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lunes, 31 de enero de 2011

LA ULTIMA SINFONIA DE JOHN BARRY



John Barry comenzó su carrera realizando arreglos musicales y temas de Jazz, alternando con formas experimentales que obtenía de la utilización de instrumentos electrónicos. Después, su trayectoria quedaría ligada al Free Cinema, componiendo las bandas sonoras de películas como "La habitación con forma de L" y "Plan siniestro", entre otras. Pero será la reutilización de un tema de Monty Norman, adaptado para los films de James Bond, lo que le otorgará un más que merecido prestigio.


Su ascenso como compositor de bandas sonoras será avalado con éxitos tan estimables como "El león en Invierno", la magnífica "El último valle", "Robin y Marian" y la oscarizada "Nacida libre". Tras un cierto declive creativo con trabajos no demasiado brillantes como "El desafío del búfalo blanco" o "Abismo", resurgiría de sus propias cenizas con "Fuego en el cuerpo" y sobre todo con "Memorias de Africa" y "Bailando con lobos", ambas ganadoras de sendos oscar, grandes músicas que nos hacen evocar grandes espacios abiertos plenos de romanticismo y aventura.

Ayer murió John Barry , un músico de carácter, que tiene la virtud de haberme marcado, hasta tal punto, que cuando me encuentro ante la inmensidad de cualquier paisaje, no puedo más que evocar mentalmente esas notas magistrales de "Memorias de Africa".

viernes, 9 de abril de 2010

JOHN WILLIAMS, EL MAESTRO


Cuando se estrenó "La guerra de las galaxias" no solo se revitalizó la afluencia masiva a las salas de cine, también se volvió al sinfonismo de los clásicos de los 40 y los 5o, y su principal artífice fue John Williams, que con una partitura épica rompió con los moldes establecidos en los años 70, donde se subrayaba otro estilo de banda sonora, muy centrada en estilos minimalistas o influenciada por conjuntos y compositores de raíz popular que dejó sin trabajo a las grandes orquestas. Con Williams se retomaba la era dorada del cine de Hollywood y a los compositores como Wolfgang Korngold, Miklos Rozsa o Max Steiner. De la mano de Steven Spielberg y George Lucas se volvió al cine espectáculo y Williams se encargó de realizar, con mano firme, la música que daría ese sello personal a los trabajos de ambos cineastas, creando una escuela cuya influencia llega hasta nuestros días. Su reconocimiento en la industria del cine ha tomado forma, a lo largo de todos estos años, con cinco Óscar en su haber y 45 nominaciones, siendo, tras Walt Disney, el más nominado en la historia de la Academia.
Williams nace en New York en el año 1932 y su inspiración musical le viene de familia, ya que su padre fue percusionista de jazz del mítico quinteto de Raymon Scott. Estudia piano y composición en la Universidad de California y en el servicio militar dirigió la banda de la fuerza aérea de los Estados Unidos. Una vez terminadas sus obligaciones castrenses, trabaja como pianista de jazz en varios estudios y clubs de la Gran Manzana, teniendo la gran fortuna de trabajar para el prestigioso y maestro indiscutible Henry Mancini, participando en las bandas sonoras de "Peter Gunn", "Días de vino y rosas" y "Charada". En 196O ingresa en Columbia Records realizando algún trabajo conjunto con André Previn. En los Angeles inicia su carrera como orquestador en los grandes estudios de cine, colaborando con Bernard Herrmann, Miklós Rózsa, Franz Waxman y Alfred Newman, todos ellos gigantes de la historia de la música en el cine. Incluso llegó a tocar el piano en alguna banda sonora de Jerry Goldsmith, otro compositor que también se considera uno de los baluartes del regreso del sinfonismo clásico al cine actual y al que se le ha querido, por parte de algunos, involucrar en una guerra algo frívola para ver quién de los dos atesora más calidad en sus composiciones fílmicas. Sus primeros trabajos como autor de bandas sonoras fueron para las películas "Cómo robar un millón" y "La aventura del Poseidón". En 1971 gana el Óscar por la adaptación musical de "El violinista sobre el tejado". Pero su giro hacia la fama imperecedera transcurriría en el año 1974, cuando los destinos de Spielberg y de Williams se cruzan y éste compone la banda sonora para "Loca Evasión". Al año siguiente se consolidaría una relación que llega prácticamente hasta nuestros días, cuando el compositor neoyorkino afronta el trabajo de poner música a "Tiburón", obra maestra indiscutible del cine de aventuras por excelencia. Spielberg y Williams, una vez realizado el montaje del film, estuvieron de acuerdo en que la música tenía que tener un carácter claramente aventurero y para ello se inspiraron en sonidos de Stravinsky y Vaugh-William. Esto que para algunos puede ser síntoma evidente de poca originalidad, no es sino la forma habitual en la que trabajan la inmensa mayoría de los compositores que componen bandas sonoras. Se inspiran en los clásicos, en otros músicos del séptimo arte e incluso en sí mismos. De hecho no son pocos los que toman como inspiración al propio John Williams. Para el tema del tiburón se eligió un leif motiv dramático compuesto de cuatro notas, reforzando el ataque del escualo con una música ya legendaria en todo el mundo. Tal fue la relación entre el cineasta y el compositor, que, en algunas ocasiones, el primero permitió que Williams compusiera su música con un boceto elaborado de la trama, y después, inspirándose en la misma, se rodaran algunas secuencias. El éxito incuestionable de "Tiburón" vino acompañado por un Óscar a la mejor banda sonora, un premio BAFTA, un Globo de Oro y un Grammy.
Steven Spielberg recomendó a su amigo George Lucas que contara con los servicios de Williams para "La guerra de las Galaxias", siendo el resultado por todos conocidos. Nadie podría separar aquello de "Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana..." de la fanfarria que le acompaña, al igual que "La marcha imperial" se ha convertido en una referencia de cinéfilos y adictos a la saga galáctica. La intención de Lucas de no utilizar sonidos electrónicos y apostar por el sinfonismo más profundo, le reportó, entre otras cosas, a Jhon Williams su tercer Oscar y convertirse en la banda sinfónica original más popular de la historia, con sus más de cuatro millones de copias vendidas.

Después de la que muchos consideran como su mejor banda sonora, "Encuentros en la tercera fase", se ocuparía de poner música para uno de los films en los que, seguramente, Spielberg puso más el corazón. "E.T., el extraterrestre" fue un proyecto en el que no se confiaba demasiado, se preveía que podría ser un éxito sin demasiadas alharacas, pero la realidad fue que aquella pequeña historia de amistad tuvo unas repercusiones en taquilla brutales, permaneciendo en algunos lugares hasta un año en cartel, algo que hoy es absolutamente impensable. También le reportó a Jhon Williams el Oscar a la mejor banda sonora. En el siguiente vídeo se nos relata cómo fue aquella experiencia:




En 1993, con "La lista de Schindler", el compositor anunciaba su retirada, hecho que realmente no sucedió porque aún sigue estando en la brecha, aunque si le valió su último premio conseguido en la Academia. A sus espaldas quedan además de las ya reseñadas, las bandas sonoras de "El coloso en llamas", "Drácula", "Superman", "En busca del arca perdida", "El imperio del sol", "El turista accidental", "Nacido el 4 de Julio", "Parque Jurásico", "Siete años en el Tíbet", "Salvad al soldado Ryan", "Atrápame si puedes", "Harry Potter y la piedra filosofal", "Memorias de una geisha" y así hasta completar más de un centenar de composiciones, en los que a pesar de su estilo más que reconocible, ha ofrecido muestras más que suficientes de versatilidad y genio. Además, Williams, ha compuesto más de 5O composiciones fuera del mundo del cine, sin contar la música compuesta para cuatro Juegos Olímpicos y diverso temas para la televisión.
John Williams es en definitiva una figura relevante del séptimo arte, alguien sin el cual no se puede comprender la música que ha acompañado al cine en los últimos cuarenta años, el hombre que ha puesto la banda sonora de nuestras vidas y, al fin y al cabo, un maestro.