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12 abril 2019

La vida es este instante






La vida es vuelo. Volamos para conocer.

La imaginación es la mariposa de los sueños. Nos lleva por los aires a otras tierras y otros mundos.











Lo desconocido, tienta y enamora. 
Alguna vez viajamos para ver y disfrutar.









Cuando llegamos al país que imaginamos, nos resulta distinto. Más pequeño, menos ideal, no tiene el encanto, el color y la luz que antes de llegar nos fascinaban.





Hacemos fotos. Compramos recuerdos. Y ... tenemos que volver.

Y de regreso, volvemos a hilvanar la imaginación, con los recuerdos y los sueños de los viajes vividos , por si en algún momento tenemos la fortuna de emprender otro vuelo.



Lo mejor de París, de Italia, del extraño rincón del volcán, de la nube y su sombra sobre el azul del mar, de la arena del desierto y la hilera de camellos, de las noches al raso, viendo pasar estrellas, la cascada de aquel lugar único, y aquel amanecer del mundo desde la arena negra de la playa, en la isla perdida del fin del mundo, donde nos quisimos.







Los recuerdos también hacen volar. ¡Es otra forma! 
¡No quiero perder nada!

Todo lo llevo en mi bolso. El universo y los sueños van conmigo.






Y vosotros, ¡qué alegría! 
¡¡¡No sé si cabrá algo más, hoy, en este bolso!!!

Con cariño, Ángela.




20 marzo 2019

El buho y los colores.















Una bolsa patch, para mis partituras del coro.
🎼🎶🎶😘

03 octubre 2018

Otro amanecer...

Después del verano, afortunadamente no he cambiado, y aunque vuelvo renovada, soy yo misma, la de ayer, la de siempre.










Iba a guardar la energía y los recuerdos de mis pasos por los caminos nuevos que he pasado, y por los bosques que me han enriquecido y, resulta que tengo llenos los cajones, con tareas incompletas o atrasadas y la memoria de wasaps y mails de amigos, que  impulsaron mis pies, con su amor y cercanía.

















Con unas cosas y otras, antiguas unas, nuevas otras, soy como soy y estoy aquí y ahora, para vivir y emprender cada mañana la aventura apasionante de ser y de crecer.







He descubierto a cielo abierto, que la Naturaleza ayuda, que el sol aparece después de cada noche, y que la brisa o la lluvia, -a veces tormentosa- son compañeras de camino. Nada nos puede herir, ni el viento huracanado, ni siquiera las lenguas aceradas, ni las opiniones o gestos que cortan o distraen de lo que somos o pensamos. Solo pueden herir o entorpecer, si les abrimos la puerta de la casa.





Al amanecer de esta nueva etapa, con esa transparencia que el cielo nos regala, quiero ver, sentir, gozar de toda la belleza que está ahí y me rodea. Es tanta...que no quiero perder, ni un segundo de la vida que me queda.











Desconozco muchas cosas, pero lo poco que conozco, en la montaña o en la ciudad, en el campo o en los amigos, ha tardado siglos para estar ahí, para ofrecerse en todo su esplendor a la vista de todos y que yo, al descubrirlo, pudiera saciar mi sed...






Una muestra del gozo de viajar, estaba cerca o tal vez lejos, porque todo es relativo, me refiero a la Selva de Irati, en la alta Navarra y sur de Francia. He sentido vibrar el alma, sin palabras, contemplando absorta la honda paz verde que entra por los ojos, y la luz que juega entre las hojas de las ramas inmensas en las hayas centenarias.

Nunca una alfombra me produjo al pisarla tal contraste de suavidad, aromas y sonidos. 








Quiero seguir con mis puntadas, en el patchwork, uniendo telas, recuerdos y cantando, por si logro acercar con mis ideas, algo de lo que siento y vivo.


Pd. Os muestro dos bolsos iguales y distintos...policromía del otoño.








                                                               

                                                                   

                                               Hasta la próxima.
                                               Un abrazo.

02 julio 2017

Vivir

Dicen que el tiempo atrapa. No lo sé. Tampoco me preocupa. Ni un minuto le dedico. Quiero y me siento vivir libre. Posiblemente a contracorriente.
Mi vida es nueva cada día. El de ayer fue un día nuevo. El de hoy lo es. No tengo tiempo de aburrirme. Disfruto lo que hago, porque no me dejo arrastrar a la rutina.












Mi sueño es vivir, ser, sentir, disfrutar, pero siendo y amando lo que Soy, lo que tengo y lo que cada día me regala de forma sorprendente. Ni me preocupa el pasado ni me obsesiono con el futuro. Estoy aquí y ahora, y soy feliz a mi manera. No voy en busca de la felicidad. Tengo mucho más de lo que necesito, aunque necesito poco.








Posiblemente he reducido el mundo porque era muy grande. Los míos y mis sueños son mi mundo. Nos cobijamos bajo las mismas estrellas, disfrutamos del agua, del aire, del paisaje de la tierra, sin tener que poseerlo todo, ni conocerlo todo. Cantamos y reímos. Leemos y escuchamos. Conversamos. Trabajamos y comemos. Compartimos. Nos sentimos bien. Hasta ahora podemos decir que no enfermamos. Pensamos en salud.











Vemos, porque no podemos ignorarlo, lo que ha cambiado el mundo, las costumbres, las formas y actitudes de la sociedad, desde que eramos más jóvenes. Respetamos los cambios, o tal vez, como dice el proverbio hindú: "Nada ha cambiado. Solo yo he cambiado. Por lo tanto, todo ha cambiado".




Al final la vida es mucho más sencilla de lo que parece. Es importante respirar, dejar que el corazón siga latiendo sin pedirme permiso. Que los sentidos me den las sensaciones que me van enriqueciendo, disfrutar de la luz por cada poro y del amor hasta el interior del alma. No sé si se puede anhelar más. Si hay más y lo necesito, llegará.











Un beso a todos mis amigos y cada uno de los que conozco por mi afición al patchwork, a la música o a cualquiera de las artes.
Ángela.




Ah!... Os muestro un pequeño bolso con minúsculos hexágonos, y una cesta para guardar las mantitas de invierno.

07 junio 2017

Un hueco nada más.

Era un hueco, sin más;
un vacío abierto
y sin costuras,
un perímetro
de imaginación,
un imposible
con asas, botones
y alguna cremallera
cosida entre las telas,
donde se ponen
casas y algún árbol,
y los pájaros vienen
o se van y vuelan,
porque son libres.
como yo, como todo
en este bolso,
que para no ser menos,
se fue también...























¡Qué libertad  
tan dulce... dejar
que todo se vaya
de las manos...
como el agua,
y la vida misma,
si con ello es feliz
y lo lleva alegre
en bandolera!

Ángela.


10 marzo 2017

Pasando el tiempo...

Lentamente, sin saberlo, sin pretenderlo, vamos pasando el tiempo, aunque el tiempo no exista. ¿Pasamos por el tiempo o pasa el por nosotros? ¿Deja huellas o experiencias?
Creo que deja vida vivida en los latidos de un corazón incansable, que no sabe de horas ni le importan. Engrandece lo mejor que tenemos.

Dicen que es una araña que nos prende en su tela y nos aleja de ilusiones y esperanzas. Pero la araña que envuelve, es solo la rutina. La apariencia física, es cambiante por naturaleza y tenemos que aprenderlo.
Pero lo que vamos aprendiendo con cada situación que afrontamos cada día, es que avanzamos siempre, que si no tenemos voluntad de detenernos vamos creciendo en experiencia y lo mejor de nosotros, como el vino, adquiere solera y se perfecciona.

Cada mañana empieza mi vida, porque ayer no sabía si hoy estaría aquí en este momento. Y felizmente, al despertarme, planifico la jornada, que comprende mi ser, mi familia y mi trabajo. Todo me hace feliz al hacer pasar el amor que voy entregando en latidos y minutos en favor de lo que quiero y los que quiero. Y de vez en cuando, puedo subir aquí algo de lo que hice con las telas y las puntadas de la voluntad.



Bueno,y el descanso, el juego, los amigos… que la vida es eso. Tiene su música y su ritmo. La felicidad es todo eso, en la proporción adecuada y los condimentos con que cada uno la adereza.

Aquí os muestro el bolso del anterior proyecto, y las camelias que me regalaron en mi último viaje hace unos días, a Cantabria.


¡Cuántas cosas caben en un bolso! Yo llevo en él muy pocas, para dejar espacio a los pequeños caprichos que pueden crecer en cualquier momento, como flores.

¡Cómo ha pasado el tiempo!:)) Ni me he enterado. ¡Es la hora de comer! Gracias por estar ahí. Si os apetece, estáis invitados.

Un beso
Ángela

30 agosto 2016

Cuando llegue septiembre...





Me vino a la mente esa canción... 

Cuando llegue Septiembre, se ocultará más pronto el sol,
y se podrá gozar de la oscuridad y la belleza de regresar y encontrar lo que siempre quisimos y soñamos.












Cuando llegue septiembre, todo será maravilloso. El fin de vacaciones, un curso nuevo,
el reencuentro de los viejos amigos y, al fin solos en la alegre soledad.










Cuando llegue septiembre, algunos volverán a sus problemas y sus luchas, otros, que no pudieron antes, encontrarán algún rincón, en la playa o la montaña, para disfrutar.













Cuando llegue septiembre, todos descubrirán su encanto y la fiesta de la vida será alegre, aunque no vivirán las mismas rosas, pero nosotros traeremos renovada la música.
















Cuando llegue septiembre, la señorita tristeza se pintará los labios y descubrirá que la vida no acaba en vacaciones, y abrirán los talleres en los que se puede aprender y conversar.










Cuando llegue septiembre, ¡ya estoy deseando!, todo será igual y diferente, y podremos hacer que otros también disfruten, con lo poco o lo mucho, que fuimos hilvanando de colores.












Cuando llegue septiembre, estrenaré mis bolsos, hechos con detalles y paciencia, como siempre, como todo, y luciré algo de lo que hoy comparto con toda sencillez.










Cuando llegue septiembre, cuando llegue septiembre...os mandaré un gran abrazo o un beso, un recuerdo y una canción con todo lo que vibre en el corazón, cuando llegue...
Con cariño
Ángela.

05 marzo 2015

Ahora y aquí, algo de mi.


No me agrada la monotonía, busco la variedad. No comienzo algo y trabajo en ello hasta que lo termino. Suelo comenzar algo nuevo y sigo pensando, imaginando...y también lo dejo.
Al final resulta que tengo varias cosas empezadas.






Pero hoy para contactar con vuestra amistad subo estos tres pequeños trabajos.
Una bolsa de aseo. Las telas de lino las traje el verano pasado de la Alsacia. Lleva por dentro un soporte de cartonaje forrado.




















Otra bolsa, cuya  finalidad parece ser para lanas y agujas de tejer. Con bolsillos laterales y útil, para mí será multiusos, porque aunque algo he tejido, no es ahora para mí ese momento.
Y un monedero.










Os ofrezco algo de mí, feliz de ir resolviendo los retos que me encuentro.
Parte básica de esa felicidad se la debo a mi familia. Otra pequeña parte son las charlas con mis compañeras de clase, con Julia que sugiere, ayuda, pone al día, orienta y lo da todo. También Pilar y amigas y esas interminables tertulias de trabajo de los martes, y el yoga, y la música y el Coro Ciudad de Guadalajara, del que formo parte...






Y con todo, el tiempo pasa, el alma se perfecciona, y la amistad crece. El tiempo, es un cachorrillo que se acurruca a nuestro lado, y es dócil. Pero en un momento, sin darnos cuenta, escapa, vuela, huye, y "mis momentos se pierden en el tiempo".
Por eso me gusta el ahora. Estoy feliz haciendo lo que hago. La nube que pasa no deja huella, ni la nave que busca un puerto o la luz de un faro.



Cada amanecer es el punto de partida de latidos conscientes, de proyectos en curso, de puntadas que enredan los hilos del corazón en lo que las manos quieren y la mente imagina.
Y al final, ahora es el momento. Yo soy eso, sin tiempo para nada, y eternidad en todo.
Gracias a todos.
Un beso.