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domingo, 26 de enero de 2014

Domingos musicales: El tío Bruce se enfada


Tomás de Torquemada, experto en técnicas de tortura y mayor asesino de la Inquisición, se ha aparecido en mis sueños. Sabe que desde octubre estoy trabajando en una tienda de moda con nombre de violín. Mediante los sueños ha contactado conmigo. El caso es que Torquemada quiere adaptar el hilo musical de esta tienda como una nueva forma de tortura, más sádica si cabe, que la empleada en 1452, por la Santa Inquisición que, según cuentan los libros, en nombre de dios se encargaron de perpetrar el mayor genocidio de la Historia.

Y entre tanta bazofia musical (atribuirle este adjetivo se me antoja casi, casi, un pecado...Torquemada me tendrá que confesar...o quemar vivo), durante ocho o nueve horas al día, mis oídos parecen reconocer tímidamente ciertas palabras. Entre tanto ruido y tanto sonido ejecutado por ordenadores Amstrad de los ochenta, reconozco una estrofa. Estas palabras provienen hoy de una voz escuálida, electrónica, falsa. Pero yo las recuerdo pronunciadas anteriormente por otra voz, más auténtica. Poco a poco, voy atando cabos. Sí, es una nueva versión. Bueno no, es un remake. No, tampoco. Es un asco. Eso es lo que es. Un completo desastre. Recuerdo que, hace unos años, ya tuve la mala suerte de escuchar en un supermercado la versión maquinera de The river, conocido éxito musical de Bruce Springsteen, de 1980 Pues recientemente, en unos de esos anodinos días de servicio y en el hilo musical de la tienda donde trabajo, aparece otra canción de Bruce Springsteen versionada para sonar, imagino, en todos los afters del país, cuando la gente ya no distingue un cubata de garrafón, de una coca-cola o una sinfonía de Beethoven de la musiquita repetitiva del Super Mario Bros. Al menos, sirve para sonar en una tienda de ropa. Imagino que esta melodía es lo que provoca que el consumismo enfermizo de los zombis que se deslizan por las Rebajas siga su curso. La canción versionada, esta vez, fue la reciente Last to die del disco Magic. En su estribillo esta canción dice: "¿Quién será el último en morir por un erro, el último en morir por un error? ¿La sangre de quién será derramada? ¿qué corazón será roto? ¿Quién será el último en morir por un error?" Desde luego, la letra parece dirigida al autor de esa pútrida versión nueva. El caso, es que no es de las mejores canciones de Bruce. Aquí podemos ver una versión en directo del tema en cuestión:



Y ahoraviene cuando me entero de que los autores de esta versión de Last to die no son cuatro chalados que llevan en este negocio unos días. ¡¡¡Son los Pet Shop Boys!!!

Bueno, imagino que razones para enfadarse no le faltan al Boss pero, tal y cómo funciona el mundo, quizá ni siquiera se haya enfadado. Incluso haya cobrado por ello. O incluso, después de escuchar a los Pet Shop Boys, se puso tan triste que grabó Solo le pido a dios 




 No lo sé. El caso es que solo en un domingo musical se puede viajar de Torquemada a Bruce Springsteen y a los Pet Shop Boys, pasando por la conocida tienda de moda con nombre de violín. Vamos a tomar este 2014 con optimismo, tal y cómo lo ha tomado el tío Bruce. Parece ser que para este año, viene con Grandes Esperanzas (High hopes, es el single y el título de su nuevo trabajo):





Ele ahí!