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viernes, 22 de julio de 2016

22/07: SHOWCASE PRESENTS LEGION OF SUPERHEROES Vol.5

Hoy, otra reseña “de las de antes” para comentar este mega-masacote de 520 páginas que me bajé de a puchitos durante esa semana que pasé en España.
Allá por un lejano 26 de Enero de 2011, con el tomo anterior enfrente, yo decía que había que “bancar mínimo un tomo más para que las historias y los dibujos dejen de oler a naftalina”. Ahora lo confirmo, con más convicción. Esta es la etapa de clara transición entre un Vol.4 anticuado y bastante pavote y un Vol.6 que, el día que salga, le va a dejar claro a más de uno por qué la Legion of Super-Heroes de los ´70 era un título más que interesante. Este tomo arranca con las últimas historias en las que la Legion ocupa los back-ups de la revista de Superboy, que a partir de su n°197 pasa a llamarse Superboy and the Legion of Super-Heroes. Y ya está, se acaban (por unos cuantos años) las aventuras solistas del único personaje realmente detestable que tiene esta serie, que es esa absurda versión juvenil del Hombre de Acero, seguramente la peor idea en las extensas carreras de Jerry Siegel y Joe Shuster.
El guionista principal de esta etapa es Cary Bates, quien muy de a poquito empieza a plantear historias más intrincadas, con giros menos predecibles. Para el n°209, Bates comenzará a alternarse con Jim Shooter, que regresa más maduro, con ganas de contar historias distintas a las que vimos en el Vol.4. El gigante de Pittsburgh será quien aporte las mejores historias del tomo al introducir dilemas éticos más jodidos, temas vinculados a la realidad de los lectores (la discriminación racial, por ejemplo) y toques de personalidad un poquito más marcados en algunos legionarios. No te digo que todo sea genial, ni siquiera que todo sea legible, pero se notan las intenciones tanto de Bates como de Shooter de ir llevando de a poco a esta serie hacia algo que pudiera emocionar ya no a los pibes de 10 años de 1968, sino a los adolescentes de 1976.
Un gran impulsor de esta transición es el maestro Dave Cockrum, quien aportó a la serie un dibujo más moderno, sin la estridencia de un Jack Kirby o un John Buscema, pero con una cierta sensibilidad marveliana que ayudó muchísimo a sacudirle la herrumbe a la Legion. Después de rediseñar el cuartel, las naves, los trajes de casi todos los miembros y participar en la creación de uno de los más grossos (Wildfire), Cockrum dejó la serie tras el n°203. Era el momento de un dibujante todavía más radical, más extremo, el primero en dejar de dibujar a los legionarios con caras de nene y meterles patillas o pelo largo a los varones y trajes todavía más escuetos a las chicas: Mike Grell venía a romperla y se quedará en el Siglo XXX muchos números, para beneplácito de los fans de la acción más extrema, los ceños fruncidos y los dientes apretados. Por momentos, esta impronta más violenta y más oscura de Grell va a contrastar con el tinte más ingenuo de los guiones, pero en general el aporte de “Iron Mike” será fundamental para terminar de lavarle la cara a la Legion y salir a conquistar nuevos fans.
Este Showcase llega hasta el n°220 de SATLOSH y si sos fan de la serie es importantísimo, porque acá vas a ver hitos como la boda de Bouncing Boy y Duo Damsel, la muerte de Invisible Kid, la aparición de Wildfire, la renuncia de Matter Eater Lad y el viaje de Karate Kid al Siglo XX, donde protagonizaría una serie “solista” pensada para colgarse de las tetas del boom de las artes marciales que sacudió a EEUU a mediados de los ´70. Obviamente falta mucho en materia de desarrollo de personajes y hay muchos argumentos que se tiran literalmente a la marchanta para cumplir la imposición de que cada número ofrezca una o dos historias completas. Pero comparado con el material de los ´60, esto es jugadísimo. Long Live the Legion!