Carlos del Monte, el líder independentista de
Fridonia, tiene día y hora para una visita, concertada desde hace tiempo, con
la doctora Ariadna, psiquiatra y psicoterapeuta.
—¿A
qué viene a consulta?
—A
intentar liberarme de mis demonios. No me encuentro bien.
—Cuente
usted. Empiece por el principio, por favor: su niñez, su familia, etc.
—Todo empezó en casa. La autoridad materna era
muy fuerte. Se podría decir que tuve una madre castradora. Mi mamá me pegaba
con la zapatilla por cualquier motivo. Una vez me la tiró a la cabeza, con tan
mala fortuna que me dio en un ojo y desde entonces debo llevar gafas. También
me daba capones y collejas. Tenía la cabeza llenita de cardenales y chichones.
Por eso me dejé el flequillo, estilo fregona, que llevo desde niño, para
disimular las marcas. ¿Ve usted?
—Sí,
ya lo veo.
—Una
madre sumamente violenta, casi como la policía del régimen fascista y opresor
que manda en este estado autoritario llamado Leput, que coarta nuestras libertades y ...
—Bueno,
no me monte usted un mitin, que esto es una consulta y no una asamblea de su partido.
—Disculpe.
Es la costumbre. Es que a veces se me sube el ardor patriótico y me emociono. Ya sabrá usted que soy un defensor del independentismo.
—Sí, lo sé. En la tele no hablan de otra cosa. Siga usted.
—Pues
lo que le decía, que mi madre era extremadamente autoritaria.
—Claro.
Por ese motivo, posiblemente creció en usted un imparable deseo de irse de casa. Y su deseo
emancipatorio, lejos de suavizarse con la distancia, se intensificó con el
tiempo, ansiando independizarse absolutamente de todo.
—Así es. Primero me independicé de mi hogar
familiar, de mi madre, que era la que mandaba. Mi padre era un pobre diablo
sometido a la autoridad conyugal. También me independicé de familiares, vecinos
y amigos de la infancia. No los soportaba, sobre todo a ese vecino gordito que
insistía siempre para que jugáramos con él al fútbol. Y una vez que nos tenía
convencidos, decidía por su cuenta la formación de los equipos. Y si no,
se enfadaba y se llevaba la pelota. Oriol, creo que se llamaba...
—¿Tuvo usted alguna relación de pareja?
—Sí. Incluso me casé; pero al cabo de un tiempo me divorcié. O sea que me independicé de mi mujer. Más tarde me emancipé de mi casa. Dejé el piso de la Avenida de Gracia en el que había vivido doce años. Bueno, en realidad me lo quitó mi exmujer. Y aquello no me hizo ninguna “gracia”. Me independicé luego de mis hijos: me negué a pasarles la dieta de manutención que fijó el juez. Amenazaron con embargarme la nómina si no pagaba. Por eso, me fui de mi trabajo, para no pagar. Me despedí. Luego me metí en política, pero casi todo lo cobraba en negro, para evadir al fisco y al juez. Y una vez metido en política, ya solo me faltaba el último escalón: independizarme de este estado opresor que coarta nuestras libertades. Este estado de Leput es una madre castradora. Se podría decir que es una "leputa madre".
—¿Por
qué dice que el país donde vivimos es una madre castradora?
—Porque pretende que además de fridonés me sienta
leputí. Y no soporto la ambigüedad: solo fridonés, que por algo somos superiores. ¡Hala! Y
al que no le guste, que le den por saco.
—¿Cree
usted que con la independencia logrará parar alguna vez esta deriva suya
tan delirante?
—No
lo sé. Igual luego sigo y me independizo de Europa.
—Bueno.
Por mí no se corte; pero, a tenor de las últimas noticias, se podría decir que Europa es la que pasa precisamente
de ustedes. Ningún país les reconoce.
—Eso es cosa de la prensa manipuladora. Todo mentira. Y si fuera verdad, pues
entonces me mato y me independizo del mundo. ¡Hala!
—No
se desespere, que aquí estamos para ayudarle. Tenga esta receta. Se toma usted
un comprimido en cada comida y dentro de un mes vuelve por aquí a ver qué tal le va.
—Vale.
Seguiré el tratamiento; aunque no sé si volveré o me independizaré también de
este gabinete. Porque usted es leputí ¿verdad?
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Nota:
la doctora Ariadna es un personaje de "Desde el
laberinto". Por su gabinete psicoterapéutico desfilan personajes
diversos, todos en busca de una cura para sus males.
Consultas anteriores publicadas en el blog:
http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-un-cuento.html
http://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2015/12/la-psicoterapeuta-segunda-parte.html
https://latinajadediogenes.blogspot.com.es/2016/12/gabinete-psicoterapeutico-2.html