y mis días.
De qué color mi piel
y mis cabellos.
¿Sabré cómo me llamo,
cómo se dice amor
o cuanto te quiero?
Cómo olerá recién
llovido el cielo.
¿Seguirá siendo azul
pasadas ya las horas
y los días dados?
Cómo será la vida
sin la vida.
¿Habrá otra vez
un tiempo de barajas
y de dados?
O será quizá después
de ayer,
todo ya pautado,
Un sucesión cruelmente feliz
de días sin cuento,
Un paraíso uniformemente
uniformado.
¡Como sería sin ti, mujer!
Un infierno,
infinitamente disimulado.
Luis de Pablos