umbilical. Poesía en carne viva con fusiles que alguna vez redimirán a los desamparados, a los olvidados y a las víctimas del sistema. Porque así como el poeta llama tiempo herido a esta época que nos toca vivir, llegarán otras en que brillará la luz de las tormentas".


Los 30 poemas que forman este volumen abarcan 10 años de escritura ininterrumpida y están extraídos de los libros siguientes: Los Otros Pobladores (editorial Germanía, 1998); AUTT (Crecida, 2002); Amonal (Idea, 2005); La marcha de 150.000.000 (Eclipsados, 2008); Taberna roja y otros poemas (ed. Baile del Sol, 2008); y Porción del enemigo (material inédito en 2008). El libro se presentará públicamente, este mes de junio, en Vallekas, en la Feria del Libro de Madrid y en Valencia en la Librería Primado el próximo 26 de Junio por la tarde. Se puede encargar a Ediciones Amargord (escribiendo a: info@edicionesamargord.com) o conseguirlo en librerías de España y Latinoamérica.


Cuando vengan a buscarle

Que le den un niño a cada árbol del bosque
para hacerse menta.

Que les pongan pies a las cruces del luto
y salgan, increíbles, a esperar a las visitas.

Que se escapen las novias
a su incendio de uñas pintadas.

Yo recuerdo su rostro encendido
en un arpa de tijeras y tormentas tropicales.

Que le vuelquen las manos
por detrás de la mortaja,
que señale al asesino

para que no vuelva
para que no espere
para que no salga.

Enrique Falcón (Valencia, 1968) ha publicado hasta la fecha los libros de poesía El día que me llamé Pushkin (Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992; Premio ‘Antonio Machado’ de Poesía); La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo' (Rialp, Madrid, 1994: accésit Premio ‘Adonais’ de Poesía); La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo' y 'Los Otros Pobladores' (Germania, Valencia, 1998; Premio ‘Ojo Crítico’ de Poesía); AUTT (Crecida, Huelva, 2002); Nueve poemas (Universitat de Valencia, 2003); Amonal (Ediciones Idea, Tenerife, 2005); El amor, la ira (Ediciones del 4 de Agosto, Logroño, 2006); los cantos definitivos del libro-poema La marcha de 150.000.000: 'El Saqueo', 'Los Otros Pobladores', 'Para los que aún viven', 'La caída de Dios' y 'Canción de E' (Eclipsados, Zaragoza, 2008); y Taberna roja, y otros poemas (Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 2008). Hasta 1994 formó parte del equipo crítico «Alicia bajo Cero», responsable del libro Poesía y Poder (Ediciones Bajo Cero, Valencia, 1997). Miembro del consejo de redacción de la extinta revista “Lunas Rojas”, ha coordinado los volúmenes No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente (Universidad de Chile, Santiago, 2002), Once poetas críticos en la poesía española reciente (Baile del Sol, Tenerife, 2007) y Poesía y desorden (Contratiempos, Madrid, 2007). Más información en:
http://marchade150000000.blogsome.com/

domingo, 4 de noviembre de 2007

CANTO XIV, de «La marcha de 150.000.000 - Enrique Falcón





“Cuando salís, los otros pobladores de la casa nada dicen ni os dicen. [1]
Luego, cubriéndose de auroras cojas, abren la espalda del niño y miran
asomándose con espuma ante todos los vértigos.
Aromas de cremaciones en la terraza, incendios para todas las bocas del mundo,
desde esta espera podría verse la enjambrada lenta en las colinas
(objetivamente, el hombre)
desde el pie de la trinchera, del salón adosado a la masacre,
salís con los otros pobladores de la cara
encendiendo el aire con los dedos
dejando la plaza, sola,
en la ruta dormida de cada sacrificio;
de la casa habéis salido donde principia el miedo
donde principia el hambre
dejando los instantes agotados, fuera de la casa del salón vencido
de los dormitorios tan cargados de cosas y ausencias,
sacudirán luego los portales, las canciones más débiles
para volverse luego al niño de la alfombra
para mirarle la espalda abierta,
para ofrecerle el último alarido.

Cuando salís, ha perdido la facultad de morirse
y en el cubo del rincón ya no habita nadie
porque aquí no existe el miedo
donde principia el llanto no puede existir el miedo.

Y la boca de nuevo,
sólo la boca, entonces,
cae del estropicio calculado de un poema
y amontona sacos y pulmones en la tarde
en la tarde sus tendones
imposibles, destensados, vueltos agua en el declinar del rito.
Los otros, los pobladores, no dirán de nuestra espera
sacarán al gato del azul de sus vitrinas
alcanzarán la ira en la penumbra del niño
repartirán su aullido, las gotadas de la noche contra el miedo
y ya no habrá ni juegos, ni visitas.”


[1] Escribe Manuel Vázquez Montalbán las siguientes secuencias, en su Galíndez: «Tal vez haya perdido la capacidad de emocionarse»; «Cuando salís, los otros pobladores de la casa nada dicen ni os dicen»; «un dormitorio tan cargado de cosas y ausencias»; «conseguir la ruta del sacrificio»; y finalmente: «aromas de cremaciones en tu terraza».



Enrique Falcón nace en febrero de 1968 en Valencia y desde 1993 reside en el Barrio del Cristo. Es profesor de Formación Profesional y licenciado en literatura española por la Universitat de València. Miembro de la Comunidad de Vida Cristiana ‘Ignacio Ellacuría’, de la Asociación de Vecinos del Bº del Cristo y del colectivo en prisión ‘Teuladí’. Insumiso al ejército y a la PSS y objetor fiscal a los gastos militares. Ha publicado textos y poemas en diversas revistas de creación y en publicaciones de determinados colectivos sociales, sindicales y políticos, así como escrito diversos trabajos de teoría literaria (Notaciones para una Poesía del Estremecimiento, 1989; La comunicación irracional, 1993; Aquí termina la poética y comienza lo político, 1993; Las prácticas literarias del conflicto, 1995; Cuatro tesis de mayo, 2004). Ha publicado Dimensiones políticas del voluntariado (CiJ, Barcelona, 1997), Aproximación a las narraciones juveniles de hoy (CiJ, Barcelona, 2001) y No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente (Universidad de Chile, Santiago, 2002).


Es asimismo autor de varios libros de poesía:

* El día que me llamé Pushkin (Ediciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1992)

* La marcha de 150.000.000 [1]: «El Saqueo» (Ed. Rialp, Madrid, 1994)

* Amonal, y otros poemas (1996)

*La marcha de 150.000.000 [1 y 2]: «El Saqueo» y «Los Otros Pobladores» (EditorialGermania, Valencia, 1998)

* AUTT (Ed. Crecida, Huelva, 2002)* 9 poemas (Ed. Universidad de Valencia, 2003)

* Codeína (2004)

*La marcha de 150.000.000 [3 y 4]: «La caída de Dios» y «Canción de E» (EditorialGermania, Valencia, 2004).

En 1991 fue recogido en la antología «La Factoría Valenciana», nº 1 (Valencia, 1991), y volvió a hacerlo en un número sobre escrituras poéticas conflictivas («La Factoría Valenciana», nºs 15/16; Valencia, 1994), después de haber formado parte de la propuesta de emergencia «Poesía y Conflicto» (abril-mayo de1994). Sus textos volvieron a ser recogidos en las antologías «Joven poesía española» publicada por La Página en el año 1997; Feroces: Antología de poesía de la conciencia radical, marginal y heterodoxa (DVD, Barcelona, 1998); Voces del extremo: las voces de la poesía española al otro extremo de la centuria(Fundación JRJ, Moguer, 1999), Poesía y Conciencia (2000), Poesía y Conflicto (2001) y Poesía y utopía(2002); Pasar la página: Poetas para el nuevo milenio (Eds. Olcades, Cuenca, 2000); Poesia Espanhola Anos 90 (Relógio d'Água ed., Lisboa, 2000); El último en morir que apague la luz: Atlas poético (Ateneo Obrero de Gijón, 2001); 20 anys de poesia (Edicions 96, Valencia, 2001); Una mirada hacia la poesía española actual (Luna Nueva, Colombia, 2003); Poesía de la conciencia (Zurgai, Bilbao, 2003); y Poesíapasión (Libros del Innombrable, Zaragoza, 2004).

Es miembro de la actual coordinadora de la ‘Unión de Escritores del País Valenciano' y ha intervenido desde allí en diferentes iniciativas culturales, editoriales, políticas y reivindicativas (Foro Social de las Artes, debates sobre modelos políticos y culturales, manifiestos, presentación de nuevas escrituras emergentes, talleres literarios en áreas socialmente deprimidas...), y muy directamente en la realización de varias publicaciones colectivas: Textos por la Insumisión (UEPV-MOC, Valencia, 1992), La mirada urgente: textos contra el racismo (Ediciones Bajo Cero, Valencia, 1995) y El lugar del reencuentro: Talleres literarios de las Madres de Plaza de Mayo (Ediciones Bajo Cero, Valencia, 1995). Hasta 1994 formó parte del equipo crítico «Alicia bajo Cero» (Poesía y Poder, Ediciones Bajo Cero, Valencia, 1997).

Es miembro del consejo de redacción de la revista "Lunas Rojas". Ha participado también en los libros colectivos Construir a paz (Edicions Xerais, Vigo, 1996), Lavapiés (Ópera Prima, Madrid, 2001), La paz y la palabra: letras contra la guerra (Editorial Odisea, Madrid, 2003) y Poemas contra el olvido (Ed. Bartleby, Madrid, 2004).

Ganador del Premio Nacional «Antonio Machado» de Poesía (Sevilla, 1992).

Accésit nacional del «Gerardo Diego» de Poesía (Madrid, 1992).

En 1993 obtuvo un accésit al Premio «Adonais» de Poesía.

En 1999 recae en La marcha de 150.000.000 el premio 'Ojo Crítico' al mejor libro de poesíapublicado en España durante el 98.


Enrique FalcónApdo. Correos 839546018 VALENCIA



Sobre "La marcha de 150.000.000":http://marchade150000000.blogsome.com/


Selección de poemas y semblanzas críticas acerca de Enrique Falcón, en:http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/falcon/


Libros de EF, en:http://marchade150000000.googlepages.com/home


"Once poetas críticos en la poesía española reciente":http://once.blogsome.com/