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miércoles, 31 de mayo de 2017

MAGNICIDIO EN DIRECTO

Para ser más exactos, un intento frustrado. El 30 de marzo de 1981 Ronald Reagan, que llevaba 69 días en el cargo de presidente de los Estados Unidos, era víctima de un atentado a la salida del Hotel Hilton de Washington D.C. Al principio, la confusión y el caos se adueñaron de aquellos momentos, en los que las cámaras de televisión nos llevaban a cada uno de nosotros, servidas en bandeja, unas imagénes que por unos momentos impactaron al mundo.
Las especulaciones corrieron como ríos desbocados que inequívocamente iban a parar a una misma conclusión, el crimen era a buen seguro la culminación de un plan diabólico por parte de agentes comunistas. Seguramente el KGB andaba tras los pasos de semejante crimen. Reagan  tenía intención de apretarle las cuerdas al por entonces premier soviético Leonid Brézhnev, iniciando una carrera armamentística que pusiera al límite el castillo de naipes del bloque comunista. Aún no había llegado al Kremlin Mijaíl Gorbachov, y quedarían otros dos huesos de la vieja guardia difíciles de roer, Yuri Andrópov y  Konstantín Chernenko, que apenas pudieron completar tres años de gobierno. Fueron tiempos complicados para la Unión Soviética a la que no le duraban demasiado sus líderes. 
Hubo varios heridos y Reagan sufrió un disparo que le perforó un pulmón. Dicen que apenas lo notó, pensó que había sufrido alguna fractura en las costillas debido a los empujones de los hombres que custodiaban su seguridad. A pesar de que la bala quedó alojada a 2,5 centímetros del corazón, Reagan fue operado con éxito. El agente que ocupa el primer plano de la foto que abre la entrada, con una Uzi entre sus manos, es Robert Wanko y en su expresión se puede adivinar el momento de máxima tensión que tuvo lugar a las 14:30 de aquel lunes de principios de los ochenta.
Sin embargo, los aficionados de las conspiraciones quedaron desencantados, cuando se conoció que el autor del atentado, que llegó a efectuar 6 disparos,  era John Hinckley, cuyas motivaciones no eran otras que impresionar a la actriz Jodie Foster, de la que estaba obsesionado hasta la médula. Le fascinaba la película "Taxi Driver", donde la actriz interpretaba a una prostituta de 12 años y el personaje de Robert de Niro intentaba asesinar a un Senador de los Estados Unidos. Inspirado en su obsesión, y después de acosar con cartas y notas a Jodie Foster, fijó su blanco en el por entonces presidente Jimmy Carter, pero su acto final de locura estableció como objetivo final a Ronald Reagan. Hinckley, detenido en el acto, fue declarado no culpable por motivos psicológicos, con un diagnóstico de psicosis aguda, depresión mayor y trastorno narcisista de la personalidad,  permaneciendo internando en una institución psiquiátrica hasta agosto de 2016, en el que a la edad de 61 años quedó en libertad al no ser considerado ya una amenaza.
Los años 80 fueron difíciles para la política internacional, quizá no tanto como a finales de de los 40 en el bloqueo de Berlín o la conocida crisis de los misiles cubanos en 1962, pero es más que evidente que el pulso entre EE UU y la Unión Soviética fue en aquellos años determinante. Se intuía que la carrera nuclear pondría en jaque a la precaria economía del Telón de Acero, que comenzó a desmoronarse a finales de la década. Tras años de guerra fría, en la que la espada de Damocles nuclear, se cernía peligrosamente sobre nuestras cabezas, el hundimiento del bloque soviético puso punto final a la guerra fría. Una guerra fría que amenazaba con la destrucción de la civilización, pero que, por el mismo motivo, mantuvo a raya una hipotética y definitiva Tercera Guerra Mundial. Hinckley fue un protagonista inesperado en aquellos agitados momentos, en los que estaba por venir una nueva era que prometía paz. Pero, los tiempos demuestran que siempre existirá un arma sobre las sienes del planeta, quizás porque, en el fondo, somos seres a los que es imposible apaciguar en su totalidad.

jueves, 10 de diciembre de 2015

MOMENTOS INMORTALIZADOS DEL PASADO

ASALTO AL PODER: Nada más lejos, se trata de un mendigo a la carrera esperando recibir alguna moneda del mismísimo rey Jorge V en el año 1920. Probablemente nunca se sacó una fotografía que representase en una sola imagen la estructura social en forma de pirámide, la cúspide y la base más incrustada en la miseria. Ignoro si al final hubo suerte y el improvisado atleta obtuvo algún tipo de recompensa, aunque bien es sabido que los reyes nunca llevan suelto...

NADAR SOBRE EL ASFALTO: En 1920 practicar la natación en una piscina debería ser considerado como una quimera, un factor utópico a tener en cuenta en el futuro, en los mejores tiempos que estaban por venir. Por el momento, este profesor inculca la teoría de como mantenerse a flote en el líquido elemento, ignorando si en una situación real les servirá para salvar el pellejo. 

TIEMPOS DE MISERIA: La gran depresión fue un periodo absolutamente miserable, de cuando una crisis era absolutamente devastadora en una población que ya sufría de su condición en momentos de bonanza económica. Ford lo retrató con suma precisión en la espléndida "Las uvas de la ira". En la imagen unos niños "disfrutan" de la comida de navidad, coles y rábanos, a años luz de los excesos culinarios de nuestros días, en la que alimentos de más alto rango acaban en la basura.

EL PRIMER PORTATIL: Momento de 1956. Una carretilla elevadora carga con un disco duro, el primero inventado por IBM que pesaba más de una tonelada. Su capacidad, apenas 5 megas, contrastaba con su elevado precio, unos 50.000 dólares de la época.

PIONEROS DEL FÚTBOL: Aunque esta foto aparece en algunas páginas como el primer partido oficial entre el Barcelona y el Real Madrid, en realidad corresponde a la final de la Copa del Rey, disputada el día 3 de febrero de 1929 en Mestalla, entre el Español y el Real Madrid y que terminó proclamando a los periquitos como campeones al derrotar por 2 a 1 a los blancos. Fue conocido como el partido del agua y la razón es más que obvia, tal y como se ofrece en esta imagen, a mucha distancia de las alfombras verdes, casi perfectas, de los campos de fútbol de élite del presente. En aquella competición se presentaron equipos que suenan a tiempos pretéritos, el CD Europa, el Club Extremeño, el Iberia SC, el CD Alfonso XIII, el Patria Aragón. Ignoro si alguno de ellos habrá sobrevivido a nuestros días. 

CONCIENCIA EMPRESARIAL: Durante la ya referida depresión, algunas madres desarrollaron su ingenio de supervivencia y vestían a sus hijos utilizando la tela de los sacos de harina. Las envasadoras de este producto de alimentación tuvieron la espléndida idea de utilizar estampados en la fabricación de sus sacos, para dotarlos de un aspecto más digno y apropiado para su destino final.

CUESTIÓN DE CLASES: No se puede ilustrar de forma más eficiente la diferencia entre clases en esta foto, un fiel testimonio del efecto sobre la indumentaria, una frontera simbólica y estética que va más allá de la simple pose. Una imagen como esta me recuerda a la película "Callejón sin salida" de William Wyler en donde unos chicos de la calle, los conocidos como “Dead End Kids”, se toman su particular venganza sobre un niño rico.

AL PIE DEL CAÑÓN: Un policía hace, de forma estoica, guardia delante de una farmacia durante las inundaciones en la ciudad de Ontario en 1974 a fin de evitar posibles saqueos. Su pose inalterable le convierten en una figura hierática, un profesional de una eficiencia ciertamente notable.

NIÑOS DE LA GUERRA: Chumy Chúmez escribió un libro, que en su día fue muy célebre, titulado "Yo fui feliz en la guerra", en donde narraba, con su peculiar estilo, los avatares de las contiendas bélicas y la posibilidades de los niños en un marco caótico. A pesar de que el escenario de una guerra ofrece muchas posibilidades para digamos cierta diversión infantil, lo cierto es que los bombardeos sobre la población a partir de la la contienda civil en España y después en la Segunda Guerra Mundial, provocaron infinidad de tragedias en las que las víctimas más frágiles, los niños, sufrieron penurias inimaginables. La foto ilustra el desamparo infantil, una niña abraza a su muñeca sobre los escombros de un Londres bombardeado en 1940.



lunes, 14 de septiembre de 2015

LOS GIGANTES DEL SILENCIO

Parecen ausentes, pero están ahí, forman parte de nuestras vidas, aunque su aparente silencio no sea nada más que el sutil presagio de una brisa o de un viento furioso. Paseamos entre ellos, catedrales retorcidas entre nudos, raíces y hojas, construcciones caprichosas de una naturaleza modesta que parece sonrojarse ante la genialidad de sus garabatos. 

ROBLE DEL ÁNGEL
Sombras sobre la tierra, refugio de vida, eternos vigías del horizonte, hermanos enlazados entre ramas carnosas que se anudan como manos desesperadas, deseosas de huir de una soledad impuesta por raíces aletargadas sobre una tierra madre de esperanzas y acogedora de cuerpos sin aliento. 

ARCE JAPONÉS
Lienzos sobre los que artistas ancestrales regurgitan colores que presagian las estaciones, el frío de los páramos, el suspiro cálido de una primavera o el dorado del letargo otoñal. La antesala del invierno les viste de una dignidad tan antigua como el manto que cubre la noche. Infinitos hasta el cielo, desafiantes en su osadía que otros imitaron en sus torres de Babel, para saber si encontrarían a Dios, a cualquier dios.

 BAOBAD
Colosos apuntando igual que cirios espirituales, mástiles de un mar de arena que se pierde en el horizonte, invasores de paisajes fantásticos que emprendieron su particular batalla con príncipes de cuentos y sueños de rosas con espinas. Columnas que señalan un camino a ninguna parte, porque ellos son el camino.

WISTERIA JAPONESA
A veces derraman sus lágrimas entre una lluvia lánguida de nostalgia. Entre sus troncos se desliza la sangre ancestral que les concedió casi la inmortalidad, pero un caprichoso mortal les arrebató el secreto de la vida, entre astillas y lamentos esparció sus huesos desnudos sobre la tierra que les vio nacer, hundió su devastación en sus pétreos corazones desolados, les empujó hacía el fuego entre brasas de muerte. Una muerte que deja un olor a pútrido, a esperanzas perdidas, de lo que un día fue, del recuerdo de ancestrales refugios de vitalidad y belleza innata.

PASEO DE LAS HAYAS (IRLANDA)
Somos el viento, somos la noche, la tarde dormida entre susurros, el refugio eterno, los guardianes de los sueños, el paisaje derramado sobre la tierra, la torre de las vigilias sin tregua, el refugio de los miedos, testigos silenciosos de vuestros pasos, de vuestros pecados y aciertos, albaceas del futuro. Cuando ninguno de los hombres quede en pie y nosotros seamos espectros petrificados, en alguna parte y en algún instante volveremos a surgir de la nada y lanzaremos una vez más nuestros brazos al cielo, siempre al cielo, porque somos titanes, los últimos de la Tierra.

SECUOYA (CALIFORNIA)



viernes, 19 de junio de 2015

ECOS DEL PASADO

EL PUEBLO DE LOS MALDITOS: Esta fotografía le resultará muy familiar a muchos, pero no por ello deja de ser curiosa por no decir directamente inquietante. Como si de una pesadilla o entelequia onírica se tratara,  los habitantes de las Islas Izu en Japón se ven obligado a llevar máscaras antigás para evitar el aire cargado de azufre que emana de los volcanes insulares.
Aunque los cerca de 3.000 habitantes de las islas no estén obligados a llevar la máscara durante las 24 horas del día, existe un código de alarmas que indica en el nivel 3 la obligatoriedad de ponérselas y en el 4 la evacuación inmediata, cosa que sucedió en 1.953 y en el año 2.000. No serán pocos los que se preguntará por qué extraño motivo estos sufridos pobladores permanecen aún en semejante hábitat. Una razón, algo retorcida e increíble, es que lo hacen a cambio de compensaciones económicas, por permitir el estudio de la reacción del cuerpo humano al dióxido de azufre. 

ASESINATO EN DIRECTO: Ocurrió el 12 de octubre de 1960. El líder socialista japonés, Inejiro Asanuma, se encontraba en mitad de un discurso político, cuando de repente un joven radical de extrema derecha, Otoya Yamaguchi de tan sólo 17 años, miembro del grupo ultranacionalista Uyoku danti,  se abalanzó sobre él causándole una mortal herida con un wakizashi, un arma samurái. La fotografía ganó un premio Pulitzer y su autor, Yasushi Nagao, manifestó que el mérito de la misma es haber estado en el lugar y el momento correcto. Y no le falta razón al fotógrafo, porque viendo la escena en vídeo, la acción transcurre en una fracción de segundo. De hecho, mirando una y otra vez la imagen en vivo, la fotografía parece más una recreación que un suceso en directo. 

CUÉNTAME UN CUENTO: La imagen no parece tener demasiada trascendencia, un abuelo cuenta a sus nietos alguna historia que les divierte. Un momento cotidiano y sencillo en el que adquiere protagonismo el hecho de que ese abuelo, con poblada barba, es nada más y nada menos el autor de "Guerra y Paz" y "Ana Karénina", León Tolstói. No podrían contar con mejor narrador, aunque supongo que la historia que se cuenta será más ligera que su obra literaria. 

UNIDOS POR EL DESTINO: Nos imaginamos siempre a los monstruos con cierta pose entre lo terrible y dramático, quizás sea por eso que nos desconcierta el lado humano de tan abominables hombres. Hitler pasea de forma relajada de la mano de Helga, una de las hijas del temido ministro de Propaganda de la Alemania nazi, Paul Joseph Goebbels.
Ambos ignoran que su destino está sellado. La muerte les aguarda en el mismo momento y lugar, como si se tratara de un lazo simbólico de lo que significa el sacrificio inducido por un fatalismo estúpido y alienante. Todo ocurrió en el famoso búnker, donde Hitler vivió sus últimos y agónicos momentos que le llevaron al suicidio. Al mismo tiempo, la esposa de Goebbels, Magda, consideró que no valía la pena que sus hijos vivieran en un mundo sin su amado Führer, así que les quitó a todos la vida administrándoles sedantes y cianuro. La pequeña Helga siguió de la mano del dictador hacia la muerte, de forma involuntaria e injusta. Y hablando de Joseph Goebbels, otra instantánea que pasó a la historia, su mirada de odio al enterarse de que, el fotógrafo que lo inmortalizaba para la revista Life, era judío, el reputado Alfred Eisenstaedt. Goebbels era un individuo que sabía dominar la escena mediática y, en cuanto posaba para la prensa, solía mantener una posición cercana y de simpatía bien estudiada. No obstante, Eisenstaedt, involuntariamente le arrebato la máscara y mostró al mundo como se puede expresar el odio y el desprecio a través de los ojos.

LA GUERRA CONTRA LAS CEBOLLAS:  Nuestra conocida planta herbácea, perteneciente a la familia de las amarilidáceas, se defiende de los depredadores por medio del sulfóxido de triopropanal, que les hace llorar desconsoladamente. Así que no es de extrañar, que estos avispados soldados, utilicen sus máscara de gas para pelar cebollas. Desde luego es una acción mucho menos peligrosa que un mortífero ataque de gas mostaza.

JUGAR AL AJEDREZ ES COMO RESPIRAR: O por lo menos eso decía Samuel Reshevsky sobre el dominio que tenía sobre el tablero. Antes de aprender a leer y escribir ya era un consumado maestro, tal y como lo demuestra en la fotografía, en la que podemos observar a un Samuel de ocho años derrotando en varias partidas simultáneas a sus veteranos contrincantes. Nacido en Polonia y nacionalizado norteamericano fue un campeón a la altura de los grandes nombres por todos conocidos, Capablanca, Bobby Fischer o Karpov. Se cuenta que, siendo aún un niño, se enfrentó en una partida de ajedrez al gobernador alemán en la Polonia ocupada. Éste tenía fama de ser un frío represor de los polacos y, cuando Samuel le venció, le dijo estas atrevidas y valientes  palabras: "Usted puede matarnos, pero nunca me ganará al ajedrez". 

NIÑOS POR CORREO: Fotografía algo insólita y que pretende decirnos que a principios del siglo XX los niños pequeños eran enviados por correo de un lugar a otro. No obstante, parece más bien un señor cartero que pasea con su hijo en una saca para mayor comodidad. Pero, aunque parezca anecdótico, si que ocurrió algo parecido tras la inauguración del servicio de paquete postal en Estados Unidos, allá por el año 1913. Por entonces era más barato hacer frente al pago de unos cuantos sellos, pegárselos a los niños en la ropa y enviarlos por correo, que soportar el coste de un billete de tren. Parece constatado que al menos dos niños fueron enviados con tal proceder. Uno de ellos era una pequeña de cuatro años, May Pierstoff, que fue mandada como paquete postal  a Utah, a la casa de su abuela, recorriendo más de 12.000 kilómetros, pero, afortunadamente para ella, no fue en el interior de una caja, sino en el vagón de correos con alimentos y agua para el viaje. Naturalmente ambos casos llegaron a oídos del Director General del Servicio Postal, que de forma inmediata dictó un reglamento, en el que se prohibía expresamente el envío de seres humanos utilizando el transporte de mercancías. Hoy, en pleno siglo XXI, desgraciadamente aún seguimos enviando a niños en maletas. Para algunas cosas parece que el tiempo ha retrocedido lastimosamente. 

BÉSAME TONTO: Ignoro si el barco de la imagen llegó a zarpar en plena contienda bélica, la Segunda Guerra Mundial, o si tan enamorados protagonistas fueron más fuertes y seguros que el ancla de la nave, impidiéndoles salir de puerto. Y es que en la guerra, el amor parece apresurado, deseoso de consumir su fragor ante la amenaza de morir en combate. Hay besos que siempre parecen el último.


martes, 20 de enero de 2015

CURIOSAS FOTOS ANTIGUAS

Segunda entrega de una sección que me fascina y que probablemente será habitual en este blog, la fotografía antigua, sobre todo aquellas que transmiten cierto desasosiego o perplejidad, que reflejan la idiosincrasia de otros tiempos, en los que un nuevo arte se abría camino con la  fuerza de lo nuevo, de un territorio a explorar libre de imposturas y artificios.

MAMÁ PRECAVIDA: En momentos de crisis bélicas es fácil que se provoquen algunos comportamientos presuntamente histéricos, aunque nunca se sabe si toda preocupación es poca ante el miedo. De todas formas, no tengo muy claro si es un carrito de bebé o un artilugio para asar castañas. 

PRESCINDIENDO DE LA PLAYA:  Un dispensador de bronceado que,  a cambio de una moneda, te deja con un color de piel tal y como lo tendrías después de una aburridas horas de exposición al Sol. Sea invierno o verano la máquina no descansará hasta fumigarte por completo. Me pregunto si también sería útil para darle una manita de pintura al salón de tu casa.

DEPORTE PELIGROSO: Siempre pensé que tirarse dentro de un tonel por las cataratas del Niágara era una especie de mito, una leyenda urbana, pero no es así, tal y como lo podría atestiguar Annie Edson Taylor, quien en 1901 y con 63 años de edad fue la primera en saltar en un barril, forrado con un colchón,  logrando sobrevivir.

CENSURA PLAYERA: El espíritu puritano siempre está al acecho, dispuesto a escandalizarse y saltar como un muelle para emprender las oportunas reprimendas correctoras. En la fotografía, el encargado de aplicar la moralidad de la época, toma medidas desde la rodilla hasta el bañador para ver sin cumple las normas más elementales del recato.

LOS EXTRAÑOS: Estas insólitas figuras no son humanas, son de cera y sobrevivieron al incendio del año 1925 del célebre Museo de Madame Tussauds de Londres. Fueron muchas las figuras que las llamas devastaron, aunque por fortuna se pudieron salvar los moldes.

EL PRIMER MAZINGER Z: La obsesión del mundo nipón por los robots no es nueva y ya en tiempos pretéritos, los hombres del Sol naciente,  acostumbraban a hacerse fotos en compañía de tan cibernéticas figuras.

ARTISTA AMBULANTE: Antes de que los perroflautas invadieran nuestras calles, diversos personajes se dedicaban al noble arte de la distracción urbana. En este caso, un curioso individuo nos presenta su particular mono de feria, un esperpéntico disfraz sufrido por un resignado e incipiente actor. Eso sí, atado con una cuerda, por si tiene tentación de presentar su renuncia. 

EL GALLO DE MORÓN: Ignoro las circunstancias que hicieron que este tipo se realizara una fotografía con esa guisa, pero hay que destacar que se lo tomó muy en serio y con una altivez difícil de mantener.

AUTOPSIAS A LA CARTA: En la mesa se puede leer algo así como "Ya se ha acabado todo" , anticipándose a la disección que acabará por separar las diferentes partes orgánicas de alguien que ya no está entre nosotros. No obstante, no estoy muy seguro de que la fotografía sea la de una situación real, ya que hay otras que la imitan pero con otros protagonistas, lo que me lleva a pensar que es una instantánea recreada, una puesta en escena. Por cierto, cómo se parece el tipo de la pipa, el segundo por la derecha, a Peter Hayden Dinklage, el actor que interpreta a Tyrion Lannister de "Juego de tronos", aunque eso sí, más alto. Ahora que me fijo aún más, el segundo por la izquierda es clavadito a Josh Hartnett, uno de los protagonista de "Pearl Harbor", pero más bajo.

EL INVISIBLE HARVEY: Para el que no lo sepa, Harvey, era un conejo gigante que solo los borrachos podían ver, en este caso el personaje interpretado por James Stewart en la película de 1950. A este tipo de animales imaginarios también se les llama Puka, y uno de ellos aparecía también en el film de culto "Donnie Darko".

PRIMITIVO IRON MAN: Parece que el conocido superhéroe de Marvel ya participó en alguna guerra colonial. Eso, o que estos combatientes andaban algo aburridos entre escaramuza y escaramuza.

COSTUMBRES PECULIARES: Dicen que hubo una extraña moda, que consistía en sacar a los niños pequeños en una jaula y colgarlos en el balcón, como si fueran canarios. Parece que se hacía con fines terapéuticos, con la finalidad de que el tierno infante tomara el Sol y el aire, aunque a mi, en particular, me parece poco creíble.

E.T. EN BLANCO Y NEGRO: Una fotografía con polémica, porque, aunque parece que todo el mundo la da como una falsificación, aún no hay pruebas contundentes sobre ello. Tampoco parece que exista un criterio sobre quienes son los dos agentes que llevan de la mano a tan escuálido ser de otro mundo. La identidad ha variado según las fuentes y han pasado a ser desde nazis, agentes del KGB o de la CIA. En un libro sobre ufología se describe como "Dos investigadores alemanes sostienen el cadáver de un supuesto extraterrestre, descubierto entre los restos de un ovni que se estrelló cerca de la capital mexicana en los años cincuenta". Se rumorea, no obstante, que podría ser la fusión de dos fotografías, la de los dos agentes con gabardina y otra con las dos señoras enlutadas que se suponía llevaban un carrito de bebé, que aquí se ha sustituido por el pequeño invasor.



jueves, 24 de abril de 2014

INQUIETANTES FOTOS ANTIGUAS

Que las fotos antiguas tienen un toque especial es algo que a nadie se le escapa. Ese blanco y negro primigenio y su posterior desarrollo poseen una personalidad que mucho tiene que ver con los matices, la profundidad de campo y un cierto halo de misterio, que el color no puede igualar. Si contemplamos las fotos de nuestros padres y abuelos, podremos percibir que la profesionalidad de los pioneros era más que notable. Esas imágenes, tomadas en plena calle por los fotógrafos que se ganaban la vida realizando sus capturas diarias, son dignas de admiración por su calidad y como fiel testigo de una época. Pero hoy no les traigo una galería de imágenes cotidianas, sino su versión más siniestra o inquietante, la que sólo puede ofrecer el blanco y negro de otros tiempos. La perspectiva con la que ahora las contemplamos hará el resto del trabajo. 

LA CABEZA DE MAMÁ: Ignoro si se trata de una fotografía original, aunque lógicamente trucada, o una instantánea reciente y manipulada para que parezca antigua. Sus rostros, su fisonomía, parecen indicar que no es un trabajo reciente y espero que tampoco fuera una imagen real tomada a una familia de psicópatas. 

TRUCO O TRATO: Menudos disfraces se trabajaban los niños de antes, siniestros y con aspecto de serial killers. No cabe duda de que, quien fuera capaz de abrirles la puerta, era un valiente en toda regla.

LA GUARDERIA: O quizás un orfanato de lo más peculiar, en el que se consiguen unas máscaras muy asequibles, pero con un aspecto nada tranquilizador, como el de la mujer que se sitúa al fondo, junto a la ventana.

¿QUIÉN ES LA MUÑECA?: No se sabe quién es más siniestro de los tres personajes. Ella parece una versión femenina del Jason Voorhees de "Viernes 13". 

ARRE BURRO ARRE: O, por lo menos, eso debería de gritar el tierno infante y huir como alma en pena ante semejante Santa Claus, con un rostro esculpido en el infierno o resucitado de entre los muertos.

PAYASO AL ACECHO: La iconografía del terror ha estado siempre plagada de referencias al mundo de los clowns. El rostro del payaso de la fotografía es una fusión perfecta entre la tristeza y lo turbio. Mucho tenía que cambiar su expresión para hacer reír a los niños. 


SOLTERAS Y SIN COMPROMISO: Su languidez, sus largas cabelleras y el parecer que carecen de brazos, les confieren un aspecto nada tranquilizador. Ideales para una cita a ciegas a dos bandas. ¿Estarán vivas?


HALLOWEEN EN TEXAS: Así debió de celebrar tan popular festividad el simpático Leatherface, el protagonista asesino de "La matanza de Texas"

PECULIAR COMPAÑÍA: A saber por qué extrañas circunstancias, tan entrañable abuelita, sacaba a tomar el sol a esta momia de aspecto  resignado.


BUZO LAS 24 HORAS DEL DÍA: Cada uno es muy libre de amar su profesión y llevarla a límites insospechados. ¿Será una foto de bodas?


UNA PLAGA RESPETABLE: Espero que sea una fotografía trucada y que, lo que sostiene este buen hombre en 1937, fuera originalmente una liebre. De lo contrario, Iker Jiménez debe ponerse manos a la obra de inmediato. Puede que sea un atrezo de la película "¿Qué sucedió entonces?", pero sería un anacronismo, ya que el film del El profesor Quatermass se rodaría 30 años después.

EL PRIMER E.T.: Parece lógico suponer que debe tratarse de una representación teatral o de un cartel realizado para la misma. Otra causa distinta, nos podría hacer creer que nos encontramos frente a algo más demencial.

EL PRIMER JOSÉ LUIS MORENO: Los ventrílocuos también dan mucho juego, generalmente por el carácter esperpéntico de sus acompañantes de cartón piedra. Está claro que el buen gusto por la belleza era desconocido para muchos artistas de esta especialidad.

NIÑOS ENCANTADORES: Sobre todo el de la izquierda, perturbador como ninguno. Alguien se preguntará por qué el personaje central, claramente un adulto, va ataviado con una especie de burka. Se trata de una técnica de los fotógrafos de la época. Se pretendía que alguien sujetara a los niños más pequeños, pero que  no le quitara ningún protagonismo. Una forma rudimentaria y claramente ineficaz de ser invisibles.

RARO, RARO:  ¿A quién demonios se le ocurrió fotografiar a un niño fumando en compañía de una gallina?

LOS OTROS: Esta imagen no tendría nada de particular, salvo por el llamativo hecho de que, la muchacha que posa en el centro, está muerta. La moda de fotografiar difuntos fue relativamente popular en el siglo XIX, con ciertas influencias del romanticismo. La nueva técnica de inmortalizar imágenes fue la excusa perfecta para desdramatizar la muerte, haciendo participes a los difuntos de un momento en el que aparentaban vida, perfectamente maquillados y en posiciones complejas que los fotógrafos se trabajaban de forma a veces brillante. Lo que en aquella época parecía un acto de homenaje, ahora se nos antoja poco afortunado, sobre todo cuando incluían fotos de niños, que no he incluido por  parecerme demasiado escabroso.