Cuando estoy solo, me siento otra persona,
siento que el tiempo pasa a un ritmo diferente.
Siempre que puedo evito las pautas, los horarios,
pero cuando estoy solo no tengo ni siquiera
un ritmo más o menos regular para comer
ni una hora fija de dormir, tan sólo sigo
mi impulso en el momento.
La soledad me hace meditar
sobre cosas que nunca pensaría
en otras circunstancias. Sobre todo
intento aprovechar la soledad
para la introspección y para plantearme
si es cierto o no que me hallo satisfecho
con mi vida.
siento que el tiempo pasa a un ritmo diferente.
Siempre que puedo evito las pautas, los horarios,
pero cuando estoy solo no tengo ni siquiera
un ritmo más o menos regular para comer
ni una hora fija de dormir, tan sólo sigo
mi impulso en el momento.
La soledad me hace meditar
sobre cosas que nunca pensaría
en otras circunstancias. Sobre todo
intento aprovechar la soledad
para la introspección y para plantearme
si es cierto o no que me hallo satisfecho
con mi vida.
V. K.
Publicado por primera vez en Crónica del Viento el 18 de julio de 2007