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| Mapa de las Islas Agalega |
Agalega son dos islas situadas en el Océano Índico y pertenecientes a la República de Mauricio.
Las islas se consideran
geográficamente parte del grupo de islas dispersas de las Islas Mascareñas. A
pesar de encontrarse a 1.100 kilómetros al norte, las islas son administradas
como dependencias de Mauricio.
El suelo de las islas es de
naturaleza coralina. La altura máxima insular es la colina de Emmerez, en la isla del norte.
El clima tropical es favorable
para el desarrollo de manglares y cocoteros que cubren ambas islas. Las islas
son conocidas por sus cocos, cuya cosecha y procesamiento es su principal industria.
El gecko diurno de Agalega es su fauna más característica.
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| Situación de las Islas Agalega |
Datos estadísticos:
Superficie - 26 Km²
Población - 209 habitantes
(datos de 2009)
Capital - Vingt Cinq
Idioma - Criollo mauriciano
UN POCO DE HISTORIA
Las islas Agalega fueron conocidas por los navegantes árabes y malayos.
M. de Rosemond fundó el primer asentamiento de la isla. A su llegada en
1808 descubrió los cadáveres de dos náufragos.
El desarrollo económico de la
isla comenzó con la llegada de Auguste Le
Duc en 1827, un administrador francés enviado para ocuparse de la
producción de aceite de coco y copra.
La iglesia católica no se
estableció en las islas hasta 1897 con la llegada del primer misionero, el
padre Víctor Manaval.
El origen de los isleños
estuvo influido por la situación política del mundo en el siglo XIX: primero
Mauricio pasó a ser territorio inglés en 1810, luego la abolición de la trata
de esclavos y la abolición de la esclavitud en 1835, y después los jornaleros
indios.
ESCLAVOS Y LEYENDAS
Algunas leyendas, como la de Calèche Blanc y la de la Princesse
Malgache, que cuentan está enterrada en las islas, o el lenguaje codificado de
langaz Madam Seret, han seguido una tradición oral desde la época de la
esclavitud.
Hay restos históricos de
construcciones hechas por manos de esclavos que datan desde 1827 hasta 1846: la
capital de la isla Vingt Cinq se llama así a causa de los 25 latigazos que recibían
los esclavos rebeldes, Les Cachots des Esclaves (Los calabozos de esclavos), Le
Moulin à l´Huile (el molino de aceite), Le Cimetière des Noirs (El cementerio
de los netros) o Le Cimetière des Blancs (el cementerio de los blancos).
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| Dibujo de 2016 de un molino de aceite en Agalega |
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| Iglesia en Agalega |
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| Vista satélite de la isla Agalega del Norte |
LA POLIANDRIA
Como los varones eran gran
mayoría en Agalega en el siglo XIX,
los franceses instauraron en las islas una forma curiosa de poliandria en la
que una mujer cohabitaba con varios hombres.
Los matrimonios invitaban a un
vecino a sumarse a la familia. El soltero seguía viviendo en su casa y la mujer
se repartía entre ambas, pasando una semana en cada hogar.
INFRAESTRUCTURAS
La carretera que conecta las
diferentes localidades insulares es de arena y coral.
La isla Norte alberga una
pista de aterrizaje, una escuela primaria, la estación de policía, la estación
de meteorología, la oficina central de telecomunicaciones y el servicio de
salud.
No hay agua corriente en las
islas. El agua potable proviene del agua de lluvia recogida por canalones.
La electricidad es
suministrada por generadores que funcionan con diesel, con suministro limitado
a ciertas horas.
No hay puerto funcional en las
islas, solo un muelle en St. James Anchorage, en la isla norte.
El servicio de salud es
proporcionado por un oficial de salud y una comadrona.
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| Puerto de Agalega |
BASES INDIAS
India ha ofrecido a Mauricio
la posibilidad de colaborar en la administración de las islas Agalega.
La islas serían para India un
lugar estratégico para vigilar y controlar el tráfico marítimo, la piratería y
cualquier amenaza que pudiera venir de esta parte del Océano Índico.
Los indios estarían pensando
en instalar en estas islas una base que permita combatir a los piratas que
acosan a los pescadores.
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| Gecko diurno de Agalega |
LITERATURA
Juan Carlos Rey (Palma de
Mallorca, 1952) es el autor del libro "Agalega son dos islas"
publicado en 2012 por Aldine Editorial.
Tras recorrer su historia,
visitar sus poblados, cementerios separados para blancos y negros, sus lagunas,
etc., el autor nos habla de los pobladores de las islas de Agalega, el encanto recóndito de su gente, su condición pero que
renueva la vida humana y hace gala de un carácter risueño, discreto y un tanto
galaico.
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| Portada del libro de Juan Carlos Rey |
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| Sobre enviado en 2015 desde la oficina posta de Agalega (inaugurada en 2002) |
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