Hace treinta años creía que el peronismo había cumplido su etapa y que ese "peronismo pueblo" del que nos hablaba Oscar Alende debería confluir con nosotros, el partido que con raíces en la intransigencia radical era portador del proyecto que lo conduciría al triunfo. Hoy veo que esa era una más de las tantas lecturas que se han edificado desde la izquierda gorila. Cierto es que en aquellos años lo que se veía desde afuera en términos de conducción del peronismo daba cosita, digo Robledo, Luder o Taccone. Pero bueno, en ese error andaba uno. Uno que abrevaba en Jauretche y toda la teoría nacional-popular que, naturalmente, tenía al peronismo como centro. Uno que se devoraba los ejemplares de "Unidos", uno que siempre pensaba que muchos tipos que tenía como referentes eran peronistas. Qué se yo: Dolina, Verbitsky, Favio, Nebbia...
Uno que en 1987 hasta perdió el trabajo en la cámara de diputados de la provincia por haber jugado a fondo por el frente con Cafiero y depender de un diputado muy gorila que no pudo con sus pelos y le calzó un puntín en el orto de aquellos; uno que luego apostó al Tony fuertísimo y en el 88 se tuvo que comer la derrota con Menem y entender que de todas maneras había que seguir en el FREJUPO, y lo hizo contra viento y marea, cuando muchos compañeros se abrían (qué bárbaro, el turco nos pagó con la Subsecretaría de Acción Cooperativa para Horacio Viqueira y la embajada pocala para Mario Burkum. Eso valíamos para él -y quizá no se equivocó-)
A esa altura ya estaba claro que uno iba a estar siempre en torno al peronismo. Hoy, uno se declara "peronista de Manolo" y celebra que su sino político sea el que es. Hoy uno no sable si es peronista o no, pero canta de memoria y con emoción la marcha y siente en sus entrañas político-ideológicas el reacomodamiento de miradas y concepciones. Durante veinte años, en cada aniversario de Evita uno pasó el poema "Eva", de María Elena Walsh en versión de Susana Rinaldi y se emocionaba, pero hace un tiempo captó algo en esa obra que es muy difícil de explicar pero es más o menos así: Está hecha como homenaje y desde el respeto, pero también desde la clase media antiperonista, pero "eso" no está en las palabras ni en la interpretación vaginal de la tana, "eso" se lo percibe sólo desde el peronismo.
Uno entendió la lógica de este subsistema político y ya entrando en la madurez canosa y panzona siente que al menos ha llegado a entender cómo late esta complejísima maquinaria política y social.
Uno no sabé qué carajo es, pero tiene muy claro que de acá no se mueve.