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11 de noviembre de 2016

Lager y una poesía





También yo he entrado en el Lager como no creyente, y como no creyente he sido liberado y he vivido hasta hoy; la experiencia del Lager, su iniquidad espantosa, más bien me ha confirmado en mi laicismo. Me ha impedido, y todavía me impide, concebir cualquier clase de providencia o de justicia trascendente. [. . .] Debo admitir, sin embargo, haber sentido (y de nuevo una sola vez) la tentaci6n de ceder, de buscar refugio en la oración. Sucedió en octubre de 1944, en el único momento en que me he dado cuenta lúcidamente de la inminencia de la muerte, cuando, desnudo y apretujado entre compañeros desnudos, con mi ficha personal en la mano, esperaba desfilar ante la comisión~ que debía decidir, con una ojeada, si iría enseguida a la cámara de gas o si, por el contrario, estaba lo suficientemente fuerte para seguir trabajando. Durante un instante, he sentido la necesidad de pedir ayuda y refugio. Después, a pesar de la angustia, se ha impuesto la ecuanimidad: no se cambian las reglas del juego a1 final de la partida ni cuando estás perdiendo. Una oración en aquellas circunstancias habría sido no solo absurda (¿qué derechos podía reclamar?, ¿a quién?), sin0 también blasfemia, obscenidad, llena de la mayor impiedad de la que es capaz un no creyente. Dejé de lado aquella tentación: sabía que así, si sobrevivía, no tendría que avergonzarme.

PRIMO LEVI, Los hundidos y los salvados







 königstein
28 de enero de 2016




18876

Ama lo desconocido para que no tema.
¿Qué hay afuera?¿Existe?¿O…
substancia al tocarse al no verse al convivir el abismo,
saborear las riendas y el asombro
aquello, cercano, la grandeza de no saber.

***
Si te convenzo de mi mudez
si me otorgas la representación del silencio,
ese bien tan escaso este
instante carcome de los márgenes
espacia de la tensión
vigila de la ternura
bifurca en aflautadas sendas
bocado a bocado.

El vientre bendice a sus enemigos.

***

La máscara es el mayor instinto de posesión.
La tendencia reproductora de los cuerpos.
Llegar a. Detentar.

La tarascada del apuntador a hojas llenas
en una hermosa duermevela sincronizada.

Llegar a.

Ofrecerte aquí
sin medias lunas
tal como eres
así como llegas
con
el filo
de las palabras
entre costuras
hasta encontrarte.

***
Ínfimo, hilo de dormido
que es residuo escuálido
en las reposadas comisuras
de los días pasados.

Encanto de tacto que baba deviene
hechura en íntimas estaciones
languidece como una ventura de vaudeville.

Amar lo desconocido para que no venza la realidad.
Para ello, es necesario ofrecer el rostro y con ello la raíz
que traspase la tierra por puro avance
hilar un corro de palabas como hormigas
correteando sobre la concatenación de las metamorfosis.

Hilar.
Desprender(se) el lenguaje.
Percibir
                                                         lo
                                                                                                leve.

 ***
La muta
es exterior.
***
 
***
El acceso es el camino de la poesía
sin necesidad de reciprocidad
como irrumpe en la Upanishad.
Letal cautela curiosa sin miedo.
¡La Tierra es Su escabel!
El acorde se mece en la concha de las tortugas
nido
mesura
abarcar el embrión

vibrar el cimiento con dedos crispados
hasta hacer desaparecer la ofrenda
y también el cuerpo
solo piel
órbita exhalada.





 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
858414 
 
Si el sinónimo de la sociedad fuera la democracia
el sinónimo de la oligarquía sería el-sí mismo
acusando lo sedentario incapaz de concebirse
creador de su propio orden.
Genealogía de rígidas y permisivas tutelas.
 
Se desentierran aristocráticos huesos prehistóricos
y con ellos, las jarras de veneno, todo en orden.
Las curvas de calibración fechan la real ficción.
 
No pretendas desenterrar el silencio
riégalo de sangre exhausta
hasta concebirte creador de tu propio orden.
Patrimonio decadente.

15 de noviembre de 2012

la resistencia del papel" - Primo Levi



Leer poesía en la callada intimidad. Así define Primo Levi, hoy, la resistencia del papel. 


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Tu forse non l’avevi mai pensato,
Ma il sole sorge pure  a Crescenago.
Sorge, e guarda se mai vedesse un prato,
O una foresta, o una collina, o un lago;
E non li trova, e con el viso bruto (seco)
Pompa vapori dal Naviglio asciutto. (enteco)

Dai monti il vento vieni a gran carriera,
Libero corre l’infinito piano.

Ma quando scorge questa ciminiera        煙突   (humo que le ciega)

Ratto si volge e fugge via lontano,
Ché il fumo è così nero e attossciato.
Che il vento teme gli mozzi il fiato.                 (Que sucumbir le aterra sofocado)
*
Siedon le vecchie a consumare l’ore
E a numerar la pioggia quando cade.
I visi dei bambini hanno il colore
Della polvore spenta delle strade,
E qui le donne non cantano mai,
Ma rauco e assiduo sibila il tranvai.
*
A Crescenzago ci sta una finestra,
E dietro una ragazza si scolora.
Ha sempre l’ago e il filo nella destra,
Cuce e rammenda sempre l’ora.
E quando fischia l’ora dell’uscita
Sospira e piange, e questa è la sua vita.
*
Quando nell’alba suona la sirena
Strisciano fuor dai letti scarmigliati.
Scendono in strada con la bocca piena,
Gli occhi pesti e gli orecchi rintronati (aturdidos);
Gonfian le gomme della bicicletta
Ed accendono mezza sigaretta.
*
Da mane a sera fanno passeggiare
La nera torva schiacciassasi  ansante,
O stanno tutto el giorno a sorvegliare
La lanceta che trema sul quadrante
Fanno l’amore di súbito sera
Nel fosso della casa cantoniera.
Crescenzago, febbraio. 1943
Ad una ora incerta, Primo Levi
Este poema se encuentra en el maravilloso libro
de la editorial La poesía, señor hidalgo.
 


Queridos Riders

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