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20 junio 2024

EL OCASO

 





El sol se resbaló por el poniente

Y la tarde lucía anaranjada, como si se humillara.

Era de un marchito creciente

hasta desaparecer por la línea del horizonte,

esa línea bien rotulada

en la que los terraplanistas se apoyan

para sus afirmaciones rotundas y obsoletas.

Dicen que América está al otro lado,

donde cumplen las sombras

arrestos de un día de forma permanente.

Se nos ha hecho tarde de nuevo.

Volvemos sobre nuestras huellas titubeantes,

y sin demasiadas dificultades

logramos ponernos a refugio,

alimentarnos y soñar una nueva aurora.

Hay una línea imaginaria

entre el ayer y el hoy,

seguramente tan rectilínea

como la del horizonte durante el día

y no tortuosa como la imagino de noche.

El error de los años es como un círculo vicioso,

una coda impertinente

que nos devuelve a los asuntos no resueltos,

quizás por eso los mayores

tendemos a repetirnos.

Es esa fragua, el martilleo en frío

de aquello que arde en nuestro interior.

Cuando la tarde se marchita,

se avivan los recuerdos

y los fantasmas visten de nuevo sus embozos.

04 enero 2023

MARINA

Fotografía de Escolástico Martín, "Tico"

 

Tus recuerdos son una dársena abierta,

dos brazos en alerta que esperan siempre

para acoger y abrazar de nuevo

en el corchete de un tiempo interrumpido.

El cielo se viste con la toca gris

de los momentos de recogimiento,

tan arrebujado como mis pensamientos,

idealizando y enredándose en los tuyos.

Se han dormido las olas en el mismo suspiro

con que se va apagando el día hacia el poniente

y da por cerrada la jornada hasta el alba.

La música del mar es inaudible,

un pianísimo que ni gesticula ostensiblemente

ni apenas pasa de ser murmullo,

como si quisiera emular la banda sonora

de un encuentro visual sin vocalizaciones,

tan solo entallado a la contemplación de la belleza.

Una barca varada señala el final de sus travesías

con su costado lacerado de un mal envite

y sus entrañas lastradas de arena

de una vieja tempestad o de juegos infantiles.

Lanzo mi mirada a la bocana y ahí estás,

ahí te intuyo entre aparejos y sombras,

receptiva y sonriente, haciéndome soñar.

02 enero 2023

DE LA AURORA AL CREPÚSCULO



 

Ya lejana, pero conocí la luz de la inocencia,

aquella mirada blanca donde todo era

diáfano y esperanzador,

como ese albor de la aurora cargado de promesas

que invita a soñar un mundo perfecto.

El azul naciente era como el medio natural

en el que se desenvolvía la vida,

entre la ternura de mi madre y abuela

y la dulce sonrisa de mi padre

que me ayudaba a descubrir la naturaleza

en cada uno de sus misterios.

Aprendí a respetar a la abeja

y a valorar el trabajo de cada animal doméstico

como una ayuda vital para el hombre,

a distinguir, entre las hierbas las ortigas,

también a evitarlas,

a paladear el sudor del esfuerzo que hay

detrás de cada logro.

En suma, a vivir con gozo cada pequeña aventura

y a fantasear cuando se hacía remisa.

En la melancolía del crepúsculo,

nada echo en falta, ni siquiera el vigor de antaño,

pues de esa misma naturaleza aprendí

que, como la hierba, las flores y los frutos,

la vida trascurre entre un radiante amanecer,

el esplendor de la luz y su ocaso.

Alguien dijo que la arruga es bella,

pero se trataba de un ardid comercial;

la belleza del crepúsculo radica

en los mil matices de la luz que ya no es fulgor,

sino tonos pastel con bostezos de sueño

y el dulce deseo de volver a ser

la luz radiante de la inocencia.

14 diciembre 2022

TÚ, MI MÚSICA



 

Hubo una tarde de girasoles marchitos

sobre el borde de tu cama.

JOSÉ RODRÍGUEZ INFANTE

 

Para ti, que haces de cada sonido

una tesela vocal,

un fonema dulce al oído

que se engarza a la armonía de la tarde

entre azules marchitos

y el rubor carmesí que se adormece

en la almohada oscura del poniente.

 

Para ti, que eres mi música

y enarbolas los quejidos del bosque

y la languidez en la mirada

de los girasoles al atardecer;

para ti que eres aroma silvestre

y no conoces laboratorios

y hasta la rosa se arroba en tu presencia.

 

Para ti que sobrevuelas los arpegios,

que eres sonido vibrante y brillante,

ademán y pausa de gota de rocío

sobre el pétalo inmaculado de un nardo;

para ti, arrebato de mi ser,

destello del alma purísima que me colma,

noche insomne de mis desvelos.

 

Para ti, solo para ti, este gemido lírico;

para ti, que eres mi música.

09 diciembre 2022

SOPLA LA BRISA



 

Sopla la brisa acariciando

al caer la tarde

y en el álamo se hace música,

fiesta de alegres acordes

y un temblor de acompasados

caras y envés, que se alternan

como guiños tornasolados

sumados al espectáculo.

Es otoño y el crepúsculo

vendrá con urgencias,

pasada la media tarde,

dando por cerrado el día

y dejando añoranza y sed,

hambre de un tibio sol que no hiere.

En el cielo se dibujan

figuras grotescas y grises

que no soy capaz de interpretar,

pero que, en mi temor, podría conjugar

como amenaza. El verdor

se ha hecho sombras desdibujadas

y la arboleda siniestras figuras

que intimidan y desconsuelan.

Se ha encendido el alumbrado público,

es el momento de volver a casa

y guarecerse de las amenazas

o de mis infantiles miedos.

13 noviembre 2022

INSTANTÁNEA

 


 

Caía la tarde.

Por entre los filamentos de tu melena

se filtraba el sol dorado

dándole una hermosura desconocida.

Me acerqué a beber de ti

y tus labios me confirmaron

que eras la misma

con una estética casual

que no habías buscado.

Radiante, diáfana,

jugosa como un cesto de frutas.

En tus ojos se transparentaban

dos gotas de rocío

que iluminaban tu rostro.

Mirabas y guardabas silencio.

Como otras veces,

la mirada complacida y el mutismo

son esa instantánea

en la que uno

quisiera perpetuarse en ti.

15 octubre 2022

VIVAMOS ESTE HOY



 

Descorre las cortinas,

que entre la brisa,

que el yodo y la sal marina

se agarre como náufrago

a nuestro paladar

con vocación de permanencia;

que se detenga el ocaso,

que no decline el sol,

que sea terco y no obedezca

a la ley natural,

como para mí es natural, en este caso,

contravenir la ley

que lleva a la contención

mientras me miro en el brillo de tus ojos,

en el brillo húmedo de tus labios,

en la sequedad desértica

entre un beso y el siguiente.

Que no se apague la llama del deseo,

que no falte la leña en el hogar

ni las ascuas de este amor

languidezca o se haga monótona

entre el gris de las cenizas.

Vivamos este hoy,

Bailemos

con la música y el ritmo

que nos ha tocado en suerte.

25 septiembre 2022

OCASO



Se retiraba a regañadientes,

como arrastrando una pena.

Su luz dorada comenzaba a ser mortecina

y ya no hería,

era una pavesa ensangrentada

humillada y lastimera.

 

El incendio dócil del poniente

en el espejo del rebalaje,

como dama en traje de noche

que arrastra la cola

dejando huellas de su paso.

 

La mar, con su música oscilante,

plata bruñida y alterable

invitando al acontecimiento,

hoy dorada despedida,

un enardecimiento que invita

a la contemplación sin límite horario,

ni resulta fácil dar con la salida.

 

De tanto mirarte, de tanta contemplación,

de tanto querer frenar la marcha,

este éxtasis, este mirar pasmado

sin poder evitar que finalmente

se escore fuera de la visión

y desaparezca como en los días sombríos

aquello que es excepcional

como rosa sin tallo.

26 agosto 2022

ATARDECER EN MARBELLA



 

El sol se pone por el mar:

primero se humilla,

luego se enrojece con ojeras violetas

y la timidez de un adolescente;

finalmente, hace mutis con docilidad

por las aguas profundas

y deja su sonrojo impregnado

por el camino de la tarde anterior.

 

Así lo he visto desde niño,

un día y otro:

siempre igual, siempre novedoso.

Y a mis muchos años 

sigo aguardando el milagro

que altere la rutina

con un cambio de guión

o la improvisación de un regidor alterado

que subvierta la puesta en escena,

para ser notario de la novedad

que jamás se produjo.

 

Tras la desilusión de hoy,

se empoderan las sombras

con acento esdrújulo

y vuelvo sobre mis pasos

con tanta paz como confianza

en el posible error

que, quizás por fin, acontezca mañana.

10 junio 2022

EL ÚLTIMO RESPLANDOR



Se había ocultado el último resplandor,

el incendio del día acabó difuminado

y el sofoco de la playa bostezaba aires nuevos,

acabada la algarabía de los últimos bañistas.

La mar no tenía sueño

y repetía su melodía monocorde incesantemente,

como la nana de la abuela, que uno recuerda

para siempre como el mayor de los tesoros.

En el rebalaje, donde las olas se rompen

y se hacen polvo de estrellas y chantillí,

tres cañas enhiestas al socaire de la fortuna

y un pescador haciendo guardia.

Desde algún punto cercano, no visible,

voces insomnes discutiendo vaguedades,

porfías aplazadas que no encuentran nunca

la paz y el sosiego de reconocer lo obvio.

La mar no se apartaba de su partitura

y aquella salmodia yodada

tapaba todos los poros de mi entendimiento.

Recostado y abrigado con la toalla,

que antes había usado de alfombra,

me dejé llevar por el recuerdo

de unos versos de Constantino Kavafis

y me enrolé en su aventura para siempre:

y ahora vino

a permanecer en este poema.”

 

06 junio 2022

SOL PONIENTE



Sol poniente por Sevilla,

un incendio naranja

con pinceladas lilas,

cual violeta que sueña en azul

y va dejando tras de sí

la pesadez de fuego de los días.

 

El naranjo es sombra verde

que se olvidó de la nieve en flor

y cubre carrera por las calles

ante la fiera firmeza del tiempo.

 

Cuando salga la reina de la noche

y se engalane con su tul de blondas,

cuando de cada esquina brote un sueño,

un sutil misterio intangible,

cuando desaparezca el vaho encendido

y dé paso a la brisa,

tomarán vida los sueños

y el río contemplará mudo

el correr intransitivo de las horas.

En esa quietud que se adormece,

te seguiré esperando de por vida.

04 junio 2021

CONCEPTOS

 


 

Y de repente,

mientras uno se encuentra descansando,

la mente remonta el vuelo

para planear en la distancia

física o cronológica,

y se ve envuelta en conceptos

que evocan el pasado remoto

o el futuro inalcanzable.

 

Nostalgia: huella que no llegó a dejar cicatriz,

pero que al volver sobre sus pasos

hay algo que acaricia

y hay algo que también escuece.

 

Olvido: como el concepto de perdón,

una lucha de titanes que vuelven a escena

una y otra vez,

que se repone periódicamente

sin que logremos enterrarlo para siempre.

 

Ocaso: miedo a lo perenne,

a que a la tranquila estampa

no le suceda la correspondiente aurora

que vivifique la secuencia una vez más.

 

Infinito: donde se enraíza la esperanza,

de lo inalcanzable,

ese más allá donde lo imposible

se hace certeza para siempre.

 

Madre: donde la nostalgia se vivifica,

soslaya el perdón con el olvido para siempre,

su marcha es un ocaso sin aurora

y confío que el infinito me la devuelva

para gozarla eternamente.

30 abril 2021

TO BE CONTINUE

Fotografía de Antonio Jesús Rueda


El día está cansado,

demacrado;

su pulso tibio ya languidece

y se recoge bajo sus propias sombras

mientras se dilata hacia el oeste

con sus ojeras azuladas,

esas que se mimetizan en el horizonte

hasta desaparecer

sedientas de luz.

 

Es el tránsito de cada día,

aunque no hay dos idénticos

sino todos ellos similares.

Como tú, como yo, como el pescador;

cada uno con su identidad,

como los brochazos del pintor

que tinta grandes decorados.

 

Así se abre el paréntesis

hasta la nueva aurora,

un “to be continue”

con las peculiares pinceladas

del nuevo alumbramiento.

 

Que llegue, que llegue la alborada,

y que mis ojos encuentren la luz de los tuyos

o la lámpara de tu boca

donde ahogar la sed

que desde ya me atormenta.

13 abril 2021

CUANDO EL DÍA SE VA

 


 

El sol que ahora se oculta

como rendido soldado en retirada,

ese que anaranjado se dilata de sonrojo

y se oculta tras el horizonte

dándonos su espalda de sombras,

es más allá de donde alcanza la vista

un despunte de luz y esperanza

para quienes despiertan en otras tierras

entre bostezos y con la música del gallo

como banda sonora

que se antecede a las cortinas del alba.

 

Esto que nosotros apreciamos

como un final

por la opacidad luminosa,

es el inicio de una nueva jornada

allá donde la vista se fatiga sin ver

e imprime redondez de interminable

a lo que está fuera de nuestras limitaciones.

 

Así debe ser también el sueño de la muerte,

una incapacidad para apreciar

al otro lado de nuestra vista limitada,

un día que nunca más será noche

en el claror de la luz perpetua;

aunque desde aquí la percibimos noche eterna,

luz ciega, mar tempestuosa y sin sal, laguna sin agua;

sospecho que ha de ser brote que germina

indefinidamente,

primavera renovada, vida jovial y eternizada.

13 marzo 2021

PROMESAS

Fotografía de María del Pilar Ferrari Díaz


Y en la brisa se columpia

la impaciente primavera:

el verdor de los naranjos,

las golondrinas primeras,

el azahar, nieve radiante

y el vuelo de los insectos

de flor en flor banquetean.

 

Hasta la orilla del río,

corriente mansa que espeja,

se asoman para mirarse,

desbordante juventud, él y ella.

 

Y construyen sus castillos

de ensoñaciones extremas,

de cálculos infinitos

y de futuras promesas.

 

Y los besos y arrumacos,

─adocenada cosecha─

de gestos y de miradas,

de caricias que son fiesta.

 

En el crepúsculo huye

naranja que fuego era,

y pone tintes dorados

en una y otra ribera.

 

El sol, como ensimismado,

hacia el Conquero se aleja

y va dejando en su estela

endechas, glosas y rimas,

liras y octavas reales,

fibras de sin par madeja,

que a los jóvenes envuelven

mientras se juran promesas.

15 diciembre 2020

OCASO


Acababa los días

en la dulce espera de todas las jornadas.

Se subía a un pequeño promontorio

y diluía su mirada en la distancia

como quien vislumbra lo soñado.

 

En sus ojos, añiles, rosados y violetas;

lentos y encaprichados atardeceres,

llenos de nostalgia y sobrecargados

de pegajosa melancolía.

 

Ni un adiós, ni una carta;

tan solo un mar inmenso

pronunciando inconmensurables las distancias:

silencio quedo, espera casi audible

como el murmullo de una caracola.

 

Ya noche cerrada,

abrochada en sí misma,

vigilaba las sombras a la luz de la luna

y volvía sobre sus pasos

con la ilusión y esperanza puestas

en un nuevo amanecer.

16 noviembre 2020

ATARDECE

 


Atardece, los vencejos

dibujan en el cielo acrobacias

tocando retirada

y buscan refugio en la arboleda de la plaza,

donde muchos niños jalean sus piruetas,

mientras las mamás se despiden

con la promesa de volver mañana.

 

Una veintena de chavales jadeantes

─corazones blancos de ternura─

juegos incesantes y malicia en espera

con algún que otro descalabro.

 

No hablan, gritan, vocean todos a una,

se abrazan y despiden con nostalgia.

Por encima de la torre

se asoma la noche con su capa parda

y se vislumbra un corro de estrellas.

 

Se van alejando,

al tiempo que el silencio emplaza su eco

de mustias añoranzas.

Sueña en la torre rotundas las campanadas

y se evaden los murmullos

por las esquinas dobladas.

 

Por las calles adyacentes discurren en retirada…