El lunes cuando Capusotto hizo esta parodia sobre los artistas me sentí una especie de naufrago rescatado por la civilización luego de varios años. Siempre sospeché, quizá equivocadamente, que era el único que rechazaba este discurso demagógico de Pinti, hasta que un buen día aparece, curiosamente, un artista "del palo" como Capusotto y pone las cosas en su lugar.
La verdad es que hace muchos años arrastro en silencio una bronca profunda hacia esas canciones abominables de Enrique Pinti donde hay una exaltación demagógica y pedorra de los artistas.
Seguro que no soy el único y que a muchos les hacían bastante ruido estas estrofas sonorizadas que, además, son muy feas. Típicas letras toscas, de rimas previsibles, casi escolares, musicalizadas así como a pedido y encima cantadas como el orto.
En el fondo, lo que no me gusta es el discurso de Pinti. No coincido en absoluto con esa visión reaccionaria de que el país es tan maravilloso que ni radicales ni militares ni peronistas lo han podido destruir.
Siempre abominé esto de "Pasan los militares, pasan los radicales, pasan los peronistas, quedan los artistas"
Los artistas son parte de las sociedades y las épocas, por ende los hay de todos los gustos, al punto que, a veces, no nos hace ninguna gracia no sólo que queden, sino que existan algunos de esos que abominamos, mientras que si los que quedan y existen son los que uno banca, la cosa es totalmente distinta.
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