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24 noviembre 2014

Colcha country

Paisaje y cultura.
Nosotros formamos parte del paisaje, es como la cultura congénita, que nadie puede hacerla suya ni poseerla, pero está en todos.
Montes, ríos, tierras y cultivos, delimitan nuestros horizontes. Son entrañables porque sin querer los hemos ido haciendo nuestros. Tienen su aire y su música que termina por sernos familiar. Es cultura country. 

Es un estilo de vida, una forma de vivir, de hacer y de sentir.  Es especial. Puede ser local en su origen, pero termina rebasando las fronteras de los pueblos, incluso de los Estados, para ser inconfundiblemente universal.

Es como el baúl de los recuerdos muy queridos. Cada uno tiene el suyo. No hay dos iguales. Algo que nos hizo sentirnos cómodos, libres, y felices, en un entorno cercano de belleza y de cariño. Guarda muchas sorpresas, anécdotas curiosas y   personajes impensables, una calidez enraizada en el corazón y en las ventanas del alma.

Las estaciones y las creaciones de esa cultura country, nunca son aburridas, sino alegres, y llenas de vida. Está la madre Tierra, con sus parcelas, para poder vivir para llevar a casa lo mejor de cada día.
Y el entorno, cambiante, invita a disfrutar, a no marcharse a sentirse en casa. Y si alguien, algún día, tuvo que ausentarse, se lleva tal recuerdo que siempre tiene la nostalgia, o la morriña de volver.






Os dejo algo de eso, en esta cálida colcha, muy querida, para poder soñar o recordar.

Un abrazo,  estéis donde estéis.

20 abril 2014

Tercer lateral


Los proyectos van tomando vida, paso a paso. Hasta se humanizan, poniendo en ellos algo de lo que rodea nuestro entorno: paisaje, naturaleza, hogares y luz, intimidad y sueños, trabajos sencillos que sin quererlo dejan huella (o eso parece).

El toque personal de color y de cariño, seguro que es patrimonio común de quien tiene la suerte de poder hacer algo que le gusta. A nadie debe sorprender, que yo tenga el mío; que combine telas, colores y movimientos tratando de buscar la armonía, con mi toque personal.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              
Encuentro declaraciones - aquí en el blog y en facebook- que parecen sinceras –no tengo por qué dudar- que les gustaría saber cómo lo hago, o de dónde saco el tiempo. Como cada uno de vosotr@s no tengo ni mil manos, ni mil horas, ni mil días cada mes. Sólo puedo decir que me gusta lo que hago, me gusta imaginar lo que deseo, me encanta cortar, colocar, encajar, construir y con mucha paciencia y muchas puntadas, escondidas o no, ver que la idea toma forma. Disfrutar cuando la veo parcialmente acabada, o concluida del todo, porque son como un regalo.



Y eso, es lo que voy subiendo y os ofrezco: unas telas, un poco de trabajo y algo con lo que disfruto, mientras lo hago y cuando me siento a verlo.
Poderlo hacer es un don. Y… ya me imagino lo siguiente, si Dios quiere.






Recrearos con algunas flores de mi jardín y con un inmenso abrazo.







25 marzo 2014

Segundo lateral

 Aún no sé como disculparme de mi ausencia, si es que debo disculparme. No he cosido mucho, casi nada. He estado fuera. Acompañé a mi marido en la presentación de su libro, titulado “Con vida, cualquier reto” y aprovechamos ya para ver bellos lugares y disfrutar de la familia.


 Tras la abrumadora respuesta a mi anterior post, me he quedado casi sin palabras. Creo que debería comenzar agradeciendo vuestras palabras y vuestras muestras de cariño. Me imaginaba que el afecto fuera mutuo, pero desconocía que fuera tan numeroso y desde todas partes del pequeño mundo. Y muy agradable comprobar la admiración tanto del maravilloso mundo femenino, como del entrañable corazón de muchos hombres. ¡Gracias a todos!





 He comprobado que el Patchwork, como la sonrisa, se entiende en todos los idiomas y en todas las latitudes. Me ha producido una inmensa alegría comprobarlo y verlo reflejado en la gente que ha dicho que le gusta o lo comparte y lo vive tanto aquí como en facebook. Eso, por lo menos a mí, más que darme fuerzas para seguir trabajando y compartiendo, me da alas para seguir poniendo el corazón en lo que hago, llevarlo de vez en cuando  por las distintas geografías de este hermoso planeta azul, y acercarlo hasta la puerta de vuestros cálidos hogares.



Puesto que he subido un lateral de la colcha, hoy os dejo otro. Tiempo habrá para verla completa. Me gusta ir por los ríos hacia el mar. Dicen que ningún soñador es pequeño, porque ningún sueño es demasiado grande, y es verdad. Pero, según el refrán italiano, “pian piano si va sano e si va lontano” ("quien va despacio va sano y va lejos"). En España decimos que no por mucho correr se llega antes. ¡Cada cosa a su tiempo! Puntada a puntada. Si uno no se para, todo llega, cuando tiene que llegar.
Un abrazo inmenso que os abarque a todos.
Ah! Si alguien le apetece o quiere leer el libro,"Con vida cualquier reto" lo puede descargar en e-book o el la Tablet, accediendo a Play Store. Los beneficios son para una Asociación que atiende a familias con problemas y en exclusión social, porque mi marido ha cedido los derechos de autor. Gracias.

15 febrero 2014

Lateral con mini-quilt


Con la aguja enhebrada, poco a poco, puntada a puntada, en silencio, se van alzando prados, cercas, casas, pueblos y montañas, nubes o aire puro…



Tan solo con el hueco de la aguja y el hilo, que paciente enhebro, para sostener un paisaje, un pueblo, o el pequeño brocal del pozo artesano con su cubo de agua recién salida del manantial interior. Se puede sacar lo que se quiera del fondo de la imaginación.
Pero hay que ir a buscarlo…porque nada sale a la luz sin la polea del esfuerzo.







Con la aguja callada entre las manos, las telas que duermen en literas, van llenando los espacios huecos de vida y de color, cediendo al hechizo de sostenerse sobre un muro de silencio.
Y al fin, desde ahí, transformado en armonía, pasa a ser arte y luz, para los ojos, para la inteligencia, para la calidez humana…mientras descubre algo de los dedos que mueven la aguja. 

Con la aguja enhebrada, con la sutil maestría del cirujano he diseñado y dado forma a este mini-quilt que no mide más de 6x5 cms y tiene 67 piezas.
Esta labor que os traigo hoy es una banda de las cuatro que lleva la colcha de cuadros de mi anterior entrada. Esta banda es una de las pequeñas. Por suerte me quedan otras tres para seguir disfrutando.
Y una alegría que puedo compartir.
Sin saber cómo, se van haciendo seguidoras y seguidores y ya los 600 me parecen un mundo inmenso contemplando y brindando amistad.
GRACIAS.

 No sé si seré capaz de agradecéroslo  como os mereceis. Sabed que para mí, cada uno es único y bienvenido. ¡La vida es un hermoso pañuelo en el que estamos todos! Mi casa es vuestra, y las pinceladas al viento, tienen más energía gracias a vuestro cariño.