Cualquier
excusa es válida para traer al bueno de Wall-e por estas tierras, pero es que,
además, la banda sonora de Thomas Newman es magnífica. Os dejo esta escena
maravillosa como muestra de la magia del cine y del buen hacer de Pixar: dos
latas de chatarra, un extintor y la falta de gravedad, junto a cuatro notas
musicales, elevan a la categoría de arte lo que en principio es sólo otra
película para niños. Que viva Wall-E.
Cuéntame un cuento
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Como si fuera un parto, hace nueve meses tuve una de esas magníficas e
inesperadas recomendaciones que están destinadas a hacer de este blog un
lugar...
Hace 8 horas