Malo, bonito y barato

Clerks

Cara A

Kevin Smith, antes de ser guionista de Daredevil y rodar las secuelas infumables (eso sí, a color y con más presupuesto) de Clerks II, Jay y Silent Bob Contraatacan u otras similares, había dirigido una comedia en blanco y negro, con un guión sencillote y un par de amigos. Clerks se convirtió pronto en película de culto, seguramente por cutre y porque a mucha gente le hacen gracia los chiste del tipo caca-culo, o el hecho de que los protagonistas hablen deprisa y mal, o sea, diciendo tacos. Poca gracia tiene este Clerks, salvo que no llega a la hora y media, lo cuál se agradece.

Cara B

Kevin Smith, después de ser guionista de Daredevil, y de hacer de Bob el Silencioso en un par de películas más (presuponiendo que al público el personaje le cae bien, o, aún peor, que tiene alguna gracia) se monta en un avión y le sacan de allí por gordo. El pobre se queda en tierra y tiene que esperar al siguiente; eso sí, no sin antes montar un buen pollo, que para eso soy un director de Hollywood, y de éxito oiga. La justicia divina tiene muchas caras, amiguitos, como si fuera un disco de vinilo inmaculado. ¿O es que Kevin Smith se creía que sólo nos iba a tocar sufrir a nosotros con sus trastadas de 35 mm?

Películas de culto: a veces, un auténtico misterio.