24.6.08
Gerundio con patatas
19.6.08
Ultraescucha 1955
Un mundo así, si requiere descansar, tiene necesidad de varios siglos de vacaciones absolutas, necesita vacar un milenio en lo absoluto. En vano, provocados por esta extrema ruina, los sabios ponen a nuestro alcance reinos en los que de una existencia desestabilizada, algebrizada, mutada en relaciones cifradas, brotarán solazamientos de segundo grado.
(...)
En fin, todo pasa como si la realidad no debiera existir, al menos, como si el verdadero objetivo buscado fuese corregir la humanidad de su indeseable propensión a constatar que lo que existe, existe. Por terriblemente paradójico que pueda parecer, se diría con mucho gusto, que en computación con esa tentativa, la mentira es algo simple, hasta sano.
La Falsa Palabra,
Armand Robin.
13.6.08
Pasado perfecto de subjuntivo
Hacer cansa.
Estoy cansada de cansarme a solas, como se cansa un gato que camina un bucle infinito de tejados mojados en una noche perruna que Nuncacaba.
7 metros √ 3 plantas ≤ 45 escalones ≈ 1 beso: Impracticable la ecuación para un ágil experto en ajedrez evasor.
Ausias Marc de Ojosduros Sinacceso. Duros los ojos y duro el mirar, que se encrespa y se enroca como hace la mar en otoño solero de olas caídas que crujen rojos reflejos del sol. Duro como duro hubiera sido un ratón de mármol moreno para el gato tejero que se queda con hambre, en silencio, sin sueño y sin voz.
22.4.08
Odio ser mayor
Érase una vez, en un pueblo muy seco y muy atardecido, yo sin paletas mirando las calles maravillosamente silenciosas desde las alturas.
Después de que se marcharan las golondrinas a por más barro, Alguien decidió rodearme con sus brazos en aquel tejado, y bajo la luz de las luciérnagas que me estaba imaginando, me contó una deliciosa mentira que ha resultado ser la verdad más deseable que he oído en toda mi vida.
19.4.08
Cables, teclas, chips, y widescreen.
Mil veces y una más, han hablado los poetas sin saberlo del delicado resplandor áureo-azulado que rutila su pantalla, pensando que tal añil solo podía vivir en el iris cristalino de sus musas más selectas; e igual que todos ellos hicieron a lo largo de tantos siglos de civilización orientoccidental, decido obnubilarme con su tornasolado resplandor de 17 pulgadas widescreen e intento soñar algo...
Apenas resulta, pero me retuerzo entre las sábanas, demasiado limpias, demasiado nuevas, demasiado entretenida entre los pliegues, forzando un sueño que comienza en las arrugas rojas del horizonte de Karson City, en algún lugar entre Despierta e Insomne, Arizona -ciudades ambas muy similares, pero el sol duele mucho más en una que en la otra, una existe para soñar y la otra para dormir-.