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18 de marzo de 2015

encuentros



mudanza

Tras tres años y medio hoy es la última noche aquí. Cuatro cajas con mis libros de cabecera ya cerradas y el resto disperso bajo los apuntes dispersos y aún flotantes. Dejaré la ciudad d' A Coruña e iré a Santiago de Compostela. En los últimos meses las entradas fotográficas bajo la etiqueta encuentros son de ese lugar al que voy. Dejaré atrás una ciudad caótica en la que es sencillo y agradable y hasta recomendable perderse. Demasiado sincera y abierta, gentes de un corazón inmenso y una cabeza muy dura. No hay viento que se la haga perder no. Admiten todo tipo de tempestades.


Mientras este lugar morada rideriana cumplirá también un ciclo de cuatro años. Traté tal vez en vano de corregir, ablandar la rigidez mitificada de ciertos conceptos. Traté, tenté hollar superficies en busca de una síntesis que resquebrajara lo simbólico, lo analítico, lo imperante. [Légendes ni figures / Ne me désaltèrent] Busqué en el deseo, en la in-tensión, en el bebedizo de la poesía tal vez. Sin embargo lamento no haber dedicado más tiempo a la producción aquí en este espacio por/para y contra vosotros. He visto que de las 2000 visitas mensuales del año pasado ha pasado a unas 1000 este ccRider. Procuraré cuidaros como mejor sé pues para nada esta es una despedida sino siempre encuentro, un reencuentro de la intimidad en su práctica poética aquí, Emily Dickinson…



The Poets light but lamps —

Themselves — go out —


The Wicks they stimulate —


If vital Light



In here as do the Suns —


Each Age a Lens


Disseminating their


Circumference—

























cans soltos 

17 de abril de 2014

Emily / cartas

¿Cuándo está el hombre en mero entendimiento? Contesto:
“¿Cuándo el hombre ve una cosa aparte de otra.”
¿Y cuándo está el hombre por encima del mero entendimiento? 
Voy a decíroslo: “Cuando el hombre ve Todo en todos,
entonces está el hombre más allá del mero entendimiento.”
 [ Eckhart ]
ç ç











Anoche me aproximé a Emily. 
Mi ojo se sonrojó con un delicado tono ámbar. Acuerdo lunar hasta mojar el hueso de mis hojas. He sido todos aquellos destinatarios cuya entrevisión ella firma con pequeños tintineos Allá en lo que soñé  Descalzo, bajar hasta el mar y ver de nuevo la luna, con el temblor tejido por la incomprensión de mis palabras, y sentirla- médula asintiendo el mapa de una mordaz boca consagrada por entero a desdibujar las nomenclaturas del habla. 
Tal vez ínsula, luna.


Una forma eficaz de soñar despierto. Emily Dickinson – Cartas, Ed Lumen. Casi del mismo modo que la tierra y el mar se concilian en la espuma, o el perro y el ciego hablan con lenguaje sísmico. Morabilidad. Insisto en aproximarme, abrigar la grieta. Anoche descubrí como quien descubre el hueso sus cartas -Descendiendo, escanciado, maleable como la respiración que Vela al alma. Siento también al Otro minando la Piedra como un perezoso monolito que ha de sucumbir a la intimidad. En verdad he de escribirte a ti esas cartas Así-ido. Asido a la totalidad de una circunferencia, discurso no-verbal. Tal vez luna, ínsula. No la apropiación de recitadora que marca un territorio, no amar; el gesto de la tribu.

Dilucidar lo que hay entre el Amor rupestre y el arrobo hasta dirigirlo a los pulmones, este habla que hace nido. Esto que alimenta intangible un aprendizaje periférico Estrangula el acertijo de la “cruel cantoraAristóteles y el Estrato de su coda. Sin embargo la expresión cantora desposee y desafora a medida que florece. La intimidad. Ya vendrán las abejas exploradoras sin precisar  procedencia para ajustar su correspondencia. Sin poder precisar jamás el contrapunto de los pájaros que pulsan su vibración en ramas de Emily. Insisto, me aproximo. A medida que las palabras no bastan e imprimo en la estela del viento la siguiente frase “el Amor es una alquimia que no cabe en ningún recipiente”. La rama se dobla. La tierra es la única anatomía capaz de hacer referencia a sí misma, el único cuerpo a cuerpo viable. Errática y pálida. Volatinera… “Pensé que ser un Poema uno mismo impedía escribir Poemas, pero percibo el Error” Emily D.


Aquí imposible no recordar a mi madre decirme eres un camarón que se lleva la corriente la Cometa, la Cruz del Sur, el velo. En des-velo. Hasta conquistar la entraña sida.


Expresar entraña, árbol arrimándose al sendero. Haciéndolo caer.


El sol blanco se acurruca entre sus ramas. Insecto.


Has de callar.


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...aquí os dejo alguna de sus cartas


Edición y Traducción de
Nicole d’Amonville Alegría
ED. LUMEN


A T. W. Higginson
junio de 1869

Querido amigo
Una carta siempre se me hace como la inmortalidad, porque es la mente sola sin amigo corpóreo. Deudores en nuestra conversación de la actitud y del acento, parece haber en el pensamiento un poder espectral que camina solo — Me gustaría darle las gracias por su gran bondad, pero nunca trato de aupar las palabras que no puedo sostener.
De venir usted a Amherst, podría entonces lograrlo, aunque la Gratitud es la tímida riqueza de aquellos que nada tienen. Estoy segura de que usted dice la verdad, porque los nobles lo hacen, pero sus cartas siempre me sorprenden. Mi vida ha sido demasiado sencilla y disciplinada para avergonzar a nadie.
Visita de los Ángeles”, apenas mi responsabilidad.
Es difícil no ser ficticia en un lugar tan bello, pero las severas enmiendas de la prueba nos son permitidas a todas.
Recuerdo haber oído de niña el notable pasaje y haber preferido el “Poder”, sin saber entonces que el “Reino” y la “Gloria” estaban incluidos.
Reparó en que vivo sola — Para un Emigrante, el País es huero salvo si es el propio. Habla usted amablemente de verme. Si pluguiese a su conveniencia el venir hasta Amherst, sería feliz, pero no traspaso el terreno de mi Padre para acudir a ninguna Casa o ciudad.
De nuestros actos más grandes somos ignorantes —
No era usted consciente de que me salvó la Vida. Agradecérselo en persona ha sido desde entonces una de mis únicas peticiones. La criatura que le pregunta a mi flor “¿Lo hará?”, dice —“¿Lo hará?” — así que no conozco otra manera de pedir lo que quiero.
¿Disculpará usted cada cosa que digo, puesto que ningún otro me ha instruido?

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A T. W. Higginson
primavera e 1876

La Naturaleza es una Casa Embrujada — pero el Arte — una Casa que trata de embrujarse.

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A Otis P. Lord
11 de noviembre de 1882

Papá tiene aún muchos armarios que el Amor nunca ha saqueado. Sí — sí te deseo tiernamente. El Aire es suave como Italia, pero cuando me roza lo desdeño con un Suspiro, porque no eres tú. Las Peregrinas vinieron Anoche — Austin dice que están morenas como Bayas y son ruidosas como Ardillas Tamia, y siente muy invadida su soledad, hasta donde yo puedo saber. Estas dislocaciones de privacidad entre los Corsarios me divierten sobremanera, pero “el Corazón conoce su propio” Antojo — y en el Cielo ni cortejan ni son dados en cortejo — ¡qué lugar más imperfecto!
La señora del doctor Stearns nos hizo una visita para saber si no encontrábamos muy escandaloso que Butler se “comparara con su redentor”, pero nosotras pensamos que ya Darwin había desechado al “Redentor”. Por favor disculpa esta escritura errática. El insomnio hace tropezar mi Lápiz. El afecto lo traba — además. Nuestra vida juntos fue un largo perdón de tu parte hacia mí. La intrusión de mi Amor rústico en tus Reinos de Armiño, solo un Soberano podría perdonarlo — Nunca me arrodillé ante otro — El espíritu nunca dos veces el mismo, sino cada vez otro — este otro más divino. ¡Oh, de haberlo encontrado antes! Sin embargo, la Ternura no tiene Fecha — llega — y sobrecoge.

El tiempo anterior a ella era — no era nada, entonces ¿por qué fijarlo? Y es todo el tiempo por venir, lo que abroga el tiempo.

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¿A Sara Colton (Gilett)?
finales de verano de 1885

¡Qué peligro es un Acento! Cuando pienso en los Corazones que ha barrenado o hundido, apenas oso elevar la voz hasta un mero
Saludo.
E. Dickinson

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A la Sra. de Edward Tuckerman.
octubre de 1885

Querida amiga.
Pensé en usted durante su solitario viaje, segura de que la Heroína aureolada estaba aliviada, aunque muda — confío en que regrese sana y salva, y con un empuñe más estrecho para lo que queda, porque Morir afila el agarre.
Octubre es un Mes poderoso, porque en él murió el Pequeño Gilbert. “¡Abrid la Puerta” — fue su último Grito — “los Muchachos me esperan!
Muy acostumbrada a su Mandamiento, la pequeña Tía obedeció y, van dos años y muchos Días, y él no vuelve.
¿Dónde hace mi Alondra su Nido?
Pero el clarín de Corintios oblitera a los Pájaros, así que cubriendo el amado Corazón de usted para librarlo de otro disparo,
Tiernamente,
Emily

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A Louise y Frances Norcross
mayo de 1886

Primitas,
             Me reclaman.
Emily





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7 de noviembre de 2012

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Se siente a la primera lectura una falta, confirmar no el simple sonido, entonces empieza el contraste y luego la propia forma, castellanizando el original. Sin romper el anaquel. Es lógico procurar la resonancia con el natural contraste emisor receptor, ahí, se desnuda el pie que atraviesa sus versos. No enigmáticamente en vida, solamente doce poemas anónimos y mutilados por sus editores fueron publicados. Su poesía brotaba de la blanda y cálida corteza de los cedros que rodeaban su ala-drillada casa, abierta por ella para siempre en un lamento cantado. No lágrima de alcoba. Su alimento maduraba en el huerto, en cualquier tierra, fuera de cementerio o de labor. Su alimento, Su
-trino matutino del mirlo o el abrazo abierto a la niebla no impedían que sintiese la pequeñez de la tierra y la materia con la que de seguro, somos injustos. Mientras escucho jazz miro a mi gata a la luz del faro, convaleciente y con un ojo inflamado (y sí, hay ámbar) además de coprolitos y pienso, que debo velarla hasta que cure. En la punta de las orejas entre el plumillo blancuzco se diferencian hilos pelirrojos. La horizontalidad que sucumbe ante su rostro tocado me lleva a la poesía de Emily Dickinson.


Como estoy tratando de traducir y eliminar traducciones que veo por ahí infames no citaré ningún poema suyo. 
Tan solo su ausencia.[ - ]



Betsy jugando con sirenita roja de elmaquinistaciego






Queridos Riders

on the road


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