Ser de centro y ser independiente

La derecha siempre ha demostrado una gran habilidad para camuflarse en lo discursivo y trastocar su ubicación real en el tablero político. En su momento inventó esto del “centro” para encubrir la ubicación de sus fuerzas políticas. En los setenta Francisco Manrique era “de centro” al igual que una década después la UCEDE de Alvaro Alsogaray.
Tamaño falseamiento llegaba en su momento a posicionar a conservadores como De La Rúa en el centroizquierda…
Si Alsogaray es el centro político, todo lo que fuera un poco más reformista quedaba automáticamente corrido para el comúnmente denominado “centroizquierda”.
Gran habilidad, de la derecha, como siempre.

Ahora está de moda – hace un buen tiempo – esto de “lo independiente”, ya sea en la prensa como también la política. Hoy escuchaba a una especialista típica de esas que se nutren del Herald de Miami hablando sobre Cuba. En un momento citó una encuesta de una organización “independiente” sobre el interés de los isleños en la cosa política. La organización “independiente” que citó era una de las tantas que financia la mafia miamense.

Es digna de destacar esta aptitud de los sectores más reaccionarios de la sociedad para inventar sofismas, para camuflarse y para travestirse. Las fuerzas reformistas son más, digamos, inocentes. No tienen esa virtud.
Ser “independiente” en política en el 90 % de los casos encubre el ser de derecha mientras que en lo periodístico significa ser opositor y también en el 90 % de los casos ser opositor por derecha.