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30 junio 2024

ADÓNDE IR

 




Anoche llovió metralla,

relámpagos y truenos infernales;

llovió de forma continuada y exterminante.


Murieron muchos,

tanto que los números espantan;

desaparecieron algunos bajo los escombros.

¡Qué dolor! ¡Qué asfixia!


No hay luz, tampoco gas.

Ni se compra ni se vende;

no quedan géneros en los almacenes

y las alacenas son espacios con eco.


Los hospitales solo cuentan

con paños calientes,

balsámicos ante tanta estridencia.

Un resto de población subsiste

y vive como conejos en madrigueras;

mientras,

en los foros internacionales,

hablan de galgos y podencos

y el pueblo va siendo fagocitado

por la lava de la ambición ajena.


¡Adónde ir!

¡Qué maldición es esta!

¡Adónde ir!

07 junio 2024

BANDERAS AL VIENTO

 



A mi amiga Larysa Chesnokova


El ánima vomita fuego

y el retroceso desajusta

la parábola diseñada por estrellas

y galones.


El alma. Pobre ánima,

no encuentra consuelo.


Las órdenes son de aniquilar,

de saltar por los aires

todo atisbo de vida:

el hambre y los hospitales

desabastecidos

o cubiertos de escombros

harán el resto.


No hay piedad. No la hay.

La industria armamentística

no puede parar de vender,

y los patrioteros entran al trapo.


Y enarbolan banderas al viento.

Y muertes masivas al hoyo.

Y almas que no hayan consuelo.


El ánima vence al alma,

pero no convence.

28 diciembre 2022

LA MATANZA DE LOS INOCENTES



 

Se han desplomado la mayoría de edificios

y también los termómetros

con sus gélidos minuteros violentados

y los centros de energía disipados

al aullido de los drones.

 

El temido poder bélico soviético,

─salvo la amenaza de hecatombe nuclear─

es un fiasco igualmente desangelado

que solo tenía nombre asustadizo.

 

La guerra, que no era guerra,

y que habría finiquitado en una semana,

ha dado a luz, cumplido los nueve meses,

a un inconcebible revés militar atragantado,

aunque persiste el hambre invasora

y la numantina resistencia de los violentados.

 

A las muertes no contabilizadas,

a la rotunda escasez, al hambre y al frío,

una diáspora de más de catorce millones,

un escalofriante número de refugiados

que han dejado atrás hijos adultos y esposos.

 

La aguerrida garra de la guerra,

de la ambición desmedida por lo ajeno,

y sus efectos secundarios,

matanza de los santos inocentes.

01 marzo 2022

UCRANIA



En los supermercados no queda de nada,

los estantes están desguarnecidos

y la caja abierta ilustra la hecatombe;

mujeres, niños y mayores

habitan la clandestinidad del subsuelo

y duermen sus pesadillas con música de metralla.

Un fantasioso fuego cruzado de propaganda

desorienta a la verdad

y se entroniza en el alarde la apariencia

tratando de desmoralizar con grandes titulares.

David, a su inexperiencia,

le suma los rudimentos del pastor de ovejas;

Goliat, tras el sueño de un paseo triunfal,

─herido en su prepotencia─

se le indigestan los cálculos biliares

y amenaza con recurrir a fuerzas de disuasión nuclear.

Todos ocultan la sangre con silencio profundo,

pero las heridas no dejan de supurar

vidas que se apagan.

El teatro del mundo mira desde la platea

y amenaza con quitarle al grandullón

la paga de los fines de semana:

está obcecado, huele a sangre y no se sacia,

quiere aplastar al enano

y someter a su rebaño;

seguro que terminará por alcanzar el objetivo,

pero el muchacho no se ha mordido la lengua,

aunque la tiene morada y mordida de impotencia.

 

28 febrero 2022

ENEMIGOS DE LA GUERRA



 

El labriego que siembra esperanzado

y entorna los ojos musitando

la sinfonía de la lenta germinación.

El que abriga su soledad con tintes de esperanza

y deshoja una margarita conjugando el futuro.

El que agradece la lluvia y hace sones rítmicos

con el chapoteos de sus pies descalzos,

emulando la infancia que no quiere borrar.

El que descubre el placer de las relecturas

y se orilla en los márgenes y en los subrayados.

La mujer en cinta, colmada de esperanza,

mientras acaricia a futuro la curvatura de la felicidad.

El estratega que hace trabajar a sus meninges

tratando de colocar el seis doble,

mientras saborea el café de sobremesa.

El poeta que recela de la fase menguante de la luna

como de una taza desportillada.

La mujer y el hombre que atesoran sueños

y los salvaguardan en castillos de naipes.

Los que no tienen nada que ganar ni perder,

porque es a ellos a quienes les va la vida

en las garras de la guerra.