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martes, 10 de abril de 2012

El guardarropa de la Reina Maud

A diferencia de ídolos populares como Jacqueline Kennedy o Diana, Princesa de Gales, la mención de la Reina Maud de Noruega difícilmente evoca alguna imagen en absoluto. Pero en su día Maud fue una figura admirada, vanguardista y original, líder de la moda y siempre fiel a sus propios instintos contemporáneos. La Reina Maud se ha mantenido relativamente desconocida debido a que su estilo único es difícil de clasificar.



Monograma Real de Maud de Noruega



Maud Charlotte Mary Victoria era la hija menor de Edward, Príncipe de Gales (futuro Edward VII) y nieta, por tanto, de la Reina Victoria. Nacida en Inglaterra en 1869, la Princesa Maud heredó de su glamorosa madre, Alexandra de Dinamarca, su esbelta figura y su refinado sentido del estilo. Aunque no era hermosa como su hermana Victoria, sabía cómo vestirse. Contrajo matrimonio con el Príncipe Carl de Dinamarca en 1896, por lo que se estableció en Copenhague. Luego de un plebiscito en Noruega a favor de la monarquía antes que una república, su esposo danés fue elegido para ser el monarca de Noruega. En 1906 Carl se convirtió en el rey Haakon VII y convirtió así a Maud de Gales en reina consorte de Noruega, la primera desde 1319 que no era reina a la vez de Dinamarca o de Suecia.


La boda real de 1896. La reina Victoria, de negro, recibe el saludo de Maud. Luisa de Dinamarca, madre del novio, está en primer plano a la izquierda. Los Príncipes de Gales, padres de la novia, están detrás de Victoria.



Cabinet card de 1897


Durante sus primeros años en Noruega, ella y su esposo fueron fotografiados en trajes folklóricos nacionales y disfrutando de los deportes de invierno, como el esquí, para dar una apariencia patriótica a los ojos del público. Ella no gustaba de la representación, pero actuaba su rol como soberana consorte con gran cuidado, llevando vestuario y joyería para dar una apariencia de grandeza real.



El vestido de coronación, diseñado por Vernon y Silkehuset en lamé dorado, fue una colaboración entre dos casas de moda, una de su país natal, Gran Bretaña, y otra de su país de adopción, Noruega.


En esta imagen Maud lleva un traje ceñido exquisitamente bordado y la tiara de diamantes y perlas que fuera regalo de bodas de sus padres, los príncipes de Gales.


Maud vivió a través de un período de tremendo cambio en la moda femenina, desde la elaborada y decorativa ropa victoriana hasta el luminoso y simple vestuario de los años ’20. Su guardarropa personal abarca toda esa evolución, con trajes refinados, ricamente embellecidos, que muestran el perfil formal y restrictivo de la primera década del siglo XX, hasta vestidos sueltos de fiesta, de telas brillantes y bordados de lentejuelas y strass, en el más puro espíritu libre de los años ’20 y ’30.


Haakon, Maud y Olaf en el yate real durante el verano de 1907. La reina Maud lleva falda ceñida bajo un corpiño blusón y chaqueta de manga larga.


Rara vez la reina Maud adquiría ropa en Noruega, sino que era suministrada principalmente por firmas británicas y francesas, como Morrin-Bloissier, Lafferière, Worth y Patou. Su vestuario tenía que reflejar su nuevo papel público, ya que cumplía deberes oficiales en su país y en el extranjero. Así que cambiaba de ropa hasta cuatro veces por día y, cuando viajaba, lo hacía con 50 maletas llenas de vestidos, trajes, sombreros y zapatos.

Diseño de noche del francés Lafferière


El cuello alto de fino encaje es la parte más interesante de este atuendo de Maud, así como uno de sus collares puesto formando una caída más ancha que el busto.


Otro elegante diseño en marfil y negro de Lafferière


Durante el periodo 1905-1910, los vestidos de noche de Maud son de corte princesa, vestidos de líneas sencillas, de profundos escotes cuadrados y largas faldas drapeadas que fluían en pequeñas colas, trajes de líneas estilizadas que la hacían parecer más alta. Entre 1910 y 1915, las aberturas sobre la espalda, así como los escotes, se hacían más reveladores.


En estos trajes, usados por Maud entre 1910 y 1913, los corpiños parecen surgir de la espalda, muy por debajo de los hombros, llegando justo debajo del busto.


Otro modelo de 1910 en el que destacan los diseños de dibujos grecorromanos y los drapeados en la línea del busto.


Los diseños florales fueron un favorito de Maud y ocuparon un lugar destacado entre sus accesorios. Plástico, cuero natural o materiales más inusuales, como algodón lacado y cera, fueron utilizados para crear corsages. Este tema continuaba, por ejemplo, en filas de capullos de rosa rosados, malva y azul cosidas en un delicado bolso de mano.


Vestido de época firmado por Morin-Blossier, imitando un traje de la corte francesa de fines del siglo XVI (dama de honor de Marguerite de Valois). Está hecho en satén rosa con aplicaciones de seda y plata.


Aquí Maud, flamante Princesa de Dinamarca, aparece con el traje rosa del siglo XVI en el Baile de la Duquesa de Devonshire, en 1897, al que los 700 invitados debían concurrir con disfraces alegóricos o históricos de antes de 1815. En la foto, con el Príncipe Carl de Dinamarca, su esposo y la Princesa Victoria de Gales, su hermana.



El rosa fue uno de los colores favoritos de la reina Maud, aunque también disfrutaba los tonos brillantes. En 1918 abrazó la última tendencia con un elegante modelo negro cubierto con remolinos de lentejuelas plata y añil, que despertaba reminiscencias de un cielo nocturno de Van Gogh. Un traje plateado de los ’20 recuerda más la era espacial que la era del jazz, con mangas de tul y acolchado con un motivo de diamantes. En 1927, la reina de 58 años deslumbró en un traje recto de Blancquaert, adornado con brillantes filas de borlas plateadas.



Este vestido de diseñador desconocido despliega bandas horizontales, pájaros brillantes y jeroglíficos, lo que sigue el patrón egipcio tan en boga en los primeros años ’20, especialmente después que la tumba de Tutankamón fuera descubierta en 1922.


Para la última década de su vida -1930- eligió a Worth, la casa de moda líder en París desde 1850 hasta, aproximadamente, 1910. Después de ese año, la firma francesa continuó creando la ropa más elegante, pero con tendencias conservadoras. Cliente frecuente de Worth, la reina Maud hizo cientos de dibujos de sus trajes que hoy se conservan en el Victoria & Albert Museum de Londres. Varios de los dibujos difieren ligeramente de las prendas acabadas, ya fuera en el ancho de hombros o en el largo, lo que demuestra que la reina debió haber tenido mucho que decir en relación con la ropa que ordenaba confeccionar para sí misma.

Vestidos como éste, firmado por Worth, no solo era utilizado en reuniones sociales, pues el rey Haakon y la reina Maud siempre vestían traje de noche para la cena, aunque estuvieran solos.


Elegante hasta el final, uno de sus últimos vestidos fue el ceñido modelo de noche negro de Worth que vemos arriba, impreso con flores exóticas en el hombro, la cadera y la cintura. El corpiño de corte bajo daba una mirada atrevida a aquella reina de 68 años de edad.


Maud, Reina Consorte de Noruega, el año de su muerte (1938), con espléndida corona de diamantes puesta sobre la frente y collar de perlas de tres vueltas.



jueves, 30 de junio de 2011

Los jarls

Jarl es, en las lenguas nórdicas, el equivalente al título de conde o de duque (cf. el inglés «earl»).

De hecho, en Escandinavia los jarls formaban la clase noble. Los relatos indican que vivían en casas importantes y llevaban una vida refinada llena de un sinfín de actividades. Sin embargo, falta evidencia arqueológica para respaldar estos detalles.

Los jarls se distinguían por su riqueza, medida en términos de servidores, tesoros, barcos y propiedades. El hijo mayor del jarl estaba en la vía rápida para convertirse en el próximo jarl. Pero, al obtener bastante fama y riqueza, un karl (la clase media nórdica) podría convertirse en un jarl. El poder de éste dependía de la buena voluntad de sus seguidores. Su tarea esencial fue defender la seguridad, la prosperidad y el honor de sus seguidores.



Representación actual del aspecto de un jarl


Origen del nombre

En la mitología nórdica, Jarl era el hijo de Ríg (uno de los Æsir o Ases) y de Modir (la sangre más pura). Ríg habla a Jarl acerca de las runas y otras magias, así como del lenguaje de los pájaros. Jarl reunió entonces a algunos hombres y conquistó varias tierras. Después se casó con Erna, con la que tuvo once hijos, los antepasados de los guerreros de la sociedad nórdica.

De acuerdo con Procopio de Cesarea, los Hérulos escandinavos, luego de haber allanado el continente europeo por muchas generaciones, regresaron a Escandinavia en el 512 d.C. como resultado de derrotas militares. Como su antiguo territorio estaba ocupado por los daneses, se instalaron cerca de los gautas en lo que hoy es Suecia.


Mientras que la palabra nórdica antigua para esta misteriosa tribu, erilar, es etimológicamente parecida a "jarl" y "earl" y ha sido sugerido a menudo que ellos introdujeron las runas en Escandinavia, no existe una teoría elaborada para explicar cómo la palabra comenzó a ser usada como título. Podría decirse que su conocimiento en la interpretación de runas también significaba que eran dotados en artes marciales y, como ellos gradualmente la integraron, eril o jarl comenzó a tomar el significado del rango de un líder. Las sagas de Islandia, como Rígsthula, describían que un jarl era una especie de jefe cercano en rango al rey. Bajo cualquier circunstancia, cuando los jarls eran mencionados en los documentos medievales, los demostraban claramente como un título de líder ubicado directamente bajo el rey.





La forma anglosajona earl y el escandinavo jarl eran títulos que significaban “jefe” y referían especialmente a jefes colocados para gobernar un territorio en el lugar del rey. En Escandinavia se convirtió en obsoleto en la Edad Media y fue reemplazado por “duque” (hertig/hergug). En la Bretaña medieval, se convirtió en equivalente al continental “conde”. Sin embargo, en la antigua Escandinavia jarl también significaba soberano “príncipe”. Por ejemplo, los gobernantes de varios de los reinos vikingos de Noruega eran de hecho tratados como jarls y de no menor rango que sus vecinos, que se auto-titulaban reyes. Nombres alternativos para el rango condal en la estructura nobiliaria son usados en otros países como los Hakushaku durante la era imperial japonesa.


Historia


En la historia sueca, los Jarls son descriptos como gobernantes locales o virreyes nombrados por un rey, dirigiendo una de las provincias históricas de Suecia, tales como Västergötland, Östergötland o Svitjod. En Noruega, los jarls aparentemente mantuvieron este rol y los reyes intentaron introducir uno en cada condado antes que el título fuera usado exclusivamente en las Islas Orkney durante el siglo XIV. En Suecia, sin embargo, a mediados del siglo X, el título fue usado exclusivamente por una sola persona y los líderes locales fueron gradualmente referidos como dux o duque. Antes que el título fuera finalmente interrumpido durante el siglo XIII, los jarls suecos eran hombres poderosos, tales como Birger Brosa, Ulf Fase y Birger Jarl, a menudo los verdaderos gobernantes del reino sueco.


Los miembros de las familias reales del Medioevo, como la Casa de Stenkil o la Casa de Bjelbo, llevaban el título de jarl antes de su ascensión al trono. Desde el siglo XII, usualmente había un solo poseedor del título a la vez, luego pasaba al Rey de Suecia.



Escudo de Västergötland de la tumba de Gustavo I, de la Casa de Vasa


Por especiales ocasiones, los jarls regionales fuera de Suecia podían ser nombrados como tal. Un ejemplo es Jon jarl, quien supuestamente condujo operaciones piratas contra Novgorod en el este. Cuando la Casa de Bjelbo se convirtió en familia real en 1250, el título fue subsumido al de duque y los poderes fueron fusionados a la dignidad real a la muerte de Birger jarl en 1266.

Jarls de Suecia

De diversas familias:
* Jon Sverkersson, hijo mayor y heredero del rey Sverker I de Suecia
* Karl Sverkersson, siguiente hijo de Sverker I
* Ragvald Henriksson, riksjarl durante el breve reinado de su hermano Magnus II
* Ulf Jarl
* Guttorm

De la Casa de Bjelbo:
* Folke el Gordo
* Bengt Snivil
* Birger Brosa
* Johan Sverkersson
* Jon Jarl
* Knut Birgersson
* Folke Birgersson
* Carlos el Sordo (Karl Döve)
* Ulf Fase
* Birger Magnusson, 1248-1266, último jarl (Dux Sweciae)



Una reconstrucción del rostro de Birger jarl usando técnicas forenses y exhibida en el Museo Medieval de Estocolmo.


Earl

El título de earl fue adoptado en Inglaterra tras la conquista del rey Canuto II de Dinamarca. Este título designaba, en principio, a los gobernadores de los shires o a los condes. En el siglo XIX este título es únicamente honorífico y no implica ninguna función.

El equivalente normando count (conde) no fue introducido luego de la conquista normanda de Inglaterra, aunque countess fue y es usado para la variante femenina del título. Como Geoffrey Hughes escribe, “Es una especulación probable que el título normando-francés count fuera abandonado en Inglaterra para usar el germánico earl (…) precisamente por la incómoda proximidad fonética a cunt”.

Las palabras irlandesas, gaélico-escocesas y galesas para count o earl (jarla en irlandés y gaélico-escocés; jarll en galés) descienden todas del inglés earl. En Escocia la palabra earl fue usada en inglés para referir a un mormaer (este último título designa a un gobernante regional o provincial en el Reino medieval de los Escoceses. En teoría, aunque no siempre en la práctica, un mormaer estaba en segundo lugar solo después del Rey de los Escoceses y de la antigüedad de un toisech).

En la moderna Gran Bretaña, un earl es un miembro de la nobleza, ubicado debajo de un marqués y encima de un vizconde. Nunca se desarrolló una forma femenina de earl; countess es usado en su equivalente.




Up Helly Aa, el más grande festival de fuego de Gran Bretaña, con su procesión de antorchas, ocurre en Lerwick, Shetland, para celebrar la herencia nórdica del área.

martes, 7 de junio de 2011

Noruega: las Reinas Consortes

Las consortes del Reino de Noruega, como la mayoría de las reinas consortes de la historia de las monarquías, proceden principalmente del extranjero.

El matrimonio de un heredero al trono o de un rey estaba muy a menudo afectado por la política y las alianzas eran afirmadas por matrimonios entre familias reales. También durante un largo período no estaba permitido para un personaje real casarse con alguien no real. Así, la elección de esposa estaba muy limitada en su propio país, por lo que la mayoría de las reinas consortes no eran nativas del país de su esposo.

Debido a las uniones con Dinamarca y Suecia, las reinas de 1380 a 1814 también fueron reinas de Dinamarca y las reinas de 1814 a 1905 eran a la vez reinas de Suecia.



El Rey Haakon VII y la Reina Maud con atributos completos de coronación (1906). Fue la última coronación como tal en Noruega.


En la larga historia del reino nórdico, se han registrado 54 soberanas, de las cuales solo siete son noruegas de nacimiento. Luego ha habido 17 alemanas, 8 danesas, 7 suecas, 4 inglesas, 2 rusas, 2 escocesas, 2 holandesas, 2 francesas, 1 polaca, 1 normanda, 1 irlandesa.

El papel de su reina ha cambiado mucho a través de los siglos. Algunas soberanas en sí mismas han formado su propio papel en forma notable. Muchas realmente han gobernado al lado de su esposo y otras se han convertido en únicas regentes.


Armas de Birger Jarl, de la Casa de Bjelbo, a la que pertenecía Rikissa Birgersdotter de Suecia (1237-1288), esposa de Haakon Haakonson



1. Gyda Eiriksdottir de Hordaland, hija de Eirik de Hordaland, esposa de Harald I

2. Gunnhild Gormsdóttir de Dinamarca, hija de Gorm el Viejo de Dinamarca, esposa de Eric I

3. Tova de los Abroditas, hija de Mstivoj, esposa de Harald Blåtand

4. Tyri Haraldsdatter de Dinamarca, hija de Harald I Dinamarca, esposa de Olaf I

5. Gunhilda de Wenden [legendaria], hija de Burislav de Vendland, esposa de Sven I

6. Sigrid Storråda [legendaria], hija de Skagul Toste, segunda esposa de Sven I

7. (nombre desconocido), hija de Mieszko I de Polonia, tercera esposa de Sven I

8. Astrid Olofsdotter, hija de Olof Skötkonung, esposa de Olaf II

9. Emma de Normandía, hija de Richard I, Duque de Normandía, esposa de Canuto II

10. Elisaveta Yaroslavna de Kiev, hija de Yaroslav I, Gran Príncipe de Kiev, esposa de Harald III

11. Ingerid Swensdatter de Dinamarca, hija de Sweyn II de Dinamarca, esposa de Olaf III

12. Margaret Fredkulla Ingesdotter de Suecia, hija de Inge I de Suecia, esposa de Magnus III

13. Ingebjørg Guttormsdatter, hija de Guttorm, esposa de Eystein I

14. Blathmin Ní Briain, hija de Muirchertach Ua Briain, Rey de Irlanda, esposa de Sigurd I

15. Malmfred Mstislavna de Kiev, hija deMstislav I, Gran Príncipe de Kiev, segunda esposa de Sigurd I

16. Christina Knutsdatter de Dinamarca, hija de Canuto Lavard, esposa de Magnus IV

17. Ingrid Ragnvaldsdotter de Suecia, hija de Ragnvald Ingesson de Suecia, esposa de Harald IV

18. Ragna Nikolasdatter, hija de Nikola, esposa de Eystein II

19. Estrid Bjørnsdotter, hija de Bjørn, esposa de Magnus V

20. Margaret Eriksdotter de Suecia, hija de Eric IX de Suecia, esposa de Sverre

21. Christina Sverresdotter de Noruega, hija de Sverre de Noruega, esposa de Felipe Simonsson

22. Margrét Skúladóttir, hija de Skule Bårdsson, esposa de Haakon IV

23. Rikissa Birgersdotter de Bjelbo, hija de Birger Magnusson de Bjelbo, esposa de Haakon Haakonsson el Joven

24. Ingeborg Eriksdotter de Dinamarca, hija de Eric IV de Dinamarca, esposa de Magnus VI

25. Margarita de Escocia, hija de Alejandro III de Escocia, esposa de Eric II

26. Isabel Bruce, hija de Robert de Brus, 6º Señor de Annandale, segunda esposa de Eric II

27. Euphemia de Rügen, hija de Günther, Conde de Arnstein, esposa de Haakon V

28. Blanca de Namur, hija de Juan I, Marqués de Namur, esposa de Magnus VII

La reina Blanca, consorte de Magnus Eriksson, con su primogénito, Erik (1340)


29. Margaret Valdemarsdatter de Dinamarca, hija de Valdemar IV de Dinamarca, esposa de Haakon VI

30. Felipa de Inglaterra, hija de Henry IV de Inglaterra, esposa de Eric III

31. Dorothea de Brandenburgo (1430-1495), hija de Juan, Margrave de Brandenburgo-Kulmbach, esposa de Christopher primero y de Christian I después.

32. Katarina Karlsdotter de Bjurum (1418-1450), hija de Karl Ormsson Gumsehuvud, esposa de Carlos I

33. Cristina de Sajonia (1461-1521), hija de Ernest, Elector de Sajonia, esposa de Juan

34. Isabel de Austria (1501-1526), hija de Felipe I de Castilla, esposa de Christian II

35. Sofía de Pomerania (1498-1568), hija de Bogislaw X, Duque de Pomerania, esposa de Federico I

36. Dorotea de Sajonia-Lauenburg (1511-1571), hija de Magnus I, Duque de Sajonia-Lauenburg, esposa de Christian III

37. Sofía de Mecklenburgo-Güstrow (1557-1631), hija de Ulrich III, Duque de Mecklenburgo-Güstrow, esposa de Federico II

38. Ana Catalina de Brandenburgo (1575-1612), hija de Joaquín III Federico, Elector de Brandenburgo, esposa de Christian IV

39. Sofía Amalia de Brunswick-Lüneburg (1628-1685), hija de Georg, Duque de Brunswick-Lüneburg, esposa de Federico III

40. Carlota Amalia de Hesse-Kassel (1650-1714), hija de Guillermo VI, Landgrave de Hesse-Kassel, esposa de Christian V

41. Luisa de Mecklenburg-Güstrow (1667-1721), hija de Gustav Adolf, Duque de Mecklenburg-Güstrow, esposa de Federico IV

42. Ana Sofía Reventlow (1693-1743), hija de Conrad, Conde Reventlow, segunda esposa de Federico IV

43. Sofía Magdalena de Brandenburgo-Kulmbach (1700-1770), hija de Christian Heinrich, Margrave de Brandenburgo-Bayreuth-Kulmbach, esposa de Christian VI


La Reina Sofía Magdalena (de Brandenburgo-Kulmbach), de la Casa de Hohenzollern, consorte de Christian VI de Dinamarca y Noruega


44. Luisa de Gran Bretaña (1724-1751), hija de George II de Gran Bretaña, esposa de Federico V

45. Juliana María de Brunswick-Wolfenbüttel (1729-1796), hija de Fernando Alberto II, Duque de Brunswick-Wolfenbüttel, segunda esposa de Federico V

46. Carolina Matilda de Gales (1751-1775), hija de Federico, Príncipe de Gales, esposa de Christian VII

47. María Sofía de Hesse-Kassel (1767-1852), hija del Landgrave Carlos de Hesse-Kassel, esposa de Federico VI

48. Hedwig de Holstein-Gottorp (1759-1818), hija de Federico Augusto I, Duque de Oldenburg, esposa de Carlos II

49. Désirée Clary (1777-1860), hija de François Clary, esposa de Carlos III Juan

50. Josefina de Leuchtenberg (1807-1876), hija de Eugène de Beauharnais, esposa de Oscar I

51. Luisa de los Países Bajos (1828-1871), hija del Príncipe Federico de los Países Bajos, esposa de Carlos IV

52. Sofía de Nassau (1836-1913), hija de Guillermo, Duque de Nassau, esposa de Oscar II

53. Maud de Gales (1869-1938), hija de Edward VII del Reino Unido, esposa de Haakon VII

54. Sonia Haraldsen (1937- ), hija de Karl August Haraldsen, esposa de Harald V

Su Majestad La Reina (Sonja Haraldsen)

domingo, 5 de junio de 2011

Las Casas Reales de Noruega

Miembros de las familias reales noruega, sueca y danesa han sido monarcas de Noruega. Los territorios noruegos no estuvieron unidos hasta cerca de 860 y eran gobernados por jarls. Harald I Hårfagre unió los territorios alrededor de 860, creando el reino de Noruega y la fundación de la dinastía Yngling. Desde entonces y durante los siglos X, XI y XII, las Casas de Gorm y Hårfagre se alternaron en el trono noruego. En 1319, con Magnus VII Eriksson (Magnus IV de Suecia), hijo del duque Eric de Södermanland e Ingeborg de Noruega, subió al trono la Casa de Bjelbo.


Armas de Haakon VI de Noruega y Suecia (1380)



Noruega estuvo bajo el control de los monarcas daneses desde 1380 hasta 1814. La Casa de Oldenburg ha sido la que más reyes ha dado a Noruega: desde la asunción de Christian I en 1450 hasta la abdicación de Christian Federico (Christian VIII de Dinamarca) el 14 de agosto de 1814, fueron 15 soberanos en sucesión ininterrumpida. Durante este tiempo, varias entidades políticas fueron creadas, tanto en Noruega como en Dinamarca.

La línea real noruega se extinguió en 1387 y Margarita I de Dinamarca (de la Casa de Estridsen) creó la Unión de Kalmar diez años después, fusionando los reinos de Dinamarca, Noruega y Suecia. Esto marcó el comienzo del período hoy conocido como la "Noche de 400 años" (en noruego: 400-årsnatten), siendo considerada el eslabón más débil en la unión con Dinamarca. Este período se extiende hasta 1814, resultando de esa fusión el Reino de Dinamarca-Noruega (incluyendo las dependencias de Islandia, Groenlandia y las Islas Faroe). El poderío dominante danés colocó su capital Copenhague como capital del reino y a su nobleza como gobernante.


Sello Real de Margarita de Escandinavia


En 1481, después de la muerte de Christian I, Suecia abandonó la Unión y hubo un interregno de dos años en Noruega. Muchos noruegos deseaban permanecer en unión con Dinamarca, mientras que otros preferían unirse a Suecia. Después de la alianza de Dinamarca con Napoleón, Noruega fue cedida al rey de Suecia en 1814.


En ese año, Noruega brevemente recuperó su independencia, pero, después de varios meses, se vio obligada a la unión con Suecia. Ésta se disolvió pacíficamente en 1905 y un plebiscito se inclinó por mantener la monarquía constitucional en el seno de un sistema parlamentario. Desde ese año, Noruega ha sido una monarquía constitucional gobernada por una línea menor de la Casa danesa de Oldenburg.


Isabel de Austria (1501-1526), Archiduquesa de Austria e Infanta de Castilla y Aragón, Reina consorte de Dinamarca, Suecia y Noruega por ser esposa de Christian II.


Las fechas de los primeros reinados son tradicionales y de precisión incierta. Antes de que la Ley Noruega de Sucesión fuera introducida en 1163, la herencia del trono era una aventura llena de profundos conflictos; en muchos casos, los hermanos inicialmente lo compartirían.

· Dinastía Yngling


* Casa de Hårfagre 872-970
* Casa de Gorm 970-995
* Casa de Hårfagre 995-1000
* Casa de Gorm 1000-1014
* Casa de Hårfagre 1015-1028
* Casa de Gorm 1028-1035
* Casa de Hårfagre 1035-1319



Haakon el Bueno (934-961), hijo menor del primer rey de Noruega, Harald Hårfagre, recibe a los agricultores


· Dinastía Folkung


* Casa de Bjelbo 1319-1387
* Casa de Estridsen 1380-1412


· Unión de Kalmar


* Casa de Estridsen 1387-1412
* Casa de Pomerania 1412-1450
· Casa del Palatinado-Neumarkt 1442-1448
· Casa de Bonde 1449-1450
* Casa de Oldenburg 1450-1523



Christian VI, Graf von Oldenburg, Rey de Dinamarca en 1448, Rey de Noruega en 1450 y Rey de Suecia en 1457. Es el primer monarca noruego de la Casa de Oldenburg.


· Unión con Dinamarca


* Casa de Oldenburg 1523-1814


· Unión con Suecia


* Casa de Holstein-Gottorp 1814-1818
* Casa de Bernadotte 1818-1905


· Reino de Noruega


* Casa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg 1905-Presente



El Rey Harald V, de la Casa de Glücksburg, rama menor (y hoy la más antigua sobreviviente) de la Casa de Oldenburg.

viernes, 3 de junio de 2011

La monarquía noruega: tiempos modernos

Unión con Dinamarca

Tras la ruptura de la Unión de Kalmar, Noruega se mantuvo unida a Dinamarca. Aunque oficialmente constituía un reino aparte y se mantuvo el uso del noruego y las instituciones nacionales, Noruega fue gobernada por lendsmann (gobernantes nobles) daneses y el gobernante supremo del país era el rey y el Consejo Real, ambos residentes en Copenhague.

Un rey nórdico del siglo XIV con las banderas de Noruega, Suecia y Dinamarca


En 1536 Cristián III se convirtió en rey de Dinamarca tras una cruenta guerra civil en la que contó con el apoyo de la nobleza danesa. Cristián III introdujo en 1537 la reforma protestante en Dinamarca y en 1539 en Noruega, tras ser reconocido como rey por el consejo real. Ese mismo año el consejo noruego fue disuelto y el país perdió su independencia política.


La nueva Iglesia seguía las enseñanzas de Martín Lutero y tenía como líder al rey, quien expulsó a las comunidades monásticas católicas y se adueñó de todas las propiedades de la Iglesia Católica, que en Noruega alcanzaban cerca del 40% de las tierras. En Trondheim, el relicario de San Olaf fue destruido y llevado a Copenhague para elaborar monedas. Como resultado de la reforma, la monarquía se hizo más rica y poderosa.

Noruega fue dividida en cinco provincias principales, y cada una de éstas fue subdividida en provincias menores. Las provincias eran gobernadas por un landsmann, que en su mayor parte eran aristócratas daneses y sólo en pocos casos nobles noruegos. Los lendmann tenían la responsabilidad de cobrar impuestos y derechos de aduana, reclutar soldados en situaciones de guerra, designar sacerdotes y servir de jueces en los tribunales superiores. El control sobre estos gobernadores nunca fue el mejor y sucedían casos de corrupción.



La Catedral de Nidaros, nombre con el que se conoce a la catedral luterana de Trondheim, principal templo cristiano de Noruega, que alberga la tumba del principal santo noruego, San Olaf (Olaf II u Olaf Haraldsson).


Las guerras sueco-danesas

Tras la Guerra Nórdica de los Siete Años (1563-1570), en la que Noruega sufrió los estragos de la invasión sueca, el rey juzgó que resultaba difícil gobernar Noruega desde Copenhague. La comunicación era difícil debido a las montañas y a los fiordos. Por lo tanto, el rey decidió nombrar al landsmann de Akershus como estatúder de Noruega, que sería el máximo representante del rey en el país. Si bien el estátuder no tuvo en los hechos mucha influencia fuera de su provincia, el nombramiento es una prueba de que el rey consideraba a Noruega como un reino aparte.

Hacia la mitad del siglo XVI había crecido la rivalidad entre Dinamarca-Noruega y Suecia. Ambos reinos tenían aproximadamente el mismo tamaño y se disputaban el dominio del Mar Báltico. Suecia había iniciado en esa época una política expansionista que se topó con los intereses daneses, lo que desembocaría en varias guerras. El objetivo de Cristián IV de Dinamarca-Noruega —la conquista de Suecia— no se concretó, pero los suecos renunciaron a sus pretensiones sobre Noruega. Tras la guerra, Suecia tomó la hegemonía del Báltico.

Desembarco de fuerzas escocesas en Noruega, durante la Guerra de Kalmar (1611)


El absolutismo

Antes de 1660, el rey de Dinamarca y Noruega gobernaba junto a un consejo de nobles. El poder real estaba limitado y el consejo podía elegir al sucesor a la muerte del monarca. En Noruega, por el contrario, la monarquía era hereditaria. Con su presencia en el gobierno, el consejo aseguraba privilegios para la clase noble, pues sólo ésta tenía acceso a los más altos puestos en la administración y el ejército. Durante la primera mitad del siglo XVII, la nobleza fue incapaz de cumplir sus obligaciones en la defensa del país: ésta fue realizada principalmente por mercenarios, burgueses y campesinos.

Para asegurar la defensa de sus territorios, Federico III obtuvo créditos de la burguesía. Cuando la guerra terminó, los burgueses aprovecharon la debilidad de la nobleza y buscaron mayor influencia en la administración para proteger sus intereses económicos. Fue natural, por lo tanto, que la burguesía y la monarquía se aliaran. En la asamblea de los estados los burgueses y el clero alegaron que ante la derrota en la guerra se necesitaba un Estado más fuerte; propusieron que el rey tuviera derechos hereditarios en Dinamarca y que decidiera cómo debían ser gobernados los dos reinos en el futuro. El rey tuvo la oportunidad de asegurarse el poder absoluto, que fue ratificado por escrito en la Ley Real de 1665, que sería la única "constitución" absolutista de la historia y que se mantendría vigente hasta 1814.


Retrato de Christian V de Dinamarca y Noruega en la Cámara de Audiencias del Schloss Frederiksborg (1680)

En Noruega, la entrada del absolutismo marcó la pérdida de sus últimas instituciones nacionales, y desde entonces el país quedó reducido al papel de una provincia danesa con título de reino. La educación superior estaba restringida a las élites del país que podían costear estudios en Copenhague.

Atada a las políticas danesas, Noruega padeció fuertes crisis económicas durante el siglo XVII debido a la dilapidación de recursos del Estado en infructuosas guerras que tenían el objetivo de recuperar los territorios perdidos ante Suecia. Tras las guerras hubo una época de cierto crecimiento económico, que fue resultado del comercio y de la explotación industrial de los recursos naturales noruegos, en especial de la madera. La época coincidió con el surgimiento del nacionalismo noruego.

En las Guerras Napoleónicas, Dinamarca y Noruega se mantuvieron aliadas de Francia. Las actividades bélicas en Noruega fueron marginales pero el desenlace sería de gran trascendencia en la historia del país. En 1814, la derrota de Napoleón fue también la de Dinamarca-Noruega y el rey Federico VI firmó el Tratado de Kiel el 14 de enero de ese año, por el cual Noruega era cedida a Suecia. Islandia, las Islas Feroe y Groenlandia, territorios que hasta entonces oficialmente eran parte de Noruega, no se incluyeron en el tratado y permanecieron como dominios daneses.

Rosenborg, castillo-palacio en Copenhague usado como residencia real desde 1606 a 1710.

Noruega en 1814

Cuando se firmó el Tratado de Kiel, era virrey de Noruega Cristián Federico, príncipe heredero de Dinamarca y Noruega y primo del rey Federico VI. Tanto el príncipe como el estátuder se acercaron políticamente a la élite noruega que deseaba la independencia. El 17 de mayo se firmó la constitución noruega (que se mantiene en la actualidad) basada en las ideas de la Revolución francesa, se declaró la independencia y se nombró a Cristián Federico como monarca.

Pero las pretensiones de crear un Estado independiente tuvieron que ser abandonadas por las reivindicaciones de Suecia, que no estaba dispuesta a abandonar lo acordado en el Tratado de Kiel. Del 26 de julio al 14 de agosto se desarrolló la Guerra Sueco-Noruega. Por las condiciones de paz, Noruega tuvo que aceptar una unión personal con Suecia (ya no la integración total); Cristián Federico abdicó la corona, pero se mantuvieron el parlamento noruego (Storting) y la constitución, que tuvo que pasar por algunas enmiendas que legalizaran la unión con Suecia. El 14 de noviembre, el Storting eligió como nuevo rey a Carlos XIII de Suecia.

La Asamblea Nacional de Eidsvoll (1814), en que Noruega se convirtió en país independiente.


Aunque Noruega tendría que esperar algunas décadas más para alcanzar la plena independencia, el despertar patriótico de 1814 y la redacción de una constitución democrática son la causa de que ese año sea considerado como el inicio de la independencia y que el 17 de mayo, día de la Constitución, se celebre como el Día Nacional.

Unión con Suecia

Las condiciones de unión con Suecia establecían que Noruega sería un reino con sus propias leyes y su propio parlamento, pero compartiría con Suecia el mismo monarca y la misma política exterior, con un ministro de relaciones exteriores residente en Estocolmo. El rey en realidad tenía poca influencia en el gobierno noruego, que estuvo constituido desde 1814 hasta 1884 por una élite ilustrada de juristas, militares y ministros religiosos que dominaban el Storting, hablaban danés y sus familias constituían apenas el 1% de la población. En esa época, no había partidos políticos en Noruega.

Las condiciones de la unión con Suecia fueron cuestionadas durante todo el tiempo. Mientras que los suecos querían establecer un reino común, los noruegos pugnaban por una independencia total. En 1835 el consejo de estado noruego pudo participar y decidir sobre la política exterior de los dos reinos.

Bandera de Noruega (1844-1899), en la que el emblema de la unión combina los colores noruegos y suecos.


El rey Oscar I aprobó en 1844 la propuesta para nuevas banderas y un nuevo escudo de armas común para la unión. Cada país obtuvo una propia bandera para la flota mercante y la marina de guerra, pero con una marca unionista en el cuadrante superior izquierdo, una combinación de las banderas sueca y noruega.

Entre 1859 y 1860 Noruega y Suecia protagonizaron un conflicto a raíz de la presencia en Noruega de un estátuder sueco que representaba al rey en su ausencia y que era un puesto público que los noruegos consideraban como símbolo de la supremacía sueca en la unión. El conflicto inició cuando Carlos IV, recién nombrado rey de Suecia, faltó a su promesa de abolir ese cargo, mismo que terminaría por disolverse en 1873, al mismo tiempo que el jefe de gobierno de Noruega adquirió el título de primer ministro.

En 1884 hubo un avance de la política noruega hacia el parlamentarismo, que establecía que ninguna autoridad estaba por encima del Storting. El parlamentarismo se mantuvo como convención constitucional hasta 2007, año en que se incluyó en la Constitución. La élite ilustrada, opuesta al parlamentarismo, formó el Partido Conservador (Høyre, literalmente «Derecha»), que se inclinaba por mantener privilegios, mientras que sus rivales constituyeron el mismo año el Partido Liberal, una alianza denominada Venstre («Izquierda»), de postura radical y pese a su nombre, centrista.

Oscar II de Suecia y de Noruega en vestimenta de coronación.

Disolución de la unión sueco-noruega

A finales del siglo XIX, ambos países seguían un desarrollo independiente, al mismo tiempo que la economía de Noruega crecía de manera importante. Por ello, la unión se debilitó de tal modo que lo natural fue esperar la disolución.

El Storting aprobó la creación de cónsules independientes, pero el rey se negó a sancionar la ley. Tras varios desencuentros con el monarca, el parlamento declaró que el poder del rey "había dejado de ser funcional" y por lo tanto, declaró unilateralmente la disolución de la unión el 7 de junio de 1905. El 13 de agosto del mismo año se realizó un plebiscito en Noruega, en el que la población se inclinó por la disolución.

La actitud unilateral de los noruegos provocó serias tensiones entre ambos países y movilizaciones militares a ambos lados de la frontera. Finalmente, tras acaloradas negociaciones en la ciudad sueca de Karlstad durante agosto y octubre de 1905, en las que participaron representantes de los dos gobiernos, se decidió alcanzar una disolución pacífica de la unión, con un consenso de las dos partes sobre las condiciones de la misma. La disolución se concretó oficialmente el 26 de octubre de 1905, con la renuncia del rey Oscar II a sus derechos dinásticos sobre el trono noruego.


El rey Haakon VII, con el príncipe Olaf en brazos, es recibido en Noruega por el primer ministro Christian Michelsen, el 25 de noviembre de 1905.


Noruega independiente

La declinación del rey Oscar II incluía también la de sus hijos, por lo que el Storting abandonó la oferta de la corona al príncipe Carlos de Suecia (Carlos de Västergötland) y se decidió por la elección del príncipe Carlos de Dinamarca, hijo segundo del entonces príncipe heredero Federico de Dinamarca. El príncipe danés demostró su talante liberal al dejar claro que sólo aceptaría el trono si la mayoría del pueblo noruego se inclinaba por su candidatura. Tras un plebiscito aprobando el establecimiento de la monarquía celebrado en noviembre de 1905, el parlamento lo eligió rey unánimemente. Tomó el nombre de Haakon VII, siguiendo el linaje de los reyes de la Noruega independiente.

Los primeros años de vida independiente de Noruega, hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, estuvieron marcados por el rápido crecimiento económico, basado en la inversión en el sector industrial. El nuevo reino se mantuvo neutral durante la Primera Guerra, pero como resultado de la invasión de la Alemania nazi y la ocupación del país durante la Segunda Guerra Mundial, los noruegos se tornaron escépticos ante el concepto de neutralidad. Tras el fin de la guerra en 1945, se reinstalaron las instituciones democráticas, y las décadas siguientes se caracterizaron por la aceleración del crecimiento económico y el establecimiento de un estado de bienestar, del que Noruega ha sido un referente histórico a nivel mundial.

Real Escudo de Armas de Noruega

jueves, 2 de junio de 2011

La centenaria Noruega: tìempos antiguos

Noruega (en noruego, bokmål Norge), oficialmente Reino de Noruega (en noruego, bokmål Kongeriket Norge), es un estado monárquico de Europa septentrional que, junto con Suecia, forma la península escandinava. Las dos naciones, junto con Dinamarca y Finlandia, conforman Escandinavia, siendo Noruega la parte más occidental de dicha región. Las islas de Svalbard y Jan Mayen son también parte de su territorio. La larga extensión de la costa noruega sobre el Atlántico Norte es escenario para sus famosos fiordos, valles de origen glaciar.


Visión política de Escandinavia (siglo XIX): un soldado noruego, un danés y un sueco simbolizan el escandinavismo


Muchos etimologistas creen que el nombre del país viene de las lenguas germánicas nórdicas y que significa la "ruta del norte" o el "camino hacia el norte", que en nórdico antiguo sería Nord veg o Norð vegri. En el nórdico antiguo, el nombre de Noruega fue Nóreegr, en sajón antiguo fue Norþ weg y en latín medieval fue Nhorvegia.

La más temprana evidencia escrita de la utilización de la palabra "Noruega" data del siglo IX en una traducción en anglosajón de un libro de Paulo Orosio, "Siete libros de historia en contra de los paganos". La traducción fue hecha por el rey Alfredo el Grande de Wessex para incluir un recuento suyo de los viajes de Ohthere de Hålogaland, una aventura vikinga.

La historia de Noruega se remonta a la Alta Edad Media, que coincide con la irrupción, a finales del siglo VIII, de los navegantes vikingos en la historia europea a través de actividades comerciales, de saqueo y de colonización. Se sabe, sin embargo, que el territorio de lo que hoy es Noruega estuvo poblado desde hace unos 12.000 años.

En aquella región sin unidad política alguna había en el siglo VIII estados minúsculos cuyos jefes militares eran llamados jarls. Éstos tenían a su servicio hombres libres, campesinos y pescadores, que además cumplían una función militar. A su vez, los campesinos eran servidos por esclavos y siervos libres.


Estandarte del antiguo reino de Noruega (con el motivo del tradicional león noruego)


Desde el siglo VIII, los jarls comenzaron a organizar expediciones militares fuera de sus territorios, atacando estados europeos por medio de correrías y saqueos. Junto con daneses y suecos, serían conocidos como vikingos o normandos. Las campañas noruegas se dirigieron principalmente al norte y al oeste, colonizando la costa septentrional de lo que hoy es Noruega, y poblando territorios hasta entonces deshabitados: Shetland, las Islas Feroe, Islandia, Groenlandia y saliendo desde ahí, a inicios del siglo XI, sus hijos descubrirían América, que ellos llamarían Vinlandia. Desde el norte de las Islas Británicas los vikingos noruegos se dirigieron al ataque de Escocia, el norte de Inglaterra, Irlanda y la Isla de Man, y más al sur, hacia Francia e incluso la península ibérica.

El período vikingo (entre los siglos IX y XI) significó la unificación y expansión de Noruega. Harald I el Rubio fue, según las sagas, el rey que unificó Noruega. Su reinado duró de 872 a 930. No obstante, no es sino hasta los siglos XI y XII, una vez consolidada la organización eclesiástica y monárquica cuando puede hablarse de un reino noruego plenamente unificado e independiente. Noruega alcanzó un período de esplendor en el siglo XIII, cuando fue poseedora de un Imperio en el Atlántico Norte. A este esplendor siguió una fase de decadencia al final de la Edad Media, marcado por la extinción de su dinastía real, la peste negra y las consecuentes crisis económicas y sociales.



Leif Eriksson descubre América (1000), casi 500 años antes que Cristóbal Colón


La Era Vikinga

Los sucesores de Harald no pudieron fortalecer al poder monárquico y las luchas intestinas de los monarcas con los jarls o los pretendientes rivales propiciaron la intervención de Dinamarca, convirtiendo a Noruega en un reino vasallo de aquél. El descontento entre algunos jarls de estar sometidos al rey danés fomentó el nacimiento de líderes locales que sin embargo serían derrotados por Dinamarca. El hijo de Harald, Haakon el Bueno, fue el primer rey noruego en adoptar el cristianismo, pero no pudo establecer la nueva fe ante la reticencia de la población.

Olaf Tryggvason, perteneciente a la Dinastía Hårfagre, llegó procedente de un exilio en 995 y enseguida fue nombrado rey; inició la conversión de Noruega al cristianismo empleando misioneros ingleses y en ocasiones métodos violentos, pero no logró el control efectivo del país y fue derrotado en la batalla de Svolder en el año 1000. Su sobrino, Olaf el Santo, lograría, quince años después, fortalecer a la monarquía y a la Iglesia y establecer estrictas leyes, pero sus rivales pidieron nuevamente la intervención de Dinamarca y lograron expulsarlo y finalmente darle muerte en 1030.


Olaf Tryggvason es electo rey (995)


La pronta canonización de Olaf influyó en que su hijo Magnus ocupase el trono en 1035. Magnus llegó a un acuerdo con su rival Canuto Hardeknut de Dinamarca: el que sobreviviera al otro tomaría el poder de ambos reinos. Magnus heredó el trono de Dinamarca en 1042. Su tío Harald Hardråde regresó de Constantinopla en 1045 y reclamó una parte del trono. A la muerte de Magnus, Noruega y Dinamarca se separaron y Harald Hardråde, el sucesor en Noruega, intentó sin éxito conquistar Dinamarca y en 1066 viajó a Inglaterra a reclamar el trono de ese país, pero encontró la muerte en la batalla del puente Stamford frente a su enemigo Haroldo el Sajón. Con su muerte finaliza la Era Vikinga.


Edad Media

Entre 1066 y 1130, el reino de Noruega se había establecido ya sólidamente, aunque aún contaba con un sistema administrativo bastante rudimentario. En la época inmediatamente posterior a la era Vikinga, se alcanzó en Noruega un período de paz interna y de crecimiento económico.

A Magnus III le sobrevivieron sus tres hijos, pero sólo los dos mayores gobernaron conjuntamente de manera duradera. Mientras Øystein I llevó a cabo una intensa labor de construcción de ciudades, palacios e iglesias, su hermano Sigurd I es recordado por haber participado en una cruzada a Jerusalén.


El Rey Sigurd y el Rey Balduino de Jerusalén bordean el río Jordán


El que hubiera a menudo más de un sucesor al trono se debía a las leyes de sucesión noruegas, que establecían que todos los hijos varones del rey heredaban el gobierno. Hasta entonces, los conflictos entre los sucesores no habían pasado a mayores, pero a la muerte de Sigurd el Cruzado en 1130 se desató una serie de guerras civiles que duraría más de un siglo y que sería alimentada por conflictos sociales y económicos.

Por regla general, se trató de conflictos armados intercalados entre breves períodos de paz. Dos bandos opuestos trataban de imponer a su pretendiente y a la muerte de uno de ellos, sus seguidores se mantenían aglutinados en torno a un sucesor. Los bandos rivales mantenían el control de ciertas regiones, resultando en la división territorial del país, si bien cada pretendiente se asumía como rey de toda Noruega.

La Iglesia intervino en los años 1160 a favor de Magnus Erlingsson, que sería el primer monarca noruego en ser coronado (Magnus V). Al mismo tiempo, por influencia de la Iglesia, se redactó la primera ley de sucesión escrita, que estipulaba la condición de hijo legítimo para alcanzar el trono. Sverre Sigurdson, un gran estratega militar, logró controlar una parte del país y finalmente derrotar a Magnus en 1192. Sverre logró coronarse, pero su enemiga la Iglesia lo excomulgó y puso a Noruega bajo interdicto en 1194. Desde 1208 hasta 1217, el país quedó dividido por la guerra entre ambos partidos, hasta que se alcanzó la reconciliación y el rey birkebeiner Haakon IV fue reconocido por las dos facciones en 1217. Algunos opositores se mantuvieron en armas, pero la última rebelión fue derrotada en 1240.

Los birkebeiner, agrupación político-armada que se levantó en armas contra el reinado de Magnus V

Haakon IV y sus sucesores

Haakon IV heredó un Estado fortalecido y unificado, y su reinado es considerado por algunos historiadores como la era dorada de la historia medieval de Noruega. El rey centralizó por primera vez la administración, convirtiendo a Bergen en su capital. En la década de 1260, Noruega alcanzó la mayor extensión territorial de su historia, que incluía Groenlandia, Islandia, las Islas Feroe y una parte de las Islas Británicas. Su hijo, Magnus VI el Legislador, renunció a las reivindicaciones sobre Escocia y la Isla de Man pero con el Tratado de Perth aseguró el reconocimiento de la soberanía noruega sobre las Orcadas y Shetland; promulgó además la primera ley de observancia nacional en 1274, adelantándose a los demás países europeos.

En el siglo XIII, los reyes noruegos intentaron que Noruega asumiese un papel de gran potencia en Europa, estableciendo contactos diplomáticos con varios reinos. Hubo alianzas matrimoniales con Castilla y Escocia y el rey Erik II reclamó el trono escocés para su hija Margarita, la doncella de Noruega, en 1295.

Haakon V, rey desde 1299, trasladó la capital a Oslo, se casó con una princesa alemana e intentó incrementar la influencia noruega en Escandinavia, participando en conflictos internos de Suecia. Esa política llevaría a la unión de Noruega con sus vecinos por largos períodos. A su muerte sin hijos varones, fue sucedido por su nieto Magnus VII (Magnus II Eriksson de Suecia) de la dinastía de Folkung (Casa de Bjälbo), quien ya era rey de Suecia.



Sello real de Magnus VII, quien gobernó también en Suecia como Magnus II.


Aunque unidos bajo un mismo monarca, Suecia y Noruega se mantuvieron como reinos independientes, con sus propias leyes y su propio Consejo. Magnus VII tuvo dos hijos, y los dos Consejos acordaron que se otorgara el trono de un país a cada uno de ellos. Magnus abdicó la corona noruega en su hijo Haakon VI en 1362; éste mantuvo la influencia noruega en Suecia e incluso llegó a ser rey de este último país en 1364, además de pactar su alianza matrimonial con la princesa Margarita de Dinamarca. Su único hijo, Olaf, se convirtió en rey de Dinamarca en 1375 y a la muerte de Haakon VI en 1380, también en rey de Noruega. Desde entonces -salvo breves excepciones- Noruega permanecería unida a Dinamarca hasta 1814.

Unión de Kalmar

Olaf IV murió a la edad de 17 años, y con él se extinguió la dinastía de los Folkung en Escandinavia. Su madre, Margarita de Dinamarca, quien ya gobernaba como regente, fue nombrada reina de Dinamarca en 1387 y de Noruega en 1388. Se enfrentó al poder de la Liga Hanseática e intervino en Suecia contra el gobierno del príncipe alemán Alberto de Mecklemburgo. Una vez nombrada reina en Suecia, constituyó la Unión de Kalmar en 1397, así llamada por la ciudad sueca donde se reunieron los consejos reales de los tres reinos para acordar los términos de la unión. Ésta fue una unión personal bajo la égida de Margarita, pero los tres reinos se mantenían en los hechos independientes políticamente.


La reina Margarita I y Erik de Pomerania durante la coronación de este último como rey de la Unión de Kalmar.


La unión se mantuvo firme mientras vivió la reina. A su muerte se sucedieron descontentos en Dinamarca y Suecia por el impopular gobierno de Erik de Pomerania, que sin embargo fue apoyado por los noruegos. La debilidad política de Noruega se reflejó en su pasividad en los conflictos en el seno de la Unión y en el hecho de que, pese a contar con una monarquía hereditaria, sus reyes eran electos en Dinamarca y el consejo sólo los ratificaba.

Al contrario de Suecia, que constantemente se opuso a que un rey danés tuviese el control de la Unión, Noruega continuó sin sobresaltos al lado de Dinamarca. Una excepción fue la elección de Carlos VIII de Suecia como rey de Noruega en 1450, reinado que sólo duró un año y fue sustituido por el de Cristián I de Dinamarca. Este rey cedió a Escocia las posesiones noruegas de las Orcadas y las Shetland en 1469 como parte de la dote matrimonial de su hija Margarita.


El Atlántico Norte y Escandinavia (siglo XVI)