Mañana serán 23
años...
O podría decir que
fueron 8401 días;
7531 donde la vida
nos transcurrió serenamente;
esos 377 donde nos
hemos reído hasta que nos dolió la panza;
también esos 250
donde nos enojamos, y hasta discutimos y guardado silencio;
esos 135 donde
lloramos, ambas, una en los brazos de la otra;
esos 59 que
quisieramos borrar para siempre
y esos 49 que por
fortuna hemos logrado olvidar...
Pero siempre te he
enseñado que los números son sólo eso, números; y no nos determinan. Lo que nos
determinan son los momentos, esos instantes a corazón pleno, con el alma
expuesta, y que hacen sentirnos vivos.
Entonces, podría
decir que fueron esas noches donde hacía de contorsionista y me metía en tu
cuna para que durmieras tranquila;
esas tardes en la plaza
a volar desde una hamaca o a tratar de mostrarme valiente mientras decidías
bajar por el más alto tobogán;
esa primera vez al
cine y todas mi recomendaciones, tu carita maravillada y el nacer de una pasión
que compartimos hasta hoy;
ese correr al hospital
por lo que luego fue una apendicitis, no recuerdo haber estado
tanto tiempo observando cómo dormías;
esa primera vez al
mar, correr para atrapar las olas, y correr de vuelta para que ellas no nos
atraparan a nosotras;
ese primer día de
escuela, esas dos colitas, ese guardapolvo blanco y esos ojitos orgullosos;
esos picnics en la
cama mientras mirábamos dibujitos;
también esas peleas a
los gritos, esas lágrimas de rabia y ese pedirse disculpas de ambas;
ese año ganado en el secundario,
y sí, ganado, porque aprendiste que nada es descontado, que vos podés con todo
lo que te proponés;
ese abrazo fuerte
cuando sufriste tu primera pérdida importante, donde hubiese dado lo que no
tengo por evitarte el dolor...
...porque Vos sos mi
mejor parte;
Vos sos mi eternidad,
mi infinito;
Vos sos principio y
fin de todas mis cosas;
Vos sos, a modo tuyo, toda el alma
mía.